Overlord Volumen 14, Capítulo 2 Parte 1

Lee la novela ligera de Overlord volumen 15, capítulo 2 parte 1 en español.
Raruk Berg

Overlord novela ligera vol. 14
Overlord vol. 14 novela ligera
Traducción jpn-ing: Hitori
Traducción ing-esp: Rawi
Corrección: Raruk Berg
Info! Esta traducción es la versión 2.3 traducido por Rawi. Se sacará una nueva versión en el futuro.

Overlord Volumen 14: La Bruja del Reino Caído

Capítulo 2: Cuenta atrás para la Extinción

Overlord volumen 13 Cap 2

Parte 1

En la capital del Reino Re-Estize, en el Palacio Valencia.

Una de las habitaciones, tenía un tipo de calor típico de la cantidad de personas reunidas dentro. Aunque ese número no era alto de ninguna manera, la habitación tampoco era espaciosa. El caso era que, las personas en esa habitación, estaban tan serias y ocupadas con sus tareas, que habían empezado a elevar la temperatura de la habitación poco a poco.

En el centro de la sala, había una mesa de reuniones rectangular y, situado en el asiento más importante de la sala, estaba Rampossa III. Sentado a su derecha, estaba el segundo príncipe, Zanac y el resto de los asientos habían sido ocupados por los cortesanos y ministros del Reino. Debido al hecho de que todos habían avanzado en años, si se echaba un vistazo alrededor de la habitación, todo lo que se vería, sería cabello blanco sobre cabezas blancas y brillantes cabezas calvas.

Si se tratara de una situación normal, todos, excepto el Rey, se habrían levantado para presentar sus respetos y luego iniciar correctamente la reunión, después de todo — este era el protocolo — pero eso no fue lo que sucedió. Cada uno de ellos, tenía una taza llena de té frente a ellos, lo que significaba la duración potencial de esta reunión.

Después de confirmar que todos habían recibido los materiales que habían preparado, Zanac dijo en voz alta:

"Comencemos la reunión de la corte entonces. El tema de esta reunión, será la declaración de guerra que hemos recibido del Reino Hechicero", había usado un término tan intenso como "declaración de guerra" con la esperanza de que todos trataran esta reunión con la gravedad que se merecía.

La verdad era que, el Ministro del Interior canoso, que tenía más o menos la edad de su padre, tenía la expresión más disgustada de todos. Parecía que estaba profundamente ansioso por la emergencia.

Zanac echó una mirada sigilosa al lado de la cara de su padre. Lo que más le preocupaba, era el juicio de su padre. ¿Su padre todavía era capaz de comprender completamente cuán peligrosa podría ser esta situación y tomar las medidas apropiadas contra ella?

Probablemente tiene algunas convicciones contra el Rey Hechicero que había matado a "ese tipo"...

Había escuchado que después de que su padre recibió la noticia de la muerte del Guerrero Capitán Gazef Stronoff, fue sacudido hasta el fondo y no podía pensar con claridad. Después de que se le explicara que la resurrección no era posible, se enfureció de una forma que nunca se había visto antes. Zanac fue testigo de todo mientras estaba allí con su padre cuando ocurrió.

Desde entonces, su padre parecía haber envejecido bastante. Había perdido toda motivación y estaba tan sin vida como un maniquí construido de carne y hueso.

¿Sería capaz su padre, que había estado traumatizado tanto, de emitir un juicio tranquilo contra su enemigo jurado, el Reino Hechicero?

Depende de mí entonces—

Zanac se sintió incómodo, así que echó un vistazo a los ministros.

El tema de esta reunión, fue algo que les fue entregado hace días por un enviado del Reino Hechicero, un documento oficial que llevaba el sello real del Reino Hechicero. El contenido del documento decía: "Un ciudadano del Reino ha llevado a la fuerza un convoy de granos destinado a servir como ayuda humanitaria del Reino Hechicero al Reino Santo. Consideramos que es una acción hostil contra el Reino Hechicero y, por la presente, le declaramos la guerra a su país".

El documento también llevaba los sellos de otros países que aprobaron las acciones del Reino Hechicero.

A partir de ahora, el enviado se estaba quedando dentro de la capital, esperando devolver la carta de respuesta del Reino. Dado que esta fue una comunicación oficial entre países a través de documentos, no habría sido inusual darle al otro lado una o dos semanas para responder. Incluso entonces, para que llegasen a un consenso sobre una respuesta, terminasen sus preparativos, completasen investigaciones, etc., probablemente les tomaría más tiempo del que tenían disponible, incluso si se apresuraran en cada proceso.

"Lo siento mucho, porque hemos tenido que investigar dos de los seis sellos en el documento del enviado, nos llevó bastante tiempo."

El que había bajado la cabeza, era el Ministro de Asuntos Exteriores, que también era Ministro de Sellos y estaba a cargo de la investigación sobre los sellos que aprobaban la decisión del Reino Hechicero.

"De los que estábamos seguros antes eran los cuatro del Reino Hechicero, el Imperio, el Reino Dracónico y el Reino Santo, ¿correcto?"

El Ministro de Asuntos Exteriores asintió en respuesta a la pregunta del Ministro de Finanzas.

"Eso es correcto. De los dos restantes — uno era del Reino Enano. Aunque habíamos identificado el diseño como Enano, el sello todavía tenía algunas variaciones en comparación con las de los documentos que obtuvimos de ellos hace dos siglos. Después de recibir la ayuda de Re-Blumrusher con la investigación, encontramos un sello similar, por lo que juzgamos que probablemente era una nueva versión del original después de cierta era. El otro sello, el que estaba al lado del Reino Sagrado, parecía ser el sello de la que llaman la ‘Predicadora Sin Rostro’."

"¿Colocaron el sello de un individuo junto a los sellos de estado?"

El Ministro de Asuntos Militares estaba totalmente incrédulo.

Era el más joven de los ministros. Tanto él como Zanac, redujeron bastante la edad promedio de la habitación. Dicho esto, ya tenía más de cuarenta años.

Su aparición no hacía justicia a su rango de Ministro de Asuntos Militares — era flaco, débil y tenía una cara que sugería que era neurótico. Parecía más personal financiero que militar.

Su relación con Gazef no había sido excelente, o, más bien, había hecho alarde deliberadamente de su aversión hacia él, por lo que Rampossa no confiaba mucho en él y había estado ausente de las reuniones de la corte con bastante frecuencia. La falta de contacto entre ellos, hizo que Zanac ignorara sus capacidades.

Sin embargo, como el marqués Raeven había alabado sus habilidades con Zanac, debería ser alguien que pudiera ganarse la vida como mínimo. No importaba cómo era como persona, al menos debería ser competente, ¿verdad? No, si no fuera al menos competente, no lo habría logrado como ministro.

"Parece que el Ministro de Asuntos Militares no está muy familiarizado con este asunto. Por lo general, cuando el Reino Santo aplica su sello nacional en un documento, su suma sacerdotisa también pone el sello de su templo. Esto debe ser algo similar a eso."

"...Entonces, ¿están tratando de enviar el mensaje de que la Predicadora sin Rostro ya ha superado la autoridad de sus instituciones religiosas, o que ella tiene una autoridad superior a la de sus instituciones religiosas actuales?"

"Su sirviente cree que ese es el caso, Su Majestad. El documento que recibimos para la coronación actual del Rey Santo, todavía tenía el sello de su templo, por lo que parece que ella había comenzado a consolidar rápidamente el poder justo después de ese evento. Entonces, aunque nunca habíamos visto el sello de esta Predicadora sin Rostro y no pudimos confirmar su validez, ya que estaba sellado al lado del sello nacional del Reino Santo, solo podíamos asumir que ese era el caso."

"Además del Estado del Consejo y la Teocracia, la mayoría de los países han aprobado y se han unido a la condena del Reino por parte del Reino Hechicero. Esto no fue subterfugio por parte del Reino Hechicero, sino la verdad."

"Sí, su Majestad."

Su padre dejó escapar un suspiro cansado.

"¿El Reino Dracónico también se ha doblado de rodillas ante el Reino Hechicero?"

"No podemos estar seguros, Su Majestad, porque todavía tenemos que recibir información sobre lo que sucedió en el Reino Dracónico. Tal vez habían caído presas de algunas palabras melosas o, tal vez, simplemente sentían que había más que ganar al ponerse del lado del Reino Hechicero que del nuestro."

El Reino Dracónico, probablemente solo respaldaba las acciones del Reino Hechicero y no participaba en la guerra misma.

"¿De veras? Entiendo, Ministro de Asuntos Exteriores. Gracias por su duro trabajo. Ahora bien... Ministro del Interior, ¿cuántos de los que están dentro del Reino creen en el contenido de este documento?"

"Sí. Aunque no estamos muy seguros acerca de la totalidad del Reino, alrededor de las siete décimas partes de los miembros de la corte creen que esto es una estratagema del Reino Hechicero. Aproximadamente una décima parte de nosotros cree que fue hecho por bandoleros — esa parte del campesinado que sería tan grosera y necia como para hacer tal cosa. Las dos décimas restantes, creen que este podría ser el complot de una tercera nación."

"Hmm, si fuera un complot, su objetivo, probablemente sería debilitar el Reino y el Reino Hechicero o simplemente interrumpir la paz entre el Reino Hechicero y el Reino. Si ese fuera el caso, tiene que ser el Estado del Consejo y la Teocracia."

"Su Majestad, creo que esa conclusión es demasiado precipitada. También existe la posibilidad de que el Imperio esté conspirando para anular su estado como estado vasallo. Después de todo, si fueran los caballeros del Imperio, probablemente podrían cargar fácilmente y abrumar a un convoy."

"—Eso no sería posible. El incidente ocurrió en territorio del Reino. ¿No revelaron nuestras investigaciones que había decenas de hombres? Incluso si fuera el Imperio o el Estado del Consejo y la Teocracia, no habría forma de que pudieran traer tantos soldados a nuestro territorio a nuestras espaldas. O, tal vez, tuvieron ayuda desde dentro. Tal vez habían contratado bandidos dentro del Reino, los mercenarios también serían una opción — los detalles no importan, lo que importa es que, nosotros, como nación, hemos cometido un error."

El Ministro de Asuntos Militares afirmó que era imposible que esto hubiera sido un complot ejecutado por soldados extranjeros en el Reino.

Todos sabían lo duro que había trabajado para mantener el orden público que casi se había derrumbado dentro del Reino después de aquella batalla. Había demostrado su aptitud durante la debacle, tal vez por eso tenía tanta confianza en su propio juicio.

"Hubiera sido difícil con los bandidos, pero, todavía espero que podamos absorber algunos mercenarios en nuestras filas, pero simplemente no tenemos la moneda para hacerlo."

"¿Está diciendo que nuestras finanzas no están en orden?"

"No dije eso en absoluto."

"Pero lo has implicado—"

"Ministro de Finanzas, Ministro de Asuntos Militares, por favor, dejen de discutir. No tenemos tiempo para eso."

Los dos agacharon la cabeza al escuchar al Rey hablar.

El Ministro de Asuntos Militares continuó hablando en una sala ahora silenciosa.

"Pero, no tengo dudas de que se trata de un complot de alguien. Tengo el testimonio de los guardias en las puertas de que la caravana estaba ondeando la bandera del Reino Hechicero y tenía un detalle de seguridad bastante impresionante cuando salieron de la capital."

La mayoría de la gente del Reino sabía de la masacre que el Reino Hechicero había cometido en las Planicies Katze, por lo que nadie dentro del Reino se atrevería a provocar a un país tan aterrador.

Si tuvieran que deducir quién estaba detrás de todo esto, solo había un país que marcaba todas las casillas.

—El Reino Hechicero.

Todo tenía sentido una vez que lo consideraban una trama auto-orquestada y auto-ejecutada.

Probablemente habían ordenado a la caravana quemar o deshacerse de su carga, o, tal vez simplemente no cargaron esos vagones en primer lugar y se inventaron la excusa de que fueron atacados por alguna entidad inexistente. Era difícil imaginar una explicación más plausible.

"Zanac, aunque no ha pasado mucho tiempo, ¿cuánto progreso has hecho en tus investigaciones?"

"En realidad... tu hijo ya había descubierto quién había comenzado este incidente."

Todos los cortesanos tenían expresiones de asombro.

"...Es solo eso, eso fue lo que lo hizo difícil. Teníamos dudas de que fuera una conspiración precisamente porque era muy fácil encontrar al culpable. ¿Serías tan amable de darme un poco más de tiempo?"

"Por supuesto, tenemos que investigar los detalles exactos de este incidente, pero, dada la situación, cualquier cantidad de información sería útil. ¿Puedes informar sobre lo que has descubierto, de lo que estás absolutamente seguro?"

"Como desee, Mi Rey. De lo que estamos seguros, es de que los delincuentes en cuestión incluyen al conocido como barón Philip Dayton L'Eyre Montserrat y sus siervos."

Los cortesanos empezaron a hablar: "¿Montserrat?", "¿Has oído hablar de ese nombre?", "¿Un barón y sus siervos atacaron el convoy?", "¿Estaban tratando de vengar a alguien que murió en la batalla?", "¿Quizás es uno de esos que no piensa mucho en sus acciones?", "Las emociones podrían llevar a uno a desenfrenarse inesperadamente, ¿no?"

En medio de esto, el que habló, fue el Ministro de Justicia, que parecía estar bastante molesto,

"Su Majestad, esto... esto tiene que ser una estrategia del Reino Hechicero, ¿correcto? Su sirviente no podía entender por qué un noble del Reino idearía algo como esto."

"Estoy de acuerdo. ¿No es el Reino Hechicero un país que usaría despreocupadamente「 Encantar Persona 」en sus tribunales? Es completamente posible que no les importe menos usar métodos igualmente de mala calidad a nivel nacional. Por ejemplo, ¿se estaba controlando a ese barón usando 「Encantar Persona」?"

La frase "ya veo" se podía escuchar en toda la habitación. Zanac no pudo evitar sentir pena por filtrar esa información después de escuchar las acusaciones que hizo el Ministro en la segunda mitad de la retórica.

"Si ese es el caso, debemos ofrecer protección a ese barón lo antes posible. Aunque no estoy demasiado versado en el asunto, he oído que el hechizo llamado 「Encantar Persona」 deja a la víctima con el recuerdo de lo que sucedió cuando el hechizo fue lanzado sobre ellos. Por lo tanto, no permanecería en silencio."

Zanac no era tan experto en magia como el Ministro, por lo que había cometido un error de novato.

"Convoca a ese barón. Investigue lo que había sucedido. Al mismo tiempo, protéjalo."

"—Mi Rey." —Zanac no quería decir eso, pero después de animarse a sí mismo, dijo— "Después de que descubramos lo que sucedió, ¿podríamos ofrecerle la cabeza de ese barón como una disculpa al Reino Hechicero?"

"¿De qué estás hablando?"

La mirada de su padre era lo suficientemente aguda como para sentir que le atravesaba. Incluso cuando fue reducido a un viejo flaco, el hombre que había llevado el título de Rey durante mucho tiempo, aún tenía un aura que era digna de elogio.

Dudo que tenga el mismo nivel de majestad, pero no retrocederé tan fácilmente.

Incluso si este era un plan del Reino Hechicero, ¿realmente valía la pena librar una batalla en el campo de batalla que el enemigo había preparado especialmente para ellos? Estaba aterrorizado ante la posibilidad de que continuamente discutieran de un lado a otro acerca de si "es una estrategia" o "no es una estrategia" hasta el punto en que se involucrarían en una guerra a gran escala.

En lugar de esperar a que las cosas llegaran a ese punto, sería mejor simplemente renunciar a la cabeza del noble que lo había iniciado todo más temprano que tarde y esperar a que aligerara la situación.

Sería completamente estúpido luchar contra un oponente que ya había demostrado sus poderes superiores en su batalla anterior. Si se produjera una guerra, le resultaba difícil imaginar que los nobles que sabían de esa tragedia aún enviarían sus impuestos.

Incluso si estuvieran dispuestos a enviar a sus propios soldados, simplemente se pondrían en peligro.

"Mi Rey, creo que debemos evitar una guerra con el Reino Hechicero."

"¿Y entonces, estarías dispuesto a ofrecer un noble inocente como sacrificio? ¿Es eso algo que el heredero al trono debería decir? Hijo mío, piensa antes de hablar."

Zanac se lamió los labios y respondió:

"Mi respuesta sigue siendo la misma, independientemente de lo que digan los demás. Creo que es imprescindible para nosotros evitar una gran pérdida de vidas con un pequeño sacrificio."

"Si tuviéramos que hacer eso, ¿deberíamos entregar la cabeza de otro sirviente leal cada vez que el Reino Hechicero llama a nuestra puerta? ¿Entiendes esa lógica tan simple?"

"Entiendo... pero mi padre debería haber visto la tragedia de las Planicies Katze que yo no había visto. ¿Se arriesgaría a entrar en conflicto con el Reino Hechicero con eso en mente?"

Su padre dejó escapar un suspiro y curvó los labios en línea recta. Zanac aprovechó su ventaja al continuar con: "Estoy en contra de la idea. Permítanme repetirme, creo que una guerra con ese tipo de país debe evitarse a toda costa, incluso si tenemos que sacrificar a un noble inocente."

Su discurso no era apto para el heredero al trono. Podría ser llamado débil a sus espaldas y perder la lealtad de algunos cortesanos debido a esto, pero Zanac creía que este era el único camino a través del cual el Reino sobreviviría.

"…Su Majestad. Su sirviente también apoya la propuesta de su alteza."

El que estuvo de acuerdo con él, fue el Ministro de Asuntos Internos, pero estaba a punto de agregar a la propuesta de Zanac.

"Su Majestad, su sirviente comprende su deseo de proteger a todos los ciudadanos. Entonces, ¿qué tal si simplemente nos convertimos en un estado vasallo del Reino Hechicero?"

Los cortesanos empezaron a gritar "¿De qué estás hablando?", "¿Has perdido tu sentido del honor?" y uno al escuchar lo que el Ministro de Asuntos Internos tenía que decir. El Ministro los ignoró a todos con la mirada fija en el padre de Zanac.

Frente a una sugerencia que había calificado al sugeridor de traidor, su padre, gradualmente dejó escapar una sonrisa.

"Eso, especialmente no puedo hacerlo. Eso sería similar a traicionar la lealtad de generaciones de personas que habían servido a este Reino. ¿Cómo podremos mirarlos a la cara entonces? Te pido disculpas, Conde. Gracias por su sugerencia."

"Su sirviente no merecía esa disculpa."

Zanac vio que se comunicaban en el nivel más profundo a través de sus miradas.

¿Sería capaz de tener cortesanos que fueran tan leales?

Su padre era un hombre misericordioso, pero nada más. No, tal vez era por esto que personas con talento estaban dispuestas a servirle. Su padre era excepcionalmente talentoso en reclutar personas más talentosas que él, como el Guerrero Capitán Gazef Stronoff.

Zanac sintió que era mejor para él convertirse en rey que su hermano, que era más probable que se convirtiera en un títere de Ocho Dedos o de la Facción Noble y condenara al país que no. Por eso había trabajado junto con el marqués Raeven para convertirse en rey o en un poderoso gran duque para prepararse para el futuro.

Pero ahora, Zanac no pudo evitar sentirse inadecuado en comparación con la genio de su hermana y el carisma de su padre. Incluso si se convirtiera en el rey, no era probable que hiciera del Reino un lugar mejor.

Lo único que podía hacer, era mejorarse a sí mismo, pero no era una tarea tan fácil dada su edad y personalidad y, de todos modos, nunca quiso superarse. Probablemente mantendría su personalidad hasta la muerte.

"—Ministro de Asuntos Militares, quiero proponer una hipótesis. ¿Qué podríamos hacer para ganar una guerra contra el Reino Hechicero?"

"¿Podríamos formar una alianza con otro país antes de eso? ¿Debemos enfrentarlos solos?"

Zanac, Rampossa III y el Ministro de Asuntos Exteriores intercambiaron miradas. Zanac, como su representante, respondió con:

"No hemos tenido éxito en forjar una alianza con el Estado del Consejo. Habíamos comenzado negociaciones con ellos hace mucho tiempo, justo después de que la batalla había terminado. No pudimos formar una alianza agradable en ese entonces. Si supieran que nuestra relación con el Reino Hechicero ha empeorado, la posibilidad de rechazo solo aumentaría."

"Ya veo... entonces, Su Majestad, aunque esta pregunta puede estar fuera de lugar. ¿Cuál consideraría como la condición de victoria de esta guerra? ¿Tenemos que expulsar al enemigo en la batalla? ¿O tenemos que matar, o, más bien, destruir al Rey Hechicero? Si es lo último, no creo que tengamos ninguna posibilidad de lograr la victoria."

"...Ministro de Asuntos Militares, ese no sería el caso. ¿Qué pasaría si solo tuviéramos que obligar al enemigo a retirar sus fuerzas?"

"Déjame pensarlo..." —el Ministro de los Asuntos Militares inclinó la cabeza mientras lo contemplaba. Se le ocurrió la respuesta— "La suerte tendría que estar de nuestro lado, pero, si tuviéramos que marchar un ejército por el camino más largo y ocupar E-Rantel mientras sus tropas aún marchan de E-Rantel hacia la capital, podríamos tener la oportunidad de cambiar el rumbo de la batalla."

"¿Tendríamos que romper sus tres capas de fortificaciones?"

"Sí, su Majestad. Sería algo que solo se podría lograr si fuéramos capaces de escabullir un ejército que es tan grande que posiblemente podamos superar sus defensas, por lo que dije que la suerte tenía que estar de nuestro lado. Por supuesto, si el Rey Hechicero, el que era capaz de lanzar ese hechizo aterrador sin sudar, debía permanecer en E-Rantel, entonces, este plan, sin duda fracasaría."

Otra forma de decir esto, era que, si la suerte no estaba de su lado, no tenían ninguna posibilidad de victoria. Zanac no estaba seguro de si su padre entendía todas las implicaciones de las palabras del Ministro.

"Si ese fuera el caso, entonces, si el Reino Hechicero nos hubiera invadido sin una declaración formal de guerra, todo habría terminado. Un ataque sorpresa nos habría impedido reunir suficientes tropas a tiempo, en cuyo caso, ni siquiera podríamos llevar a cabo el plan."

Era la tradición de las declaraciones formales de guerra entre naciones, una especie de acuerdo o etiqueta de caballeros.

Enviar una declaración formal de guerra, era enviar el mensaje de que "nuestro país respeta la etiqueta" a las otras naciones. Si no lo hicieran, habrían sido vistos como una nación bárbara, lo que habría tenido un impacto muy negativo en sus esfuerzos diplomáticos.

Entre naciones de diferentes razas, esta tradición no se veía a menudo. Sin embargo, incluso cuando estaban involucradas naciones de diferentes razas, dependía de la edad, la historia, las relaciones diplomáticas con sus países vecinos, etc.

Entonces, dado este contexto, ¿cómo se comportaría una nación gobernada por los no muertos, que odiaba a los vivos? ¿Proporcionarían una declaración formal de guerra?

"—Mi Rey. Como esperaba, solo tendríamos la menor posibilidad de victoria si fuéramos a la guerra. Si ese es el caso, ¿no deberíamos hacer todo lo posible para evitar ese resultado, sacrificando un poco?

"¿Sacrificando un poco...?"

"Sí, Mi Rey. Deberíamos convocar a ese barón de inmediato y llevarlo a juicio. Luego, haremos que se haga responsable de sus acciones, independientemente del resultado y que se vaya con la cabeza."

"...No podemos hacer eso, Zanac. Convocar a ese barón y llevarlo a juicio estaría bien, pero, si fuera inocente o si pudiéramos declarar su inocencia, no haré tal cosa. Tengo un mejor plan en mente."

"¿Un plan mejor...? ¿Qué es?"

Su padre guardó silencio y sacudió la cabeza.

Después de presenciar eso, Zanac concluyó que su padre probablemente estaba mintiendo. Si realmente hubiera un plan mejor, entonces, debería decirlo en voz alta. Si no lo había, probablemente estaba mintiendo para encubrir el hecho de que no había pensado en una buena razón sobre por qué deberían perdonar a ese noble.

Zanac se sintió decepcionado por su padre y contempló lo que debería hacer a continuación.

No importa cómo lo mire, el futuro del Reino parece sombrío... Parece que tendré que hacerlo por la fuerza.

En primer lugar, era una necesidad para ellos atribuir todas las responsabilidades a ese barón.

Aunque la probabilidad era escasa, ese barón podía haber sido la fuente de todos sus problemas de todos modos. En cualquier caso, si pudieran hacer de eso la verdad, entonces, sus problemas se resolverían.

Sin embargo, Zanac no podía pensar en una forma de atribuirle todas las responsabilidades. ¿Qué pasaría si tuviera que matar al barón en su camino a la capital y luego atribuirle las responsabilidades? Su padre no podría decir lo contrario si ese fuera el caso.

Incluso si su padre se opusiera al plan, siempre que pudiera llevarlo a cabo por su cuenta, todo estaría bien. Había considerado si las cosas iban a salir de esta manera en el momento en que se enteró del incidente. Ya había llegado a una conclusión en aquel entonces.

El grave crimen de usurpar el trono.

Estaba tan cerca de heredar el trono que ni siquiera tenía que hacer nada más que esperar. La cantidad de desventajas de hacer lo que estaba a punto de hacer, era demasiada para contarla. La única ventaja de este plan, es que resolvía el problema en cuestión.

Si ese fuera el caso, la usurpación podría ser una idea estúpida en toda regla, pero, si permitiera que el statu quo permaneciera como estaba, no habría un Reino del que hablar pronto.

Zanac esperaba que al menos pudiera recibir la aprobación de los cortesanos presentes. También era necesario que él le pidiera los servicios de ese hombre a su hermana. Brain Unglaus era una parte indispensable de su plan. Si Brain estuviera allí, definitivamente tendrían la ventaja en términos de fuerza.

—Ah, ¡qué frustrante! ¡Por qué tengo que planear esto en primer lugar! ¡Si tan solo el Reino Hechicero no existiera! ¡Ojalá no existiera ese ser no muerto monstruosamente poderoso!

Si no fuera por el Reino Hechicero, si no fuera por su intervención en su batalla anual con el Imperio, aunque su hermano ya podría haberse convertido en rey, el Reino aún no se vería obligado a arrinconarse como lo había estado ahora.

Zanac maldijo en su corazón.

Y, entonces, se escuchó el sonido de los golpes en la puerta.

Zanac tuvo una premonición.

Para interrumpir una reunión tan importante, debía ser una emergencia. Para ser sincero, la forma en que tocaban la puerta también era bastante violenta.

Los problemas de tanta importancia eran, generalmente no — definitivamente eran malas noticias. Esa era la premonición de Zanac.

Zanac, como su representante, dio su aprobación para dejarlos entrar. Un caballero entró en pánico en la habitación, tal como había esperado.

"¡Un precursor del Reino Hechicero nos acaba de notificar que su Primera Ministra, Albedo, llegará a la capital en menos de dos horas!"

En sus comunicaciones anteriores, el título de Supervisora de los Guardianes no tenía mucho sentido para ellos, por lo que aparentemente habían cambiado su título al de Primera Ministra, fácilmente comprensible. ¿La llegada de una persona de tal calibre confirmó su aprensión?

—no, espera.

Su premonición estaba fuera de lugar. Estas no eran malas noticias, sino las peores noticias.

Entonces — ¿para qué ha venido?

El enviado que había traído el documento oficial no estaba dentro de este palacio. Aunque había querido que permaneciera dentro de la capital, no tuvieron el coraje de dejar que una criatura no muerta se quedara con ellos. Esta era la razón por la que actualmente se encontraba dentro de una mansión en la parte noble de la ciudad.

Habían estacionado guardias alrededor de la mansión bajo la apariencia de protección, el perímetro estaba tan bien protegido que ni siquiera un slime podía salir sin que lo notaran, pero, el enviado, aparentemente aún no había contactado al Reino Hechicero.

¿Podrían haber estado comunicándose mediante medios mágicos? ¿O planeaban visitar el Reino incluso si el enviado no hubiera regresado?

Además, no habían enviado al precursor antes de partir, sino, más bien, tan tarde en su viaje. ¿Para qué?

Dicho esto — no parece que estén aquí para declararnos la guerra.

Si estuvieran aquí para declararles la guerra, no estarían enviando a su segundo oficial más poderoso a territorios donde no estaban seguros de lo que podría suceder.

Como enviado de una nación extranjera, el Reino no se atrevería a dañarla, aunque podría tener esa ingenua idea. Sin embargo, desde la perspectiva de Zanac, no parecía ser el tipo de persona que deambulaba por territorios que sabía que serían peligrosos para ella.

"Concédele una audiencia. Prepara la sala del trono para una recepción apropiada de inmediato."

"¡Sí, Su Majestad!"

El caballero salió de la habitación al escuchar las órdenes de su padre.

Por lo general, incluso si un dignatario extranjero fuera a la capital, no era como si se le concediera una audiencia con el Rey el mismo día. Pero, dada su situación actual, no podían simplemente decirle a la Primera Ministra del Reino Hechicero cosas como "se le otorgará una audiencia en unos días".

"Me disculpo, pero ¿podrían todos cambiarse a un atuendo más formal y reunirse en la sala del trono?" 

Al escuchar la solicitud de su Rey, los cortesanos, incluido Zanac, agacharon la cabeza.

♦  ♦  ♦

La sala del trono utilizada para audiencias con enviados (había varias salas del trono, cada una para propósitos diferentes) no era demasiado grande, pero, prepararla para que fuera lo suficientemente adecuada para los dignatarios, era todavía un compromiso de tiempo considerable. Sin embargo, dado que la guía que habían enviado era bastante lenta — no fue un movimiento deliberado de su parte para ganarles más tiempo — tuvieron el tiempo suficiente para preparar la habitación y reunir a los cortesanos, que ahora estaban vestidos con un atuendo ceremonioso antes de que la Primera Ministra del Reino Hechicero, Albedo, llegara.

El olor de las flores recién cortadas comenzó a impregnar la habitación.

Para Zanac, todo olía a hierba, pero Renner, probablemente lo diría como: "Onii-sama probablemente solo tiene la nariz tapada", o algo similar.

Sintió que las flores frescas eran innecesarias dado que todos usaban algún tipo de perfume, pero entendió que había cierta belleza en la vista de las florecientes flores. Sin embargo, si ese fuera el caso, ¿por qué no podrían simplemente usar flores falsas? Bueno, dado que no había precedentes para eso, el uso de flores falsas, podría dar a los enviados la impresión equivocada de que no eran bienvenidos allí, eso sería problemático.

Cada raza tenía actos de etiqueta comparables, sin embargo, la misma acción podía ser interpretada de manera diferente por diferentes razas. Entonces, ¿cómo manejaba este problema el Estado del Consejo, que albergaba a varias razas no humanas?

La razón por la que este pensamiento le vino a la mente de la nada, fue por los cuernos y las alas de la Primera Ministra del Reino Hechicero, Albedo, que acababa de entrar.

Como Primera Ministra del Reino Hechicero, la belleza seductora tenía un aire oscuro de encanto sobre ella, sin cambios desde la última vez que la había visto. Su belleza era tal, que casi podía hacerles olvidar que era una oficial de alto rango del despreciable Reino Hechicero. No estaba seguro de si se le había hablado, pero era lo suficientemente hechizante como para que los países guerrearan por ella.

Esa era la Primera Ministra del Reino Hechicero, Albedo.

El sonido de los hombres que se habían enamorado al instante, se podía escuchar en toda la habitación, el sonido que hacían al suspirar, "Ooooh". Los nobles que habían emitido esos sonidos también eran evidentes en sus miradas embelesadas.

La belleza que era capaz de mantenerlos cautivados instantáneamente, dejó escapar una sonrisa que era como la de una madre amorosa. Quizás nadie más en este mundo podría producir una sonrisa tan encantadora.

Aunque la hermana de Zanac también era considerada una belleza, pensó que la belleza de Albedo podría incluso eclipsar la de ella.

El único aspecto extraño de ella, era su vestido.

Si estuvieran en un baile, nada sería más apropiado que ese vestido de color melocotón claro, pero, dada su situación actual, no era apropiado en absoluto. 

Ella no podría haberlo usado por error. Tenía que ser a propósito. ¿Cuál era el significado oculto detrás de todo esto?

Zanac no tenía ideas sobre las implicaciones de los diferentes tipos de vestidos que usaban las mujeres. Tal vez su hermana podría resolverlo, pero no era exactamente normal en comparación con las otras mujeres de la aristocracia. Dicho esto, por su decisión de no gastar demasiado en sí misma por desinterés en arreglarse, se había ganado el respeto de Zanac.

Zanac le echó un vistazo a su hermana.

No llevaba su vestido habitual, sino el que había usado para las ceremonias. No podía estar usando la misma ropa que tenía la última vez que le dieron la bienvenida a Albedo, ¿verdad?

Aunque quería decirle a Renner que no usara ese atuendo ya que la gente la menospreciaría, su vestido no estaba demasiado fuera de lo común en comparación con lo que llevaba Albedo.

Algunos cortesanos también habían notado que Renner estaba usando el mismo vestido que tenía la última vez y tenían expresiones molestas, pero esas expresiones solo aparecieron por un momento antes de desaparecer.

"Cuánto tiempo sin verla, Albedo-kakka."

Al escuchar la voz de Rampossa, los nobles que habían sido cautivados por la belleza de Albedo, finalmente, volvieron a la realidad.

"En absoluto, es mi culpa por no haber visitado a Su Majestad en tanto tiempo."

Albedo respondió con una voz sorprendentemente atractiva que combinaba con su apariencia. Su espalda permanecía recta y, la posición vertical de su cabeza, permanecía sin cambios, tal como lo había hecho la última vez. Esto estaba en contraste directo con su comportamiento amable, dejaba en claro su creencia de que los humanos eran demasiado insignificantes para que ella se inclinara.

"No parece que haya cambiado mucho, eso es un alivio."

"Lo mismo para usted, Su majestad."

La forma en que los dos sonreían y se miraban el uno al otro, podría hacer creer que era solo una cálida reunión de amigos y nada más.

"Parece estar ocupada, así que seré directo, ¿por qué ha venido aquí hoy?"

"En efecto. Estoy aquí con respecto a nuestro asunto anterior — que así fue como la caravana de granos de mi país, que estaba destinada a ser ayuda humanitaria para el Reino Santo, había sido robada por uno de los suyos."

Aunque esto no era cosa de risa, la sonrisa de Albedo se mantuvo firme desde antes.

En contraste, su padre se había levantado de su trono para decir:

"Ya veo, está aquí por eso. Luego, permítanme, en primer lugar, disculparme por las acciones de mi ciudadano."

Su padre agachó la cabeza y se inclinó profundamente. El Rey de un reino estaba aceptando las palabras de la otra parte al pie de la letra. En diplomacia, eso era algo que no debería haberse hecho por ningún motivo. En el mundo de la diplomacia, donde ni siquiera los astutos estaban a salvo del engaño, confirmar las fallas de un país, era un gran error.

No importaba el hecho de que no era prudente que el jefe de estado se disculpara directamente por algo, porque eso sería similar a que todo el país admitiera su culpa.

Haberlo hecho, sería condenar a su país a todos los caprichos y fantasías del Reino Hechicero. No—

Considerando que estamos tratando de evitar una guerra total, esta podría no haber sido la peor idea. Pero, si el Reino Hechicero exigiera la cabeza de ese noble ahora, ¿no están obligados a hacerlo?

No podía imaginar que las cosas saldrían de esta manera, dado lo que su padre había dicho antes. Si tenía la intención de rechazar las demandas del Reino Hechicero en este momento, el que se disculpó, debería haber sido alguien como Zanac en lugar de él. Después de todo, la diferencia en el peso de las palabras de un jefe de estado y las de su hijo. era un mundo aparte.

Pero, justo cuando el tren de pensamiento de Zanac llegó a ese punto, las palabras posteriores de su padre lo dejaron sin palabras.

"Ahora bien... ¿la ofrenda de mi propia cabeza permitiría que el Reino recibiera el perdón del Reino Hechicero?"

En el momento en que esas palabras salieron de la boca de su padre, se sintió como si toda la habitación se hubiera congelado.

Después de que su sorpresa había disminuido, Zanac no pudo evitar sentirse avergonzado de sí mismo desde el fondo de su corazón.

Sin duda, esta era la carta de triunfo de su padre.

Aunque la magnitud de un incidente afectaría la respuesta, si el regalo del arrepentimiento era el jefe del jefe de estado, la otra parte, tenía que aceptarlo sin importar quiénes fueran, ¿verdad? No, si hicieran más solicitudes más allá de lo que se ofrecía, su falta de magnanimidad, seguramente generaría condenas por parte de todos.

Su padre no se consideraba desafortunado por tener que ofrecer su vida, no porque quisiera morir, sino porque, sacrificarse por el propio Reino, era para que un Rey insistiera.

Su padre era un verdadero rey.

Aunque era un hecho que la debilidad de su padre estaba en cómo había tratado los asuntos, parece que Zanac había estado subestimando a su padre durante mucho tiempo.

"Por supuesto, el Reino se hará responsable de la pérdida de granos del Reino Hechicero, incluso podríamos reembolsar el doble de la cantidad de granos si lo desea. Eso se suma a la oferta de mi cabeza. ¿Cuál es su opinión sobre esta oferta? Albedo-kakka."

"Hmph..."

La expresión facial de Albedo se volvió pesada. Aunque todavía era una belleza sonriente, era extrañamente aterradora.

"...Jejeje, parece que has hecho una predicción ligeramente incorrecta, ¿Rampossa III?"

Albedo desvió la mirada, aparentemente hacia su hermana.

Overlord, Emperador Declaración de Guerra

"¿Fue porque perdiste a aquel hombre? ¿O fue por algo más? ¿Te has enterado de la brillantez—" —Albedo miró a Zanac— "—de tu hijo y has decidido cambiar de opinión?"

"No creo que haya cambiado de opinión..."

"Oh, pero lo has hecho. Si este fuera tu yo pasado, no hubieras tomado esa decisión... ¿tal vez fue una combinación de una multitud de factores que te habían influenciado, pero tu base como persona no había cambiado tanto? Lo que sea, eso no importa. En cualquier caso, no cambiaremos nuestras políticas hacia este asunto."

Debido a lo repentino y peculiar que había ocurrido el cambio de Albedo en el aura, nadie lo notó al principio. Había renunciado por completo a la etiqueta que se esperaba de un enviado durante una audiencia con un jefe de estado. Incluso si fuera extranjera, esta no era una actitud aceptable a mostrar a un rey que lideraba activamente a su nación. Sorprendentemente, esta actitud suya se sintió más natural para Zanac, tal vez porque la diferencia de poder entre el Rey del Reino y la Primera Ministra del Reino Hechicero, era deformada para empezar.

Humano y demonio.

Desde esa perspectiva, su actitud parecía más natural.

Quizás por eso. Había una presión invisible que emanaba de Albedo que impedía que todos expresaran su disgusto.

Eso era solo temporal, ya que, el demonio — el enviado del Reino Hechicero — se puso rápidamente la piel de cordero.

Albedo encuestó a los cortesanos que estaban de pie en lados opuestos del pasillo y proclamó en voz alta:

"Esta es una declaración formal de guerra del Reino Hechicero. ¡Desplegaremos nuestras tropas un mes a partir de este día al mediodía! Sin embargo, si fuerais a marchar tropas hacia E-Rantel, para cruzar las fronteras del Reino Hechicero, entonces, ya no seguiremos esa línea de tiempo."

"¡Por favor, espere!"

"No tengo intención de quedarme más tiempo. Muy bien, con eso, mi trabajo aquí está hecho. Lo último que debía transmitir de Su Majestad es—"

"—¡¿Planeasteis que las cosas salieran de esta manera todo el tiempo, no?!"

Dijo un cortesano lleno de ira. Albedo entrecerró los ojos para mirarlo. El mensaje transmitido a través de esos ojos, era probablemente una amenaza.

"Te atreves a interrumpir el mensaje de Su Majestad el Rey Hechicero — humano. ¿No puedes esperar a morir dentro de un mes?"

Los colores se desvanecieron instantáneamente del cortesano que había hablado a pesar de que Albedo no había levantado la voz demasiado y no había hecho nada inusual. Aun así, las expresiones del cortesano, que había sido amenazado por algún señor feudal con soldados antes, cambiaron dramáticamente debido a la mirada de una belleza.

"...Hmph. Ahora pues, permitidme transmitiros el mensaje de Su Majestad el Rey Hechicero. 'No tengo intención de usar la gran magia de la última vez, disfrutemos el proceso. Eso es todo'." —después de decir eso, Albedo tenía una expresión confusa en ella por primera vez— "Incluso si dices que esta es una estrategia que habíamos planeado, para ser completamente honesta, lo que ocurrió, estaba completamente fuera de nuestras expectativas. También queríamos saber cómo habían resultado las cosas de esta manera."

Albedo parecía estar diciendo la verdad a juzgar por su expresión y voz, uno no creería que estaba mintiendo. Por supuesto, la posibilidad de que todo esto fuera un acto, también era increíblemente alta.

"Si deseáis tratar este incidente como una estrategia de nuestra nación, eso está bien por mí. La historia está escrita por los vencedores. Todas vuestras falsas acusaciones se borrarán pronto."

Zanac entendió la postura que el Reino Hechicero había adoptado para este incidente.

La idea de que podían evitar una guerra era inútil.

El Reino Hechicero no había estado buscando expandir sus territorios a través de la conquista, sino más bien la destrucción completa del Reino. Era seguro decir que la guerra era inevitable. En un mes, los no muertos del Reino Hechicero, seguramente irán a las fronteras del Reino.

"No hay necesidad de escoltarme, no deseo aprovechar más vuestro precioso y limitado tiempo."

Después de que Albedo exhibiera la actitud que les decía que ella había dicho todo lo que había querido, les dio la espalda al resto y salió por la puerta.

¿Era realmente ventajoso para el Reino dejarla ir sin poner sus manos sobre ella?

Si mataran a esta mujer que ocupaba el cargo de primera ministra, ¿hundiría temporalmente la política del Reino Hechicero en el caos y los haría incapaces de iniciar una guerra?

Sin embargo, una mirada a la espalda de su digna figura lo hizo dudar.

Mientras Zanac reflexionaba sobre las posibilidades, nadie se atrevió a impedir que Albedo saliera de la habitación.

Las puertas gigantes se cerraron justo cuando la silueta de Albedo desapareció a un lado del marco de la puerta. Zanac le dijo a su padre:

"¿Qué debemos hacer? Si la perseguimos..."

"No hagas nada de ese tipo. Si tuviéramos que hacer algo como matar al enviado de otra nación, la culpa de toda esta situación recaería sobre nuestros hombros. Entonces, ninguna otra nación acudiría en nuestra ayuda."

Su padre respondió con una voz débil cuando se llevó la mano a la frente, como si le doliera la cabeza. Zanac sintió como si su padre hubiera envejecido rápidamente en comparación con hace unos momentos.

"Su Majestad. Su sirviente desea difundir la noticia de que le ofreció su cabeza como un regalo de arrepentimiento a cada nación."

"...Sí, te lo dejaré a ti, Ministro de Relaciones Exteriores. Si hicieras eso... en el peor de los casos..."

"Por favor, no hable del peor de los casos. ¿No estaremos bien mientras logremos derrotar al ejército del Rey Hechicero?"

"Sí, sí. Estás en lo correcto."

Las palabras del Ministro de Asuntos Exteriores, le devolvieron el color a la cara de su padre, pero la sonrisa que tenía, todavía estaba llena de dolor.

"Zanac, Renner. Tengo algo que deciros. ¿Podrías venir a mi habitación más tarde? Ahora bien, me disculpo con todos los que se reunieron aquí, pero, tendremos que reunirnos en otra hora para discutir lo que sucederá en un mes."

Todos los cortesanos bajaron la cabeza y se inclinaron.

Después de que el Jefe de los Guardias escoltara a su padre fuera de la habitación, Zanac y Renner se fueron juntos.

Aunque Climb y Brain esperaron fuera de la habitación como los guardias de Renner, Renner les dijo que esperaran en su habitación, así que, solo vieron como Zanac y Renner se iban.

Los dos caminaron hombro con hombro por los pasillos.

"Entonces, hermana. ¿Sabes por qué papá nos ha convocado?"

"Sí, creo que es por la misma razón que la que Onii-sama tiene en mente en este momento."

"¿De veras? ¿Está a punto de mostrarnos los deliciosos postres que trajo Albedo-kakka?"

"¡Sí! ¡Como se esperaba de Onii-sama, creo que ese también es el caso!"

Zanac miró a Renner con los ojos bien abiertos por un segundo, a lo que Renner respondió con una sonrisa como si nada hubiera pasado. Es una pena lidiar con esta mujer.

"¿Qué planeas hacer?"

"Um—"

Renner colocó su dedo índice debajo de la barbilla e inclinó la cabeza hacia un lado. Zanac vio lo que estaba haciendo e intencionalmente suspiró profundamente.

"¿Qué obtienes de hacerte la mona frente a tu propio hermano? Ve a actuar para Climb en su lugar, él es el crédulo."

"Onii-sama, eso ha sido realmente grosero de tu parte. Lo intentaré con Climb a continuación, aunque no tenía planeado hacerlo. ¿No es a Onii-sama a quien se le debe preguntar qué planea hacer?"

"Yo, quiero huir. Pero, eso no sería posible. El Reino Hechicero, seguramente nos perseguiría."

"Estaba pensando lo mismo, ¿sabes?"

Para una mujer que deseaba casarse con un hombre cuyo estatus social estaba lejos del suyo y se había asociado intencionalmente con Zanac, esa respuesta fue demasiado directa. Zanac había pensado que Renner sería del tipo que valoraría más su supervivencia y habría planeado abandonar el palacio para mañana o algo así. Quizás ella también entendió lo imposible que era para ellos escapar de las garras del Reino Hechicero y, por lo tanto, apagó sus deseos de hacerlo.

Zanac le echó un vistazo a Renner, pero no pudo decir sus sentimientos al respecto solo a través de sus expresiones. 

Después de que ambos entraran en la habitación, las primeras palabras de la boca de su padre, fueron tal como las había esperado.

"Zanac, Renner. Dejad este lugar de una vez. Solo sois el príncipe y la princesa de este país, no hay necesidad de que muráis los dos junto a él."

Los dos se miraron y respondieron al unísono que—

No tenían la intención de hacerlo.

La expresión en el rostro de su padre era agridulce.

"Ya veo... pero, todavía hay tiempo. Si cambiáis de opinión, decídmelo de inmediato."

Aunque no creía que sus intenciones cambiarían, la mente de un hombre era más propensa a fallar.

Zanac asintió suavemente con la cabeza hacia su padre.

Renner, que estaba a su lado, hizo lo mismo.

Unirse a la conversación