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Overlord vol. 13 novela ligera |
Traducción jpn-ing: NigelTraducción ing-esp: RawiCorrección: . . .
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Esta traducción es la versión 2.3 traducido por Rawi. Se sacará una versión en el futuro.
Overlord Volumen 13: La Paladín del Reino Santo | Parte II
Capítulo 7: Salvador de la Nación
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Parte 2
Una semana después de que se hubieran unido al ejército de los nobles del sur, terminaron sus preparativos y empezaron un nuevo avance.
Su siguiente objetivo era la ciudad de Prart, al oeste de Kalinsha.
Neia no podía ocultar su malestar mientras se tambaleaba sobre el lomo de un caballo.
Aunque era perfectamente lógico no dejar pasar esta oportunidad de exterminar a los semi-humanos mientras las heridas de Jaldabaoth aún no se habían curado, no encajaba bien con sus sentimientos. Ella quería aumentar el número de partidarios y poner sus esfuerzos en finalizar los preparativos para el rescate que se enviaría en busca del Rey Hechicero.
Dicho esto, Neia sabía por experiencia propia con Remedios que la irritación de un comandante agitaría a la gente que estaba debajo de ellos. No podía descargar sus frustraciones en sus subordinados.
Respiró profundamente varias veces para calmarse y sus pulmones se llenaron de aire fresco. Mientras la primavera estaba cerca, todavía se podía sentir el invierno en el aire.
Después de recobrar la compostura, Neia inspeccionó el ejército que estaba saliendo.
Había unas 95.000 personas aquí, tantas que tuvo que mover la cabeza para verlas todas. Sus fuerzas estaban compuestas por unos 30.000 hombres de la nobleza sureña y 65.000 hombres del Ejército de Liberación. Por cierto, de los 20.000 hombres restantes del sur, 10.000 fueron asignados para asegurar un punto de retirada y los otros 10.000 descansaban en Kalinsha.
Entre ellos, había 2.000 arqueros dirigidos por Neia, todos ellos pertenecientes al Equipo de Rescate.
Los restos del ejército semi-humano al que se enfrentaban, se estimaban en unos 30.000 efectivos, por lo que tenían una ventaja abrumadora en número.
Sin embargo, cada persona semi-humana era más fuerte que un ser humano y lo que es más importante, tenían que estar en guardia contra Jaldabaoth, por lo que no podían ser descuidados incluso con esta disparidad de números.
Se habían embarcado en esta operación partiendo del supuesto de que Jaldabaoth seguía herido y sin poder actuar. Si Jaldabaoth se hubiera recuperado completamente, entonces, estarían marchando hacia su muerte.
Su corazón latía como un despertador.
¿Debería haber dado prioridad al rescate del Rey Hechicero sobre todo lo demás?, se preguntó Neia. Sus pensamientos comenzaron a dar vueltas en círculos.
"—Baraja-sama. ¿Necesita información de los miembros del cuerpo en otras unidades?"
Bertrand había paseado su caballo junto a ella antes de hacer su pregunta y Neia parpadeó en respuesta. Ella no tenía idea de lo que él estaba hablando.
Después de pensarlo un poco, Neia finalmente lo entendió y rápidamente agitó la mano que no sostenía las riendas de su caballo.
"No, no, no necesitamos hacer cosas de espías como esas. Después de todo, somos camaradas marchando hacia la misma meta."
"¡Ohhh! No esperaba nada menos de usted, Baraja-sama. Como portavoz de Su Majestad, sus palabras son muy amables."
"…Aunque su cara da miedo."
Después de que Bertrand la elogiara, Shizu habló desde detrás de Neia. Cómo Shizu no sabía montar, las dos compartieron una silla de montar.
Incluso si Shizu era su superior y una que era digna de su respeto, todavía era un poco molesto escucharla insistir en eso una y otra vez.
Debería simplemente hacerla caminar...
El movimiento y la resistencia de Shizu superaban a los de un ser humano normal. Solo cabalgaba porque sería descortés dejar que caminara una de las subordinadas del Rey Hechicero.
Bertrand escuchó esto, pero no la ayudó en absoluto. El Secretario General no apoyaba ni rechazaba esa declaración. Probablemente no podía negar esas palabras porque habían sido pronunciadas por una subordinada del Rey Hechicero y porque eran verdaderas.
Bueno, supongo que no puede decir que no.… después de todo, no tendría que usar el visor si yo no fuera así....
Dicho esto, Neia era una chica. Aunque fuera cierto y aunque la gente lo hubiera dicho lo suficiente como para que se hubiera acostumbrado, el hecho de que la gente dijera que su cara daba miedo seguía doliéndole.
"Ahora bien, Baraja-sama. Un mensajero vino del cuartel general. Nuestros pioneros han avistado al ejército semi-humano. Su número se estima en 30.000. Por lo tanto, nos formaremos aquí. El mensajero regresó al cuartel general después de informarnos eso. ¿Qué opina de esto?"
"Eso está bien. Si sientes que hay que hacerlo, entonces, debería estar bien."
Bertrand lo estaba haciendo muy bien como su representante ejecutivo.
"Aun así, ¿los semi-humanos realmente quieren librar una batalla en el campo…?"
Los semi-humanos solo tenían un tercio de los números del Reino Santo. Aunque cada uno de ellos era un combatiente individual superior, seguramente no tendrían ninguna oportunidad si luchaban en un campo abierto. Si defendieran una ciudad en su lugar, podrían hacer pleno uso de las defensas de la ciudad y compensar la falta de fuerza de combate.
En cualquier caso, la situación sería grave una vez que Jaldabaoth se recuperara. La mejor estrategia de los semi-humanos, debería ser ganar tiempo.
O eso, o establecer áreas inaccesibles a la caballería y luchar batallas limitadas.
"¿Entonces estamos listos para luchar en un campo abierto?"
"Sí. Así es. No hay ningún bosque cerca donde el enemigo pueda esconder emboscadas. Más bien, ni siquiera hay colinas, así que, seguramente estarán discutiendo sobre dónde formarse."
"…¿Por qué en un lugar como ese?"
Bertrand precedió su respuesta a la pregunta de Shizu con "podría ser…".
"Creo que se están preparando para huir"
"¿Huir?"
"Así es, Baraja-sama. Así como los Zerns los traicionaron, no todos los semi-humanos son devotos de Jaldabaoth. Si quieren huir, aunque signifique traicionar a Jaldabaoth, entonces, la gente que quiere vivir no se escondería dentro de una ciudad, sino que elegiría luchar en terreno abierto. Eso es porque sería difícil escapar si defienden una ciudad."
Una oscura emoción pasó a través de los ojos de Bertrand y la hizo temblar.
Justo cuando Neia se preguntaba si debía usar la habilidad que había desarrollado recientemente, la oscuridad desapareció gradualmente y sus ojos recuperaron su brillo habitual. Ya que la batalla estaba a punto de empezar, quizás sería bueno sofocar el odio dentro de él.
"…Ya veo."
Shizu asintió con la cabeza y Bertrand simplemente respondió: "Probablemente sea así".
Las palabras de Bertrand tenían mucho sentido.
Ni siquiera Jaldabaoth podía saber con seguridad si estaban planeando morir en una batalla campal o huir. Si ese fuera el caso, sería mejor esperar hasta el anochecer antes de sondearlos. De esa manera, podrían tener la oportunidad de huir y así reducir la cantidad de personas que morirían por nada.
Neia lo sabía, pero no lo dijo.
Los semi-humanos habían causado demasiadas desgracias a la gente de esta nación.
Mientras que los semi-humanos de Su Majestad probablemente podrían ser perdonados, matarán a todos los demás semi-humanos que no sean ellos....
Incluso ha habido rumores de que personas que defendían la coexistencia con los semi-humanos o que apoyaban a los semi-humanos habían sido secretamente asesinadas o linchadas abiertamente.
En realidad, había ciertos campos de prisioneros que el Rey Hechicero había liberado donde ella había presenciado varios cadáveres humanos que parecían haber sido víctimas de la justicia popular. Aparentemente habían sido personas que habían tratado de adular a los semi-humanos.
"Baraja-sama. Aunque no sé cómo nos va a desplegar el cuartel general, ¿reuniremos primero a todos los comandantes de unidad?"
"No, solo necesito una idea aproximada de dónde han sido asignados. No importa dónde hayan sido asignados, creo que todos sabrán qué hacer."
La posición de Neia y los demás estaría determinada por la forma en que los líderes del Reino Santo querían desplegar a Shizu, que estaba abrazando a Neia por la cintura.
Si había enemigos fuertes entre los semi-humanos, entonces, Shizu sería enviada al frente. Si se la usaba como arquera, se la colocaría en medio de la formación, o quizás se la colocaría con los otros arqueros. Si no querían dejar que Shizu — una subordinada del Rey Hechicero — lograra demasiado, entonces, la pondrían en la retaguardia.
Neia predijo que permanecerían en la retaguardia hasta que el ejército terminase de sondear.
Tres horas más tarde, se dio cuenta de que esta era la respuesta correcta.
♦ ♦ ♦
En contraste con la formación en forma de escamas de los semi-humanos, los humanos habían elegido dividirse en dos columnas. El flanco izquierdo estaba compuesto por 30.000 hombres del Sur y 10.000 del Ejército de Liberación, para un total de 40.000 hombres. Los 55.000 miembros restantes del Ejército de Liberación formaban el flanco derecho y juntos formaron algo así como una formación de ala de grúa.
Ya que los humanos querían exterminar a los semi-humanos en esta batalla, habían elegido rodear al enemigo y lentamente cerrar la soga.
Los semi-humanos, por otro lado, habían escogido una formación que enfatizaba el poder penetrante, aunque estaba por verse si era para escapar del rodeo o para matar a tantos humanos como fuera posible en un combate cuerpo a cuerpo.
Finalmente, Neia y los otros fueron puestos como una unidad separada que se encontraba a cierta distancia del campo de batalla y que se encargaría de proteger a los constructores que estaban armando el campamento para ellos.
Esto fue menos una orden de Caspond que una petición, lo que significaba que prácticamente se les había permitido el manejo del lugar. Incluso podían descuidar su deber de proteger a los constructores sin consecuencias, lo que significaba que los dirigentes del Reino Santo habían renunciado esencialmente a toda autoridad de mando sobre ellos.
Seguramente, la razón de ello fue la presencia de Shizu.
Aunque Neia estaba nominalmente al mando, el hecho de que viajara con Shizu — que era prácticamente una ciudadana del Reino Hechicero — significaba que no podían darle las órdenes que deseaban. Un miembro de la realeza del Reino Santo que da una orden a un subalterno del Rey Hechicero podría terminar convirtiéndose en un casus belli.
Neia quería saber por qué estaban haciendo las cosas de manera diferente después de que Shizu hubiera hecho tanto durante el ataque a Kalinsha. Sin embargo, la llegada de los nobles del sur había cambiado la recepción que había tenido. Esto se debía a que no podían considerar simplemente el presente, sino también los acontecimientos futuros.
Mientras Neia y los demás se formaban, mantuvo los ojos en el lejano campo de batalla.
Dicho esto, estaba lo suficientemente lejos como para no sentir la tensión de estar en el campo de batalla, porque la sed de sangre de allí no podía llegar a este lugar. El sonido de los constructores golpeando estacas con sus mazos sonaba muy pausado.
"...¿Todavía se miran? ¿Cuándo empezará?"
"Nuestra ventaja disminuye con cada momento que pasa. Aunque creo que deberíamos dar el primer paso..."
Bertrand había respondido a la pregunta de Shizu.
La oscuridad de la noche era la aliada de los semi-humanos. Mientras que se podía ver claramente en una llanura mientras estaba la luz de la luna, el cielo estaba nublado. No había duda de que los semi-humanos serían un oponente muy complicado si atacaban en estas circunstancias. Eso se debió a que, el campamento que estaban construyendo ahora, no era muy robusto.
Por lo tanto, los humanos deberían haber hecho su movimiento antes del anochecer.
Además, tenían una enorme ventaja en número, así que, si podían lograr una victoria completa aquí, podrían ser capaces de arruinar el plan de Jaldabaoth. En otras palabras, el Reino Santo sería liberado de este largo tormento. No había razón para no avanzar.
Neia también esperaba que los combates terminaran aquí. De esa manera, nada más ataría a Neia. Podría poner todas sus fuerzas en la búsqueda del Rey Hechicero.
Neia levantó la vista.
Su agudo oído había captado un grito explosivo y el trueno de mucha gente corriendo. Bertrand pareció oírlo un momento después, porque dijo en voz baja "ha comenzado".
Nadie sabía cómo se moverían estos dos ejércitos — que contaban con más de 100.000 efectivos juntos — hasta que chocaron furiosamente.
Las llanuras donde esperaban los semi-humanos eran planas, sin ningún terreno elevado desde el que pudiesen ver el campo de batalla.
Si bien este sería el momento de instalar una torre de vigilancia prefabricada, no tenían esa estructura en su campamento.
"...¿Y ahora qué?"
"Nuestra misión es quedarnos aquí y proteger el campamento. Centrémonos en hacer eso."
Era prácticamente imposible que el ejército semi-humano, tremendamente superado en número, atravesara las fuerzas humanas y llegara a este lugar. Mantener a Shizu — su fuerza de combate más fuerte — aquí, fue un buen movimiento político, pero fue un mal movimiento militar.
Si la pusieran en primera línea, disminuiría enormemente las pérdidas para las fuerzas del Reino Santo.
Todo el mundo lo entendía, pero nadie podía actuar al respecto. Eso era porque querían evitar aumentar la reputación de Shizu.
Que desperdicio de vidas tan sin sentido, pensó Neia.
Treinta minutos más tarde, hubo aplausos desde el flanco derecho. No fueron solo Neia y sus agudos oídos los que lo escucharon, sino que los gritos de alegría fueron tan fuertes que llegaron a los oídos de todo el equipo de Neia. Debieron haber logrado una gran victoria si podían ser escuchados a una distancia tan grande.
Diez minutos después, un mensajero del campo de batalla anunció en voz alta lo que había ocurrido.
"La Capitana Remedios Custodio de La Orden de Paladines, acaba de derrotar al comandante enemigo, uno de los demonios secuaces de Jaldabaoth, el Demonio Escama."
El mensajero se fue después de transmitir ese mensaje.
Neia empezó a preguntarse si era verdad.
No, probablemente era cierto que Remedios hubiera derrotado a un demonio. Pero, ¿ese demonio era realmente uno de los secuaces de Jaldabaoth?
Neia conocía muy bien el poder del demonio que ella y Shizu habían combatido en Kalinsha.
Ella no creía que Remedios hubiera podido vencerla.
¿Es la capitana lo suficientemente fuerte para vencer algo así? O... ¿podría ser una especie de doble? Si no le pregunto a Senpai...
"Shizu-senpai, tengo una pregunta. ¿Qué tan fuerte es ese Demonio de Escamas?"
"…Lo suficiente como para que la capitana pudiera vencerlo."
"Pero el Círculo era más fuerte, ¿verdad?"
"…La existencia de demonios fuertes implica que hay demonios débiles. El Demonio Escama es uno de los más débiles."
"Ya veo..."
Neia estaba aliviada. Dos de los demonios secuaces que habían entrado en este país, ya habían sido derrotados. Aunque eso dejaba al gran demonio en las colinas, no tenía sentido pensar en eso.
"El país se ha salvado... Ya que el comandante enemigo ha muerto, el ejército semi-humano debería disolverse. Según el plan del Príncipe, todo debería haber terminado."
Bertrand tenía una mirada melancólica, porque había perdido la oportunidad de vengarse con sus propias manos.
"…Todavía necesitamos cazar a los rezagados."
"¡Así es! ¡No esperaba nada menos de usted, Shizu-sama!"
En el ala izquierda — de hecho, justo en medio de las fuerzas nobles — de repente brotó una columna de fuego. El rugido del infierno era lo suficientemente alto como para que pudieran verlo claramente incluso desde esta distancia y parecía que iba a quemar el cielo.
Todo el mundo miraba con preocupación a Shizu.
Solo podían pensar en un ser que pudiera hacer algo así. Justo después de eso, Shizu confirmó sus sospechas.
"…Oh no... es Jaldabaoth."
♦ ♦ ♦
"¡La capitana Remedios Custodio de La Orden de Paladines acaba de derrotar a un comandante enemigo, uno de los demonios secuaces de Jaldabaoth, el Demonio Escama!
El ala derecha estalló de alegría al escuchar lo que el mensajero de Caspond les había dicho. La cara del marqués Bodipo se iluminó con una sonrisa.
"¡Ja, ja, ja! ¡Ella lo hizo! ¡Derribó al general enemigo! Cualquiera que sea el cerebro de esa mujer, su destreza con la espada es de primera clase. Eso debería debilitar el impulso del enemigo. Ordeno a todos que hagan un gran avance. ¡Mata a todos y cada uno de esos semi-humanos! ¡En nombre del Príncipe, que nadie sobreviva!"
"¡Si, Señor!"
Los soldados se desplegaron inmediatamente después de recibir las órdenes del Marqués.
"Verdaderamente espléndido, Marqués-sama. Somos verdaderamente afortunados de que el comandante de la unidad que nos enfrenta en esta batalla — en la misma batalla que nosotros — haya sido eliminado."
El conde Cohen, un hombre que era muy apreciado en su propia facción, sonreía mientras lo decía.
"Así es, Conde. Ahora estamos un paso por delante de ellos."
Eliminar al comandante enemigo que había combatido repetidamente con las fuerzas de la Alianza Noble del Sur durante su larga confrontación, fue un golpe masivo. Era sin duda una carta importante que podían jugar cuando negociaran con los otros nobles del sur.
Comparada con Remedios Custodio, su hermana, Kelart Custodio, había dejado recuerdos mucho más amargos en sus mentes. Sin embargo, este fue un logro que podría borrar esos rencores.
Además, esto también era un acierto para Caspond. En pocas palabras, si lograba sobrevivir a todo esto, la posición del próximo Rey Santo era prácticamente suya. Incluso los demás nobles sureños con cualquier poder no podrían quejarse de ello y, con su propio apoyo incondicional, no habría ningún problema.
Si hubiera algún elemento incierto en este escenario, serían los otros miembros de la familia real. No habría problemas si todos ellos estuvieran muertos. Sin embargo, aún no estaba preparado para mancharse las manos, así que, todo lo que podía hacer, era orar.
El Marqués imaginó alegremente el futuro balance de poder en la sociedad noble.
Si quería que su familia se convirtiera en la más influyente del Reino Santo, no podía permitirse ningún error en la operación de limpieza que seguiría a esto. Hasta ahora, todo había sido perfecto. Todo lo que tenían que hacer, era seguir así.
"Conde. ¿Crees que podemos llevar a los semi-humanos al sur?"
"Marqués-sama, ¿por qué haríais eso?"
El Conde pareció sorprendido y confundido mientras hacía su pregunta. El Marqués se burló de él en su corazón.
No había forma de que no pudiera entenderlo. El Marqués no le daría su favor a nadie que fuera tan incompetente. El Conde fingía sorpresa, aunque sabía lo que el Marqués tenía en mente.
Debía de estar tratando de dar la impresión de que el gran y poderoso Marqués-dono estaba planeando algo que no podía entender. Fue realmente un intento de adulación aburrida.
El Marqués decidió seguirle el flujo de sus intenciones. Si hacía creer al Conde que podía ser fácilmente manipulado, sería más fácil utilizarlo.
"¿Me estás escuchando? Los semi-humanos son una excelente herramienta para debilitar a los nobles que no son de nuestra facción."
Levantó un dedo, adoptando el aire de un viejo que no podía resistir la tentación de explicarse.
"Ahora que los nobles del Norte se han debilitado, el equilibrio de poder entre el Norte y el Sur se ha roto. Siendo las cosas lo que son ahora, es inevitable que los nobles del Sur acaben teniendo una mayor voz en los asuntos... Sin embargo, eso sería problemático para la familia real. En otras palabras, esto es a lo que se enfrentará la familia real a la que estamos ayudando."
"No esperaba menos de usted, Marqués-sama. ¡Y pensar que sus consideraciones llegaron tan lejos!"
La adulación era flagrante en ese momento, pero el Conde aún la pronunció con un tono alegre y una voz fuerte.
"Ciertamente. Nada sería mejor que asolar las tierras de los nobles que no nos hicieron ningún bien."
Mientras miraba al Conde mirar a su alrededor a toda prisa, el Marqués se acarició la barba y pensó, este hombre es realmente un buen actor.
"Relájese, Conde. Estamos rodeados de gente de confianza. No se correrá la voz. Además, ¿quién lo creería?"
"¿Tú, tú crees? Pero, hay demasiados elementos inciertos si dejamos que los semi-humanos huyan al Sur. En ese caso, ¿por qué no presionarlos hasta el final y luego forjar un pacto secreto con los semi-humanos...?"
"¿Empleando semi-humanos, entonces? Una buena idea."
Aunque el Conde parecía disgustado con la idea de usar semi-humanos, probablemente eso también era un acto. Era el tipo de hombre que usaría todo lo que pudiera hasta que no quedara nada.
Conseguir a un hombre tan excelente en su propia facción también era para mantener un ojo sobre él.
En realidad, ya había metido a varias personas en la familia del Conde. También había usado a gente de otras facciones para que no lo descubrieran, aunque uno usara hechizos de encantamiento.
"Conde, ¿iría usted también si hubiera una oportunidad de hacer un trato con los semi-humanos?"
El marqués era muy consciente de que el conde tramaba todo tipo de cosas a sus espaldas.
"Yo, yo realmente no quiero ir, pero, si tenéis intención de ir, entonces, ciertamente os acompañaría, Marqués-sama."
Probablemente lo estaba haciendo para poder decir "el marqués dijo eso" y así obtener una carta de triunfo para usar contra el marqués. Sin embargo, solo ir allí con él significaría ensuciarse con la misma brocha. Era demasiado débil para ser usado como una carta de triunfo.
"... ¿Ah sí? Entonces, ¿no deberíamos decirle a Su Alteza que deje de atacar a los semi-humanos? No hay necesidad de sacrificar más gente en la batalla. Después de esto, lograremos la victoria en la mesa de negociaciones."
"Es tal como dices, Marqués-sama. Sin embargo, los otros Condes parecen estar montando un ataque total, así que, deberíamos detenerlos lo antes posible para un mejor efecto."
"Ciertamente."
Si bien detenerlos mientras intentaban hacerse un nombre les perjudicaría, sería mejor mantener las cosas como estaban cuando uno consideraba el futuro. El Marqués se alegró de poder influir pronto en el futuro del Reino Santo. Por supuesto, nunca dejaría que eso se viera en su cara.
"Contacta con los Condes..."
La columna de fuego que estalló, cortó la mitad del camino al Marqués.
El Marqués no estaba completamente desorientado sobre la magia. Puede que no pudiera usarlo él mismo, pero el conocimiento de la magia divina era común entre la nobleza del Reino Santo. Sin embargo, solo conocía la magia de segundo nivel y sus conocimientos no se extendían a los hechizos de otros sistemas.
Aun así, entendió que la columna de fuego que tenía ante sus ojos, era una magia increíblemente poderosa.
"¿Acaso podría ser magia del llamado cuarto nivel? ¿De la clase que Kelart Custodio y Su Majestad podrían usar?"
"Yo, no lo sé. ¿Qué, qué debemos hacer, Marqués-sama?"
"Er, hm. No estoy muy seguro, pero, retrocedamos un poco y vayamos a un lugar más seguro."