Overlord Volumen 1, Capítulo 3 Parte 4

Lee y descarga la novela ligera de Overlord volumen 1, capítulo 3 parte 4 en español.
Raruk Berg

Overlord novela ligera vol. 1
Overlord vol. 1 novela ligera
Traducción chn-ing: Skythewood
Traducción ing-esp: Rawi
Corrección: Raruk Berg
Info! Esta traducción es una versión de revisada y corregida versión 3.0.

Overlord Volumen 1: El Rey No-Muerto

Capítulo 3: Batalla de la Aldea Carne

Overlord volumen 1 capítulo 3

Parte 4

OOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH!"

El poderoso rugido hizo añicos el aire.

Era la señal para que una matanza se convirtiera en una masacre de un tipo diferente. En un abrir y cerrar de ojos, los cazadores se habían convertido en cazados.

Londes Di Clamp, probablemente había maldecido a sus dioses más veces en los últimos diez segundos que en el resto de su vida. Si los dioses realmente existieran, entonces, deberían derrotar a ese ser malvado en este momento. Londes era un hombre fiel — ¿por qué los dioses lo habían abandonado?

Los dioses no existían.

En el pasado, había menospreciado a aquellas personas que no creían en los dioses como si fueran idiotas. Después de todo, si los dioses no existían, ¿cómo podían los sacerdotes usar su magia? Y ahora, se dio cuenta de que él era el idiota.

El monstruo delante de él — si tendría que darle un nombre lo llamaría, "Caballero de la Muerte" — se acercó.

Dio dos pasos hacia atrás en respuesta, tratando de alejarse.

Un crujido agudo salió de su armadura y la espada que sujetaba con ambas manos temblaba incontrolablemente. Él no era el único; los otros dieciocho caballeros que rodeaban al Caballero de la Muerte, actuaban de la misma manera.

Aunque estaban llenos de miedo, ninguno de ellos había huido. Esto no era coraje — el rechinar de dientes podría dar fe de ello. Si pudieran, correrían tan rápido y tan lejos como pudieran.

Era porque sabían que no había escapatoria.

Los ojos de Londes se movieron, pidiendo ayuda.

Esta plaza estaba en el centro de la aldea, donde Londes y sus hombres habían reunido a unos sesenta aldeanos. Miraron con temor a Londes y sus hombres, mientras un grupo de niños se escondía detrás de una torre de vigilancia de madera.

Algunos de los niños sostenían palos, pero ninguno de ellos estaba en posición de combate. Era todo lo que podían hacer para no dejar caer sus palos.

Durante el ataque de Londes contra la aldea, habían perseguido a los aldeanos hasta la plaza central. Registraron las casas y luego, para eliminar a cualquiera que se escondiera en las bodegas, vertieron aceites alquímicos y les prendieron fuego.

Había cuatro caballeros haciendo guardia alrededor del pueblo con arcos y su trabajo consistía en derribar a cualquiera que intentara escapar del pueblo. Ya habían hecho esto varias veces y se podría decir que eran veteranos en este tipo de cosas.

La masacre había llevado bastante tiempo, pero había tenido éxito y habían reunido a los aldeanos supervivientes en un solo lugar. Después de eso, liberarían a algunos de los prisioneros como cebo.

Debería haber sido así, pero—

Londes todavía recordaba ese momento.

La vista de Elion volando por el aire, después de que los últimos aldeanos huyeran a la plaza.

Debería haber sido imposible. Nadie sabía lo que estaba pasando. ¿Cómo podrían entender la razón por la cual un hombre entrenado y adulto con armadura de placa completa — que todavía tenía algo de peso incluso si la armadura estuviera encantada con magia para hacerla más ligera — podía volar por el aire como una pelota?

Después de volar unos siete metros por el aire, cayó al suelo con un estruendoso choque y se quedó quieto.

Un monstruo escalofriante se encontraba donde Elion había estado. El espeluznante no-muerto llamado Caballero de la Muerte, bajó el escudo de torre que había golpeado a Elion y se puso frente a ellos.

Aquí fue donde empezó su desesperación.

"¡AIIIIIEEE!"

Sus chillidos de pánico resonaron en el aire. Uno de los hombres acurrucados junto con sus camaradas no pudo soportar el terror opresivo y huyó con un grito.

En estas circunstancias extremas, era natural que, cuando se estiraba hasta el punto de ruptura, un eslabón podría romper todo el grupo. Sin embargo, entre todos los camaradas del hombre que huía, ninguno de ellos se unió a él. La razón era que pronto sería evidente.

Un vendaval negro giró más allá del campo de visión de Londes.

El cuerpo del Caballero de la Muerte era más grande que el de un humano normal, pero su ágil gracia estaba muy por encima de las expectativas de cualquiera.

El hombre que huyó solo logró dar tres pasos.

Justo cuando estaba a punto de dar su cuarto paso, un arco de brillo plateado dividió su cuerpo en dos. Las mitades bisectadas izquierda y derecha de su cuerpo colapsaron en direcciones opuestas. Un olor agrio llenó el aire cuando sus órganos internos rosados se derramaron.

"GUWOOOOOOOOOOHHH!", rugió el Caballero de la Muerte cubierto de sangre mientras balanceaba su espada.

Era un rugido de alegría.

La expresión de deleite era inconfundible, incluso en su cara podrida. Como un asesino abrumadoramente superior, saboreaba la desesperación y el terror de los lamentables humanos, que ni siquiera podían sobrevivir a uno de sus golpes.

Nadie se atrevió a atacar, aunque tenían espadas en la mano.

Al principio, habían intentado un ataque, aunque tenían miedo. Pero, incluso aquellas hojas que habían superado la defensa de sus enemigos, no podían dar un golpe contundente a través de la armadura del Caballero de la Muerte.

Por el contrario, el Caballero de la Muerte no usó su espada, pero envió a Londes volando con un golpe de escudo y lo hizo sin usar la fuerza suficiente para matar.

Claramente estaba jugando con ellos, dada la forma en que no usaba toda su fuerza. Estaba claro que el Caballero de la Muerte quería disfrutar de las luchas moribundas de estos humanos.

El Caballero de la Muerte solo daba golpes fatales en serio cuando los caballeros intentaban escapar.

El primer caballero en correr, fue Lilick. Era un buen tipo, pero también un borracho de los malos. Le cortaron las extremidades, seguido de su cabeza.

Después de ver las dos muertes, los otros caballeros sabían lo que les esperaba, por lo que no se atrevieron a huir. Sus ataques eran ineficaces y serían asesinados si intentaran huir.

Lo único que podían hacer, era esperar su turno para ser torturados hasta la muerte.

Aunque no había forma de ver sus caras debajo de los cascos que llevaban, todos los presentes estaban muy conscientes de su destino. Los gemidos de los hombres adultos reducidos a niños resonaron en toda la aldea. Estos hombres que siempre habían oprimido a los débiles, no habían pensado que algún día estarían recibiendo el mismo trato.

"Oh Dios, por favor, sálvame..."

"Oh Dios…"

Después de escuchar estos gritos de salvación, la fuerza abandonó las piernas de Londes y casi cayó de rodillas. Maldijo en voz alta a los dioses — ¿o fue una oración para ellos?

"¡Muchachos, id a detener a ese monstruo!", gritó un caballero desesperado. Sabía que su destino estaba sellado. Sus palabras sonaban como un salmo fuera de tono.

El hombre que habló estaba al lado del Caballero de la Muerte. La forma en que tropezaba de puntillas para alejarse del cadáver de su camarada era bastante cómica.

Londes frunció el ceño mientras miraba a ese hombre en su patético estado. Era difícil saber quién había dicho esas palabras porque sus cascos cerrados cubrían sus rostros y sus voces estaban distorsionadas por el miedo. Aun así, sabía que solo un hombre hablaría así.

...Comandante Belius.

El ceño de Londes se distorsionó.

Superado por sus deseos lascivos, había tratado de violar a una chica de la aldea y luego buscó ayuda de otros después de pelear con su padre. Después de que lo separaran del otro hombre, expresó su ira apuñalando al padre con su espada. Ese era el tipo de hombre que era. Sin embargo, su familia era bastante rica en su país y él se había unido a esta unidad debido a las riquezas de su familia.

Todo había salido mal porque lo habían convertido en su líder.

"¡No soy alguien que debería morir aquí! ¡Daos prisa y protegedme! ¡Sed mis escudos!"

Nadie se movió. Pudo haber sido nombrado su Comandante, pero no era popular en absoluto. Nadie tiraría su vida por un hombre como este.

Sin embargo, el Caballero de la Muerte respondió a sus gritos y lentamente se volvió hacia Belius.

"¡Aiiiiiieeeeee—!"

Lo único digno de elogio sobre él, era que podía hacer mucho ruido mientras estaba frente al Caballero de la Muerte.

Justo cuando Londes empezaba a respetar esta extraña cualidad de Belius, escuchó al hombre gritar con una voz aterrorizada:

"¡Dinero, os daré dinero! ¡Doscientas monedas de oro! ¡No, quinientas monedas de oro!"

Eran cantidades considerables de las que estaba hablando. Sin embargo, en este momento, era como decirles que les pagaría por saltar de un acantilado de quinientos metros.

Aunque nadie respondió, una persona — no, media persona se movió como si le respondiera.

"Uboooooarrr..."

La mitad derecha del cadáver bisecado agarró firmemente los tobillos de Belius. El sangriento gárgaras de su boca apenas sonaba como palabras.

"—OGYAAAAAAHHHHH!!!!", Belius gritó con una voz aguda y poco natural. Los caballeros y aldeanos que miraban estaban congelados por el miedo, con la piel cubierta como si fuera piel de gallina.

Zombie Escudero.

En YGGDRASIL, las criaturas asesinadas por el Caballero de la Muerte se convertirían en no-muertos de un poder comparable, reviviendo como zombie en el lugar donde fueron asesinados. De acuerdo con las reglas del juego, esas almas condenadas que cayeron ante la espada del Caballero de la Muerte se convertirían en esclavas por toda la eternidad.

Belius dejó de gritar y cayó como una marioneta cuyos hilos habían sido cortados, mirando hacia el cielo. Debía haberse desmayado. El Caballero de la Muerte se acercó al hombre indefenso y lo apuñaló con su hoja ondulada.

El cuerpo de Belius se crispó y...

"¡Gu-Guwaaaaaaargh!"

Despertado por el increíble dolor, Belius gritó:

"¡DEH-DEH-DEHAME! ¡¡¡¡¡¡TH LH RUEGOH!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡QUIEH SHEEAAH!!!!!!!"

Usando ambas manos, Belius agarró desesperadamente la espada ondulada que ya había penetrado en su cuerpo, pero el Caballero de la Muerte no prestó atención a sus luchas inútiles y usó la espada como una sierra. Su carne y armadura fueron desgarradas cruelmente y sangre fresca voló por todas partes.

"—¡AAH! —¡EEEH! —ah gib ya munni, leh, leh meh guh—"

El cuerpo de Belius se estremeció y luego respiró por última vez. Solo entonces el Caballero de la Muerte quedó satisfecho y se alejó del cadáver de Belius.

"No... no... por favor, no..."

"¡Oh Dios!"

Sus gritos vinieron de ver la horrible visión ante ellos. Si corrían, morirían rápidamente, pero, si se quedaban, morirían horriblemente. Lo sabían perfectamente bien, pero, aun así, no podían moverse.

"—¡Recomponeos!"

El grito de Londes desgarró sus lamentos. El mundo estaba lleno de silencio, como si el tiempo se hubiera detenido.

"—¡Retroceded! ¡Soplad la trompeta para que los jinetes y arqueros vengan aquí! ¡Los demás, haced todo lo posible para ganar tiempo para el trompetista! ¡Preferiría no morir así, si no os importa! ¡Moveos ya!"

Todos se movieron en un instante.

No había señales de su pánico anterior. Todos se movieron al unísono en silencio, como una cascada furiosa.

Su obediencia mecánica a sus órdenes sin pensar creó un milagro. No había forma de que pudieran moverse tan impecablemente de nuevo.

Cada uno de los caballeros hizo lo que se suponía que debía hacer. Tenían que proteger al caballero que tocaría la trompeta y señalaría a los demás.

Uno de los soldados que había retrocedido varios pasos bajó la espada y sacó la bocina de su bolso.

"¡OOOOOOHHHHHHHHHHHHHH!"

El Caballero de la Muerte cargó, como si reaccionara al cuerno que se estaba sacando. Todos estaban conmocionados. ¿Podría ser que el Caballero de la Muerte quería destruir sus medios de escape para poder matar hasta el último hombre?

El torrente de oscuridad se acercaba cada vez más y, todos sabían que dar un paso adelante para tratar de detenerlo era una muerte segura. Sin embargo, los caballeros se treparon unos sobre otros para bloquear al Caballero de la Muerte. Su miedo fue borrado por un miedo aún mayor y se lanzaron hacia adelante para convertirse en obstáculos.

Cada vez que su escudo se movía, un caballero era aplastado en el aire.

Cada vez que su espada destellaba, un caballero era cortaba en dos.

"¡Dazen! ¡Maurette! ¡Decapitad a los caídos! ¡Daos prisa antes de que vuelvan como monstruos!"

Los caballeros nombrados corrieron apresuradamente hacia sus camaradas asesinados.

El escudo se balanceó y un caballero fue lanzado al aire. Su cuerpo fue atravesado por la espada ondulada.

Cuatro hombres habían perdido la vida en un abrir y cerrar de ojos. Aunque Londes todavía estaba asustado por el miedo, preparó su espada contra la llegada de la tormenta de color negro azabache, como un mártir que se preparaba para dar su vida por su fe.

"¡OHHHH!"

Pudo haber sido un gesto sin sentido, pero Londes no tenía la intención de esperar a la muerte. Dando voz a un grito de batalla, blandió su espada con todas sus fuerzas al Caballero de la Muerte que se acercaba.

Quizás fue por sus circunstancias, pero los músculos de Londes rompieron su límite y lo sorprendieron. Pudo haber sido el mejor golpe que Londes había dado en su vida.

El Caballero de la Muerte también se balanceó.

En un instante, el mundo ante Londes giró—

Y vio su cadáver decapitado derrumbarse en el suelo, mientras su espada se balanceaba en el aire.

Justo entonces, en ese momento, sonó la trompeta.

♦  ♦  ♦

Momonga — Ainz — levantó la cabeza al oír el sonido de la trompeta que provenía desde la dirección de la aldea.

El área alrededor de él estaba cubierta con los cadáveres de los caballeros que habían estado haciendo guardia en este lugar. El olor a sangre flotaba en el aire, pero Ainz no le prestó atención mientras realizaba sus experimentos. Justo entonces, se reprendió a sí mismo por equivocarse en sus prioridades.

Ainz tiró la espada en su mano. La espada que originalmente había pertenecido a un caballero cayó al suelo, con su filo brillante y afilado ahora manchado de tierra.

"...Bueno, ya lo he dicho antes, pero la reducción del daño físico es algo muy importante."

"Ainz Ooal Gown-sama."

"...Ainz es suficiente, Albedo."

La solicitud de Ainz de ser llamado por una versión truncada de su nombre hizo que Albedo se sintiera confundida.

"¡Ku, kufu! ¿Me, me está realmente permitido hacer eso? ¡¿No sería irrespetuoso acortar el nombre del líder de los 41 Seres Supremos, especialmente si también es el nombre de los gobernantes de Nazarick?!"

Ainz no creía que fuera un gran problema. Sin embargo, sus palabras significaban que respetaba el nombre de "Ainz Ooal Gown", lo que complació a Ainz. Por lo tanto, su respuesta fue redactada en un tono suave:

"Está bien, Albedo. Hasta que lleguen mis antiguos camaradas, ese es mi nombre. Te permito acortarlo."

"Entiendo... no, pero por favor déjeme dirigirle con el debido respeto. Entonces, entonces... mi amo, Ai-Ainz-sama... kukuku... sí, es cierto..."

Albedo retorció su cuerpo con timidez.

Sin embargo, dado que estaba con una armadura de cuerpo completo, Ainz no podía ver su hermoso rostro. Para él, ella solo estaba actuando de manera extraña.

"¿Podría, podría ser... kukuku... podría ser que yo soy la única a quien se le permite dirigirse a usted de esa manera?"

"No. Hacer que alguien se dirija a mí con un nombre tan largo todo el tiempo sería molesto, por lo que me gustaría que todos hicieran lo mismo."

"...Ya veo... ah, eso es correcto. Sí, eso es lo que pensé—"

El humor de Albedo se volvió sombrío de repente. Con voz inquieta, Ainz preguntó:

"...Albedo, ¿qué opinas del nombre que elegí?"

"Creo que ese nombre le queda muy bien. Se adapta a mi amado… —grhum ghrum— Se adapta a usted, en su calidad de persona que unió a los Seres Supremos."

"...Este nombre tenía la intención de representar a los cuarenta y uno de nosotros y esto incluye a tu creador, Tabula Smaragdina-san. Sin embargo, ignoré los sentimientos de tu amo y los demás y tomé ese nombre por mí mismo por capricho. ¿Cómo crees que se sentirían al respecto?"

"...Aunque temo molestarle... rezo para que me permita hablar. Si mis palabras le disgustan, con mucho gusto me quitaré la vida si me lo ordena. Siento que algunos de los Seres Supremos que nos abandonaron podrían objetar que ese nombre sea utilizado por el que se quedó con nosotros hasta ahora, Momonga-sama. Sin embargo, no están aquí, así que, si desea usar ese nombre, todo lo que siento es felicidad, Momonga-sama."

Albedo bajó la cabeza cuando terminó de hablar y Ainz permaneció en silencio.

La frase "nos abandonaron" se arremolinaba en su mente como un vórtice.

Sus anteriores compañeros lo habían dejado por sus propios motivos. YGGDRASIL era solo un juego y no podían abandonar sus vidas reales por un juego. Momonga sintió lo mismo también. Sin embargo, ¿podría decirse realmente que él — que había estado obsesionado con Ainz Ooal Gown y la Gran Tumba de Nazarick — no había estado reprimiendo su ira hacia sus antiguos camaradas?

Me han abandonado.

"...Eso podría ser así, pero podría no serlo. Las emociones humanas son un asunto complicado y no hay una respuesta correcta. Levanta la cabeza, Albedo. Entiendo tus sentimientos. Muy bien, está decidido... este será mi nombre. Hasta que mis camaradas se opongan, seré Ainz Ooal Gown."

"Entendido. La idea de que nuestro amo más exaltado... y el hombre que más amo llevaría este glorioso nombre me llena de alegría."

El hombre que más amo... ah.

El incómodo Ainz decidió no preocuparse por esto por ahora.

"… ¿De veras? Me alegra oír eso."

"Entonces, Ainz-sama, ¿le gustaría pasar un tiempo aquí? Aunque estaría feliz de estar al lado de Ainz-sama, yo... claro, un paseo por el bosque también estaría bien."

No podía hacer eso. Ainz había venido a salvar esta aldea.

Los padres de las hermanas que le habían pedido que salvara, ya estaban muertos.

Mientras pensaba en sus cadáveres, se rascó la cabeza.

La vista de sus cuerpos le recordó a un insecto muerto al borde del camino. No había piedad, ni tristeza, ni ira.

"Hm, bueno, un paseo podría estar bien. Después de todo, no hay nada importante que hacer. El Caballero de la Muerte parece muy feliz de hacer su trabajo."

"Como se esperaba de un ser no-muerto que creó Ainz-sama. Su maravillosa ejecución de sus deberes es verdaderamente loable."

Los no-muertos creados con la magia de Ainz y sus habilidades, eran más fuertes que los monstruos ordinarios de su tipo debido a las habilidades de clase de Ainz. Naturalmente, lo mismo se aplicaba al Caballero de la Muerte que acababa de crear. Sin embargo, solo era un monstruo de nivel 35 y no era nada en comparación con los monstruos que requerían XP para ser creados, como el Sabio Overlord y el Parca Tánatos[1].

El hecho de que todavía estuviera luchando hasta ahora, significaba que los enemigos eran débiles.

En otras palabras, no había peligro.

Quería saltar de alegría cuando lo pensaba, pero tenía que aceptar el papel del digno amo, por lo que Ainz anuló ese pensamiento. Sin embargo, apretó los puños con fuerza debajo de la bata.

"Los enemigos que atacaron la aldea eran demasiado débiles. Entonces, echemos un vistazo a los supervivientes."

Antes de que Momonga partiera, se dio cuenta de que tenía algunas cosas que hacer primero.

Para empezar, desactivó los efectos especiales del Báculo de Ainz Ooal Gown. El aura malévola que lo envolvía se desvaneció como la llama de una vela en el viento.

Luego, sacó una máscara de cara completa de su inventario. Estaba decorada de forma llamativa y su expresión era difícil de describir, ya que estaba entre el llanto y la ira. Se parecía a una máscara Barong Balinesa.

La máscara parecía espeluznante, pero no tenía poderes especiales. Era un simple ítem cosmético que no contenía ningún rastro de datos.

Solo aquellos que iniciaron sesión en YGGDRASIL durante más de dos horas, entre las siete y las diez de la noche de Nochebuena, tendrían esta máscara — no, mientras estuvieran en el juego durante ese período de tiempo, la recibirían automáticamente. Podría llamarse un objeto maldito.

Esta máscara era conocida como la Máscara de la Envidia.

Una vez, cuando usaba esta máscara, fue inundado por mensajes. "¿Se ha vuelto loca la compañía?", "Hemos estado esperando esto.", "Nadie en nuestro gremio lo tiene, ¿puedo hacerle PK?", "No pienso seguir siendo humano~" y otras cosas similares en cierto gran tablero de mensajes.

Luego, sacó un par de guanteletes. Su áspero exterior traicionaba el hecho de que estaban hechas crudamente y no tenían propiedades especiales.

Estos guanteletes se llamaban Járngreipr y eran una armadura hecha por uno de los miembros de Ainz Ooal Gown para divertirse. Su única habilidad era aumentar la fuerza del usuario.

Usó estos ítems para ocultar su apariencia esquelética.

Naturalmente, había una razón para este camuflaje de emergencia. Fue porque Ainz se dio cuenta de que había cometido un error fatal.

Ainz estaba acostumbrado a YGGDRASIL y parecer un esqueleto no lo asustaba. Sin embargo, para la gente de este mundo, la aparición de Ainz era sinónimo de terror. Tanto las hermanas que casi habían perdido la vida como los caballeros completamente blindados les tenían miedo.

Por el momento, usaría ítems mágicos para cambiar su apariencia de "monstruo terrible" a "lanzador de magia amenazante". Eso debería reducir lo aterrador que parecía. Luego pensó en el Báculo. Al final, decidió quedarse con él. Además, no era un problema para él.

"En lugar de pedirle ayuda a tu dios, no deberías haber masacrado a estas personas en primer lugar."

Con esa frase que solo a un ateo se le podía ocurrir, Ainz apartó la vista del cadáver, cuyos dedos estaban doblados en un gesto de oración y lanzó un hechizo.

"「Volar」."

Ainz flotó ligeramente hacia el cielo, Albedo lo siguió poco después.

"『Caballero de la Muerte, si hay caballeros sobrevivientes, déjalos con vida. Son útiles para mí. 』"

El Caballero de la Muerte envió su reconocimiento de la voluntad de Ainz a través del enlace mental que compartían. Era difícil poner en palabras los pensamientos distantes del Caballero de la Muerte.

Ainz voló hacia el lugar desde donde había llegado la trompeta, tan rápido como pudo. El viento azotaba su cuerpo, porque nunca antes había volado tan rápido en YGGDRASIL. La bata pegada a su cuerpo era un poco incómoda, pero eso pasó rápidamente.

Pronto, alcanzó el cielo sobre el pueblo y Ainz miró hacia el paisaje debajo de él.

Ainz descubrió que parte del suelo de la plaza del pueblo estaba oscura, como si hubiera absorbido agua. Había muchos cadáveres y algunos caballeros temblorosos, así como el Caballero de la Muerte.

Ainz contó a los caballeros jadeantes, que estaban demasiado cansados incluso para moverse. Había cuatro de ellos en total. Aunque había más de lo que esperaba, algunos extras no serían un problema.

"Caballero de la Muerte. Eso será todo por ahora."

Sus palabras parecían extrañamente incongruentes con el entorno, como si estuviera comprando algo en una tienda. Pero para Ainz, esta situación era tan casual como ir de compras.

Descendió lentamente al suelo, acompañado por Albedo.

Los falsos caballeros miraban a Ainz con la boca abierta. Habían estado esperando un rescate, pero, lo que había llegado, era el hombre responsable de todo y su llegada destrozó sus esperanzas.

"Saludos, caballeros. Mi nombre es Ainz Ooal Gown."

Nadie respondió.

"Si tiráis las armas, puedo garantizar vuestras vidas. Por supuesto, si preferís pelear—"

Una espada fue tirada al suelo. Poco después fueron lanzadas las otras espadas hasta que hubo cuatro en el suelo.

Nadie habló durante este tiempo.

"...Parecéis bastante cansados. Aunque, ¿no creéis que tenéis las cabezas demasiado altas ante el amo del Caballero de la Muerte?"

Los caballeros se postraron inmediatamente ante él sin un solo sonido.

No parecían vasallos ante su señor, sino convictos en espera de ejecución.

"...Permitiré que os vayáis con vida. A cambio, contadle esto a vuestro amo — a vuestro dueño."

Ainz usó los efectos del hechizo 「 Volar 」 para moverse cerca de uno de los caballeros y luego le quitó el casco con la mano que no sostenía el Báculo de Ainz Ooal Gown. Observó los ojos exhaustos del hombre y sus miradas se encontraron a través de la máscara.

"No causes problemas por aquí. Si haces un disturbio aquí, te mataré junto con el resto de tu país."

El tembloroso caballero asintió tan fuerte como pudo. Su gesto frenético parecía bastante cómico.

"Piérdete. Y asegúrate de transmitirle esto a tu maestro."

Sacudió la barbilla y los caballeros huyeron como conejos.

"...Ah, este acto es agotador", Momonga se quejó en voz baja mientras veía a los caballeros huir.

Si no hubiera aldeanos alrededor, incluso podría haber estirado los hombros. Aunque estaba haciendo lo mismo en la Gran Tumba de Nazarick, interpretar el papel de una persona digna era muy agotador para un asalariado promedio como Ainz. Sin embargo, hasta que las cortinas se cerraran en este acto suyo, tenía que usar otra máscara.

Ainz resistió el impulso de suspirar y caminó hacia los aldeanos. Albedo lo siguió, cada paso estaba acompañado por el ruido metálico.

"『—Controla a tus Zombis Escuderos. 』", le ordenó Ainz al Caballero de la Muerte.

A medida que Ainz se acercaba a ellos, podía ver más claramente la confusión y la inquietud en los rostros de los aldeanos.

No era que no estuvieran contentos de ser rescatados de los caballeros, sino que estaban asustados por la persona que tenían delante.

Ainz, finalmente se dio cuenta de esto. Era poderoso, mucho más que esos caballeros, por lo que no consideró esta situación desde el punto de vista de una persona débil.

Decidió reflexionar sobre esto y reflexionó en silencio.

Si se acercara demasiado a ellos, el resultado sería lo contrario de lo que esperaba. Por lo tanto, Ainz decidió detenerse a una distancia de ellos y habló en un tono amable.

"Habéis sido salvados. Estad tranquilos."

"Tú, tú eres..."

Uno de los aldeanos decía eso, pero, incluso en medio de hablar con Ainz, sus ojos nunca dejaron al Caballero de la Muerte.

"Vi a alguien atacando esta aldea, así que vine aquí para ayudar."

"Ohh..."

A medida que los ruidos se desbordaban, aparecieron miradas de alivio en los rostros de los aldeanos. Aun así, no podrían estar completamente a gusto.

—Oh bueno. ¿Debería intentar un enfoque diferente?

Ainz decidió manejar esto de una manera que no le gustaba mucho.

"... Dicho eso, no será gratis. Espero una recompensa acorde con el número de aldeanos que he salvado."

Los aldeanos se miraron entre sí. Parecía que estaban preocupados por el dinero. Sin embargo, su aspecto dudoso se desvaneció. Esta tosca demanda de dinero a cambio de la salvación, parecía haber disipado sus sospechas.

"Con, con el pueblo en su estado actual..."

Ainz levantó la mano para silenciar al otro hombre antes de continuar.

"Discutiremos eso más tarde. Rescaté un par de hermanas antes de venir aquí. Iré a traerlas ahora. ¿Podéis esperar aquí por mí?"

Tenía que asegurarse de que esas hermanas no hablaran y revelaran su verdadera identidad.

Sin esperar a que respondieran, Ainz se fue lentamente. Al mismo tiempo, pensó en usar magia de alteración de memoria.


Notas
  1. Tánatos era también el dios de la muerte sin dolor en la mitología griega.

Unirse a la conversación