Overlord Volumen 12, Capítulo 3 Parte 5

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Raruk Berg

Overlord novela ligera vol. 12
Overlord vol. 12 novela ligera
Traducción jpn-ing: Nigel
Traducción ing-esp: Rawi
Corrección: . . .

Warning!
Esta traducción es la versión 2.3 traducido por Rawi. Pronto la versión 4.0.

Overlord Volumen 12: La Paladín del Reino Santo | Parte I

Capítulo 3: Iniciando el Contraataque

Overlord volumen 12 Cap 3

Parte 5

Ainz miró hacia la ciudad, que estaba aterrorizada por la aparición del ejército semi-humano y lentamente se desplomó.

Esto no era una metáfora.

El corazón y alma de Ainz fueron agobiados hasta sus límites por la fatiga y, a pesar de su naturaleza no-muerta, cayó de rodillas por el agotamiento espiritual y agarró su rostro.

¿Qué debo hacer... qué debo hacer después de esto...?

Fundamentalmente, Ainz había estado siguiendo el guion de Demiurge.

Por supuesto, no todas las palabras y acciones estaban escritas, por lo que había improvisado un poco, pero, aun así, Ainz planeaba seguir el plan de Demiurge.

O, mejor dicho, el problema era que había improvisado demasiado.

Francamente, las directrices operativas que había recibido de Demiurge decían básicamente: "Por favor, adaptémonos a la situación" y otras cosas por el estilo.

Esto es demasiado para mí. Eso fue lo que Ainz había pensado cuando miró las instrucciones por primera vez.

Si Ainz fuera una persona excepcional, tal vez podría seguir esas instrucciones y hacer el papel de un perfecto Rey Hechicero. Sin embargo, para su pesar, las habilidades de Ainz eran perfectamente normales o quizás incluso peores que eso.

Por ello, Ainz había entrado en un acalorado debate con Demiurgo sobre el tema.

Recordó cosas que iban así, Ainz había suplicado, "No entiendo, escribe con más detalle", pero Demiurge había respondido humildemente con "¿Cómo podría hacer algo tan descortés al sagaz Ainz-sama" y esto había llevado a un intenso ir y venir? Había arrastrado a Albedo hasta la mitad de esta batalla y Ainz — que había empezado con una gran desventaja — la acabó perdiendo por completo.

Y así, las directivas operativas que le daban total discreción terminaron en sus manos.

Si esta era una broma por parte de Demiurge, él podría ser capaz de lidiar con ella de alguna otra manera, pero esto era el fruto de la confianza y el respeto de su subordinado.

En particular, eso quedó muy claro por pronunciamientos como "Seguramente será capaz de llegar a una mejor conclusión, Ainz-sama, ¿cómo podría alguien tan insignificante como yo atarle con mis palabras y hechos?"

Pensando con sentido común, ¿por qué el rey de otro país vendría solo... qué argumento tan irrazonable... aun así, ¿he venido hasta aquí? A pesar de que agité algunos problemas a lo largo del camino y me descuidé un par de veces, todavía vine hasta aquí...

No creía en los dioses, pero quería rezarles con todo su corazón.

No podrían considerar Demiurge y Albedo mis habilidades antes de enviarme a estas misiones...

El hecho de que se le pidiera que hiciera lo imposible hizo que su motivación se desvaneciera.

... Está bien, tranquilízate, yo. Será más fácil después de que acabe con esto.

Ainz puso fuerza en sus piernas y luego se levantó.

El plan había llegado a la etapa intermedia más importante, pero eso también era algo malo.

Según Demiurge, si formaban una línea defensiva en esta ciudad, atacarían hasta alcanzar el 85% de bajas.

Ainz no tenía ni idea de lo que estaba hablando.

Ya que Demiurge sentía que debería ser así, entonces, la respuesta sería mejor que cualquier cosa que a Ainz se le ocurriera. Si todas esas muertes traían beneficios a Nazarick, entonces, déjalos morir. Por el contrario, Ainz pensaría que, cuantas más muertes haya, más beneficios se volcarán sobre Nazarick, y cosas así.

Sin embargo, el problema residía en el hecho de que Demiurge le había pedido a Ainz, seres humanos que no podían ser asesinados.

Sinceramente, si eso era todo, entonces, escogería al azar a unos pocos y terminaría de hacerlo, pero había una cosa más que señalar.

Se trataba de seres humanos devotos de Ainz o que podrían ser persuadidos para unirse a su bando.

『Siento que debe haber varios humanos tan devotos a usted como esos Enanos, así que, por favor, dígame, sus nombres y, cuando haga mi jugada, me aseguraré de no matarlos.』

Cuando recibió ese mensaje de Demiurge, incluso pensó "¿estás bromeando?" mientras dudaba del pensamiento de Demiurge.

"... No hay nadie así."

Esas palabras desconcertantes escaparon de Ainz.

Aquí no había humanos devotos de Ainz.

Más bien, él había experimentado con entusiasmo lo mucho que los no-muertos eran odiados en el Reino Santo.

Dadas estas nefastas circunstancias, ¿cuántas personas se consagrarían a su yo no-muerto?

Así pues, le había dicho a Demiurge que no había ninguno.

Demiurge creía sinceramente que Ainz podía fascinar a varios humanos. ¿Qué pasaría si le dijera a Demiurge que no había logrado hacerlo con nadie?

Me duele el estómago...

El enano al que Demiurge se refería era Gondo Firebeard, pero eso simplemente había sido un golpe de suerte. Había anotado un golpe crítico en una debilidad de su corazón por pura casualidad y esa suerte no se repetiría.

Y fue precisamente porque tenía la fuente de información que era Gondo, que había logrado ganarse el corazón de los herreros rúnicos. Sin embargo, no había nadie así en el Reino Santo.

Había una persona con la que había formado una relación amistosa, Neia Baraja, pero eso era todo.

Además, él le había dado un ítem mágico para mejorar su relación, así como otras razones, pero, aún no estaba claro cuán efectivo había sido.

Ella lo miraba con ojos asesinos, así que, probablemente no debería esperar nada bueno de ella.

¿Qué pensaría Demiurge si le dijera que solo había una persona?, se preguntó Ainz.

¿No se desmoronaría por completo la imagen de Ainz que Demiurge tenía en su corazón?

Y entonces, ¿qué pasaría en el futuro?

En el Reino Enano, le dije a Demiurge que no era tan listo, pero, en ese momento no parecía que me creyera completamente... esto es malo. ¿Cuán grandioso soy ante sus ojos? O, más bien, parece que cada vez soy más y más grandioso, ¿estoy imaginando cosas? Normalmente, ¿no sería al revés?

Las expectativas duelen. No son pesadas, pero duelen.

En el pasado, él había meditado lo pesada y dolorosa que podía ser la palabra "lealtad". En particular, la parte donde sus subordinados veían a Ainz como un gran ser, fue la parte más dolorosa de todas.

Supongo que debería aprovechar esta oportunidad para decirle a Demiurge que no soy tan increíble, pero ¿qué pasaría si lo hiciera? ¿Qué debo hacer si esto causa que el plan en el que Demiurge trabajó durante tanto tiempo termina en el fracaso? Es como si pasara varios años cortejando a un gran cliente, solo para que se me escapara por una palabra de algún jefe bastardo que no se preocupaba por nada...

Ahhh, dijo Ainz mientras se rascaba la cabeza sin pelo.

¿Qué debería hacer?

¿Cuál era la mejor respuesta que podía darle?

No importaba cómo trataba de simularlo, todo terminaba en un Demiurge mirándolo decepcionado. No pudo llegar a una conclusión que pudiera aceptar.

Espera demasiado de mí. Cuanto más alta sea la subida, más dura será la caída. Por eso le dije que no soy nadie increíble...

Y entonces, el propio plan de Ainz resulto todo un fracaso.

Ainz busco en su caja de ítems y desenvainó una espada.

Era una espada común inscrita con runas.

Sin embargo, contenía un poder comparable al arco que le había dado a Neia.

Por supuesto, estas no eran runas de los enanos. Las runas talladas en ella no tenían ningún poder. Se trataba de un equipo fabricado con las técnicas de YGGDRASIL.

"Haaaa…"

Ainz suspiró. Tenía varias armas como esta. El plan original era prestar estas armas al Reino Santo.

El pueblo del Reino Santo quedaría asombrado por el poder abrumador de la espada y pensaría, "así que este es el poder del armamento rúnico" que a su vez mejoraría la reputación de las armas rúnicas del Reino Hechicero.

Esta fue la otra razón por la que le dio el arma a Neia.

Sintió que la gente del Reino Santo vería esa arma y secretamente la codiciaría.

Sin embargo...

Ainz agarró su cabeza.

¿Por qué nadie me pidió más armas? Incluso pensé que la gente hablaría de ello porque era tan llamativo... Supongo que debí haberla forzado a entrar en primera línea y hacerla pelear, ¿eh?

Justo entonces, se oyó un *toc toc toc* cuando alguien llamó a la puerta.

Rápidamente, revisó su túnica y otros lugares desordenados antes de volver a poner la espada en su caja de ítems. Entonces, puso las manos detrás de la espalda, miró a la puerta como un soberano y dijo.

"¿Quién es?"

"Su Majestad, ¿puede entrar su sirviente?"

No había forma de saber si era una voz masculina o femenina a través de la puerta. Normalmente, debería haber preguntado el nombre del visitante, pero Demiurge ya le había dicho que venía alguien, por lo que Ainz concedió su permiso sin dudarlo.

"Ahh, está bien. Entra."

La persona que entró en la habitación de Ainz, cerró la puerta detrás de sí misma y, al instante, su cuerpo se transformó.

Tenía una cabeza en forma de huevo con boca y dos ojos que parecían agujeros hundidos. Sus manos de tres dedos eran tan delgadas como las de un insecto palo.

Era un Doppelgänger.

Un Doppelgänger que le había prestado a Demiurge a petición suya.

Como era un monstruo Doppelgänger, no era muy fuerte.

Incluso cuando se transformaba, solo podía copiar habilidades de nivel 40 y era aún más débil sin transformación. Sus habilidades más potentes eran cómo podía hacer uso libremente del equipo restringido por la alineación kármica. Dicho esto, no podía usar ítems mágicos por encima del nivel reliquia.

Sus vacíos ojos agujereados se volvieron hacia Ainz y luego se inclinó profundamente.

"Su siervo se disculpa sinceramente por las muchas ofensas que le ha causado durante el curso de sus deberes. Ruego que lo perdone."

"No te preocupes por eso. Solo estabas haciendo tu trabajo. No tengo nada que decir al respecto."

"Su sirviente está agradecido por sus generosas palabras."

Ainz miró a la puerta de la habitación.

"¿No estás ocupado ahora? Debería haber muchas cosas que necesitas dirigir, ¿no? ¿Y hay alguien fuera? Si hay alguien, tendremos problemas si no bajamos la voz."

"Está bien. Nadie se opondrá a que su sirviente vaya solo a verlo, Ainz-sama."

"¿Es eso así...?"

"Oh, sí" contestó el Doppelgänger. Sin embargo, sigue siendo importante tener cuidado.

"Entonces, Ainz-sama, por favor informe a su sirviente de su decisión."

"¿Informarte de qué?"

Dicho esto, ainz sabía muy bien por qué el doppelgänger había venido hasta aquí.

O, mejor dicho, era el momento de decírselo a Doppelgänger.

Sí, la pregunta de a quienes había cautivado.

"Perdóneme. Este que habla se refiere al asunto de antes, el asunto de aquellos humanos que lo reconocen como su superior y cuyas vidas deben ser perdonadas, Ainz-sama."

"Mm…"

Ainz asintió con fuerza y empezó a caminar.

Por supuesto, no podía salir de la habitación. Al final, solo podía dar vueltas dentro de esta sala. No había manera de saber dónde miraban los ojos del Doppelgänger, pero Ainz estaba seguro de que seguían sus movimientos, Ainz estaba seguro. En realidad, sería bastante aterrador si no fuera así.

El tiempo se estaba acabando. Mientras que Ainz pensó con todas sus fuerzas, de repente, se detuvo en su lugar.

—Él no encontraba la respuesta correcta. Naturalmente, no tenía ninguna idea que le permitiera seguir encubriendo las cosas.

Seguramente, un corazón humano estaría latiendo alocadamente a estas alturas, pero su cuerpo carecía de órganos que pudieran moverse de esa manera.

Una poderosa emoción brotó, causando que su anulación de la emoción surtiera efecto y, mientras las pequeñas ondas rebotaban alrededor de su corazón, Ainz le respondió al Doppelgänger.

"Umu. Seré sincero. No hay seres humanos que necesiten ser salvados. Deja a unos cuantos vivos si los necesitas."

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