Overlord Volumen 1, Capítulo 5 Parte 1

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Raruk Berg

Overlord novela ligera vol. 1
Overlord vol. 1 novela ligera
Traducción chn-ing: Skythewood
Traducción ing-esp: Rawi
Corrección: Raruk Berg
Info! Esta traducción es una versión de revisada y corregida versión 3.0.

Overlord Volumen 1: El Rey No-Muerto

Capítulo 5: Gobernante de la Muerte

Overlord volumen 1 capítulo 5

Parte 1

No había rastro de la intensa batalla que había tenido lugar antes en las llanuras.

La luz del sol poniente cubría la sangre que manchaba la hierba y el olor de sangre era arrastrado por el viento. Había dos figuras en las llanuras que originalmente no habían estado allí.

La unidad de operaciones especiales de Nigun de la Teocracia Slane —la Escritura de la Luz Solar— los miró con inquietud en los ojos.

Uno de ellos estaba vestido como un lanzador de magia arcana. Él (?) llevaba una máscara de aspecto malvado para ocultar su rostro y un par de guantes de hierro en sus manos. Llevaba una túnica negra de aspecto costoso, lo que sugería que era una persona de cierto estatus.

El otro estaba vestido con una armadura de placa completa de color negro azabache. Parecía muy impresionante y, ciertamente, era una especie de ítem mágico como una obra maestra. Una mirada al exterior era suficiente para decir que era un ítem mágico de alta gama.

El asediado Gazef y sus hombres se habían ido sin dejar rastro. En su lugar, estaban estos dos misteriosos individuos. Parecía ser algún tipo de magia de teletransportación, pero no tenía idea de qué tipo de hechizo se había usado aquí. Tenía que tener cuidado con el misterioso lanzador de magia.

Nigun llamó a los ángeles y les ordenó que formaran un perímetro defensivo a su lado. Su mirada asidua estudió sus movimientos y, luego, el lanzador de magia dio un paso adelante:

"Encantado de conoceros, caballeros de la Teocracia Slane. Soy Ainz Ooal Gown. Me alegraría que pudierais llamarme Ainz."

Aunque era algo distante, e incluso con el viento soplando, la voz se oía bastante clara.

Nigun no respondió, entonces, el hombre llamado Ainz continuó.

"La persona detrás de mí se llama Albedo. Quiero hacer un trato con todos los presentes, ¿sería posible que me dierais un poco de vuestro tiempo?"

Nigun intentó ponerle algo de significado al nombre Ainz Ooal Gown, pero no tenía sentido. Podría ser un alias. Quizá intentar obtener algo de información de él sería más productivo. Con eso, Nigun levantó la barbilla, indicando que Ainz podía continuar.

"Excelente. Gracias por tomarte el tiempo de escucharme. Entonces, me gustaría empezar dejándoles una cosa en clara, caballeros. Y eso sería— que no hay forma de que podáis derrotarme."

Él podía percibir una absoluta confianza en esa declaración. Eso no era un farol o un alarde. Esto era algo que el hombre Ainz Ooal Gown creía desde el fondo de su corazón.

Nigun frunció el ceño.

En la Teocracia Slane, nadie se atrevería a hablarle de esa forma a sus superiores.

"La ignorancia es realmente deplorable. Y pagarás por tu insensatez."

"…Realmente ahora. ¿De verdad crees que eso ocurrirá? He observado tu batalla antes, por lo que mi presencia aquí indicaría que estoy confiado en mi victoria. Después de todo, si no estuviera seguro de poder derrotarte, ¿no habría sido más sabio para mí dejar morir a ese hombre?"

Él estaba en lo correcto.

Un lanzador de magia arcana sería más adecuado para diferentes tipos de enfrentamientos. Los lanzadores de magia arcana, los hechiceros y los magos solo podían usar armaduras ligeras, por lo que querrían evitar el combate cuerpo a cuerpo, usando「Volar」para lanzar repetidamente「Bola de Fuego」y otros hechizos similares desde lejos. Sin embargo, Ainz había decidido enfrentarlos de frente. Debía de tener un as bajo la manga.

Tras un período de silencio, Ainz continuó.

"Tengo una pregunta para ti, si la puedes entender. Los ángeles que has traído contigo deberían haber sido invocados con magia de nivel 3, ¿estoy en lo correcto?"

Estaba declarando lo obvio.

Ainz siguió, ignorando la expresión perpleja de Nigun.

"Los monstruos que habéis invocado son similares a los de YGGDRASIL, así que, tenía curiosidad sobre si los nombres eran los mismos. Muchos de los monstruos de YGGDRASIL eran derivados de la mitología... monstruos como ángeles o demonios no deberían ser una excepción. Dichos ángeles o demonios son más comúnmente asociados al cristianismo, pero parecería algo antinatural que algo llamado Arcángel exista en un mundo sin el cristianismo. Eso significaría que alguien como yo debe existir en este mundo."

Nigun que no tenía ni idea de lo que Ainz estaba hablando y su ira estaba creciendo. Él preguntó:

"Deja de hablar contigo mismo. Ahora dime, ¿a dónde has mandado a Stronoff?"

"Lo teletransporté al pueblo."

"… ¿Qué?"

No había esperado que Ainz respondiera. Pensó en por qué Ainz diría eso y contestó:

"Que estúpido, incluso si estas mintiendo, una simple búsqueda debería—"

"—No miento, solo respondí a tu pregunta. Bueno, hay otra razón por la que he respondido a tu pregunta."

"... ¿Podría ser que quieres rogar piedad? Si nos ahorras algo de tiempo, podría considerarlo."

"No, no... Bueno, la verdad es que... escuché tu conversación con el Capitán Guerrero, vaya par de pelotas las que tienes."

El tono y los modales de Ainz cambiaron, mirando la expresión burlona de Nigun.

"Te atreviste a decir sin ninguna vergüenza que matarías a los pobladores que yo, Ainz Ooal Gown, me he tomado tantas molestias en proteger. Nada me haría enfurecer más."

Los fuertes vientos revolotearon la túnica de Ainz y soplaron a través de Nigun y sus hombres.

Era solo una coincidencia que el viento viniera de las praderas en la dirección de Ainz, pero Nigun, rápidamente se sacudió el concepto erróneo que había aparecido en su mente, seguramente estaba equivocado y el viento no olía a muerte.

"…A-así que, estas enfadado por eso, lanzador de magia. ¿Y qué?

 Aunque estaba intimidado, Nigun todavía no cambiaba su cínica actitud.

¿Como podría el capitán de la Escritura de la Luz Solar, quien poseía aquella carta del triunfo de la Teocracia Slane, tener miedo tras escuchar las palabras de un desconocido?

Definitivamente no.

Aun así—

"El trato que mencioné antes. Estas son las condiciones, espero que rindáis vuestras vidas tranquilamente, de esta forma, os ahorraré el sufrimiento físico. De otro modo, si os resistís, lo que sería realmente estúpido de vuestra parte, tendríais que pagar con desesperación y miseria."

Ainz dio un paso adelante.

Aunque solo fuera un paso, la figura de Ainz parecía enorme. Todos los hombres de la Escritura de la Luz Solar retrocedieron.

"Ahh..."

Varias voces ásperas vinieron de los alrededores de Nigun.

Era la voz del miedo, lleno de la increíble actitud de un fuerte guerrero. Esta era la primera vez que Nigun experimentaba una presión tan intensa. Por lo tanto, podía entender el miedo que sentían sus subordinados.

Incluso Nigun, un veterano de incontables batallas que había perdido la cuenta de las veces en las que se encontró al borde de la muerte, o del número de vidas que había tomado, podía sentir esta presión sofocante emitida por Ainz, este misterioso lanzador de magia. Lo que sentían sus subordinados, era probablemente más intenso.

¿Qué clase de criatura es?

¿Cuál es la verdadera identidad de este lanzador de magia? ¿Quién es en realidad el que se esconde bajo esa máscara?

Ignorando la ansiedad de Nigun, Ainz hablo fríamente.

"Esa es la razón por la que no mentí. Porque no hay razón para mentir a unos hombres que están a punto de morir."

Ainz, lentamente abrió los brazos y dio otro paso adelante. Daba la impresión de que quería abrazar algo, pero sus extraños dedos curvados parecían como los de una bestia mágica apunto de atacar.

Nigun sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Habiendo estado a punto de morir antes, él sabía que este sentimiento era una premonición de su muerte.

"¡Ordenadles a los ángeles que ataquen! ¡No dejen que se acerque!"

Con una voz áspera, Nigun gritó sus órdenes.

En lugar de querer incrementar la moral de sus hombres, él simplemente tenía miedo del avance de Ainz Ooal Gown.

Dos Arcángeles de Llamas, habiendo recibido las órdenes de Nigun, comenzaron el ataque. Aleteando sus alas, avanzaron cabalgando el viento. Los ángeles fueron directamente hacia Ainz y sin dudarlo, lo apuñalaron con sus espadas llameantes.


Albedo, que permanecía de pie detrás de Ainz, se apresuraría e interceptaría los ataques. Eso era lo que todos esperaban, pero nadie podía creer la escena frente a sus ojos. Nada sorprendente había pasado, era exactamente lo opuesto.

Absolutamente nada pasó.

Sí. Ainz no hizo nada, simplemente dejó que los ángeles perforaran su cuerpo. No usó magia, no esquivó, no se defendió ni hizo que su seguidora lo defendiera, nada de eso había pasado.

La sorpresa se tornó en ridículo. Estaban mostrando una actitud tan arrogante, pero todo era un farol. No era que no quería proteger a Ainz, Albedo simplemente no pudo reaccionar ante la velocidad de ataque de los ángeles. Después de conocer la verdad, resultaron no ser gran cosa.

Sus subordinados respiraron aliviados. La ansiedad inexplicable que habían sentido, hizo que miraran avergonzados a Albedo.

"Que deshonroso. Fingir ser fuertes para engañarnos..."

De pronto apareció una duda.

¿Por qué el cuerpo de Ainz no caía?

"... ¿Qué estáis haciendo? Apresuraos y haced que los ángeles retrocedan. Su cuerpo no puede caer al suelo si las espadas siguen clavadas en él."

"P-pero ya hemos dado la orden."

Dijeron sus subordinados con voces llenas de dudas y miraron a Ainz otra vez.

Los dos ángeles agitaban las alas fuertemente, parecían mariposas atrapadas en una telaraña. Con movimientos extraños, los ángeles lentamente se movieron hacia los costados, era como si estuvieran siendo empujados a la fuerza.

Fue entonces que Ainz — que había estado oculto detrás de los ángeles — pudo ser visto de nuevo en medio de los dos ángeles.

"—¿Os lo dije antes, no? No hay forma en que podáis derrotarme. ¿No deberíais escuchar las advertencias de otros?"

Una tranquila voz llegó a los oídos de Nigun.

Nigun estaba perplejo debido a la situación frente a él.

Aunque su pecho y abdomen estaban atravesados, Ainz se mantenía tranquilamente de pie.

"—No es posible..."

Uno de sus hombres dijo lo que Nigun estaba pensando. Desde la perspectiva de todos los hombres reunidos alrededor, las espadas clavadas en su cuerpo eran fatales. Incluso así, Ainz no parecía sentir dolor.

Y esa no era la única sorpresa.

Las manos de Ainz estaban agarrando fuertemente los cuellos de los ángeles que trataban de liberarse, manteniéndolos en ese lugar.

"Imposible..."

No tenía claro quién murmuro esas palabras. El cuerpo de un ángel invocado era creado por la magia del invocador, pero incluso ellos no eran para nada livianos. Eran incluso un poco más pesados que un hombre adulto y si incluías el peso de la armadura con la que estaban equipados, no era un peso que alguien podría levantar fácilmente con una sola mano.

Por supuesto, si se tratara de un guerrero que entrenaba constantemente sus músculos, podría ser posible hacerlo. Pero la persona frente a ellos, no tenía ningún musculo visible y parecía más bien del tipo que se concentraba en sus estudios para incrementar su fortaleza y hechizos mágicos. Incluso si había incrementado mágicamente su fuerza, si el valor base no era suficientemente alto, no habría resultados aparentes.

¿Por qué pasaba algo así? Incluso si había sido atravesado con espadas, parecía que no le molestaba.

"...Debe haber algún tipo de ilusión aquí."

"¡Si, debe ser eso! ¿Cómo puede alguien estar tan bien luego de ser atravesado por espadas?"

Las fuerzas especiales de la Teocracia Slane gritaban con una voz vergonzosamente fuerte. Aunque todos estaban acostumbrados al peligro y habían sobrevivido a incontables batallas, ellos nunca habían visto algo como esto antes.

Incluso Nigun y los ángeles invocados no podían creerlo.

Un sonido aburrido sin una pizca de dolor, llegó a los oídos del inseguro Nigun y de los otros hombres.

"「Anulación Física de Alto Nivel」— una habilidad pasiva que niega los ataques de armas con bajo contenido de datos y de los ataques de monstruos de bajo nivel. Solo protege contra ataques de hasta nivel 60 — en otras palabras, ataques por encima del nivel 60 pueden hacerme daño. Es una habilidad del todo o nada... Y pensar que realmente le daría algún uso aquí. Bueno, estos ángeles me estorban."

Sosteniendo un ángel en cada mano, Ainz aplastó a los dos contra el suelo. Hubo un estruendoso choque y la tierra tembló del impacto — un testimonio de la fuerza sobrenatural de Ainz.

Los ángeles murieron instantáneamente, convirtiéndose en danzantes motes de luz que desaparecieron en el aire. Por supuesto, las espadas clavadas en Ainz desaparecieron también.

"Si supiera cómo nombrasteis a estos ángeles, podría entonces entender cómo es que podéis usar hechizos de YGGDRASIL. Pero vamos a dejar eso de lado por ahora."

Mientras Ainz se enderezaba lentamente, aún seguía hablando de cosas que nadie podía entender.

Nigun tragó saliva.

"Muy bien, vamos a terminar con estos juegos sin sentido ahora. ¿Estáis satisfechos? Como parece que no estáis dispuestos a aceptar el trato, entonces, es mi turno."

Ainz abrió esas manos suyas, esas manos que aplastaron dos ángeles hasta la muerte. Parecía enseñarlas para mostrar que no había nada en ellas.

Su voz fue llevada con claridad por el escalofriante silencio, a los oídos de todos los presentes.

"¿Estáis listos? — Esto será una masacre."

Un repentino témpano de hielo perforó su espina, seguido de una oleada de náuseas. Nigun, el asesino de sangre fría que había presidido muchas matanzas, ahora sentía algo que nunca antes había sentido.

Debía retirarse. No tenía ninguna forma de derrotar a Ainz, por lo que batallar con él sería muy peligroso.

Sin embargo, Nigun se esforzó por sacudirse ese sentimiento. Él había arrinconado a su presa Gazef — ¿cómo podía ahora dejar que se le escapara?

Aun así, una advertencia resonó desde lo más profundo de su alma. Nigun gritó su orden:

"¡Que todos los ángeles ataquen! ¡Rápido!"

Como balas, todos los Arcángeles de Llamas volaron hacia Ainz.

"Qué grupo tan encantador... Albedo, retrocede."

Nigun podía oír el fresco y calmado tono de alguien que estaba siendo atacado por ángeles y al que no le importaba. Ainz estaba rodeado por tantos ángeles que nadie podía siquiera verle y, aun así, su voz no poseía ni el más mínimo aire de preocupación.

Parecía como si fuera a ser empalado por incontables hojas — no, el hechizo de Ainz hizo efecto antes de eso.

"「Ráfaga Negativa」."

El aire se estremeció.

Una ola de un resplandor negro estalló del cuerpo de Ainz, como la imagen negativa del flash de una cámara. Solo duró un instante, pero tuvo un inmediato y obvio efecto.

"Im-imposible..."

Alguien murmuró esas palabras llevadas por el viento. No podían creer lo que estaba pasando frente a sus ojos. Los ángeles, unos cuarenta de ellos, habían sido aniquilados por la ola negra.

Su oponente no había usado magia de disipe para neutralizar invocaciones. Los ángeles que fueron destruidos recibieron daño. En otras palabras, Ainz usó un hechizo poderoso para acabar con todos los ángeles de una sola vez.

Nigun no podía sino temblar. Recordó las palabras del guerrero más fuerte del Reino, Gazef Stronoff.

"...Hmph, idiota. En ese pueblo... hay un hombre más fuerte que yo. Su poder es insondable, podría mataros a todos él solo... Tratar de matar... a los aldeanos que protege... es imposible para ti."

La escena frente a sus ojos confirmaba la veracidad de esas palabras.

Nigun trató de deshacerse de las palabras en su mente, intentando desesperadamente recomponerse.

Nigun sabía que los miembros del más fuerte grupo de operaciones especiales, la Escritura Negra, podrían eliminar también a tantos ángeles. En otras palabras, todo lo que tenía que hacer, era tratar a Ainz como a un oponente de su nivel. Mientras que podía ser tan poderoso como un miembro de la Escritura Negra, él tenía la ventaja numérica a su favor, por lo que la victoria aún era posible.

Sin embargo, ¿podrían esos miembros de la Escritura Negra encargarse de todos esos ángeles con un solo hechizo?

Nigun sacudió la cabeza para alejar esas dudas. No podía seguir pensando en esta pregunta. Si tenía su respuesta, entonces, él estaría realmente acabado. Por lo tanto, Nigun metió la mano dentro de su abrigo y tocó el ítem en su interior para darse a sí mismo coraje.

Él creía fervientemente que, mientras lo tuviera, todo estaría bien.

No obstante, sus subordinados no tenían la misma fuente de apoyo emocional que él.

"¡U-uuuaaaaaah!"

"¡¿Qué, qué demonios?!"

"¡Es un monstruo!"

Una vez que se dieron cuenta de que sus ángeles eran inútiles, lloraron y se apoyaron en los hechizos que ellos conocían y en los que confiaban.

"「Encantar Persona」,「Martillo de Hierro de la Justicia」,「Sostener」,          「Lluvia de Fuego」,「Sarcófago de Esmeralda」,「Rayo Santo」,「Onda de Choque」,「Asalto de Estalagmitas」,「Heridas Abiertas」,「Veneno」,              「Miedo」,「Palabra de Maldición」,「Ceguera」..."

Todo tipo de hechizos llovieron sobre Ainz.

Aun así, mientras la tormenta mágica arremetía contra él, Ainz permanecía impasible.

"Bueno, todos estos son hechizos familiares... ¿quién os los enseñó? ¿La Teocracia Slane? ¿Otra persona? Aún hay más y más cosas que os quiero preguntar ahora."

No solo podía matar a los ángeles invocados con un solo golpe, sus hechizos eran encima incapaces de hacerle daño. Nigun sintió que se encontraba atrapado en una pesadilla.

"¡Hyaaaaaa—!"

Uno de los hombres gritó salvajemente mientras veía que sus hechizos eran inefectivos. En la desesperación, sacó una honda y la cargó con una bala. Aunque Nigun dudó de la efectividad de semejante proyectil cuando hasta las espadas de los ángeles eran inútiles, no detuvo al hombre.

La bola de hierro que era capaz de aplastar huesos aceleró hacia Ainz.

Fue seguido de un sonido. Era un sonido como de una explosión.

Un instante.

Pasó en un instante.

Desde que estaban en una batalla, no podían quitarle los ojos de encima al oponente. Sin embargo, Albedo — que debió estar detrás — se movió de una forma misteriosa frente a Ainz para protegerle. La fuente de la aparente explosión fue porque ella había arrancado violentamente del suelo para llegar a donde estaba.

Con una velocidad que lo ojos no podían ni ver, Albedo balanceó su bardiche, trazando una hermosa curva de la enfermiza luz verde del arma en el aire.

Después de eso, el hombre con la honda, lentamente colapsó al suelo.

"... ¿Eh?"

Nadie sabía qué había pasado. Ellos habían sido los que lanzaron el ataque, pero el resultado fue completamente lo opuesto — uno de ellos calló en su lugar.

Uno de los hombres se apresuró para atender a su compañero muerto y gritó:

"¡S-su cabeza ha sido aplastada por la bala de acero!"

"… ¿Qué? Aplastado... ¡No me digas que esa fue la bala que ha disparado!"

¿Por qué ha muerto por su propio proyectil?

Entonces, el viento cargó una voz a los oídos del perplejo Nigun.

"Mis disculpas, parece que mi subordinada ha usado una combinación de las habilidades「Parar Misil」y「 Contraflecha 」 para devolverle el proyectil a tu hombre. Creo que tenéis algún tipo de magia que os defiende contra ataques de distancia. Eso significaría que, un ataque que es más fuerte que la defensa, puede atravesarla, ¿no? No merece la pena entrar en pánico por eso."

Tras su explicación, Ainz no le prestó atención a Nigun y se volvió hacia Albedo.

"Sin embargo, Albedo, deberías saber que ese tipo de armas de distancia no pueden herirme. No había necesidad—"

"—Por favor espere, Ainz-sama. Si ellos quisieran retar a un Ser Supremo a un combate, deben tener un cierto grado de poder. Una bala de honda como esa no era nada más que un insulto hacia usted."

"Jaja, eso es lo mismo que decir que Nigun y sus lacayos no pasan la prueba, ¿no es así?"

"¡Wuu! ¡Je! ¡Principado de Observación! ¡Ataca!"

En respuesta a las órdenes de Nigun, el ángel que había estado de pie hasta ahora, de repente abrió las alas y las aleteó, impulsándose hacia delante.

El Principado de Observación era un ángel en una armadura de cuerpo completo. Sostenía una maza en una mano y un escudo redondo en la otra. Una prenda que parecía una falda larga cubría sus piernas.

El Principado de Observación era más fuerte que los Arcángeles de Llamas, pero no había sido desplegado en batalla hasta ahora por su habilidad especial. El Principado de Observación, como su nombre indicaba, aumentaba las capacidades defensivas de las fuerzas aliadas. Sin embargo, esa habilidad perdía efecto en cuanto el ángel se movía, por lo que la decisión más sabia sería ordenarle al Principado de Observación que mantuviera su posición.

El hecho de que la orden de moverse había sido dada, mostraba que Nigun ya no podía pensar en otra solución. Tenía que aferrarse a cualquier cosa que pudiera resultar ser un salvavidas, incluso si acababa siendo inútil.

"Retrocede, Albedo."

Según lo ordenado, el ángel se detuvo frente a Ainz y levantó su brillante maza. Ainz, despreocupadamente extendió su mano izquierda para enfrentar el ataque.

Aunque no habría sido extraño que ese ataque rompiera los huesos, la mano de Ainz estaba bien. Él casualmente recibió los siguientes golpes conforme llegaron.

"Vaya... Parece que es mi turno ahora,「Llama del Infierno」."

Una pequeña y tambaleante llama emergió de uno de los dedos de la mano derecha de Ainz. Parecía tan débil que cualquiera podría soplarla si quisiera. Tocó el cuerpo del Principado de Observación y parecía terriblemente risible contra el reluciente cuerpo del ángel.

Pero entonces—

El Principado de Observación fue consumido con un fuego negro, tan intenso que, incluso Nigun estando a una buena distancia, podía sentir el calor. A penas podía mantener los ojos abiertos.

El cuerpo del ángel se derritió y desapareció en medio de las abrasadoras llamas negras, sin si quiera resistirse. Las llamas que devoraron al ángel desaparecieron junto a su blanco.

No quedaba ningún rastro. La anterior escena — la del ataque de un ángel y la negra conflagración — parecía como si hubieran sido ilusiones, como si nunca hubieran ocurrido.

"Cómo, cómo es posible..."

"Con solo un golpe..."

"¡Yiiii!"

"¡¡¡¡¡Im-Im-Imposible!!!!!", gritó Nigun en medio de la confusión.

Él ni siquiera sabía que estaba gritando. Simplemente estaba convirtiendo sus pensamientos en palabras. No le pareció que estuviera gritando.

El Principado de Observación era un ángel de alto nivel cuya fuerza ofensiva y defensiva estaba en una proporción de 3:7. Presumía de la mayor capacidad defensiva de entre todos los demás ángeles de su mismo nivel.

Adicionalmente, debido al talento innato de Nigun,「 Reforzar Monstruo Invocado 」, podía mejorar las estadísticas de cualquier monstruo que Nigun invocara. Como resultado, había muy pocas personas que pudieran derrotar un Principado de Observación invocado por Nigun.

Nigun nunca había visto a nadie derrotarlo con solo un hechizo. Incluso en la Escritura Negra, en la que el poder de sus miembros presionaba sobre el límite de la humanidad, no podían hacerlo. En otras palabras, el poder de Ainz Ooal Gown, excedía al del ser humano.

"¡No puede ser! ¡¡Es imposible!! ¡¡¡Nadie puede usar solo un hechizo y derrotar a un ángel de alto nivel!!! ¡¡¡¡¿QUÉ CLASE DE HOMBRE ERES TÚ, AINZ OOAL GOWN?!!!! ¡¡¡¡¡Es imposible que que nadie haya oído hablar de ti antes!!!!! ¡¡¡¡¿CUÁL ES TU VERDADERO NOMBRE?!!!!"

No había ni rastro de la calma de Nigun, solo ese salvaje grito en esperanza de negar la realidad.

Ainz extendió sus manos una vez más. Bajo la luz del sol, parecía como si estuvieran empapadas en sangre.

"... ¿Por qué crees que es imposible? ¿No es ese solo el resultado de tu ignorancia? ¿O quieres decir que eso es todo lo que sabes del mundo? Solo hay una cosa que yo puedo hacer para responder a tu pregunta."

El silencio reinó en el aire mientras ellos esperaban la respuesta. La voz de Ainz era tan clara como una campana:

"Mi nombre es Ainz Ooal Gown. Este, definitivamente no es un alias."

Ante la arrogancia de Ainz, Nigun era incapaz de refutar lo que estaba oyendo. Era algo que no entendía de un hombre que no conocía. Esa era la situación en la que estaba.

Nigun estaba empezando a molestarse por su agitada respiración.

El sonido del césped susurrando en el viento era molesto también. Su ritmo cardiaco sonaba especialmente fuerte. Estaba respirando pesadamente, como si hubiera estado corriendo un largo tiempo.

Palabras de tranquilidad empezaron a aparecer en su cabeza. Sin embargo, la visión de Ainz siendo atravesado por espadas, así como también como la matanza en masa de ángeles con un solo hechizo, le decían a Nigun otra cosa.

—Este es un monstruo más allá de mis imaginaciones más salvajes. Nunca podría esperanzarme en vencerlo.

"¡Ca-capitán! ¿Q-qué debemos hacer...?"

"¡Averígualo por ti mismo! ¡No soy tu madre!"

Nigun solo pudo relajarse después de no poder seguir viendo la cara del hombre al que le había gritado.

Perder su calma frente a un monstruo desconocido como este, era una cosa muy mala.

El sol se ocultaba lentamente tras el horizonte, la oscuridad amenazaba con tragarse al mundo. Era como si la muerte misma estuviera abriendo sus fauces para devorarlo todo. Nigun intentó forzar su miedo a desaparecer y dio una orden:

"¡Protegedme! ¡Protegedme si queréis vivir!"

Nigun sacó el cristal en su temblorosa mano. Sus subordinados, usualmente vigorosos y ágiles, estaban encadenados por el miedo y sus movimientos eran lentos. Incluso estos audaces hombres vacilarían cuando se les ordenara convertirse en escudos contra un monstruo como el que estaba de pie frente a ellos. Sin embargo, él tenía que hacerles ganar tiempo sin importar lo que pasara.

La magia sellada en el interior del cristal, podía invocar al más poderoso ángel conocido por el hombre. Era un ángel que había destruido por sí solo a un Dios Demonio que arrasó el continente hace doscientos años.

El ángel del orden más alto, que podía fácilmente destruir una ciudad.

Recitar el hechizo para invocar ese ángel otra vez, requeriría una incalculable cantidad de dinero y mano de obra, pero Ainz Ooal Gown, este ser misterioso, era digno de ser eliminado por este poder. Más importante aún, sería peor que el cristal fuera robado sin que el hechizo fuera recitado.

Esto era lo que Nigun se dijo a sí mismo.

"¡Voy a invocar al ángel del más alto orden, daos prisa y ganadme algo de tiempo!"

Una vez que entendieron la situación, sus subordinados se movieron rápidamente.

Ainz, que los estaba encarando, debió de notar las llamas de la esperanza avivándose en ellos. Sin embargo, no hizo ningún movimiento, en cambio, balbuceaba sobre alguna tontería a sí mismo.

"...Podría ser un cristal de sellado de magia... Por la cantidad de luz que proviene de él, debería ser algo que pueda sellar cualquier cosa excepto un hechizo de Súper Nivel. Así que, también tienen ítems de YGGDRASIL... Siendo ese el caso, ¿qué clase de ángel pueden invocar, un Serafín Aerosfera? Albedo, usa tu habilidad para protegerme. Aunque es improbable que aparezca un Serafín Aerosfera, si pueden invocar a un Serafín Empíreo, tendremos que luchar en serio. O... ¿podría ser un monstruo único de este mundo?"

Mientras Ainz seguía pensando, Nigun rompió ritualmente el cristal en su mano y un resplandor brillante se derramó.

Un sol oculto parecía haberse puesto sobre la tierra, dándole a la hierba un brillo blanco parpadeante. Una fragancia opaca se filtró en las narices de todos.

El legendario ángel descendió sobre la tierra y Nigun se exaltó.

"¡Observa! ¡El glorioso rostro del más alto ángel! ¡Dominio de Autoridad!"

Era una masa de varias alas brillantes y, entre ellas, había un par de brazos que sostenían un cetro simbolizando autoridad real, pero, ni la cabeza ni las piernas eran visibles. Aunque parecía algo perturbador, cualquiera podría decir que este era un ser sagrado. En el momento en el que apareció, el ambiente se volvió brillante y claro.

El advenimiento de esta encarnación suprema de la bondad provocó vítores salvajes de todos los que lo verían. La sangre de los hombres de Nigun hirvió de emoción.

Ahora, podrían matar a Ainz Ooal Gown.

Esta vez, sería él el que tendría miedo.

Aprendería de su insensatez ante el poder de los dioses.

Ante el júbilo, Ainz apenas logró pronunciar una frase.

"Eso... ¿eso es todo? ¿Esto es lo que llamas ponerse serio...? ¿Este es tu as en la manga que planeabas usar contra mí?"

Mientras veía la conmoción de Ainz, Nigun, quien estuvo extremadamente inquieto, dio un suspiro de alivio. De hecho, su corazón estaba lleno de alegría mientras respondía:

"¡Así es! Tu miedo es natural. Después de todo, así es como es el ángel del más alto rango. Aunque usarlo aquí hubiera sido un desperdicio, he determinado que eres digno de ello."

"Cómo puede ser esto..."

Ainz, lentamente levantó la mano y la puso sobre su máscara en la cara. A los ojos de Nigun, este era un gesto de desesperación.

"Ainz Ooal Gown. La verdad, es que te mereces respeto por forzarme a invocar al más poderoso de los ángeles. Siéntete orgulloso de tu audaz poder, lanzador de magia."

Nigun asintió con la cabeza profundamente y continuó:

"Personalmente, me gustaría traerte a nuestro bando. Si eres realmente tan poderoso... sin embargo, no se me permite hacer eso en esta misión. Como mínimo, te recordaré — al lanzador de magia que me hizo decidir invocar este poderoso ángel."

No obstante, la respuesta a la alabanza de Nigun fue una voz fría.

"De verdad... esto es ridículo."

"¿Qué?"

Nigun no tenía ni idea de lo que Ainz estaba diciendo. Para Nigun, Ainz era poco más que un sacrificio para el ángel del orden más alto, al cual la humanidad no podría derrotar. Aun así, su actitud parecía demasiado relajada para eso.

"No puedo creer que estuviera en guardia contra semejante juego de niños... mis disculpas, Albedo. Te hice usar tu habilidad para nada."

"Por favor, no diga eso, Ainz-sama. No sabíamos que clase de monstruo podrían haber invocado, por lo que era prudente reducir las posibilidades de lesiones."

"¿Tú crees? No, tienes razón. Es solo que no esperaba que esto fuera todo. Es bastante inesperado."

La mente de Nigun no podía seguirles el ritmo a sus bromas condescendientes.

"¡¿Cómo puedes actuar así frente al ángel del más alto orden?!", gritó Nigun, él no podía creer que Ainz y Albedo estuvieran hablando sin prisa e ignorando completamente al Dominio de Autoridad.

Su calmada actitud de absoluta superioridad hizo que la creciente alegría en el corazón de Nigun desapareciera. En su lugar, había terror e inquietud.

¿Podría ser que Ainz Ooal Gown es más fuerte que el más poderoso ángel?

"¡No! ¡Imposible! ¡No puede ser! ¡Nadie es más poderoso que el ángel del más alto rango! ¡Este es un ser que puede derrotar a un Dios Demonio! ¡Ante un enemigo que la humanidad no puede derrotar — es un farol! ¡Tiene que ser un farol!"

Parecía que Nigun no podía mantener más el control sobre sus emociones.

Él no podía, no podía reconocer eso. Él no podía creer que un hombre que podía derrotar al Dominio de Autoridad no solo fuera enemigo de la Teocracia Slane, sino que también estaba justo en frente de él.

"¡Úsalo! ¡Usa「Herida Santa」!"

Esto era magia del séptimo nivel y superior, un reino que la humanidad no podía alcanzar. En la Teocracia Slane podían usar algunos de esos hechizos realizando rituales a gran escala, pero el más exaltado de los ángeles — Dominio de Autoridad — podía usarlos por sí mismo. Era por eso que estaba posicionado entre el más alto orden de los ángeles.

La magia que Nigun ordenó lanzar, era un hechizo del séptimo nivel「Herida Santa」, era un hechizo de poder definitivo.

"Bien, bien. Date prisa y haz tu movimiento. No haré nada. Eso debería satisfacerte ¿no?"

Sin embargo, la relajada actitud de Ainz era como la de un peatón dejando que otra persona pasara junto a él. Su actitud casual llenó a Nigun de miedo.

Este ángel del más alto orden que derrotó una vez a los Dioses Demonio[1] de las leyendas. Su omnipotente poder era suficiente para calificarlo como el más poderoso ser del continente. Era invencible.

Aun así, si alguien pudiera derrotarlo...

Si el misterioso lanzador de magia frente a él podía hacerlo, significaría que esta misteriosa persona era un ser mucho más poderoso que un Dios Demonio.

Semejante persona no podía existir.

En respuesta al deseo de su invocador de usar el más poderoso ataque, Dominio de Autoridad destrozó su cetro. Los fragmentos se elevaron en el aire y lentamente orbitaron su cuerpo.

"Ya veo. Así que, ¿una habilidad especial de un solo uso por invocación que amplifica el poder de sus hechizos? Parece que las habilidades de Dominio es lo mismo que el de YGGDRASIL..."

「Herida Santa」.

El hechizo fue lanzado y un pilar de luz emergió del cielo.

Con un ruidoso «wooosh», una cascada aparentemente interminable de resplandor santo azul-blanquecino, descendió de los cielos, sumergiendo a Ainz, quien simplemente levantó una mano para taparse los ojos.

El séptimo nivel de magia — una altura que la humanidad no podía esperar alcanzar.

El sagrado poder aniquilaría a todos los seres malvados e incluso las buenas entidades conocerían el mismo destino. La diferencia estaba en que serían reducidas a invisibles átomos, o, si realmente habría restos. Este era el asombroso poder mágico que excedía el reino de la humanidad.

No, sería raro que ese no fuera el caso.

Sin embargo— él estaba ahí.

Ainz Ooal Gown, el monstruo, no fue convertido en ceniza brillante, ni cayó al suelo, ni pulverizado en gelatina de carne, pero estaba aún de pie despreocupadamente e incluso riendo.

"—Jajajajaja, como esperaba de magia que tiene efecto extra en aquellos con alineación malvada... así que, esto es lo que se siente al recibir daño... dolor, ¿no es así? ¡Ya veo, ya veo! Aunque, incluso siento dolor, mi mente está clara y mi habilidad para actuar no está afectada para nada."

El pilar luz desapareció. No tuvo ningún efecto.

"Excelente, acabo de concluir otro experimento."

Su voz sonaba indiferente... no, sería más preciso decir que estaba satisfecho.

Nigun y compañía pensaron eso y las sonrisas en sus caras se congelaron.

Sin embargo, una persona estaba llena de furia.

"¡¡¡Se... Se... SERES INFERIORES!!!"

El grito de Albedo perforó el aire.

"¡Seres inferiores! ¡¿Cómo, cómo os atrevéis a hacerle eso a mi amado señor, Ainz-sama?! ¡¡¿Pedazos de basura, cómo os atrevéis a hacerle daño al hombre al que amo, mi maestro Ainz-sama?!! ¡No penséis que permitiré que muráis tan fácilmente! ¡Haré que probéis el mayor sufrimiento que pueda ofrecer este mundo hasta que os volváis locos de la agonía! ¡Derretiré vuestros miembros con ácido, os cortaré los genitales y os los daré de comer como carne picada! ¡AAAAAHHHHHH! ¡OS ODIO! ¡Os odio! ¡Os odio tanto que mi corazón explo-tará—"

Sus brazos, arañando su cabeza y enfundados en una armadura negra, se retorcían.

Era como si el mundo se distorsionara con ella en el centro. Una ola de malicia que agitaba el mundo y agotaba el coraje se estrelló contra ellos como un huracán.

Algo parecía estar arrastrándose bajo la armadura negra, como si hubiera ahí una enorme criatura que estaba a punto de escaparse de entre las placas y revelarse a sí misma. Nigun supo lo que estaba pasando, pero no había nada que pudiera hacer salvo quedarse ahí y mirar la aparición de un monstruo que podía contaminar el mundo.

Solo una persona en este mundo podría controlarla. Ainz levantó su mano y calmadamente dijo:

"Basta, Albedo."

Esas palabras fueron suficientes para parar a Albedo en seco.

"…Pe-pero Ainz-sama, estos seres inferiores..."

"—Está bien, Albedo... Todo ha ido acorde a mis predicciones, a parte de la debilidad de los ángeles. ¿Por qué otra cosa habría que molestarnos?"

Al oír eso, Albedo levantó una mano a su pecho y se inclinó en entendimiento.

"…Como esperaba de Ainz-sama, su perspicacia es realmente acorde a la palabra "Insondable". Estoy impresionada."

"No, no, no, la verdad es que estoy muy contento de que estés preocupada y enojada por mí. Sin embargo, tu encantadora sonrisa es mucho más preferible."

"¡Guhu—! ¡En-Encantadora! —Ejem, gracias, Ainz-sama."

"Bien, siento haceros esperar tanto tiempo."

Nigun, que estaba aturdido por su fácil ir y venir, finalmente, logró recuperar lo suficiente de sus sentidos como para gritar:

"Ya lo sé... ¡Conozco vuestra verdadera identidad! — ¡Dioses Demonio! Vosotros debéis de ser Dioses Demonio."

Había pocos seres inteligentes que Nigun conocía, que pudieran estar a la par con los ángeles del más alto nivel.

Los Seis Grandes Dioses en los que Nigun creía.

Los reyes de las poderosas razas dracónicas — los Señores Dragón.

El legendario monstruo que podía destruir un país entero — Landfall.

Y uno más — los Dioses Demonio.

Él había oído que los Trece Héroes derrotaron y sellaron a los Dioses Demonio. Juzgando con esa ola de maldad de antes, eso debió de ser un Dios Demonio a punto de romper su sello.

Al mismo tiempo, Nigun tenía la vaga esperanza de que, si ellos eran Dioses Demonio, entonces, Dominio de Autoridad todavía tenía una oportunidad de ganar.

"¡Una vez más! ¡Usa「Herida Santa」!"

Ainz dijo que ese hechizo le dolió. Eso significaba que había recibido daño. Significaba que tenía problemas en mantenerse de pie.

Incontables "tal vez" se le pasaron por la cabeza de Nigun. Sin ellos, se volvería loco.

Sin embargo, Ainz no permitiría un segundo ataque.

"...Ahora, es mi turno... Siente la desesperación. ¡「Agujero Negro」!"

Un pequeño punto apareció en el brillante cuerpo del Dominio de Autoridad. Lentamente se agrandó hasta convertirse en un vacío negro.

El agujero negro se lo tragó todo.

Era tan decepcionante que los hizo mirar estupefactos en silencio. Podría incluso ser risible. Pero ellos ya no podían seguir viéndolo.

Cuando la brillantez del Dominio de Autoridad desapareció, la luz fue drenada de los alrededores.

Solo estaba el sonido del viento soplando en las planicies. Y, entonces, un grito ronco rompió el silencio.

"Qué... cosa sois..." —preguntó Nigun a esos seres imposibles otra vez— "Jamás he oído el nombre de un lanzador de magia llamado Ainz Ooal Gown antes... no, ¡no puede haber alguien que pueda destruir al ángel más poderoso de un solo golpe! Alguien así no debería existir..."

Nigun sacudió la cabeza impotentemente.

"Todo lo que sé, es que estás muy por encima de los Dioses Demonio... esto es increíble... quien eres exactamente..."

"…Como dije, soy Ainz Ooal Gown. En el pasado, no había nadie que no temblara ante este nombre. Bueno, supongo que hemos pasado suficiente tiempo en una charla ociosa. Seguir solo sería inútil. Además, solo para que no malgastemos nuestro tiempo, hay un efecto anti-teletransportación a mi alrededor y mis subordinados están esperando a emboscar. No tenéis a dónde huir."

El sol se ocultó completamente y la oscuridad se tragó la tierra.

Nigun supo que esto era el final. Esto era una realidad inexpugnable. Así como sus subordinados caían en la desesperación uno tras otro, unas grietas aparecieron en el cielo, como la rotura de una ventana. Desaparecieron en un instante y el escenario volvió a la normalidad.

Así como la confusión se apoderó de Nigun, Ainz respondió:

"Vaya... ya sabes, deberías agradecérmelo. Parece que alguien estaba usando magia de adivinación para mantener un ojo sobre ti, pero ya que estaba en el área de efecto del hechizo, mi barrera ofensiva 「Anti-Adivinación」 se activó y no has sido observado. De verdad, si lo hubiera sabido, habría añadido un hechizo de ataque de mayor nivel a la barrera."

Esas palabras llenaron los ojos de Nigun de entendimiento. Su país natal debe haber estado monitoreándolo periódicamente.

"Una「Explosión」extendida no podría haber sido suficiente para enseñarles a cómo comportarse... Ah, bueno, las cosas son como son, se acabaron los juegos."

Una ola de frío corrió a través de Nigun así como iba entiendo el significado de esas palabras. Él, que siempre había sido el opresor, ahora iba a convertirse en el oprimido.

Estaba a punto de romper en lágrimas.

Quería arrodillarse y pedir piedad a gritos, pero Ainz no parecía un hombre compasivo. Por lo tanto, Nigun contuvo sus ganas de llorar, intentando desesperadamente encontrar una forma de sobrevivir. Pero, sin importar cuanto lo pensara, no podía pensar en ninguna forma de pedir ayuda externa. Por lo tanto, su única esperanza era rogarle la clemencia de Ainz.

"¡E-e-e-es-espere un momento! ¡Ainz Ooal Gown-dono... no, -sama! Por favor, espere un momento, nosotros, no, ¡yo deseo hacer un trato con usted! ¡Le garantizo que no le decepcionará! Siempre y cuando me perdone la vida, ¡le entregaré cualquier cantidad de dinero que desee!"

Podía ver a sus conmocionados subordinados por el rabillo del ojo, pero ellos ya no eran relevantes para él. Lo más importante ahora, era su propia vida. Todo lo demás, era secundario.

Además, podía encontrar a otros subordinados, pero él mismo era irreemplazable.

Ignorando las incontables voces furiosas de sus hombres, Nigun continuó:

"Debe ser difícil satisfacer los deseos de un gran lanzador de magia como usted, pero, definitivamente, ¡prepararé una suma de dinero satisfactoria! ¡Mi posición es algo elevada en mi país, así que, definitivamente pagarán cualquier precio por mi rescate! ¡Por supuesto, si tuviera otras demandas, haré mi mejor esfuerzo por concedérselas! ¡Así que, se lo ruego! ¡Por favor, perdóneme la vida!"

Nigun jadeaba cuando terminó su monólogo.

"¿Qué, qué dice? ¡Ainz Ooal Gown-sama!"

La voz delicada y gentil de una mujer, respondió a la desesperada súplica de Nigun:

"¿Acaso no habías rechazado ya la compasiva oferta del Supremo, Ainz-sama?"

"¡Eso fue—!"

"…Sé lo que quieres decir. Has querido rogar por tu vida porque aceptar su propuesta también significaría tu muerte. ¿Estoy en lo correcto?"

El casco negro sacudía la cabeza lentamente, como si estuviera cansada de hablar.

"Veo que estás confundido sobre la situación. Ya que Ainz-sama, que posee el poder de decidir sobre la vida y la muerte en Nazarick, ya ha declarado su voluntad, los seres inferiores como vosotros, humanos, deberían agachar la cabeza con agradecimiento y esperar a que vuestras vidas sean tomadas."

Las fuertes palabras de Albedo estaban respaldadas por una voluntad firme.

Está loca... Esta mujer está loca. Nigun, que se había dado cuenta de esto, miró esperanzado a Ainz.

Ainz había estado escuchando la conversación en silencio. Cuando se percató de que Nigun estaba esperando su decisión, sacudió la cabeza y dijo:

"Ciertamente... es como ella dice. Cesa tus luchas sin sentido y recuéstate en silencio. Como último acto de misericordia, te mataré sin causarte sufrimiento."


Notas
  1. También se les conoce como Deidades del Mal / Deidades Malvadas.

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