Blade & Bastard Vol. 1, Capítulo 6

Blade & Bastard novela ligera español Volumen 1, Capítulo 6.
Raruk Berg

Blade & Bastard volume 1 novela ligera
Blade & Bastard vol. 1 novela ligera
Traducción jpn-ing: J-Noxx xxxx
Traducción ing-esp: Raruk Berg
Correción: Raruk Berg
Info! Esta traducción es una versión revisada y corregida: versión 2.0.

Blade & Bastard 1: Warm ash, Dusky Dungeon

Capítulo 6: Wizardy

Overlord volumen 1 capítulo 6

En las profundidades de la oscuridad, en lo más profundo de la tierra...

Desde el fondo del letargo, los párpados de ella se levantaron ligeramente.

Ella sintió como si aquella brisa familiar, cargada con el aroma de las cenizas, lo hubiera alcanzado a él.

Este era un lugar horrible lleno de todas las calamidades de este mundo, donde se arremolinaba el miasma que surgía del agujero demoniaco.

Aquí no soplaba viento alguno. El aire estaba estancado, turbio, podrido. Y sin embargo...

¿Podría ser... aquel?

No había prueba alguna. Pero, por alguna razón, ella sentía que sí lo era. En verdad, la divertía.

De repente, una voz habló: “Eso parece, antigua”.

Quien apareció desde la oscuridad fue… Ah, sí, su viejo amigo. Tal como ella había esperado.

El gran y anciano mago que servía como uno de los cuatro guardianes de la puerta.

Ella hizo temblar el aire en respuesta. ¿Una risa, tal vez?

“Hawkwind trajo noticias, ya ves...”

En ese caso, la chica probablemente estaba bien. El guardián de la puerta asintió con gravedad, confirmando lo que ella ya sospechaba.

“La chica está bien. Muy bien, sin duda, antigua. La línea de sangre de Alavik y Margda ha sido protegida...”

Entonces no hay de qué preocuparse.

Aquel estaba al lado de la línea de sangre. Todo iba sobre ruedas.

Sin embargo, el guardián de la puerta parecía descontento. El gran y anciano mago sacudió la cabeza como lamentándose de todas las desgracias de este mundo.

“Pero él es inmaduro... Se ha debilitado mucho, quizá por la resurrección forzosa.”

Por supuesto que lo es. ¿Acaso no lo sabíamos desde el principio?

Había sucedido hace mucho tiempo... Cuando el agujero demoniaco se abrió por primera vez —cuando la luz del instrumento divino se atenuó— cuando la bendición de la Diosa se perdió.

Aquellos que se habían reencarnado y enviado allí... habían perdido gran parte de su poder. Lo sabían perfectamente.

“Habrá muchos problemas. Puede que sea posible. Sin embargo... también puede resultar imposible...” El guardián de la puerta tenía una expresión de agotamiento, igual que la vez que había estado sellado en el cubo cósmico.

“Oh amiga, puede que ellos no lleguen hasta nosotros antes de que el sello se rompa...”

Ellos deberían poder hacerlo, respondió ella al guardián de la puerta. Así fue una vez. Y así será también esta vez... porque todos los aventureros han sido así. ¿No deberías saberlo tú mejor que nadie?

“Oh, ya veo...” El rostro arrugado del guardián de la puerta sonrió. “Supongo que tienes razón.”

En efecto, la tengo, dijo ella, y luego se dirigió al guardián de la puerta por su antiguo nombre.

“El flujo del tiempo es cruel, antigua”, dijo el guardián de la puerta. Luego se marchó, desapareciendo como había aparecido.

Ella comprendió lo que decía su amigo. Ya no quedaba nadie que supiera sus nombres.

Aquellos días nostálgicos, en los que la juventud iba de la mano de las cenizas, habían quedado muy atrás. No estaba claro qué sentido tenía seguir esperando aquí. Pero, en realidad, ¿qué sentido tenía preocuparse por eso? A su debido tiempo, alguien llegaría al fondo de la mazmorra, y entonces todo sería revelado.

Y, sin falta, alguien llegaría a las profundidades del agujero demoniaco para aplastar la calamidad.

Poco importaba si aquél sería la persona que lo haría.

Mientras aún quedaran aventureros...

Creyendo esto, la gran dragona L'kbreth cerró los ojos y volvió a dormirse.

La oscuridad descendió una vez más.

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