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Overlord vol. 1 novela ligera |
Traducción chn-ing: SkythewoodTraducción ing-esp: RawiCorrección: Raruk Berg
Overlord Volumen 1: El Rey No-Muerto
Capítulo 1: El Final y el Inicio

Parte 4
"¿Ocurre algo, Momonga-sama?"
Albedo siguió haciéndole preguntas. Momonga no sabía cómo responder. Como era, había demasiadas cosas que no entendía, por lo que sus procesos de pensamiento tuvieron un cortocircuito.
"Discúlpame."
Momonga solo podía mirar tontamente a Albedo, que estaba de pie a su lado.
"¿Está bien?"
El hermoso rostro de Albedo se acercó al de Momonga mientras lo estudiaba. Una leve fragancia entró en su nariz. El olor parecía restaurar la capacidad de pensar de Momonga y su mente que hasta ahora había estado fuera de servicio, volvió lentamente a la normalidad.
"No... nada está mal... no, nada."
Momonga no era el tipo de persona que tenía la costumbre de hablar cortésmente con un maniquí. Sin embargo... escuchar las preguntas de Albedo, instintivamente se sintió obligado a responder. Sus movimientos, sus patrones de habla, todo su ser irradiaba una humanidad innegable.
Momonga todavía tenía la sensación de que algo estaba terriblemente mal sobre Albedo y él mismo, pero no tenía forma de entender exactamente cuál era el problema. Todo lo que podía hacer en este estado ignorante, era suprimir su miedo, conmoción y otras emociones innecesarias. Sin embargo, Momonga era una persona común y no podía hacer eso.
Justo cuando Momonga estaba a punto de gritar, le vinieron a la mente las palabras de uno de los miembros de su gremio:
—El pánico es la semilla de la derrota, por lo que debes mantener la calma y pensar lógicamente. Mantén la calma, mira más allá de tu entorno y no desperdicies tu esfuerzo en detalles innecesarios, Momonga-san.
Mientras recordaba estas palabras, Momonga lentamente recuperó la compostura. Momonga agradeció en silencio a Punitto Moe, el "Zhuge Liang[1] de Ainz Ooal Gown".
"… ¿Ocurre algo?"
Ella estaba cerca de él ahora. Albedo estaba tan cerca que podía sentir su suave respiración. Su adorable rostro se hundió de una manera adorable mientras hacía su pregunta. Momonga, que se había calmado después de mucho esfuerzo, estaba en peligro de volver a entrar en pánico por su cercano rostro.
"... La función Llamada GM no parece estar funcionando."
Encantado por los ojos límpidos de Albedo, Momonga no pudo evitar interrogar al NPC.
En la vida pasada de Momonga, no había recibido atención romántica del sexo opuesto y mucho menos los de naturaleza sexual. Aunque sabía que ella era solo un NPC, no pudo evitar sentirse conmovido por sus realistas expresiones y movimientos.
Sin embargo, cuando sus pasiones se agitaron dentro de su corazón, se apagaron como lo habían estado antes y él volvió a la normalidad.
Momonga se sintió incómodo por la falta de emociones fuertes dentro de sí mismo y se preguntó si estaba relacionado con las palabras de su compañero de ahora.
Pero, ¿era realmente ese el caso?
Momonga sacudió la cabeza. Ahora no era el momento de reflexionar sobre estas cosas.
"...Por favor, perdone mi incapacidad para responder las preguntas del Supremo sobre esta "Llamada GM". Pido disculpas por no cumplir con sus expectativas. Nada me agradaría más que una oportunidad de compensar mi error anterior. Por favor, ordéneme como mejor le parezca."
... Los dos estaban conversando. No había duda sobre eso.
Conocer este hecho sorprendió tanto a Momonga que no pudo hablar.
Imposible. Esto debería haber sido imposible.
Lo más parecido a lo que los NPCs podían llegar a conversar, era con respuestas macro para ser abordados de cierta manera. Había datos de audio para rugir y animar a los jugadores a descargar, pero en realidad, permitir que un NPC entablara conversación era una tarea imposible. Incluso Sebas de ahora sólo podía aceptar órdenes simples.
¿Por qué ocurrió un evento tan imposible? ¿Se limitaba este fenómeno a Albedo?
Momonga despidió a Albedo con un gesto de su mano y la decepción cruzó por su rostro mientras se retiraba.
Momonga desvió la mirada de su cuerpo hacia el mayordomo y las seis doncellas, cuyas cabezas aún estaban agachadas.
"¡Sebas! ¡Doncellas!"
"¡Sí!"
Sus voces sonaron como una sola y, luego el mayordomo y las doncellas levantaron sus cabezas con un movimiento hábil.
"Acercaos al trono."
"Entendido."
Ellos respondieron como uno y luego se pusieron de pie. Después de eso, orgullosamente caminaron hacia el frente del trono antes de caer sobre una rodilla y agachar la cabeza de nuevo.
Momonga había aprendido dos cosas de esto.
La primera, fue que no necesitaba ingresar comandos especialmente en un teclado; los NPCs entenderían sus intenciones y ejecutarían sus órdenes.
La segunda, fue que Albedo no era la única que podía hablar.
Por lo menos, todos los NPCs en esta sala exhibían un comportamiento anómalo.
Mientras Momonga reflexionaba sobre esto, de repente sintió la misma sensación de antes, de que algo andaba mal en Albedo y él mismo. Para descubrir exactamente qué era ese algo, miró a Albedo con una mirada penetrante.
"—Yo, ¿ocurre algo? ¿He cometido un error…?"
"¡...!"
Cuando finalmente se dio cuenta de cuál era el problema, no gritó ni guardó silencio, sino que simplemente suspiró imperceptiblemente.
Esa amplitud inesperada de expresiones faciales. La razón por la cual su boca podía moverse y por qué podía hablar...
"¡Im… pos... ible!"
Momonga apresuradamente puso una mano sobre su mandíbula y habló.
—Su boca se movía.
Esto debería haber sido imposible, según lo que sabía sobre los DMMO-RPGs. La boca de un personaje no se movería con sus palabras.
La premisa básica era que las apariencias externas eran fijas. Debido a eso, las expresiones faciales eran imposibles de diseñar.
Además, la cara de Momonga era un cráneo, sin lengua ni garganta. Se miró las manos las cuales estaba desprovisto de carne, y los huesos no eran ni siquiera anatómicamente correctos. También pudo ver que no tenía pulmones o, de hecho, ningún otro órgano interno. Pero entonces, ¿cómo estaba hablando?
"Imposible…"
Momonga podía sentir que la certeza que tenía en el mundo se evaporaba, reemplazada por una inquietud cada vez mayor. Reprimió su deseo de gritar y, como esperaba, sus emociones surgieron repentinamente.
Momonga golpeó con fuerza el trono, pero, como esperaba, no aparecieron valores de daño.
"... ¿Qué debo hacer...? ¿Hay algo que pueda hacer?"
No sabía nada de lo que estaba pasando. Pero desahogarse no lo llevaría a ninguna parte. Entonces, su primera prioridad debería ser — buscar pistas.
"—Sebas."
Podía ver una expresión seria y sincera en el rostro de Sebas. Parecía una persona real.
Debería estar bien darle órdenes, ¿verdad? Aunque no tengo idea de lo que sucedería, podría asumir que todos los NPCs en la tumba me son leales, ¿verdad? En realidad, ni siquiera sé si las personas frente mí son los NPCs que todos creamos juntos.
Numerosas preguntas surgieron en su mente, flotando en un mar de inquietud, pero Momonga hizo a un lado todas estas emociones. Al final, la única opción que tenía para el reconocimiento era Sebas. Miró brevemente a Albedo, pero luego, Momonga se armó de valor y decidió ordenar a Sebas que saliera.
La imagen mental de un jefe de departamento dando órdenes a sus subordinados apareció en su mente. Momonga adoptó una actitud superior y dominante y habló:
"Sal de la tumba e investiga la región circundante. Si te encuentras con criaturas inteligentes, interactúa pacíficamente con ellas e invítalas a la Tumba. Intenta acomodar a la otra parte tanto como sea posible durante las negociaciones. No te alejes más de un kilómetro de la tumba y evita combates innecesarios."
"Entendido, Momonga-sama. Lo haré de inmediato."
En YGGDRASIL, los NPCs creados para proteger una base de gremio, no podían abandonarla bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, parecía que esta restricción blindada había sido revocada.
No, solo podía estar seguro de eso una vez que Sebas regresara.
"…Selecciona una de las Pléyades para acompañarte. Si comienza la batalla, retírate de inmediato y cuéntame todo lo que has aprendido."
Ese era simplemente el primer paso.
Momonga soltó el Báculo de Ainz Ooal Gown.
El báculo no cayó al suelo, sino que flotó en el aire como si alguien todavía lo estuviera sosteniendo. Esto desafiaba completamente la física, pero era una vista común en el juego. Había bastantes ítems en YGGDRASIL que seguirían flotando en el aire cuando se dejaran desatendidos.
El aura de espíritus atormentados parecía aferrarse a la mano de Momonga mientras dejaba ir al báculo, pero Momonga no le prestó atención. Ya hacía tiempo que estaba acostumbrado a esa vista... o no. Pensando que el comando macro ya habría sido incorporado, Momonga chasqueó los dedos y desactivó el aura.
Momonga se cruzó de brazos.
El siguiente paso sería—
"...Debería contactar a la compañía de juegos."
La compañía de juegos sabría más sobre la situación actual de Momonga.
El problema realmente era contactarlos. Normalmente, simplemente usando el comando / gritar o una Llamada GM lo pondría en contacto con un GM al instante, pero si estos métodos tampoco funcionaran...
"¿「Mensaje」?"
Este era un hechizo utilizado para comunicarse en el juego.
Normalmente, su uso estaba restringido a ciertos lugares y condiciones, pero, quizás podría hacer un buen uso del hechizo en esta situación actual. El problema era que este hechizo se diseñó originalmente para comunicarse con otros jugadores, por lo que es posible que no pudiera comunicarse con un GM.
Y, en esta situación extraordinaria, tampoco había garantía de que el hechizo funcionara.
"…Sin embargo…"
Tenía que intentarlo.
Momonga era un lanzador de magia de nivel 100. Si no podía lanzar hechizos, su movilidad, su capacidad para reunir información y, por supuesto, su poder de combate se desplomaría drásticamente. En estas circunstancias desconocidas, tenía que comprobar que podía usar magia y rápido.
Ahora, ¿dónde puedo ir a probar mi magia...? — Mientras Momonga pensaba en esa pregunta, miró lentamente alrededor de la Sala del Trono y luego sacudió la cabeza.
Aunque se trataba de una situación de emergencia, no deseaba realizar experimentos mágicos en el silencio casi sacrosanto de la Sala del Trono. Mientras pensaba en lugares adecuados para las pruebas mágicas, se le ocurrió un lugar prometedor.
Había una cosa más que quería confirmar, además de sus propias habilidades.
Quería estar seguro de su autoridad. Tenía que saber si sus poderes y privilegios como líder del gremio de Ainz Ooal Gown aún existían.
Hasta ahora, todos los NPCs que había conocido eran leales a él. Sin embargo, en la Gran Tumba de Nazarick, había varios NPCs con niveles iguales a los suyos. Tenía que asegurarse de que aún fueran leales.
Sin embargo—
Momonga miró a Sebas y a las doncellas de rodillas, y luego a Albedo que estaba a su lado.
Albedo estaba sonriendo. Era una hermosa sonrisa, pero parecía estar ocultando algo más detrás de ella. Mientras se preguntaba qué ese "algo más" podría ser, la inquietud se apoderó de Momonga.
¿Eran la lealtad de los NPCs inalterable? Si esto fuera en el mundo real, los subordinados ya no serían leales a los superiores que constantemente se equivocaban. ¿Serían así los NPCs? ¿O es que una vez que fueran programados para ser leales, permanecerían así para siempre? Si su lealtad podría ser quebrantada, ¿cómo debería recuperarla? ¿Dándoles Recompensas?
Había una gran riqueza en la Tesorería. Aunque le dolía gastar los tesoros que dejaron sus antiguos camaradas, probablemente lo entenderían si fuera por el bien de Ainz Ooal Gown. La pregunta sería entonces qué tan grande era la recompensa que debería dar.
Además de eso, ¿una posición de mayor rango es considerada como ser superior? Pero, ¿qué criterio podría usar para cuantificar la superioridad? Aún no lo tenía claro. Tenía la sensación de que, mientras mantuviera esta mazmorra en marcha, eventualmente llegaría a comprender estas cosas.
O…
"—¿Quizás a través del poder?"
Abrió su mano izquierda y agarró el Báculo de Ainz Ooal Gown que navegó hasta su alcance.
"¿Poder abrumador?"
Las siete gemas colocadas en el báculo brillaban intensamente, como si imploraran a su maestro que usara su poder colosal.
"...Olvídalo, me tomaré mi tiempo para pensar en eso más tarde."
Momonga soltó el báculo que sostenía y el vacilante báculo cayó al suelo como si estuviera enfadado con él.
En cualquier caso, mientras actuara como parte del líder, probablemente no levantarían sus manos contra él de inmediato. Ya sea entre animales o humanos, los enemigos probablemente no atacarían si su presa no revelara ninguna debilidad.
Momonga declaró con una voz poderosa:
"Pléyades. Además de la doncella seleccionada para acompañar a Sebas, el resto dirigíos al Noveno Piso y repeled a cualquier invasor del Octavo Piso."
"Entendido, Momonga-sama."
Las doncellas detrás de Sebas reconocieron sus órdenes respetuosamente.
"Vayan de inmediato."
"¡Entendido, mi señor!"
Una vez más, sonó el coro de voces. Sebas y las doncellas se inclinaron una vez más ante su señor, que estaba sentado en el trono, luego se levantaron y se fueron simultáneamente.
Las gigantes puertas se abrieron y luego se cerraron de nuevo.
Sebas y las doncellas desaparecieron más allá de las puertas.
Era bueno que no hubieran respondido con un "No" o algo similar.
Un gran peso pareció despegar del pecho de Momonga y, al mismo tiempo, miró a la persona que se había quedado a su lado. Esa persona era Albedo, que había estado a la espera de órdenes.
Ella sonrió y le preguntó: "Entonces, ¿Qué es lo siguiente que querría que yo haga, Momonga-sama?"
"Ah, ehmm... lo tengo."
Momonga se levantó del trono para recuperar su báculo y, mientras lo hacía, habló:
"Ven a mí."
"Como desee."
La sonriente Albedo se acercó. Aunque Momonga desconfiaba de la varita negra y el orbe que flotaba en el extremo de esta misma qué estado llevando, esa precaución pasó en un instante y decidió ignorar temporalmente su existencia. Justo cuando Momonga terminó de pensar eso, Albedo estaba lo suficientemente cerca como para poder abrazarla si quisiera.
Ella huele bien — espera, ¿en qué estoy pensando?
Momonga expulsó los pensamientos que habían surgido dentro de él de nuevo. Ahora no era el momento de perder el tiempo.
Extendió su mano para tocar la de Albedo.
"...Mf."
"¿Hm?"
Una expresión de dolor cruzó la cara de Albedo. Momonga retiró la mano, como si hubiera recibido una descarga eléctrica.
¿Qué es esto? ¿Puede ser que la haya incomodado?
Varios malos recuerdos pasaron por su mente — como cuando los cajeros dejaban caer el cambio en la mano desde arriba para evitar tocarlo accidentalmente — pero, al final Momonga encontró su respuesta.
"...Ah—"
Los Overlords requerían niveles en la clase racial Lich Anciano y, entre las habilidades que poseía los Liches Ancianos, estaba la capacidad de infligir daño de energía negativa en todo lo que tocaban.
¿Esa era la razón?
Aunque, incluso si realmente era la razón, todavía tenía algunas preguntas que hacer.
En YGGDRASIL, los monstruos y NPCs que aparecían en la Gran Tumba de Nazarick, serían reconocidos como pertenecientes a la facción Ainz Ooal Gown. Dado que todos los miembros del gremio también fueron señalados como pertenecientes a Ainz Ooal Gown, no debería haber problemas, incluso si se atacaran entre sí.
¿Podría ser que ella ya no pertenezca a nuestro gremio? ¿O se ha habilitado el fuego amigo?
—La última posibilidad era lo más probable.
Con esa conclusión en mente, Momonga se disculpó con Albedo.
"Perdóname. Olvidé desactivar mi habilidad de toque negativo de energía."
"No le preste atención, Momonga-sama. Eso apenas contaba como daño. Y mientras sea usted, Momonga-sama, Con mucho gusto soportaría cualquier tipo de... ¡kya!"
"Ah... mm. Ya... ya veo... No, no, aún debo disculparme."
Momonga fue tomado por sorpresa con el adorable grito de Albedo y la forma en que tímidamente se cubrió la cara y su respuesta acabó siendo menos digna de lo que esperaba.
Entonces, se debió al toque de energía negativa después de todo.
Momonga apartó los ojos de Albedo, que seguía hablando de cómo esto no era nada en comparación con el dolor de perder su virginidad y empezó a pensar en cómo desactivar temporalmente la habilidad siempre activa — y luego, de repente sabía cómo hacerlo.
Para Momonga, quien ejercía el poder de un Overlord, era tan simple y natural como respirar.
No pudo evitar reírse de la extraña situación en la que se encontraba. Después de todas las conmociones y sorpresas que había recibido hasta ahora, no valía la pena entrar en pánico. Era aterrador lo bien que se había adaptado a su condición.
"Voy a tocarte."
"Ah."
Después de desactivar la habilidad, tocó la mano de Albedo. Pensamientos como 'su mano es tan delgada, su piel es tan blanca' y así sucesivamente corrieron por su cabeza, pero él dejó de lado estos deseos masculinos y se concentró en una cosa — el pulso en su muñeca.
—Lo tiene.
Era un ritmo constante, lub-dub, lub-dub. Ella era un ser vivo, por lo que era natural. Sí, ella estaba viva.
Momonga soltó la mano y miró sus propios brazos. Todo lo que vio fue una extensión de hueso blanco pulido, desprovisto de piel o carne. Como no tenía vasos sanguíneos, no podía sentir los latidos del corazón. De hecho, un Overlord era una criatura no-muerta, un ser que había trascendido la mortalidad misma, por lo que, obviamente no tendría latidos.
Desvió su mirada hacia Albedo.
Momonga se vio reflejado en los húmedos ojos dorados de Albedo. Sus mejillas estaban rosadas, probablemente porque su cuerpo se estaba calentando rápidamente. Los cambios en su cuerpo lo sorprendieron.
"… ¿Qué es esto?"
¿No es ella un NPC? ¿No es ella pura información electrónica? ¿Por qué parece como una persona real? ¿Qué tipo de IA podría hacer esto? Más importante aún, ¿por qué YGGDRASIL parece como el mundo real... Imposible.
Momonga sacudió con la cabeza en negación. No había forma de que hubiera ocurrido un escenario tan fantástico. Pero, una vez que la idea echara raíces, no era fácil de erradicar. Momonga no estaba seguro de cómo proceder dados los cambios en Albedo.
El siguiente paso... sí, el paso final. Si pudiera confirmar eso, entonces, todas sus predicciones serían correctas. ¿Era esto la vida real, o era solo fantasía?
Tenía que hacer esto. Si ella lo atacara con esa arma suya, no podría evitarse.
"Albedo... yo, ¿puedo tocar tus pechos?"
"¿Eh?"
El aire entre ellos pareció congelarse.
Albedo abrió los ojos como platos.
Una ola de depresión se apoderó de Momonga mientras consideraba sus palabras.
"Tengo que hacer esto", ¿qué demonios estaba pensando, diciéndole eso a una mujer? Quería gritar "¡Despreciable!" con toda su voz. De hecho, usar la posición superior de uno para cometer acoso sexual era lo más despreciable que se podía imaginar
Pero él no tenía opción. De hecho, tenía que hacer esto.
Cuando Momonga se convenció a sí mismo con todas sus fuerzas, su compostura volvió gradualmente a él. Reanudando el aire de una regla adecuada, continuó con fuerza:
"Eso... debería estar bien, ¿verdad?"
No estaba bien en absoluto.
En contraste con la solicitud nerviosa de Momonga, Albedo parecía desbordarse de alegría. Ella le dio una sonrisa brillante.
"Por supuesto, Momonga-sama. Por favor, sea libre."
Albedo se enderezó, presentando sus amplios picos gemelos para la inspección de Momonga. Si todavía tuviera saliva, ya se habría tragado varias veces.
Sus pechos se hincharon a través de su vestido. Y ahora, los iba a tocar.
Al otro lado de su tensión y nerviosismo anormales, una parte tranquila y calmada del cerebro de Momonga observaba sus propias acciones. Se dio cuenta de lo tonto que era y se preguntó por qué había pensado en esto y por qué todavía iba a seguir adelante de todos modos.
Le echó un vistazo a Albedo y descubrió que sus ojos brillaban, sacudiendo su pecho como si dijera "date prisa y tócame".
Sin saber si era por emoción o vergüenza, Momonga sostuvo sus manos con fuerza de voluntad, reforzó su determinación y extendió la mano.
Lo primero que sintió Momonga, fue algo duro debajo del vestido, seguido de una sensación suave y cedente.
"Fuahh... haaa..."
Cuando Albedo gimió húmedamente, Momonga completó otro experimento.
Si su cerebro era normal, había dos posibles explicaciones para su situación actual.
La primera era que se trataba de un nuevo DMMO-RPG. Es decir, en el momento en que YGGDRASIL se había cerrado, un nuevo juego "YGGDRASIL II", había ocupado inmediatamente su lugar.
Sin embargo, a la luz de este experimento, la probabilidad de que ese fuera el caso era muy pequeña.
Esto se debía a que las acciones +18 estaban estrictamente prohibidas en estos juegos. Quién sabe, tal vez incluso las acciones +15 también podrían estar prohibidas. Los infractores aparecerían públicamente en el sitio web oficial del juego y sus cuentas se eliminarían, o peor.
Una vez que los registros de estas acciones +18 se publicaran, podrían ser castigados por dañar la cultura moral y violar así la Ley de Mantenimiento del Orden Social. Como tal, la mayoría de las personas consideraría estos actos fuera de los límites.
Si todavía estuvieran en un mundo de juegos, la compañía debería haber hecho imposible que los jugadores hicieran tales cosas. Si los GMs y las compañías de juegos estuvieran mirando, habrían evitado que Momonga realizara acciones lascivas. Sin embargo, no había signos de resistencia u oposición.
Además, una de las decisiones fundamentales que pertenecían a DMMO-RPGs, era que, obligar a un jugador a participar en un juego sin permiso, podría tratarse como una forma de secuestro cibernético.
Como tal, obligar a un jugador a probar un juego de esta manera era un delito procesable, especialmente si no había forma de abandonar el juego por la fuerza. No sería inesperado que una empresa recibiera multas o encarcelamiento por tales cosas. Si surgiera una situación en la que un jugador no pudiera cerrar sesión en el juego, se podría almacenar hasta una semana de actividad del juego en un registro legalmente obligatorio, lo que facilitaría enjuiciar a la compañía por sus violaciones de la ley.
Por lo tanto, si Momonga no se presentara a trabajar durante una semana, alguien lo habría encontrado extraño y hubiera venido a su casa a ver cómo estaba. Entonces, todo lo que la policía tendría que hacer, era acceder a los registros con una consola especializada y el problema estaría resuelto.
¿Qué compañía correría el riesgo de ser arrestada o peor por cometer un crimen corporativo como este? Por supuesto, podrían tratar de enturbiar las aguas diciendo "esta fue una prueba beta cerrada para YGGDRASIL II" o "se usaron programas de terceros aquí". Pero, en verdad, un asunto tan arriesgado no tendría ningún beneficio en absoluto para la compañía de juegos.
Siendo ese el caso, la única respuesta para sus circunstancias actuales, sería que un tercero estaba haciendo algo aquí y no tenía nada que ver con la compañía de juegos. Si ese fuera el caso, tendría que descartar todas sus teorías anteriores y pensar en otras direcciones, de lo contrario, nunca encontraría la respuesta.
El problema era que no tenía idea de por dónde empezar. Y había otra posibilidad...
—La posibilidad de que el mundo virtual se hubiera convertido en realidad.
Imposible.
Momonga rechazó de inmediato esa idea. ¿Cómo podría suceder una cosa tan ilógica y tonta? Pero, por otro lado, cuanto más lo pensaba, más fuerte sentía que era la respuesta correcta.
Y entonces — Momonga recordó el aroma de Albedo.
De acuerdo con la legislación de software para juegos de realidad virtual, dichos juegos no podían proporcionar datos sensoriales para el olfato y el gusto. Aunque YGGDRASIL tenía alimentos y bebidas, consumirlos era poco más que cambiar un valor en el sistema del juego. Además, el sentido del tacto era muy limitado, para evitar confusiones con el mundo real.
Estas limitaciones significaban que los sistemas de realidad virtual no eran muy útiles para la industria del sexo.
Sin embargo, ninguna de estas limitaciones estaba vigente ahora.
Darse cuenta de estos hechos sorprendió a Momonga. Innumerables preguntas como, "¿qué pasa con el trabajo de mañana? o ¿Qué pasará si esto sigue?" pasó por su mente, pero luego los echó a todos al fondo de su mente.
"...Si este mundo virtual es solo una simulación del mundo real... entonces, la cantidad de datos involucrados debe ser inimaginable..."
Momonga tragó con una garganta inexistente. Aunque su mente no podía comprender la situación, su corazón sí.
Sus manos, finalmente dejaron el amplio pecho de Albedo.
Se dio cuenta de que la había estado buscando a tientas durante mucho tiempo, pero Momonga se lo justificó diciendo que no tenía más remedio que tocarla a tientas durante tanto tiempo y, definitivamente, no fue porque apretar su carne flexible se sentía tan bien que él la soltó de mala gana... o algo así.
"Lo siento, Albedo."
"Fuahh..."
Albedo, con la cara roja, emitió un gemido sensual y prácticamente podía sentir el calor de su cuerpo elevando la temperatura circundante. Después de eso, tímidamente le preguntó a Momonga:
"¿Tendré mi primera vez aquí?"
Momonga fue sorprendido por su pregunta y, antes de que pudiera pensar con claridad, respondió:
"... ¿EH?"
Su mente se congeló repentinamente y no pudo analizar su pregunta.
¿Primera vez? ¿Qué es eso? ¿De qué va todo esto? ¿Y por qué está tan tímida?
"¿Puedo preguntar cómo desea deshacerse de mi ropa?"
"... ¿Qué?"
"¿Sería mejor si me desnudara? ¿O le gustaría desenvolverme, Momonga-sama? O, si lo hiciéramos mientras uso el vestido, después... se ensuciaría... no, si quiere que lo use, no tengo objeciones, Momonga-sama. "
Su cerebro finalmente logró dar sentido a las palabras de Albedo. Sin embargo, quedaba por ver si realmente había un cerebro debajo de ese cráneo.
Cuando Momonga se dio cuenta de por qué Albedo tenía esta reacción, una lucha inmensa tuvo lugar dentro de sí mismo antes de que finalmente dijera:
"Es suficiente, eso es todo por ahora, Albedo."
"¿Eh? Entiendo."
"Ahora no es el momento para... no, no hay tiempo para ese tipo de cosas."
"¡Mis disculpas! ¡Me permití ser gobernada por mis deseos a pesar de la urgencia de la situación!"
Con un movimiento rápido, Albedo hizo una genuflexión en disculpa, pero Momonga la detuvo:
"No, todo esto es mi culpa. Te perdono, Albedo. Aparte de eso... tengo una orden."
"Por favor, deme cualquier orden que desee."
"Diles a los Guardianes de cada Piso, con la excepción de los del Cuarto y el Octavo Piso, que se reúnan en el Coliseo del Sexto Piso en una hora. Me pondré en contacto con Aura y Mare, así que no hay necesidad de informarles."
"Entendido. Permítame repetir la orden; aparte de Aura y Mare del Sexto Piso, debo informar a todos los Guardianes de Piso para que se reúnan una hora después en el Coliseo."
"Correcto. Ve."
"Sí."
Albedo salió rápidamente de la Sala del Trono.
Mientras observaba el retroceso de Albedo, Momonga se dejó suspirar, de una manera que sugería que estaba completamente exhausto. Una vez que salió de la Sala del Trono, Momonga gimió dolorosamente:
"...Oh, ¿qué he hecho? Se suponía que era una broma tonta... Si lo hubiera sabido, no lo habría hecho. He... he ensuciado el NPC que Tabula Smaragdina-san creó..."
Cuando lo pensó, solo había una razón por la cual Albedo reaccionaría así.
Debió haber sido cuando estaba editando su historia de fondo y cambió esa frase a *ella está enamorada de Momonga*.
Por eso debía haber actuado de esa manera.
"... Ah... ¡Mierda!"
Momonga murmuró para sí mismo, pensando en cómo Tabula Smaragdina había creado minuciosamente su obra maestra Albedo con toda su tela y, luego, alguien más había salpicado pintura sobre su trabajo a voluntad y ahora ella se había vuelto así.
El saber que había arruinado el arduo trabajo de otra persona lo hizo sentir miserable.
Sin embargo, el ceñudo Momonga — aunque no se podía ver porque era un esqueleto — finalmente, se levantó del Trono.
Momonga se dijo a sí mismo que tenía que dejar esto en el fondo de su mente. Después de que se ocuparan de las cosas importantes, él podría agonizar por eso más tarde.
Notas
- ↑ Zhuge Liang fue un estratega militar, siempre comparado a Sun Tzu.