Overlord Volumen 16 Capítulo 4 (2/3)




Overlord Volumen 16: La Semielfa Godkin | Parte 2

Overlord Volumen 16 novela ligera PDF
Overlord Volumen 16 español
Traductor jpn-ing: Hitori
Traductor ing-esp: Rawi
Corrector: Raruk Berg

✧☠︎✧✧☠︎✧✧☠︎✧

Una Vida en la Aldea

Parte 3

Después de haber enviado a Aura y a Mare a jugar, y tras haber terminado de guardar sus cosas, Ainz se apoyó en la pared, mirando distraídamente al techo mientras echaba un vistazo al pequeño bloc de notas que tenía en la mano.

No tenía nada que hacer.

Como no tenían mucho equipaje, no tardó mucho en ordenar todo. Solo tenía que consultar con aquellos dos sobre cómo organizar el interior cuando volvieran.

Pensó que alguien vendría a verlo de inmediato, pero, a pesar de todo, aún no había venido nadie.

Ainz bajó la mirada al bloc de notas que tenía en la mano.

En él, estaban escritas las posibles situaciones que podrían darse tras su llegada a la aldea y cómo afrontarlas. Sin embargo, el hecho que nadie viniera a verle no era algo que él hubiera imaginado que ocurriera.

Tuvo que reconocer que habían aparecido de repente lagunas en los escenarios que había pensado.

No le sorprendió, porque, al fin y al cabo, él no era más que una persona común y corriente, así que pensó que esa era la magnitud de su capacidad de planificación. Lo importante era, cómo iba a recuperarse de esto.

Inmediatamente pensó en dos caminos principales. Uno, era mantener la calma y la compostura permaneciendo en su sitio; el otro, era actuar por voluntad propia.

Ainz eligió el primero. Eligió el camino en el que podía evitar pasar por encima de ellos por error.

Durante un rato, Ainz no hizo nada en absoluto. En el momento en que empezó a pensar con preocupación que, después de todo, tal vez había elegido el camino equivocado, finalmente se acercó una mujer Elfo Oscuro que asomó bruscamente su cabeza desde la entrada. Los habitantes de esta aldea solían ser lo suficientemente cercanos como para hacer esto. Cuando ella finalmente hizo contacto visual con Ainz, se mostró un poco sorprendida.

Ainz se sintió un poco incómodo allí.

¿Sería realmente tan sorprendente la presencia de Ainz allí?

No, ¿es apropiado ese tipo de reacción cuando uno mira dentro de la casa de una persona —aunque solo la estamos tomando prestada— y hace contacto visual con la persona que está dentro?  Aunque, considerando el sentido del distanciamiento en las relaciones interpersonales de los Elfos Oscuros, tengo el presentimiento que esto es un poco diferente...

Como si estuviera saludando a Ainz, la mujer inclinó cabeza una vez, dirigió su mirada hacia el suelo, entró en la habitación y colocó el plato que había traído en el suelo.

Los Elfos Oscuros llevaban zapatos incluso estando dentro de los Árboles Elfo, por lo que tenía algunas reticencias personales respecto a que la bandeja de comida estuviera colocada en el suelo. Dicho esto, teniendo en cuenta que los Elfos Oscuros solían sentarse en el suelo a la hora de comer —hasta donde Ainz había visto, menos de la mitad de las personas aquí usaban una mesa—, quizá esto fuera lo más natural.

Y había un punto que le preocupaba más que eso.

La distancia entre ellos no era tan grande. Si ella tuviera la intención de entregárselo, podría hacerlo caminando unos pasos hacia adelante. A pesar de eso, ella se limitó a colocar el plato en el suelo en silencio. Además, desde que asomó la cabeza por primera vez, no habían establecido contacto visual ni una sola vez.

Incluso Ainz entendió el porqué.

Ella no tenía intención de hablar con él.

Sin embargo —hostilidad, desprecio, odio—, no pudo sentir ningún tipo de emoción negativa procedente de ella. Incluso cuando dejó el plato, tenía un comportamiento educado. Era más razonable pensar que sólo era ese tipo de mujer (del tipo que no se le daba bien hablar con la gente).

No, además de eso, debería considerar la posibilidad de que ella esté en guardia. ‘Un adulto con el mismo nivel de poder que Aura ha llegado a la aldea’. Al no saber cuál es mi origen, sería natural que estuviera en guardia, especialmente si se trata del sexo opuesto. Sin embargo, la razón por la que traje souvenirs y estuve actuando de esta forma, fue para que ellos no pensaran de mí de esa manera... esto es malo... estoy un poco perplejo acerca de cómo lidiar con esto.

No sabía si ella tenía hijos o no, pero sería problemático que las mujeres de esta aldea — especialmente las madres— se pusieran a decir cosas como: “no te juntes con esos gemelos”, a sus propios hijos.

Habría niños que ignorarían lo que dijeran sus padres, pero también habría niños que les harían caso.

Ainz, absorto en sus pensamientos, desistió la idea de encontrar inmediatamente una respuesta a este problema.

A fin de cuentas, sin conocer la disposición normal de esta mujer, por muchas suposiciones que haga sobre los sentimientos o el porte —que se supone que transmiten sus acciones— nunca llegaría a una respuesta.

Ella dejó el plato que trajo, se inclinó y salió del Árbol Elfo. Por supuesto, Ainz también bajó la cabeza al mismo tiempo.

“Uff”, con la mirada fija en aquel espacio donde ya no había nadie, Ainz dejó escapar un suspiro.

No le preguntó.

No podía preguntarle directamente a qué se debía esa actitud. Sea como sea, aunque no hubiera hecho ese tipo de pregunta, había otras cosas de las que quería preguntar y hablar con ella. Sin embargo, cómo decirlo, ya que había sentido que había un claro muro entre ellos, dudó.

No estaría mal tener la expectativa a que, si bien ella tuvo ese tipo de actitud, la próxima persona que encontrara podría mostrar una actitud mucho más diferente.

No tenía ninguna duda que eso daría mejores resultados en lugar de forzar una conversación con una persona que había levantado un muro a su alrededor.

Eso era lo que pensó Ainz, pero, al mirar el plato de comida que la mujer Elfo Oscuro había dejado en el suelo, recordó su época como Suzuki Satoru.

¡—No! ¡Si es ahora, entonces no es demasiado tarde! Antes de permitir que esto se convierta en un problema para más tarde, debo ocuparme de ello ahora mismo.

Lo mismo ocurría en una empresa.

Para evitar que un error se detecte de forma tardía, los daños se minimizan si el error se comunica inmediatamente al jefe. Porque, incluso si uno mismo pensara que se trata de un gran error, en ocasiones resultaba no serlo tanto después de todo. Sin embargo, el daño resultaría mayor cuanto más tiempo pasara.

Así es. Había algunas cosas de las que debía hablar con los Elfos Oscuros más pronto que tarde.

Ainz salió corriendo frenéticamente del Árbol Elfo.

De inmediato divisó la espalda de la mujer Elfo Oscuro. Dado que los Elfos Oscuros —y los Elfos también— tenían un sentido auditivo mucho mejor que el de los humanos, ella probablemente oyó el sonido que hacía Ainz al salir corriendo del Árbol Elfo — ya que se había dado la vuelta.

¿Se debió a que fue muy oportuno al llamarla? Estaba muy sorprendida, lo cual se notaba en su voz.

“Entonces, sobre la fiesta de bienvenida—”

“—Por favor, habla con los ancianos sobre eso”, respondió ella, hablando algo rápido para disimularlo.

Era una actitud que hacía sospechar que ocultaba algo, algo que no quería decir. El primer pensamiento que le vino de repente a la mente fue— que debía ser una sorpresa.

O mejor dicho, eso era lo único que se le ocurrió.

Desde luego, una fiesta sorpresa de bienvenida le parecía un poco extraña, pero tal vez era una costumbre de los Elfos Oscuros, así que debía tener especial cuidado en ignorarla.

“Ya veo... No sé cómo lo llaman en esta aldea, pero ahora mismo estoy en el Kayoukazen de la Luna de Luto.”

“¿El Kayoukazen de la Luna de Luto es? ...”

“Sí, ¿lo conoces?”

Por supuesto, se trataba de un ritual y un nombre que él había inventado. Sus expectativas de que ella no conociera nada al respecto fueron traicionadas por las siguientes palabras.

“Oh, ah, no, eso es... Eso, es en algún lugar, ¡cierto! Tengo la sensación de haber escuchado esa palabra en algún otro lugar antes... o tal vez no.”

“¿Qué?” Ainz entró en pánico. ¿Podría haber existido alguna palabra similar en esta aldea? Sería malo si ese fuera el caso. Lo peor sería que fuera el nombre de algún ritual maligno. No sabía cómo disimularlo.

Sin embargo, dado que las palabras “Luna de Luto” por sí mismas encerraban también el significado del mes de la fecha de la muerte de un ser querido, ese significado debía habérsele transmitido. Incluso si la palabra “Kayoukazen”, una palabra acuñada por Ainz, se parecía a algo de la lengua vernácula de los Elfos Oscuros, aún debía tener muchas excusas para usar.

Por cierto, la razón por la que Ainz conocía las palabras “Luna de Luto” no fue porque las aprendió en la empresa para la que trabajaba, sino porque era el nombre de una habilidad en YGGDRASIL. Preguntándose qué significaba, lo había buscado.

“¿E-es eso cierto? N-no, es cierto, ¿verdad? Todos somos Elfos Oscuros, ¿no? Por casualidad podríamos coincidir con algunas palabras, ¿verdad? Aunque no sabrás si los significados son los mismos a menos que intentes preguntar.”

“Ciertamente es así, ¿verdad? ¡Y además! Aunque me parece recordar que lo he oído antes, no puedo asegurar que sean el mismo 'Kayoukazen'.”

Mientras Ainz y la mujer hablaban rápidamente de ida y vuelta, cada uno mostraba una sonrisa como si sus rostros estuvieran tensos. Por supuesto, como el rostro de Ainz era una ilusión, su expresión apenas cambió.

“Ya que este mes es la época en la que rezo por la tranquilidad de los muertos, quisiera evitar ir a lugares demasiado alegres, como una fiesta, por el momento. Por supuesto, ya que imagino que esta aldea tiene sus propias reglas, si usted insiste absolutamente, participaré. Sin embargo, me gustaría que prescindiera de cualquier comida y bebida para mí.”

“Sí, estamos en el mes en que se reza por la tranquilidad de los muertos, ¿no es así? Así que no comerás ni beberás. Lo entiendo.”

Mientras pensaba: “¡sí, lo ha entendido!”, Ainz movió la cabeza de arriba a abajo.

“Me gustaría hablar de esto con los ancianos, pero ¿le importaría decirme qué camino debo seguir?”

“¡S-si ese es el caso, entonces se lo transmitiré a los ancianos!”

“¿Qué? Ya veo... ¡Muchas gracias! Bueno, entonces, ¡gracias por ser tan comprensiva!”

Ainz no dijo cosas como “cuando hablábamos hace un rato, parecía que me decías que fuera a decírselo yo mismo”, tampoco lo comprobó porque la propuesta de ella le convenía. Simplemente iba a creer en su palabra.

Lo único que le quedaba, era salir de allí antes que ella dijera que había cambiado de opinión o que no iba a hacerlo después de todo.

Ainz se despidió bruscamente de la mujer, quien se sintió desconcertada por la repentina y enérgica insistencia de Ainz, y luego volvió a caminar hacia el Árbol Elfo.

Mientras se sentía aliviado de que ella no le hubiera pedido que se detuviera —la había ignorado con todas sus fuerzas—, Ainz regresó a su vivienda prestada y recogió la bandeja que ella había colocado en el suelo.

Su peso era considerable, aunque desde la perspectiva de Ainz seguía siendo bastante ligero. No parecía una cantidad de comida que los tres pudieran terminar de comer.

Se trataba, sin duda, de las comidas de la mañana y de la noche: dos comidas para tres personas, un total de seis raciones. Al considerar esto, le parecía natural que hubiera esta cantidad, pero también tenía la sensación de que seguía siendo demasiado. Sin embargo, esto se debía a que Suzuki Satoru nunca había puesto tanto empeño en sus comidas. Además, desde que se convirtió en Ainz, tenía un cuerpo que no podía comer. Por lo que esto podría ser sólo un montón de comida basada en su intuición.

Quizás haya que ingerir muchas calorías cuando se vive en un lugar como este. De todos modos, no existe una dieta totalmente equilibrada desde el punto de vista nutricional.

Su comida consistía en carne cocida —que parecía haber sido solo asada <a la parrilla>— y fruta seca. Estaba adornada con lo que parecía una ensalada de algún tipo de hojas picadas. En la ensalada, había lo que parecían ser orugas trituradas y una variedad de frutos secos para acompañar. Por cierto, también había un plato de diversas orugas asadas —unas grandes— y otros bichos.

La valoración que hizo Aura de ellos fue que, “no estaba muy bueno”. Además, debido a la falta de variación en los sabores e ingredientes, parecía que uno se cansaría rápidamente de él.

Sea como sea, había despertado su curiosidad.

¿Qué tipo de sabores se extenderían en su boca?

Como los insectos estaban llenos de proteínas, Suzuki Satoru solía comer a menudo los que tenían sabor a barbacoa. Sin embargo, nunca había comido este tipo de orugas gordas, enteras y asadas.

Pensando que era un poco desafortunado que su cuerpo no pudiera comer, Ainz colocó el plato en un estante de la habitación de abajo. Finalmente, comenzó a pensar en lo que debería hacer a partir de ahora.

Dado que los Elfos Oscuros no tienen el concepto de almuerzo, la hora de juego de los niños debería continuar por un tiempo— probablemente.

Si los niños fueran considerados parte de la fuerza laboral, sus horas de juego podrían estar controladas hasta cierto punto, pero había mucha gente a la que le constaba que Ainz había soltado una o dos palabras a los niños sobre su deseo de que jugaran con los gemelos. Siendo este el caso, los adultos probablemente dejarían a los niños jugar a tiempo completo, al menos por hoy.

Es decir, había muchas posibilidades que ni Aura ni Mare volvieran pronto. En ese caso, Ainz decidió que aprovecharía el tiempo para dedicar a sus propios intereses.

Aunque haya utilizadoPerfecto Incognoscibley haya caminado —bueno, volado— por la aldea, nunca antes se había mostrado en público y había paseado. Incluso podría descubrir algo nuevo. La última razón, fue que había algunos lugares en las que pensó que le gustaría visitar.

Además, hice algunos preparativos por si acaso.

A diferencia del bloc de notas que había estado mirando hacía un rato, esta vez sacó de la nada un cuaderno de notas adecuado —de su Inventario de Ítems— y se propuso intentar memorizar las distintas cosas que había escrito en él.

Lo que había anotado en él, era el método de producción de una poción que empleaba varias hierbas medicinales y minerales.

Por desgracia, tratándose del cerebro de Ainz, sólo podía recordar dos o tres tipos de brebajes en el mejor de los casos. Sin embargo, aunque el cerebro de Ainz no era nada extraordinario, tampoco se podía decir que fuera la causa de todos sus problemas. Ello se debía a que el proceso de mezcla era bastante detallado —aunque obviamente así sería— y, además, era un tanto difícil de memorizar para una persona que carecía por completo de conocimientos básicos y de interés en la elaboración de los mencionados brebajes.

Mientras Ainz murmuraba y repetía el proceso de mezcla una y otra vez, guardó el cuaderno en su inventario, salió por segunda vez al exterior y comenzó a caminar por la aldea.

Algunos Elfos Oscuros reconocieron a Ainz y dirigían una mirada hacia él. No era como si lo estuvieran observando, lo que residía en la mirada de aquellas personas que normalmente paseaban por la aldea era curiosidad e interés.

Aunque sería peligroso que una persona pudiera ver a través de su ilusión, afortunadamente, no había ninguna señal sobre la presencia de una persona que poseyera tal habilidad en esta aldea. No, de haber existido, habría surgido un gran alboroto al llegar a la aldea.

Aunque había aldeanos que sentían curiosidad y mostraban interés, nadie se acercó a hablar con él.

En esta clase de aldea aislada, seguramente mantendrían distancias con los forasteros, como era de esperar. No, ni siquiera Ainz —no, ni siquiera Suzuki Satoru— intentaría acercarse y hablar con un desconocido sólo por estar en las oficinas de la empresa. Por el contrario, si alguien se acercara y hablara con esa persona, sería lógico pensar que sospechaban de él por algo.

En primer lugar, Ainz no se sintió marginado.

Los gemelos eran los protagonistas esta vez, ahora mismo Ainz no era más que un insignificante personaje secundario en esta obra. El problema radicaba en enfatizar demasiado ese tipo de papel secundario. Sin embargo, probablemente no tardaría demasiado en aparecer la necesidad de llamar la atención sobre su presencia, hasta cierto punto. De todos modos, tenía la intención de seguir ese curso de acción para reducir el papel de héroe de Aura a una simple niña cuando llegara el momento.

Un Elfo Oscuro que se encontraba frente a él, caminaba en su dirección.

De vez en cuando dirigía su mirada hacia Ainz, pero no era más que una mirada que se dirige a una persona con la que se cruza.

Perfecto. Usemos eso como parte de mi disfraz.

Gracias al uso dePerfecto Incognoscible, conocía la disposición general de la aldea, pero ellos habían determinado que era la primera vez que el tío de Aura venía aquí. Probablemente parecería sospechoso si caminara como si estuviera demasiado familiarizado con el lugar. Por supuesto, en tal caso podría inventar un sinfín de excusas. Por ejemplo, que Aura se lo había dicho, etc. Sin embargo, inventar excusas intencionalmente y parecer sospechoso ante ellos, eran dos actos problemáticos.

De ninguna manera haría algo que aumentara su desconfianza hacia él, y si ese fuera el caso—

“Ah, disculpe.”

“Ah, sí. ¿Puedo ayudarle en algo?”

Sólo tenía que preguntar a uno de los Elfos Oscuros que estaban por aquí.

“Sí. Me enteré por mi sobrina, pero según tengo entendido, hay un brillante farmacéutico cuyo cargo es Farmacéutico en Jefe de esta aldea, ¿no? Me gustaría hacerle una visita, así que ¿podrías indicarme la dirección de su Árbol Elfo?”

Respondieron a la pregunta de Ainz con sinceridad, sin ningún tipo de recelo ni disimulo.

Ainz agradeció al Elfo Oscuro y se dirigió en la dirección que le habían indicado — al Árbol Elfo que Ainz ya conocía.

Por el camino, vio a un Elfo Oscuro con las manos extendidas hacia el suelo debajo de un árbol.

Preguntándose qué estaba haciendo, Ainz se detuvo. Mientras observaba, la tierra se abultó, empezó a moverse y un bulto de tierra subió por el tronco como si fuera un Slime.

Se parecía al hechizoOla de Tierraque usa Mare, pero era diferente en varios sentidos de la palabra.

Ya sea la Magia Doméstica o la magia del tipo divino de los Druidas, no era la magia de YGGDRASIL, sino probablemente algo que habían desarrollado a lo largo de sus vidas.

El terrón de tierra se ajustó a la manipulación del hombre sin demora y subió a la copa del árbol, que Ainz no podía ver desde donde estaba.

Posiblemente era la tierra que los Elfos Oscuros utilizaban en sus huertos domésticos.

Los Elfos Oscuros tenían huertos que empleaban macetas construidas en el interior o en la parte superior de los árboles. Aunque las propias macetas estaban hechas de los árboles, se había preguntado cómo habían transportado la tierra hasta ellas, y ésta parecía ser la respuesta.

Ainz estaba satisfecho de haber podido ver algo interesante, y una vez más se dirigió hacia su destino.

Este Árbol Elfo al que se dirigía era bastante imponente y grueso. Posiblemente fuera el más grueso de la aldea. Como era de esperar de la casa del Farmacéutico en Jefe, un hombre influyente en la aldea.

Y, además, había una gran distancia entre éste y los demás Árboles Elfo que lo rodeaban.

Probablemente el objetivo era evitar cualquier daño a los que lo rodeaban, incluso si se producían sustancias tóxicas durante el proceso de preparación de una mezcla.

Incluso si se tratara de farmacéuticos de alto nivel —con sistemas inmunológicos consecuentemente mejorados— que pudieran resistir los venenos que se producían, no necesariamente era el caso de los niños, los enfermos u otro tipo de personas sin ese tipo de resistencia serían capaces de soportarlo.

Y tal vez, además de eso—

Podría ser también para evitar el robo de información.

Desde la perspectiva de Ainz, él podía realmente simpatizar con la idea de monopolizar la información. Tanto en el sentido de proteger los intereses propios como en el de querer evitar los problemas que causaría su robo.

Todo el mundo sabía que un medicamento podía convertirse en un veneno si se equivocaba en la dosis.

Entonces, ¿podría la persona que robara intencionadamente esa información fabricar un medicamento adecuado? Probablemente no. Si apareciera en el mercado una imitación inferior y surgieran víctimas de ella, entonces se sospecharía incluso del farmacéutico que creó originalmente el medicamento.

En resumen, se trataba de eso.

“—Hola, ¿le importa que entre?” Ainz llamó al interior del Árbol Elfo.

No hubo respuesta.

Golpeó el tronco del Árbol Elfo y llamó una vez más.

Al agudizar su audición, pudo oír el sonido de algo que se frotaba y raspaba.

“Si me disculpan la intromisión.”

Ainz entró por voluntad propia. Entonces, enseguida divisó la espalda de un Elfo Oscuro ligeramente regordete. Aunque podría deberse a la falta de ejercicio, este tipo de físico era probablemente el resultado de haber recibido comida acorde con el hecho de tener un trabajo prominente y de alto estatus. En primer lugar, quizás era seguro asumir que no se trataba de un aprendiz, sino que era el amo de esta casa — el Farmacéutico en Jefe.

Sentado en el suelo y de espaldas en dirección a un escritorio de poca altura, el farmacéutico giraba su brazo con toda tranquilidad.

Sobre el escritorio había un mortero ordinario, un mortero Yagen[1] y otras herramientas rudimentarias. Los potes de las estanterías probablemente contenían hierbas medicinales en su interior. Del techo colgaban hierbas y plantas que parecían ser medicinales.

El olor a medicinas amargas y a hierba verde se mezcló e inundó la cavidad nasal de Ainz, recordándole a Nfirea y al taller de su abuela.

Los Elfos Oscuros poseían un sentido auditivo mucho mayor que el de los humanos. Sea como sea, sólo era ligeramente mejor comparado con el de los humanos, de modo que Ainz no tenía forma de discernir si el Farmacéutico en Jefe se había dado cuenta, pero se atrevía a ignorarlo, o si no se había fijado en él porque estaba muy concentrado en su trabajo.

Ainz lo llamó una vez más.

“Disculpe. ¿Tiene un momento?”

En ese momento, el Farmacéutico en Jefe detuvo por primera vez su mano que rechinaba y miró por encima del hombro, enviando a Ainz una mirada de reproche y frunciendo el ceño.

“Tú— ah, ya veo. Esa tela para ocultar el rostro. Si no me equivoco, eres el hombre del mismo lugar que la chica que vino aquí hace un rato. Un lanzador de magia de tipo arcano, ¿verdad?”

“Sí, así es. Parece que ya está bien informado sobre mí.”

Cuando Ainz intentó quitarse la tela, el Farmacéutico en Jefe habló.

“—Eso no será necesario. Es la costumbre de tu tribu, ¿verdad? No es necesario que me muestres tu rostro. De todos modos, no es que me importe tu aspecto. Estás bien como estás ahora. Acepto tu saludo. —Bien. Entonces, si ya has terminado aquí, por favor, vete a casa. Estoy ocupado.”

Refunfuñando, eso fue todo lo que dijo. Como si hubiera perdido el interés, su mirada volvió al escritorio. Parecía que había un borde grueso alrededor de esa actitud hosca. A pesar de ello, Ainz se sintió aliviado.

Este tipo de personas llevaba su corazón en la mano y hablaba con franqueza. Si directamente dijeran: “me estás molestando, así que lárgate” para deshacerse de él, a partir de ahí, aunque Ainz hiciera gala de sus habilidades como vendedor, sería extremadamente difícil que se fijaran en él.

Sin embargo, él no había dicho nada de eso. En otras palabras, significaba que aún había margen para conseguir que escuchara lo que Ainz tenía que decir.

Mientras observaba la espalda del Farmacéutico en Jefe , agarando el mortero y la maja, Ainz le hizo una pregunta.

“¿Qué es lo que estás haciendo ahora mismo?”

“¿Qué te importa?”

Había cierta dureza en sus palabras. No tenía tiempo para conversaciones inútiles.

“¿—Es eso cierto?” —Contestó Ainz. Tras dejar pasar un breve tiempo, preguntó— “… En primer lugar, me gustaría preguntar sobre qué hierbas medicinales utilizas para tratar el dolor de estómago en esta aldea. ¿Es la cáscara de kiine <corteza>? ¿O es la raíz de Kandiane?”

De repente, la mano del Farmacéutico en Jefe se detuvo. Al igual que hacía un rato, torció el cuello y miró por encima del hombro para observar a Ainz por segunda vez.

“¿Podrías esperar un poco?”

“Sí, por supuesto.”

El Farmacéutico en Jefe dio la espalda de nuevo a Ainz y empezó a machacar una vez más. Sin embargo, incluso de espaldas, Ainz pudo notar que su actitud había cambiado un poco.

Parecía que los principios básicos del arte de la comunicación del vendedor —buscar un tema compartido, como los intereses o la ciudad natal, con la persona con la que se está hablando— de su época, como Suzuki Satoru, habían sido útiles.

Hipotéticamente, considerando la diferencia entre un vendedor con quien no tiene nada en común y alguien con los mismos intereses. Si el contenido de lo que venden —su aspecto, el precio, los plazos de entrega, el pago, etc.— fueran todos iguales, entonces, un contacto comercial elegiría normalmente por este último.

Dado que el Farmacéutico en Jefe parecía ser una persona apasionada por su trabajo, intuyó que el tema de los medicamentos sería el más adecuado para ganar su favor.

“Sólo estaba... haciéndolo ahora mismo. El kiine no suele crecer por aquí. Por eso... usamos hojas de Azen. Como debes saber, cuando se trituran las hojas de Azen, su eficacia se desvanece rápidamente. Pero también es problemático si la velocidad de la trituración es demasiado rápida y terminan por calentarse.” —Cuando terminó de machacarlas lo suficiente, vertió un líquido pegajoso en el mortero.— “Este líquido es una secreción que proviene del corte del árbol Nere. Al mezclarlo con esto, no habrá ningún cambio en la eficacia. Dicho esto, es necesario dar un paso más porque usarlo así disminuye su eficacia.”

El Farmacéutico en Jefe una vez más volteó hacia Ainz y lo escudriñó sin reservas de pies a cabeza. Entonces, su nariz se movió como si estuviera oliendo algo, tras lo cual frunció el ceño.

“… No hay ningún olor. Oye, enséñame las manos.”

Ainz hizo lo que le dijo y le mostró las manos. Como Ainz sabía más o menos lo que quería decir, le mostró el dorso de las manos — los dedos. Por el momento, el Farmacéutico Jefe es incapaz de tocarle debido a la distancia que les separa, Ainz pensó en qué hacer si el Farmacéutico en Jefe se le acercaba y buscó las palabras adecuadas para explicarlo.

“El olor a las plantas machacadas — si eres farmacéutico, aquel olor que naturalmente se impregnaría en tu cuerpo, el residuo que mancharía tus dedos, no está ahí. He oído que eres un lanzador de magia de tipo arcano, pero... ¿significa esto que realizas las técnicas de los farmacéuticos de alguna otra manera?”

Ya que había planeado visitar este lugar, pudo haber machacado algunas hierbas medicinales e impregnar su cuerpo con su aroma de antemano y así ganar la confianza del Farmacéutico en Jefe. Además, como las manos de Ainz sólo eran ilusiones, era posible convertirlas en manos que el Farmacéutico en Jefe aprobara.

Sin embargo, hubo dos razones por las que Ainz no hizo esas cosas.

La primera, fue porque la familia Bareare no era así. Ciertamente, aquel olor emanaba mientras trabajaban, por lo que el olor que impregnaba su taller y su ropa de trabajo era muy intenso.

Sin embargo, no es que estuvieran constantemente impregnados con ese olor. En todo caso, Nfirea y el resto parecían estar muy preocupados únicamente por desodorizarse. Por supuesto, podría ser sólo la familia Bareare, pero a la hora de fingir la identidad de uno, sus palabras y acciones resultarían más naturales al usar a una persona real como referencia. Uno podría terminar sin tener que preocuparse de cada palabra o comentario y crear mentiras.

La otra razón, se debía a que Ainz era totalmente ignorante en materia de hierbas medicinales.

Aunque se impregnara con los olores, cambiara el color de sus dedos y asumiera la identidad de un aprendiz de farmacéutico, probablemente sería descubierto cuando el Farmacéutico en Jefe le preguntara por la dosificación, ya que no sería capaz de dar una respuesta directa.

Si se sospechara que es un fraude total a partir de esa pequeña rasgadura en su disfraz, entonces sus actividades en esta aldea no darían ningún fruto.

“No, eso no es del todo correcto. Mi maestro también practica la Alquimia, no fue más que un poco de los conocimientos que me habían enseñado.”

En consecuencia, el personaje de Ainz apuntaba al último momento posible para evitar que descubrieran sus mentiras, y así evitar que surgieran contradicciones de lo que había dicho antes.

“… Hmph. Así que es eso.”

Ainz percibió inmediatamente que el Farmacéutico en Jefe había perdido el interés en él.

Esto no podía evitarse. También se podría decir que era exactamente como él había imaginado.

Por eso, había preparado una carta de triunfo más para atraer su interés. Ainz se acercó al Farmacéutico en Jefe hasta colocarse junto a él, que estaba de nuevo frente a su escritorio. Ainz colocó su carta de triunfo entre las cosas que había encima del escritorio.

“… Esta es una poción que contiene un poder curativo que fue traída de cierto lugar.”

La poción en el frasco de cristal —que fue hecha en E-Rantel y no tenía ni una pizca de refinamiento— era una de las pociones que la familia Bereare hizo en el proceso de creación de la poción curativa roja. La poción roja ya estaba terminada —ahora, están concentrando su energía en desarrollar una versión que utilice soluciones alquímicas o hierbas baratas— así que, contrariamente a lo esperado, esta poción era más rara en la actualidad.

“Esto es... ¿púrpura?” —El Farmacéutico en Jefe agarró la botella— “El envase no es de color... La razón por la que no es azul... ¿hay algo mezclado en él?”

El Farmacéutico en Jefe levantó la botella y la agitó mientras miraba el fondo.

“Hay un pequeño, en realidad sólo un ligero depósito en el fondo... ¿Sí...?” Murmuró para sí mismo.

“¿Puedo?”

“Adelante.”

En el momento en que Ainz le concedió el permiso, el Farmacéutico en Jefe abrió la tapa del frasco y, sin dudarlo, se cortó ligeramente la mano con un cuchillo. A continuación, salpicó la poción sobre ese pequeño corte.

Era una cantidad considerable. Había utilizado aproximadamente la mitad del frasco.

El corte se cerró —no se podría decir que fue instantáneo— a una velocidad visible.

“Eso es rápido... ni siquiera pude calcular el tiempo que tardó... Las hierbas medicinales y los reactivos mágicos utilizados para su elaboración... ¿están en este sedimento?”

Seguro que habla mucho consigo mismo, huh... O, mejor dicho, ese cuchillo, ¿no era el que estaba usando para cortar algo hasta hace un momento? Y encima fue capaz de usarlo de esa manera... ¿No se suponía que el efecto no se activaría si no se usaba por completo, independientemente de la herida? No, probablemente se debía a que, en una situación extrema, como en medio de un combate, no se podría tener en cuenta cosas como la profundidad de la herida para calcular la cantidad a utilizar, ¿verdad?

El Farmacéutico en Jefe lamió toda la poción que cubría su mano y luego la olió.

“¿Huelo a Azen...?” —Pareció darse cuenta que se trataba de otra cosa más rápido de lo que Ainz pudo lanzar una respuesta— “¿No es eso...? ¿Es el olor de mi propia mano... inodoro e insípido... para ocultar?”

… ¿Ocultar qué?

“No…” —el Farmacéutico en Jefe giró la cabeza y fijó su mirada en Ainz— “¿Todas las medicinas curativas de la ciudad son de este color?”

“Eso es incorrecto. Escuché que se extendió allí a través del rey no-muerto que gobierna E-Rantel. No conozco todos los detalles de cómo surgió pero, bueno, es valiosa. De hecho, la poción curativa común que circula es de color azul.”

El Farmacéutico en Jefe soltó un fuerte suspiro.

“¿Un rey no-muerto? ... No, ese no es el problema, supongo... aunque también tengo la sensación de que sí es un problema, bueno, está... ¿bien? Mm. Entonces, ¿no le importaría que me quedara con esto?”

El Farmacéutico en Jefe señaló el frasco al que le quedaba aproximadamente la mitad de su contenido.

“Dependiendo de las condiciones.” —Al confirmar que el Farmacéutico en Jefe esperaba lo que venía a continuación, Ainz continuó— “El precio es la información. Si se trata de usted, que ha desempeñado el papel de farmacéutico en este Mar de Árboles, creo que posee conocimientos que sólo pueden encontrarse aquí. Creo que las cosas se equilibrarían si fuera a cambio de esa información, pero... ¿qué dices?”

Tras el silencio que reinó sobre ellos durante un rato, el Farmacéutico en Jefe abrió la boca.

“… ¿Con qué fin quieres utilizar esos conocimientos?”

Si Ainz recordó la actitud del Farmacéutico en Jefe de hace un rato, tenía una idea aproximada de la respuesta con la que estaría satisfecho. Probablemente serían las palabras “apuntar a lo más alto como farmacéutico”, “quiero ser un farmacéutico aún más grande de lo que soy ahora”, etc. Sin embargo, Ainz no podía decir eso.

“No es que tenga ningún propósito concreto en mente. Mientras pueda hacerme con esa información, quizá pueda utilizarla en algún negocio en el futuro y mi sed de conocimiento quedará satisfecha.”

Tal y como había predicho Ainz, el Farmacéutico en Jefe parecía un poco enfadado.

“… ¿Para eso lo quieres?”

“Como he dicho hace un momento, soy un lanzador de magia arcana. Me enorgullezco de que esas habilidades sean extremadamente altas, pero mis habilidades como alquimista son inexistentes y mi maestro me dijo que no tenía ningún talento en ese campo. Por lo tanto, no tengo la menor intención de vivir como farmacéutico. Sin embargo, la información es otra cosa. La información es poder, y un arma. Aquellos que la poseen y aquellos que no son completamente diferentes. Por último, la deuda de gratitud que tendría sería mayor.”

“¿—Deuda de gratitud?”

“Sí. Como no tengo intención de convertirme en farmacéutico, debería ser reacio a enseñarme sus secretos, ¿tengo razón?” —Sin esperar la respuesta del Farmacéutico en Jefe, Ainz continuó.— “Si ese es el caso, entonces, la única pregunta que queda es: ¿puedes ofrecerme a cambio información de igual valor que la poción curativa desconocida, algo extremadamente raro? Así, la diferencia en este intercambio se convertiría en una deuda de gratitud.”

“Puede que termines aceptando información sobre mezclas o plantas triviales, ¿sabes? Y entonces podría declarar que no he contraído ninguna deuda. O bien, ¿puedo afirmar que el precio que he pagado ha sido más elevado, y que eres tú quien estará en deuda conmigo?”

“Incluso así no me importa, ¿sabes?”

El Farmacéutico en Jefe puso una cara como si dijera: “¿qué?”.

“Hay dos deméritos que recibes al hacer eso. La primera, es que no puedes mentirte a ti mismo. Se quedará en ti el sentimiento de culpa que obtendrías al cambiar una información inútil por algo realmente valioso, ¿verdad?”

“Hoo.”

“Y una más. Serías valorado como una persona descarada y sin escrúpulos. Si hubiera una próxima vez, se tendría en cuenta nuestra asociación pasada. Y, si hablara de esto en la ciudad, ¿cómo se sentirían los demás —los farmacéuticos cuyos conocimientos son mayores que los míos— al respecto, qué pensarían de ti?”

“—Ya veo. El conocimiento de los salvajes de la frontera sería evaluado sólo a ese nivel, y los Elfos Oscuros que viven en este bosque —y sus farmacéuticos también— serán el blanco de las burlas, huh. ¿Me evaluarían como un farmacéutico que ni siquiera puede discernir el valor de la medicina que se les entregó? ¿Se me consideraría un farmacéutico que no tiene conocimientos que puedan equilibrar el oficio? O, ¿se me juzgaría como un farmacéutico codicioso que no puede llevar a cabo el negocio de forma justa?”

“Aunque también podrían alabarte por comprar un ítem caro a un precio más bajo.”

“… ¿Es así como piensan los farmacéuticos de la ciudad? ¿Tratan de no pagar el precio adecuado por las cosas que se les ofrecen?”

“Después de todo, en la ciudad viven todo tipo de personas. No puedo asegurar que no haya gente obsesionada con los beneficios a corto plazo y que no tenga previsión. Pues bien, ese tipo de personas desaparecerán pronto porque no se les volverá a dar una segunda oportunidad. Por el contrario, son aquellos comerciantes quienes atienden a los clientes primerizos los que tendrán una oportunidad de éxito. Como dice el refrán, 'Hay que perder la mosca para pescar la trucha'.”

Je-je-je.” —se rio de forma divertida el Farmacéutico en Jefe. Fue la primera vez que sonrió desde que Ainz llegó al lugar— “Realmente eres un hablador suave, ¿no es así? Seguro que hablas mucho.”

Ainz soltó un pequeño suspiro de alivio. Pensó que el Farmacéutico en Jefe sería un Elfo Oscuro mucho más emocional.

Dicho sin rodeos, para un vendedor muy mediocre, los clientes que exponían sus emociones al aire libre presentaban muchos, muchos problemas. En cuanto a la personalidad, el tipo de personas que daban prioridad a sus propios sentimientos sobre los méritos y deméritos de una acción, incluso tras habérselos explicado, eran bastante problemáticas. Ainz recordó haber oído que, en la mayoría de los casos, ése era el tipo de personas que decidían las especificaciones un día y volvían a decir que las cambiaran al día siguiente.

Al parecer, se pensaba que si uno era un vendedor de primera categoría, ese tipo de clientes sería pan comido una vez que pusieran un pie en la entrada, pero para Ainz — desde la perspectiva de un vendedor promedio como Suzuki Satoru— no eran alguien con quien quisiera hacer negocios.

“Es la primera vez que me lo dicen.”

Realmente nunca se lo habían dicho.

“¿Será que todo el mundo pensaba en ti de esa manera y simplemente no lo decía en voz alta?”

A diferencia de hacía un momento, el Farmacéutico en Jefe parecía estar de buen humor.

“¿Es eso cierto? Aunque yo mismo no lo creo.”

Je-je-je— Entonces, en lo que respecta a los conocimientos que equilibrarán el valor de esta poción, no hay nada que pueda ofrecer, excepto las medicinas secretas que conozco. ¿Cuánto tiempo piensas quedarte en esta aldea?”

“No es que lo haya decidido definitivamente, pero pienso dejar esta aldea en unos días. Quizá unos siete días como máximo.”

Los labios del Farmacéutico en Jefe se curvaron en una sonrisa.

“Ya veo... En ese caso...”

Pasaron unos instantes mientras seguía en silencio tal y como estaba. Ainz no dijo nada.

“Por el momento, si sólo disponemos de tan poco tiempo, sería imposible enseñarte mis medicinas secretas. Para las medicinas que se consideran secretas, debes captar los cambios mínimos —los cambios en los ingredientes necesarios según la estación del año— para reconocerlas a través del olor, el tacto, y finalmente, es necesario modificar cuidadosamente las dosis que se utiliza. Hablando claro, quiero que te quedes aquí durante medio año para que pueda introducir esos cambios en tus cinco sentidos.”

Ainz quiso decir: “sólo tienes que escribirlos en una hoja de papel”, pero si lo hacía, el Farmacéutico en Jefe podría disgustarse, así que optó no decirlo.

“Por lo tanto, no te importa si no se trata de medicinas secretas —aunque no sé si equilibrarán la balanza desde el punto de vista del valor— sino de medicinas que se consideran raras. ¿No te importa que te enseñe el procedimiento para mezclarlos, su prescripción y otros conocimientos sobre ellos?”

“No, eso no será un problema. Lo dejaré en tus manos.”

“Muy bien entonces— a partir de hoy, haré que te quedes aquí y yo te enseñaré. Ya que no tenemos mucho tiempo. Voy a grabarlo a la fuerza en tu cabeza.”

“¿—Qué?”

Eso era un problema. Eso era absolutamente un problema.

Quería reducir el peligro que su ilusión representaba si fuera descubierta, aunque fuese un poco. Además de eso, su cuerpo no necesitaba comer, dormir, o incluso ir al baño. Por muy bien que actuara, era seguro que le considerarían anormal y le descubrirían.

“Mis disculpas, pero mi sobrina y sobrino están aquí conmigo, así que debo rechazar esa petición. No me importa que reduzca el número de medicinas que me enseñe, así que, ¿estaría dispuesto a comprometerse? Porque voy a memorizarlo correctamente.”

“… Sólo será transmisión oral. No permitiré ni un solo registro de ellas.”

“Eso es un...”

Ainz se quedó pensativo y titubeo.

No tenía confianza en poder memorizar todo, incluso con instrucciones.

Ciertamente, para YGGDRASIL, el juego en el que volcó todo lo que tenía, recordar la gran cantidad de información que contenía no era la menor dificultad. Sin embargo, si se le preguntaba si podía recordar información que no le interesaba, como en esta situación, tendría que negar con la cabeza.

En general, si uno lo viera desde la perspectiva de un jefe, ¿no se preocuparía si tuviera subordinados que sólo escucharan lo que se decía y no tomaran ninguna nota?

Probablemente, el Farmacéutico en Jefe interpretó de forma diferente el silencio de Suzuki Satoru — un adulto trabajador que consideraba tales cosas. Y abrió la boca.

“Parece que estás insatisfecho. Pero, ¿sabes qué? Ni siquiera diré que quiero conocer el proceso de producción de tu poción. Te ahorraré eso.”

“Que me digan que no tome nota de ni un solo registro es un poco preocupante... No confío en mi propia capacidad de recordar cosas. Por lo tanto, ¿me permite tomar sólo algunas notas para poder recordarlas?”

“¡Qué demonios estás diciendo!” —dijo el Farmacéutico en Jefe, con un escupitajo saliendo de su boca— “¡Voy a hacer que tu cuerpo lo recuerde! ¡Como aprendiz de farmacéutico, estás recibiendo instrucciones para que puedas saber inmediatamente cuánto pesa la cantidad de lo que tienes en tus manos en este momento!”

Era difícil responder con un: “No, no puedo hacer algo así”. Si ese fuera el caso, ¿tal vez tendría que mentir?

No tenía intención de hacer caso a la idea de: “No hay que decir mentiras”. Incluso, había momentos para las mentiras blancas. Quizá él debería decir que, en este caso, no debería decir una mentira con mala intención.

—Esto es tan problemático.

Por el desarrollo de la conversación, parecía que se convertiría en un aprendiz y recibiría instrucción especial aquí, pero la razón por la que había venido a ver a un farmacéutico, era únicamente por una pequeña corazonada de que podría obtener información si había alguna disponible. Había considerado —si lograba obtener, aunque sea un fragmento de la medicina herbaria de los Elfos Oscuros y averiguar si era más avanzada que la del Reino Hechicero— la posibilidad de importarla de alguna manera, como si se enviaran aprendices técnicos.

Como parte de ese plan, ellos traerían la tecnología que aprendieran y la investigarían en busca de productos farmacéuticos. No es que el propio Ainz quisiera rogar que le instruyeran sobre el tema.

Francamente, dijo que el precio era la información, pero incluso si fuera en forma de llevarse un solo frasco de una poción fabricada aquí que tuviera valor, y entregárselo a Nfirea, no habría habido ningún problema— bueno, tal vez sólo uno pequeño. No había duda que, si se trataba de él, podría analizarlo y decir de qué tipo de hierbas medicinales estaba elaborado y más.

Hmmm. ¿Quizás la manera en que hice nuestro primer contacto fuera un poco errónea? Sin embargo... esa era la única manera de atraer su interés... Incluso se podría decir que las cosas se desarrollaron así de bien porque yo tenía eso. Tampoco es que, pensando en la posibilidad de que incluso la medicina que recibimos no pueda ser analizada, todo sería un desperdicio total, pero... Ahora bien, ¿qué hago?

“¿Cuál es el problema?”

No parecía que a Ainz le fuera a dar mucho tiempo para pensar. En ese caso, como siempre, no dejaría las cosas al azar.

“… Ciertamente, mi maestro también dijo: 'Para que tu cuerpo lo recuerde'.”

El Farmacéutico en Jefe asintió con la cabeza innumerables veces mientras murmuraba débilmente: Exactamente, obviamente, los farmacéuticos de la ciudad también lo entienden.

“Sin embargo, con el mismo espíritu, también dijo esto: 'Toma las notas adecuadas porque eres un estúpido. Así no me harás repetir las mismas cosas una y otra vez'.”

“… ¿Qué?” —Los ojos del Farmacéutico Jefe se abrieron de par en par, levantando las cejas en señal de preocupación, y preguntó— “… Estu...pi...do, ¿dices?”

“Sí, eso es lo que me dijo mi maestro.”

“Y-ya veo... No, no, los maestros son estrictos con sus discípulos. No creo que lo dijera en serio, ¿sabes? Mira, lo que estabas hablando hace un momento estaba bien razonado y se formó para sellar mis rutas de escape. Definitivamente no era algo que alguien estúpido pudiera hacer.”

Me están consolando...

Parecía que también era lo mismo para los Elfos Oscuros, que no sabían qué decir cuando la otra parte misma declaraba: “Soy estúpido”. Debido a que el mundo en el que vivían no era amable, Ainz había pensado que sería expulsado, pero no parecía ser el caso.

Tenía sentimientos complicados al respecto, pero lo único que podía hacer era sacar provecho de esto. Ainz respondió.

“No, estoy seguro que hay algo malo en mí. Mi capacidad de recordar cosas es débil.”

“Y-ya veo...”

Ainz lo afirmó con seguridad y, además, el Farmacéutico en Jefe desvió la mirada como si le hubieran empujado la cabeza hacia un lado.

Ambos guardaron silencio.

Era muy posible que el Farmacéutico en Jefe dijera que de ninguna manera podía enseñar cosas que se convirtieran en veneno si las dosificaciones eran erróneas para alguien como él.

Sin embargo— “Lo entiendo”, una voz que parecía haber aceptado algo se filtró de repente del Farmacéutico en Jefe.

Cuando Ainz se preguntó qué era lo que había “entendido”, el Farmacéutico en Jefe mostró una expresión parecida a la admiración, pero solo por un instante. Como inmediatamente volvió a su habitual expresión de antes, fue un cambio momentáneo que podía inducir a pensar que se trataba de un engaño de la vista. Definitivamente no era la imaginación de Ainz.

En su cabeza, Ainz se preparó ligeramente. No sabía qué era, pero parecía que algo dentro del Farmacéutico en Jefe había resonado con lo que había dicho.

Ainz sintió que podía ver a un demonio, al que conocía muy bien, sonriendo detrás del Farmacéutico en Jefe.

… ¿Qué demonios acabo de imaginar? Eso sería muy raro, ¿no?

“… Si es así, entonces no se puede evitar. Siete días como máximo, lo que significa que existe la posibilidad de que abandones esta aldea incluso antes, ¿verdad? Repetir las mismas explicaciones de nuevo significa desperdiciar aún más nuestro tiempo. Asegúrate de quemar esos documentos cuando los hayas recordado bien, ¿okay?”

No sabía qué había provocado el cambio de actitud del Farmacéutico en Jefe. Mientras mantenía la guardia alta, Ainz respondió como lo haría normalmente.

“Sí, lo prometo.”

“Entonces, lo entiendes. De acuerdo con tu petición, te enseñaré una mezcla algo difícil. Mi instrucción será estricta, pero no llorarás por ello, ¿verdad?”

Ainz no recordaba nada sobre una petición, pero incluso dejando eso de lado por el momento, esto era lo único que probablemente debía decir para empezar.

“No, por favor, enséñame con suavidad.”

El Farmacéutico en Jefe abrió la boca haciendo un chasquido, y luego puso una cara como si hubiera tragado un bicho amargo.

No es que Ainz tuviera opiniones negativas sobre la instrucción estricta. Sin embargo, entre lo estricto y lo suave, él era el tipo de persona que elegiría lo segundo.

“Tienes un poco de valor...”

“No, pero me gustaría que no me golpearas con un palo caliente o algo así...”

“¿T-tu maestro hace cosas así?”

“No, no hace cosas así, pero...”

“¡Ni siquiera yo haría algo así, de acuerdo!”

“Estaría muy contento si no lo hicieras.”

Cuando Ainz se encogió de hombros como si estuviera bromeando, el Farmacéutico en Jefe puso una cara de disgusto.

Haa. Creo que entiendo un poco tu personalidad. Aunque también me da un poco de pena tu maestro. Vamos, que te voy a enseñar de inmediato. A continuación, voy a citar los nombres de varias medicinas y sus efectos. Si son de los que conoces será inútil... no, no se puede decir que sean inútiles... Supongo que no sería tan malo en el sentido de que aprenderás sobre la diferencia de los ingredientes usados y más. Bueno, de todos modos, dime cuáles quieres que te enseñe.”

“Muchas gracias. Sin embargo, antes de eso, una pregunta... ¿Te parece bien un acuerdo verbal?”

Si él dijera, firmar un contrato o lanzar algún hechizo, tal vez sería mejor que simplemente hiciera como si todo lo que habían hablado hasta ahora no hubiera sucedido.

“No me importa. La confianza es importante, ¿no? Quién sabe, tal vez lo que pongas por escrito se pase de mano en mano y llegue hasta mí. Lo único que pasará entonces es que te despreciaré. 'Así que ésta es la clase de gente que son los farmacéuticos de la ciudad', es lo que diré.”

“Ya veo, lo entiendo. También es una gran pérdida para mí si la evaluación de los farmacéuticos de la ciudad se redujera. Prometo absolutamente no ponerlas por escrito y dejar que se distribuyan.”

✧☠︎✧

Viendo la espalda del hombre hasta que dejó de estar a la vista, el Farmacéutico en Jefe dejó escapar una suave carcajada.

¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que se había despedido de alguien? Puede que fuera la primera vez desde que obtuvo el estatus de Farmacéutico en Jefe en esta aldea.

… Es un hombre sorprendentemente astuto. ¿Hay mucha gente como él en esa ciudad?

No podía ser. No, si ese fuera el caso, sería una historia loca.

Escuché que el número de habitantes de la ciudad es mayor que el de todos los Elfos Oscuros que viven en este bosque. Ese hombre debería contarse entre los de mayor rango. Un hombre con esas ideas era común en la ciudad, habría que estar atento a los detalles para no dejarse engañar, ¿no es así?

Aquel hombre se humillaba a sí mismo como un fracasado y demás, pero si eso fuera cierto, no abriría la boca de esa manera. Y más aún si consideraba el flujo de la conversación y la información que se le había dado, él nunca iría por un camino de tontos.

Si eso era así, ¿por qué se había empeñado en anotar en un papel las enseñanzas del Farmacéutico en Jefe? ¿Quizá no pensaba que el Farmacéutico en Jefe, que se había enfadado por eso, rechazaría enseñarle?

Sin embargo, la razón por la que el Farmacéutico en Jefe tuvo la idea de que él tenía algún tipo de objetivo, fue porque comenzó a decir cosas como que su memoria era mala, o a llamarse a sí mismo estúpido.

Todas las cosas que le enseñaron las pudo escribir en secreto en un papel más tarde. A pesar de ello, tuvo la necesidad de declarar que iba a tomar notas delante del Farmacéutico en Jefe hasta ponerlo de mal humor.

En otras palabras—

—No lo capté de inmediato, pero lo que ese hombre quería transmitirme eran probablemente dos cosas. Una, era que él “no oculta nada”.

Por supuesto, no podía confiar en él así como así. Puede ser que, aunque el hombre le mostrara algo verdadero, podría estar ocultando algo más detrás de esa verdad. Desgraciadamente, no podía confiar tanto en un hombre que había conocido hoy por primera vez. Sin embargo, el hecho de que dijera: “No voy a ocultar nada y, por lo tanto, dejaré mis pensamientos al descubierto ante ti”, tenía un gran significado para la posible construcción de una relación de confianza entre ellos.

Y finalmente, la otra razón que nunca pudo decir en voz alta, fue probablemente el pedir que se le enseñara un nivel de mezcla apropiadamente difícil incluso dada su falta de tiempo. Uno al nivel de no poder recordar definitivamente sin importar cuántas veces lo viera.

Él, que ni siquiera era un farmacéutico especializado, intentaba aprender mezclas de alto nivel de dificultad lo cual era algo descabellado. Además, casi todas las mezclas difíciles utilizaban sólo hierbas medicinales preciosas. Quizá fuera por esa razón por la que él mismo no podía hacer un pedido directo.

En otras palabras, era un hombre que conocía la vergüenza.

Sin embargo, el Farmacéutico en Jefe no creía que el segundo significado fuera realmente un problema.

Originalmente, basándose en las condiciones del intercambio de esa medicina desconocida —que él pensaba que estaba relacionada con la de la leyenda— había considerado que era correcto ofrecer sus medicinas secretas.

Las medicinas secretas de los Elfos Oscuros se dividían en tres grandes categorías.

La primera, consistía en las medicinas que podían elaborarse mediante complicados procedimientos de mezcla.

La segunda, consistía en medicinas elaboradas con hierbas medicinales extremadamente raras.

La tercera, consistía en drogas peligrosas que tenían una eficacia excesivamente potente.

Esas eran las tres categorías.

Había declarado la primera, como la razón por la que no podía transmitirle las medicinas secretas, pero consideró enseñarle las medicinas que estaban en la segunda categoría.

Podría ser que las hierbas medicinales, que eran raras en esta región, pudieran ser abundantes en la ciudad o en cualquier otro lugar, eso era lo que ocurría a menudo con las hierbas medicinales. Sin embargo, si dijera eso, no les conduciría a ninguna parte. O mejor dicho, como los de la primera categoría eran imposibles de enseñarle y no había forma que le enseñara las drogas peligrosas de la tercera categoría, su respuesta ya estaba decidida.

Y en este caso, también había pensado que habría un beneficio para él mismo, podría ofrecer los ingredientes que rara vez se encontraban aquí, y que eran muy apreciados incluso en la ciudad, a un precio adecuado al mismo tiempo.

Si regresaba a la ciudad y difundía las medicinas que se le habían confiado, estas se convertían en materiales preciosos como resultado, entonces, los habitantes de la ciudad podrían venir aquí a las aldeas de los Elfos Oscuros para hacer negocios y tratar de obtenerlas. Cuando vio la poción púrpura, supo que el uso medicinal de la ciudad estaba en un nivel adecuadamente alto. Al tener la oportunidad de obtener ese material y ese conocimiento, incluso al Farmacéutico en Jefe no le pareció tan malo.

Sólo con la llegada de ese hombre, no sabía si daría lugar o no a interacciones entre la aldea y la ciudad en el futuro. Sin embargo, aunque le dijera que debería aceptar la petición basándose en esa perspectiva práctica, no cabía duda que el Farmacéutico en Jefe habría estado totalmente en desacuerdo con ese sentimiento. Si hubiese tenido una personalidad que pudiera ser influenciada por alguna conversación racional sobre los méritos y deméritos, los aldeanos probablemente no murmurarían la palabra “obstinado” a su alrededor, y probablemente no estaría sin esposa a su edad. No es que no se preocupara por ello mientras fuera estimado por sus amigos farmacéuticos, pero, por el momento, aún no se había planteado el intentar un cambio en sí mismo.

Ese hombre hablaba sobre ganancias y pérdidas. Si esto hubiera ocurrido antes, habría sido una discusión que no podría soportar. Sin embargo, se trataba de sus ganancias y pérdidas como farmacéutico, curiosamente. Si en algún lugar lejano se burlaran de sus esfuerzos como farmacéutico, no tendría forma de saberlo. No tenía forma de saberlo, pero si se le preguntara si le parecía bien, su respuesta sería: “Absolutamente no”.

Dado que había percibido valor en lo que aquel hombre había ofrecido, no podía relajarse si no le devolvía algo de igual o mayor valor.

Sintió que aquel hombre era realmente un buen conversador, porque había atacado simultáneamente desde los dos frentes, del logos[2] y el pathos.

Normalmente, quien enseñaba tenía una posición superior, mientras que el que recibía la enseñanza tenía una posición inferior.

Sin embargo, esta vez no fue así.

El precio de esa poción era la enseñanza. Es más, el hombre había tomado la postura de dejar a su criterio si le enseñaba o no. En este punto, se podría decir que sus posiciones eran iguales.

Y ese hombre pasó inmediatamente a decir que iba a tomar notas para desatar hostilidad.

Si la otra parte no oculta nada— y actúa de una manera que pueda ganarse mi confianza, entonces yo también debería adoptar una actitud para que ese hombre confíe en mí. Sin embargo—

Ese era un problema muy diferente.

Mientras volvía a la mesa, el Farmacéutico en Jefe contrajo su rostro.

No creo poder hacer algo así.

El propio Farmacéutico en Jefe sabía que era malo en llevarse bien con los demás.

Incluso recordando las veces que les había transmitido sus conocimientos a los aldeanos, podía declarar que no había sido un buen maestro.

Lanzando un vistazo a las hojas secas, que eran un tipo de narcótico, que estaban en el estante de hierbas medicinales, el Farmacéutico en Jefe sacudió la cabeza. Aquella cosa estaba destinada a aliviar el dolor y también podía utilizarse para eliminar el estrés. Sin embargo, no era muy apropiado que un educador lo usara.

“No puedo hacer nada más que intentar lo mejor, huh.”

El Farmacéutico en Jefe murmuró.

Pero, bueno, parece que la actuación no era su fuerte. Llegar a mirarme tan fijamente que hasta se olvidó de parpadear... ¿significa que está tan interesado en mí? Jejeje... parecía más joven que yo por su aspecto, pero ciertamente es joven... supongo que tiene un lado bastante lindo después de todo, ¿huh?

 



Parte 4

Ainz, Aura y Mare estaban comiendo por la mañana.

Por supuesto, como Ainz no podía comer, en realidad eran solo Aura y Mare los que comían. No eran solo los platos —que resaltaban los sabores de los ingredientes— los que los Elfos Oscuros les habían proporcionado.

También había cosas de Nazarick que Ainz había puesto en su inventario y traído aquí con ellos.

Después de cada bocado de los platos que los Elfos Oscuros les habían proporcionado, Aura y Mare escribían sus impresiones sobre el mismo en el papel que tenían al lado, luego las mostrarían a los intelectuales de las distintas razas de E-Rantel y las investigarían.

Sin embargo, de momento no habían hecho ni un solo descubrimiento sorprendente — incluyendo cosas de valor monetario. No sabían qué pasaría con su relación con esta aldea en adelante, pero no parecía haber ningún material que pudiera servir de base para establecer relaciones comerciales beneficiosas.

La razón por la que Aura y Mare estaban anotando sus impresiones respecto a la comida después de cada bocado, era que, cuando les preguntaran sobre ella, incluso Ainz pudiera responder.

Sin embargo, sólo había un problema: al estar acostumbrados a la comida de Nazarick, los refinados paladares de Aura y Mare no tenían buenas impresiones de la cocina de los Elfos Oscuros. Pero los únicos que podían decir “no sabe bien” a las personas que la preparaban, serían personas que no tenían en cuenta los sentimientos de los demás, personas que querían empeorar su relación. En otras palabras, y por el bien del argumento, los niños.

Por lo tanto, la comida tardaba mucho tiempo en terminarse.

Tomaban un bocado, lo masticaban, levantaban las cejas y luego escribían sus sinceras impresiones; después, Ainz hojeaba el cuaderno en el que habían escrito, fruncía las cejas y finalmente escribía una impresión más halagadora. Escribir cada vez “los ingredientes son frescos” difícilmente podría considerarse una impresión adecuada. Por eso, era necesario cambiar las palabras, aunque fuera un poco.

Cuando terminaron de escribir sus impresiones —que eran tan minuciosas que, si tuvieran un diccionario de sinónimos a la mano, habrían empezado a hojearlo de inmediato— Aura y Mare estaban agotados. Parecían haber participado en un concurso de comida.

Precisamente porque sabía lo duro que había sido su trabajo, Ainz les dijo: “gracias por su duro trabajo”.

Al oír la voz de Ainz, los dos pusieron el rostro rígido.

“Nah, este tipo de cosas no son nada... ¡ya sabes, tío!”

“C-correcto. P-porque comimos y escribimos nuestras impresiones.”

No, era tal y como había dicho Mare. Sin embargo, no había manera que pudiera decir cosas como “sí, tienes razón” o “exactamente”, ya que él poseía un cuerpo que no podía comer. El duro trabajo que ellos habían realizado, fue por el bien de Ainz desde el principio.

Incluso si esos dos, que eran niños, dieran sus sinceras impresiones, no sería — probablemente— un problema tan grande. El único para el que habría sido un gran problema sería para Ainz. Si Ainz fuera capaz de comer, no tendría que haber hecho que ellos se devanaran tanto los sesos.

Nunca sería suficiente, no importaba cuántas veces les diera las gracias. Aunque, si declarara su gratitud una y otra vez, los dos probablemente se sentirían agobiados por él.

Por eso, Ainz no dijo nada más y les preguntó sus impresiones sobre la comida.

Aquellas sinceras impresiones eran las mismas para ambos, siempre eran las mismas. Dicho esto, tenía que saberlo por si acaso.

“Quizá deberíamos haberles ofrecido comida bien condimentada desde un principio y decirles que comemos este tipo de comida. Si lo hubiéramos hecho, podrían haber intentado preparar el mismo tipo de plato.”

“Puede que hayan... ¿puede que lo hayan hecho?” —mientras ladeaba la cabeza desconcertada por sus propias palabras, Aura continuó— “Sólo espolvorear la sal sobre la carne cuando se asa es sencillo y no es una mala idea, pero quizás su método para preservar la frescura no sea perfecto. El sabor de la carne persiste en la boca... ¿verdad? Creo que hay personas que incluso dirían que está bien, pero a mí no me gusta mucho, ¿sabes?”

Había transcurrido bastante tiempo desde que ella llegó a esta aldea, pero la forma de hablar de Aura seguía siendo incoherente después de todo.

“E-estoy de acuerdo. Es un poco extraño[3].”

“Ya veo.”

“Las verduras no están nada mal, pero no tienen mucha dulzura en ella y la amargura o la acidez serían las primeras cosas que se notarían. Podría recomendarle a la gente que le gusta ese tipo de cosas, pero... Me pregunto, ¿no podrían hacer condimentos a base de fruta?”

“Quiero un poco de aderezo.”

“Ya veo.”

Después de todo, era lo mismo de siempre.

“Entonces, lo siento, pero, ¿podrían mostrarme lo que escribieron?”

Cuando vio lo que ellos habían escrito, comprendió lo mucho que habían trabajado para elogiar la comida.

Realmente aprecio su duro trabajo, Ainz bajó la cabeza hacia los dos en su mente.

Tras ojearlo brevemente —tampoco es que hubiera mucho— y tratar desesperadamente de recordarlo todo, Ainz les devolvió el cuaderno. Con esto, sus preparativos matutinos habían terminado.

Lo siguiente que debía hacer era dirigirse a la oficina.

“¡Muy bien! Ya es hora, así que voy a salir. Creo que hoy también llegaré tarde a casa, así que ¿podrían adelantarse y comer sin mí?”

Los dos respondieron al unísono. Justo entonces, Ainz notó que Aura parecía tener algo que quería decir.

“¿Qué pasa, Aura? ¿Hay algo que te preocupa?”

“Oh, se, err, see, así es tío. Hoy también irá a aprender a preparar medicinas, ¿verdad?”

“Así es, exactamente. Hoy me enseñará a preparar medicina que es un tanto más difícil. UséGatepara ir y preguntarle a Nfirea sobre el nombre de la medicina, pero me dijo que ni siquiera él lo sabía. De verdad, habría sido más rápido si pudiéramos usarMensajepero...” —Ainz dejó escapar un suspiro— “Bueno, si consideramos que los enemigos de Nazarick podrían estar usándola, tal vez sea mejor dejarlos como están.”

“¿—Está realmente bien hacer eso?”

Al cambiar el tono de voz de Aura, Ainz también cambió el suyo para coincidir.

Si esta era una pregunta que ella hacía como Guardiana de Piso, entonces, también era necesario que Ainz respondiera como gobernante de Nazarick.

“No lo sé... Pero, no tengo intención de hacer esa medicina, porque si las hierbas medicinales que requiere también existen en YGGDRASIL, fracasaré por completo.”

Lo mismo ocurría en el ámbito de la cocina.

Como Ainz no tenía la habilidad requerida, no podía usar hierbas medicinales, reactivos alquímicos u otras cosas para hacer medicina en YGGDRASIL. Pero, utilizando la tecnología de este mundo y las hierbas medicinales exclusivas de este, podía fabricar medicinas. Por lo tanto, cuando recibía instrucciones del farmacéutico, tenía que preguntar primero qué tipo de hierbas medicinales se estaban utilizando.

Sin embargo—

“—Realmente hay muchos misterios, huh. No puedo utilizar las hierbas medicinales de YGGDRASIL, pero ¿qué pasaría si se cultivaran en la tierra de este mundo? ¿Serían juzgadas como propias de este mundo? ¿O no funcionaría?”

“P-probablemente, umm, lo segundo, creo.”

“Probablemente tengas razón. Entonces, ¿qué pasaría si su eficacia disminuyera? ¿No es cierto que la eficacia de cualquier hierba medicinal que se cultive en un campo hecho por el hombre, disminuye? Según Nfirea, la razón por la que no se hacen campos de hierbas medicinales en E-Rantel y otros lugares, es debido al suelo, o a la insuficiencia de nutrientes. Dijo que los efectos eran débiles. Sin embargo, parece que esa es la razón por la que él estaba realizando experimentos haciendo un campo de hierbas medicinales en medio de ese bosque.”

“Sí, parece que ese es el caso. Era pequeño, pero había uno en el bosque. También había un montón de troncos con hongos creciendo en ellos, así como algunos con musgo creciendo también. Recuerdo haber visto ese tipo de cosas cuando las comprobé en secreto. Realmente es muy difícil acercarse en secreto a esa aldea...”, dijo Aura con seriedad.

Los Goblins bajo el control de Enri montaban guardia en una amplia zona alrededor de Villa Carne. En particular, parecía haber un ser llamado Goblin Trampero. A diferencia de las trampas de tipo daño, las trampas de tipo alarma colocadas por el Goblin Trampero eran más difíciles de descubrir.

“Pero, en caso de que no haya suficientes nutrientes, entonces creo que sólo tenemos que usar ítems y hacer que Mare trabaje duro en ellos...”

Al recibir las miradas de los dos, Mare se encogió.

“Uh, bueno, v-verás, no creo que sea algo que no pueda hacer, pero pienso que lo que re- realmente puede ser necesario son los nutrientes en la tierra... P-por supuesto, lo hago en secreto por la noche en el jardín de hierbas medicinales del Gremio de Aventureros de E- Rantel, pero también tengo la sensación que no sirve de mucho...”

Aunque pueden parecer iguales, cuando intentaron hacer pociones con las hierbas medicinales del campo del gremio, se produjo un resultado preocupante — había indicios de que el efecto era ligeramente inferior.

¿Fue porque había una sobreabundancia de nutrientes por lo que hacía Mare? ¿Una coincidencia? ¿Faltaba algo más? ¿Existía una magia adecuada para el cultivo de hierbas medicinales? Como había muchos elementos que podían ser la causa del problema, aún no habían obtenido una respuesta.

“Aunque hayan pasado varios años desde que llegamos a este mundo, realmente hay muchas cosas que aún no comprendemos, huh.”

“Sí.”

“S-sí.”

Cada vez que su banco de conocimientos crecía, cada vez que descubrían una cosa que no entendían, los misterios de este mundo crecían como si estuvieran conectados. Ainz no sabía si se podía decir que eran afortunados o no, pero la única cuestión que quedaba por resolver era si tenían una alta prioridad; como resultado, se acumularon las cosas que no habían investigado y las dejaron para más adelante.

Si pudieran dejárselo en manos de los sirvientes o los monstruos invocados, podrían resolverlos rápidamente, pero, por desgracia, los sirvientes y los monstruos invocados no podían hacer una parte de los experimentos.

Ainz había considerado que, como mínimo, los experimentos debían ser realizados por seres que hubieran sido creados de la misma manera que los NPCs o Jugadores. Sin embargo, si ese fuera el caso, incluso si Ainz —un Jugador— y un NPC tuvieran que hacer las mismas cosas, podría haber diferencias en los resultados. Si creía que era necesario investigar algo, necesitarían tener a Ainz, un NPC y un subordinado — tres personas realizando el mismo experimento.

“Si hacemos este tipo de experimento de cultivo, podría estar bien dejarlo en manos de la gente que hemos puesto bajo nuestro control, pero los experimentos importantes y demás no pueden confiarse a quienes podrían convertirse en nuestros enemigos potenciales en este mundo. Y si ese fuera el caso, significaría que sólo deben ser ejecutados por aquellos que provienen de Nazarick... pero no tenemos esa clase de libertad de acción en términos de personal. Es algo problemático.”

Entonces, eso significa que mientras estamos en guardia a fin de que las tecnologías de otros países no hagan avances, sólo mejoraremos la tecnología en Nazarick para beneficiarnos, huh.

Fue problemático, pero—

—No cabe duda de que, si lo dejara en manos de Albedo o Demiurge, ellos podrían encargarse de una manera u otra. Esos dos son inteligentes, después de todo.

O más bien, por tratarse de esos dos, existía la posibilidad de que ya lo estuvieran abordando, así que podría ser una preocupación innecesaria por su parte. Por el momento, probablemente sólo tenía que plantear la problemática.

Al igual que la última vez, lo único que tendría que hacer es crear un monstruo invocado, anotarlo y echarlo en el buzón de sugerencias.

Si hacía eso, podría evitar el peligro que pareciera que: “¿Recién se da cuenta ahora de eso?”

¡—Ups!

“—Demonios. ¡Ya es hora! Bueno, me voy entonces.”

Más rápido de lo que pudo ver a los dos asintiendo, Ainz salió volando de su Árbol Elfo prestado.

Como era de esperar, no había forma que llegara tarde. Incluso en su anterior vida laboral, no había llegado tarde ni una sola vez por muy absorto que estuviera en YGGDRASIL, por ejemplo.

Deprisa, Deprisa.

Una luz brilló en el rostro de Ainz.

Los rayos solares que caían a través de los ligeros resquicios que dejaban las gruesas ramas de los árboles, le indicaban que hoy volvería a hacer buen tiempo.

Cuando el sonido de los pasos de su amo dejó de ser audible para Aura, ésta finalmente habló.

“De alguna manera, Ai...haaa.”

Aura suspiró. Cuando estaba a solas con Mare, le resultaba imposible seguir actuando. Esto era malo. En ese punto, Mare no estaba actuando realmente como lo hacía.

Eso es un poco injusto, ¿no?, Aura le dirigió una mirada de reproche.

“¿Eh? Err, ¿q-qué pasa o-onee-chan?”

“¿Hm? Nada en absoluto. No es nada, ¿okay?”, no era como si algo fuera a cambiar por descargar su ira contra él. Aura recobró el control de sí misma y dijo lo que intentaba decir hace un momento.

“El tío parecía que de alguna manera se estaba divirtiendo, ¿no es así?”

Mare asintió con la cabeza.

Para Aura, ese punto era algo que realmente no entendía muy bien. “Hnnngh”, gimió ella.

Ladeó su cabeza mientras hacía una pregunta.

“En todo caso, desde que llegamos a esta aldea, él ha estado yendo a la casa del Farmacéutico en Jefe todos los días, pero me pregunto si tiene algún valor llegar tan lejos.”

“Me pregunto... P-pero, ¿sabes? Ya que incluso yo no puedo lanzar hechizos druídicos que hagan uso de estos árboles, tal vez ellos también hayan desarrollado productos farmacéuticos de forma independiente, ¿verdad?”

“Ya que ese inteligente tío nuestro lo considera interesante, podría serlo, pero... en este tipo de aldea rural, resulta un poco difícil de creer, ¿no es así? En primer lugar, la magia que hace uso de estos árboles, ¿no es estrictamente la que no se puede utilizar?”

“Hmmm... ¿Será que? Si se tratara de otra persona, uh, podría ser capaz de usarlo, pero, pero tengo la sensación que es como la magia doméstica en mi caso. Probablemente sea magia élfica que se desarrolló de forma independiente en este mundo... Pero, aun así, si el tío va allí todos los días, sería absolutamente valioso justo por eso, ¿verdad?”

Era un argumento sólido que la dejó sin palabras.

“Bueno, supongo que probablemente sea eso.” —Aura miró al techo y luego volvió a mirar a Mare.— “Entonces, me pregunto por qué el tío parece divertirse todos los días.”

“S-seguramente es eso, cierto. Me-me pregunto si se está divirtiendo al obtener nuevos conocimientos — información. Ya que el tío realmente valora la información.”

“Aah, ahora entiendo. El tío es así, ¿no? Probablemente esa es la razón por la que todo se mueve según sus planes, ¿verdad?”

No se trataba simplemente de que fuera inteligente. Ese mismo apego a la información, lo que podría llamarse una sed de ella, probablemente estaba relacionado con su sabiduría para ver a través de todo.

Recordaba haber escuchado de Demiurge que él había fijado su visión mil[4] años hacia adelante, pero al ver la actitud de su amo, no tuvo más remedio que aceptar que era efectivamente cierto.

De los labios de Aura, se filtró un suspiro de profundo respeto y admiración.

Como se esperaba de la gran persona que había reunido a los Seres Supremos.

Para Aura, Bukubukuchagama era la más grande de los Seres Supremos. Ainz quedaba en segundo lugar para ella superando a Peroroncino; Ankoro Mocchi Mochi y Yamaiko, quedaban empatadas en un lejano cuarto lugar. El resto de los Seres Supremos eran todos lo que fuera. En el caso de Mare, sus tres primeros eran los mismos, pero todos los demás estaban igualados.

“Como se esperaba del tío. Al contrario de eso...” —El rostro de Aura se mostró sombrío.— “… En lo que respecta a nosotros.”

Mare también tenía la misma mirada sombría.

“S-sí. La información especial, la información que parece buscar el tío, no conseguimos ni una pizca de ella... y aun así, lo estamos haciendo de nuevo, ¿no?”

“Ya no se puede evitar, ¿verdad? Incluso yo detesto volver a jugar a Las Casitas, pero entonces, ¿qué otra opción tenemos si dijéramos que queremos jugar a una cosa diferente? No hay forma de que perdamos, y si lo hacemos a propósito sería una molestia que pensaran que nos estamos burlando de ellos, ¿no es así? Así que, por el momento, eso significa que sería mejor para nosotros llevarnos bien con ellos.”

Los dos guardaron silencio.

Tal y como estaban las cosas, volverían a jugar a Las Casitas. Sin embargo, no tenían la excusa perfecta para negarse a jugarlo, ni tampoco tenían una idea alternativa para un juego que jugar. Si no hubiera sido una orden de un Ser Supremo, podrían haber dicho que no se sentían bien y haberlos evitado, pero no podían hacer eso.

“… Por el momento, sabemos que mis habilidades como Domadora no funciona con los Elfos Oscuros, pero eso puede ser una información que nadie ha verificado hasta ahora.” —al ver aparecer una sonrisa amarga en el rostro de Mare, ella continuó— “Por cierto, los Elfos Oscuros de nivel 100 están incluidos en eso.”

Al recordar algo, Mare puso cara de disgusto.

✧☠︎✧

Bajo la luz del sol que se filtraba por los espacios de los árboles, Ainz caminaba por una pasarela que colgaba de un árbol.

De vez en cuando, veía a un Elfo Oscuro que lo saludaba. No sólo eso, sino que el Elfo Oscuro que caminaba hacia él desde la dirección opuesta le hablaba con una sonrisa.

“¿Se dirige de nuevo hoy a la casa del Farmacéutico en Jefe, Fior-san?”

“Sí, así es”, respondió Ainz con suavidad.

En un principio, este nombre falso no le había parecido bien, pero, aunque sólo habían pasado unos días, ya se había acostumbrado por completo a él.

“Es vergonzoso, pero mi falta de talento está haciendo que mi maestro temporal se tome mucho tiempo y esfuerzo para enseñarme.”

“Posee maravillosos talentos como lanzador de magia arcana, Fior-san. Pero aun así, resultaría aún más sorprendente si también tuviera talento como farmacéutico. Ocurre lo mismo al no haber nadie que destaque como Ranger y como Druida.”

En una ocasión, Ainz había matado a una bestia mágica —una Pitón Hipnotizador Gigante que se había acercado a la aldea— utilizando magia. Este hecho le hizo ganarse el profundo respeto de los Elfos Oscuros de la aldea.

Y lo mismo ocurría con la gente que se acercaba a hablar con él, y la que le saludaba. El respeto que se escondía en todos ellos era evidente.

“Me siento mejor al oírte decir eso. Me encantaría seguir hablando contigo así, pero no es que pueda hacer esperar a mi maestro temporal, así que, si me disculpas en este momento.”

“Lo siento mucho. Soy yo quien debe disculparse por detenerte cuando tienes tanta prisa.”

Intercambiando “no, no, soy yo quien...” y otras galanterías sociales, Ainz comenzó a caminar. Finalmente, llegó al laboratorio que había visitado con frecuencia estos últimos días.

Mientras gritaba “Siento llegar tarde”, entró en el Árbol Elfo.

No es que haya llegado tarde. Más bien, en esta aldea, la única forma de medir el paso del tiempo era la intuición individual. Por eso, aparte de los cazadores, tenían un sentido del tiempo poco preciso y casi nunca hacían promesas basadas en él. Aun así, tenían un sentido aproximado del mismo. Por lo tanto, no era como si se hubiera especificado que Ainz debía venir absolutamente en este momento.

Pero incluso así, como había llegado un poco más tarde de lo habitual, él lo dijo como una forma de cortesía.

De hecho—

“—Sin embargo, no es realmente tarde...” Una voz le respondió desde el interior.

En la familiar sala de trabajo, el Farmacéutico en Jefe —con movimientos de mano poco familiares— colocó lentamente, muy lentamente, las hierbas medicinales trituradas en un cuenco, sin girarse para mirarlo.

Ainz, al tomar asiento a su lado, cogió el cuenco lleno y lo colocó sobre la balanza. En el lado opuesto había pesas que habían sido colocadas en la balanza.

Desgraciadamente, la primera vez no se equilibraron, así que Ainz repitió la tarea de cambiar las pesas en varias ocasiones hasta que finalmente se igualaron. Después, Ainz anotó la masa de las pesas en la pila de papel que había preparado.

“Por supuesto, favor continúe.”

El Farmacéutico en Jefe, que había estado observando irritado a Ainz colocar las pesas, cogió el cuenco con las hierbas medicinales de forma brusca y las transfirió a otro recipiente. Lo hacía con cuidado, pero era imposible que sacara todas las hierbas medicinales molidas del cuenco. Un ligero rastro de hierbas medicinales, así como el jugo de haberlas triturado, permanecían en el cuenco.

Al ver eso con una expresión irritada en su rostro, el Farmacéutico en Jefe trató de transferirlas una vez más usando una espátula.

De haber tenido algo así como una de goma, podría haber sido capaz de rasparlas de forma limpia, pero desgraciadamente se trataba de una espátula de madera. Pudo sacar la mayor parte, pero todavía quedaban restos en el cuenco.

“¡Ugghh! ¡¡¡Esto es un dolor de cabeza!!!”, gritó el Farmacéutico en Jefe mientras se rascaba la cabeza con frustración.

Sin duda era una actitud que no había mostrado a Ainz cuando se conocieron. En los pocos días que llevaba instruyendo a Ainz, se había abierto a él y ahora mostraba sin tapujos su enfado ante el método propuesto por Ainz, reaccionando de forma exagerada. En otras palabras, su reacción conllevaba la idea de que debían “dejar ya esta forma de hacer las cosas”.

“Por favor, tenga paciencia, maestro temporal.”

El farmacéutico en jefe giró hacia Ainz con una expresión agria en el rostro.

Quizá si se tratara de una mujer o de un niño, habría surgido en él una emoción diferente. Sin embargo, incluso si un hombre —un miembro adulto de la sociedad— mostrara ese tipo de actitud, Ainz no hubiera pensado nada en particular, aunque fuera guapo, por ejemplo.

“… No me obligues a hacer algo que es tan molesto. Aprendiz temporal.”

“No, te dije la razón antes, ¿no? Y tú aceptaste, ¿no es así? No fue como si te obligara a hacerlo, ¿verdad?”

“… En ese momento pensé que lo que decías tenía lógica, ya que es imposible que algo como un Gigante esté en esta aldea. Sin embargo, lo pensé mientras dormía, y hacer que lo recordaras en tu cabeza sigue siendo importante después de todo. ¿Por qué no puedes medirlo bien tú mismo más adelante, cuando hayas vuelto a la ciudad?”

Quizá estaba perdiendo rápidamente su confianza, pero la voz del Farmacéutico en Jefe se fue apagando paulatinamente.

Mientras tanto, Ainz chasqueó mentalmente la lengua. Así que se ha dado cuenta, huh.

No sabía si el acto del Farmacéutico en Jefe de darse cuenta de eso había sido rápido o lento, pero había preferido que siguiera engañado.

La razón por la que colocaban las hierbas medicinales en un cuenco, fue porque el Farmacéutico en Jefe trató de hacer que Ainz lo recordara usando sus manos y su lengua antes.

Si solo fueran sus manos, aún podría engañarle si Ainz se esforzaba en manipular su ilusión. Sin embargo, saborear las cosas estaba completamente descartado. Incluso si se le dijera que “entiende el adormecimiento al ponerlo en su lengua”, sería imposible de cualquier manera para el Ainz sin lengua. Pero, no había manera que le dijera eso al Farmacéutico en Jefe.

Por lo tanto, se inventó una excusa. “Así como hay Gigantes y otras razas enormes en mi ciudad, también hay razas como los Enanos, que son más pequeños que nosotros. No tengo confianza en que la misma cantidad de medicina pueda curar a ese tipo de personas. Por eso, quiero medir correctamente las dosis de hierbas medicinales utilizadas para una sola persona de la medicina que estás preparando para mí, y entonces podría preparar la medicina para cada raza teniendo en cuenta su peso corporal y otras cosas.”

Para el Farmacéutico en Jefe, especializado en el tratamiento de Elfos Oscuros, esas fueron las palabras que le hicieron pensar que ciertamente era una preocupación válida.

También Ainz no lo veía como una total mentira. Sin embargo, también comprendió que tampoco era la verdad.

Esto se debía a que, en todo caso, la lógica de Ainz era razonable en su mundo original, pero quizás no lo era tanto en éste.

En este mundo, existía una ley física diferente — la magia. Si ese fuera el caso, entonces, cosas como las pociones, que tenían un pie en la magia, podrían sin duda desviarse del sentido común del viejo mundo que Ainz conocía.

De hecho, incluso una pequeña cantidad de poción curaba las heridas de un gigante del mismo modo que lo hacía para las razas más pequeñas.

Por supuesto, debido a que la cantidad máxima de HP difería entre un humano ordinario y un Gigante de Escarcha, el nivel de recuperación parecería ser diferente. Sin embargo, en realidad eran iguales. Por supuesto, como no había llevado sus experimentos tan lejos, esto era solo una suposición. Esto se basaba en el conocimiento de Ainz sobre YGGDRASIL, que era lo más parecido a las leyes de este mundo. Por lo tanto, no significaba que no hubiera ninguna posibilidad de que el contenido de lo que decía coincidiera.

Pensándolo bien, quizá hubiera sido mejor que desde el principio dijera que tengo un trastorno del gusto.

Si lo hubiese hecho, no tendría este problema ahora. Dicho esto, si hubiese dicho ese tipo de mentira, probablemente terminaría soportando alguna otra carga.

… Aunque me arrepienta ahora mismo, no puedo hacer nada al respecto. En este momento lo que necesito es algo con lo que pueda engañarlo, algo que él acepte... pero no se me ocurre nada. Fue un fracaso de mi parte pensar que lo había engañado bien y no pensar en excusas adicionales.

Ainz movió su rostro ilusorio y cerró lentamente los ojos. Como sólo era una ilusión, su campo de visión permaneció como estaba, sin cambios.

Desde que aquellos dos le habían dicho: “tu cara está inmóvil, como si llevaras una máscara”, había estado cerrando los ojos intencionadamente de vez en cuando. Como las partes de su cara que no quedaban ocultas por la tela eran los ojos y las cejas —los lugares donde las expresiones eran más visibles—, el propio Ainz no se había dado cuenta que resultaría un poco inquietante si enfocaba su visión en un punto y no moviera ni un centímetro de él.

Por eso, bajo la supervisión de los gemelos, practicó y practicó. Ahora, si lo hacía conscientemente así —el proceso de cambiar su expresión era torpe, y no podía hacerlo inconscientemente—; había mejorado sus habilidades lo suficiente como para que pareciera que había cerrado los ojos.

¿Qué reacción había tenido ante el silencio de Ainz? El Farmacéutico en Jefe continuó.

“Además, hacer este tipo de cosas es... ¡así es! La productividad disminuye, eso es lo que significa. ¡¡¡Que la cantidad de medicamentos que puedo hacer en un día disminuya es una gran pérdida para esta aldea!!!”

Era un argumento sólido.

Como había varios druidas en la aldea, aunque eran de una posición inferior, generalmente podían curar heridas de urgencia. Sin embargo, aquellos que necesitaban las medicinas del farmacéutico eran los cazadores y otros que pasaban su tiempo fuera de la aldea — donde los druidas no se encontraban.

Si un druida acompañaba a los cazadores, podría ayudarles cuando estuvieran heridos. Sin embargo, en los terrenos de caza propiamente dichos, un druida que no fuera bueno en el sigilo sería una carga para ellos. Desde la perspectiva de alguien sin muchos conocimientos de caza como Ainz, éste consideraría decir: “¿por qué no crean un campamento base y tienen a los druidas en espera allí?”, pero esta aldea tenía sus propias reglas. En la mayoría de los casos, ese tipo de cosas surgían de los resultados del ensayo y error. En este Mar de Árboles no conocían esa práctica, y no había forma de que él pudiera decírselo en su posición de forastero.

“En primer lugar, ¿quién puede afirmar que no hay alteraciones en las hierbas medicinales cuando se colocan en este envase, verdad?”

Estas balanzas y platillos eran antiguos que utilizaba la familia Bareare, quienes, hasta donde Ainz sabía, eran los alquimistas más destacados de este mundo. Puesto que incluso ellos utilizaban algo así, probablemente no debía haber ningún problema con ellos. Por supuesto, Ainz ya se lo había dicho. Le dijo que eran cosas que había recibido de su maestro, así que no debería haber ningún problema.

Pero, aun así, el Farmacéutico en Jefe insistió: “¿Ese maestro tuyo usaba los mismos tipos de hierbas medicinales? No puedes afirmar que no haya habido cambios en estas hierbas medicinales, ¿verdad?” Cuando le preguntó eso a Ainz, le fue difícil dar una respuesta. De hecho, tendría que preguntar cómo podrían haber cambiado.

“Hasta aquí, con respecto a eso, dije antes que se cree que no hay diferencias.”

“Has dicho se cree, ¿cierto? Eso no es una garantía, ¿verdad? En otras palabras, ni siquiera tú mismo tienes la convicción de que eso no vaya a ocurrir en absoluto — lo que significa que no estás seguro, ¿verdad? ¿Estás de acuerdo con eso? La medicina a veces puede perjudicar a las personas. Podría transformarse en algo que dañe a la gente debido a las alteraciones causadas al colocarlo en este plato, ¿verdad?”

“… En primer lugar, creo que eso no ocurrirá.”

“Por supuesto, eso puede ser cierto. Sin embargo, para investigar si es verdad, tendrás que preparar todas las medicinas y confirmarlo, ¿no es así? En primer lugar, cuando se investigue, en caso de haber un cambio mínimo, es posible no saber inmediatamente que se ha alterado. Luego, cuando hayan pasado unos días o semanas, podría cambiar significativamente. Si se utilizara en una persona que estuviera en estado crítico, una vida que podría haberse salvado cambiaría a una que no se pudo debido a esa pequeña alteración, ¿no es así?”

Un argumento sólido, una vez más.

“Podría”, mientras argumentaba contra esa hipótesis, Ainz no tenía ninguna prueba que le permitiera declarar que estaba absolutamente equivocado. Por lo tanto, le era imposible ganar la discusión.

Y, además, los conocimientos de Ainz no eran más que una fina capa. Esto era malo. No podía inventar una historia hipotética basada en sus conocimientos como farmacéutico. Si alguien de la familia Bareare estuviera aquí, sin duda podría refutarlo inmediatamente.

Sin embargo, no podía retroceder aquí.

Teniendo en cuenta la posibilidad que se le instruya para recordar con la lengua, realmente no podía retroceder.

“Si ese es el caso, por favor, hágalo así, maestro temporal. Llevaré los datos a la ciudad, y tal y como me dijo el maestro temporal, prepararé todas las medicinas e investigaré los distintos efectos.”

Antes que el Farmacéutico en Jefe pudiera pronunciar una palabra, Ainz lanzó su declaración. Permitir a un oponente la oportunidad de contraatacar era el acto de un tonto. Por cierto, como Ainz era un tonto, recibía constantemente el contraataque de su oponente — se preguntó si eso era lo que llamaban fuego amigo. Especialmente por parte de Demiurge.

“El número de farmacéuticos en la ciudad no tiene la misma proporción como lo es aquí. Si consiguiera su colaboración, sería capaz de fabricar una gran cantidad de medicamentos de golpe, ¿no es así? Además, puesto que hay varias razas viviendo allí, para investigar si alguien puede usarlas sin problemas, también debo pedir prestada la sabiduría de los farmacéuticos de esas diversas razas, ¿no es así?”

El Farmacéutico en Jefe parecía estar un poco incómodo. Que las recetas de las medicinas heredadas de la propia tribu —ya sea secreto o de otro tipo— se extiendan a mucha gente no sería algo agradable, ¿verdad? Ainz estaba de acuerdo con eso. Más que proteger un interés personal, dar conocimientos a seres que podrían convertirse en tus enemigos era una auténtica estupidez.

De hecho, tampoco Ainz tenía la intención seria de hacer eso. Sólo eran unas palabras apropiadas que tejió para engañarlo.

Sus amigos también se lo habían enseñado a Ainz.

Era precisamente porque los frutos del conocimiento eran monopolizados que tenían valor.

“Como parece que no tiene ninguna objeción, maestro temporal, si quiere, continúe.”

Tras recibir el contraataque de Ainz, el Farmacéutico en Jefe levantó la voz en lo que parecía un desacuerdo. Sin embargo, parecía que no se le había ocurrido una forma decisiva de lanzar su propio contraataque. Dejando caer los hombros, empezó de nuevo a poner hierbas medicinales en el plato.

Sus movimientos eran rápidos. Para Ainz sería difícil tomar notas mientras completaba sus propias tareas de esta manera.

Al parecer, eso era exactamente lo que pretendía su oponente.

Aunque el trabajo del Farmacéutico en Jefe estaba terminado, si Ainz no terminaba el suyo, no había duda que le haría un comentario sarcástico o algo por el estilo. Más que ser su intento de decir: “Démonos prisa y terminemos este desagradable trabajo”, en la mente de Ainz no cabía duda que esta era su venganza por haber sido derrotado en su discusión.

¡No me subestimes!

Ciertamente, no había forma que él pudiera ganar contra el Farmacéutico en Jefe, que había pasado muchos años fabricando medicamentos, en términos de velocidad. Sin embargo, también había pasado los últimos días junto a él repitiendo la misma tarea sencilla una y otra vez. Desde el principio, no tenía intención de admitir la derrota.

¡Uooooooooooo!, mientras su espíritu de combate ardía en su corazón, Ainz también empezó frenéticamente su trabajo.

Capitalizó toda su experiencia hasta el momento para hallar al instante las pesas que se adecuaban al plato de hierbas medicinales que le entregaron. A falta de tiempo para tomar notas, se limitó a machacar la información en su cabeza. Ainz jamás podría decir que tenía una mente aguda, pero eso no significaba que su capacidad para recordar cosas fuera inexistente.

Conforme aumentaba la velocidad de Ainz, el Farmacéutico en Jefe se movía aún más rápido.

Ambos estaban absortos en sus tareas, como si estuvieran compitiendo entre sí — si un tercero con la cabeza fría estuviera allí, sin duda habría lanzado una o dos bromas.

Sin embargo... esto es interesante.

Mientras Ainz recordaba cómo preparar la medicina, pensó en sus efectos.

El efecto de esta medicina es muy débil. Sin embargo, si la medicina y ese método se usan simultáneamente, ¿quizás tengan una sinergia inesperada…?

Para los Jugadores de YGGDRASIL, utilizar la absurda cantidad de datos del juego para idear nuevas tácticas era una de las cosas más divertidas que podían hacer. Ainz —no, Suzuki Satoru— no era una excepción.

Utilizar las tecnologías de este mundo para crear medicinas que no existían en YGGDRASIL, revelaba la posibilidad oculta de poder utilizarlas en nuevas tácticas de batalla.

Usar ítems mágicos en lugar de magia para compensar sus puntos débiles... No, hacer eso tomaría tiempo. Algo que se puede hacer en un periodo de tiempo mucho más corto...

En la práctica, probablemente tendría que verificar si había o no alguna sinergia entre ellas. Aun así, para Ainz era emocionante la perspectiva de adquirir una nueva táctica.

Ya tengo una conexión... Si dijera algo, probablemente me enseñaría un montón de cosas más...

La razón por la que no lo había hecho era porque hasta ahora, Ainz había dedicado todo su tiempo libre a estudiar algo mucho más diferente. Había dejado la adquisición de la tecnología de este mundo a Titus y a todos los demás.

Sinceramente, gestionar una organización —un estado— es imposible para mí. En lugar de hacer eso, ¿no sería mejor para mí estar en una posición de investigación tecnológica después de todo? Además, disfruto más con esto.

Pensó una vez más en lo que había sentido vagamente desde el principio, cuando comenzó a aprender sobre las medicinas aquí.

Si Suzuki Satoru tuviera una mente sobresaliente —aunque Ainz no la tenía— habría aprendido bien las dos cosas. Sin embargo, ese no era el caso. A pesar de ello, había dividido sus esfuerzos en un campo en el que él mismo no era bueno, incluso se podría decir que había sido una pérdida de tiempo.

Hasta ahora, estaba pensando en huir del trabajo... No. La gente tiene áreas para las que es más adecuada. Cuando regrese a Nazarick... trataré de pedir un traslado de departamento a Albedo... Pero, eso... ¿no sería una traición a la fe de los NPCs que tienen en mí? Como Maestro de Gremio y la persona que se autodenomina “Ainz Ooal Gown”, ¿es lo correcto? Me pregunto... qué dirían todos... ¡Ah!

Cuando las manos del Farmacéutico en Jefe se detuvieron repentinamente, la competencia y los pensamientos de Ainz llegaron a un abrupto final.

El Farmacéutico en Jefe se dio la vuelta — hacia la entrada.

Parecía que Ainz iba a esbozar una sonrisa de victoria en su rostro, pero inmediatamente lo enmendó y miró en la misma dirección. No parecía que hubiera nadie. En ese caso, trató de agudizar el oído.

Tenía la sensación de que algo sucedía a lo lejos. Sin embargo, había indicios de que aquel ruido no procedía de una emergencia — como si un monstruo estuviera atacando la aldea o alguien estuviera herido.

“Ustedes fueron los últimos en venir de la ciudad, ¿verdad?”

“¿Huh? Oh, sí. No he oído que viniera nadie más que nosotros. … ¿Podría ser...?”

“Sí, es cierto. Cuando alguien viene a esta aldea es así, supongo. Se trata también de un forastero... No habría este tipo de reacción si se tratara de uno de los Elfos Oscuros de por aquí... Suponiendo eso, ¿tal vez vino un Elfo?”

¿O tal vez era alguien de Nazarick?

No, pensó Ainz. Si querían contactar con Ainz, teníanMensajey otros métodos para hacerlo. Resultaba difícil imaginar que hubiera venido alguien de Nazarick. Sin embargo, si la otra parte era un Elfo, entonces sólo se le ocurrió un tipo de persona.

“¿Podría ser un vendedor ambulante?”

“Podría ser... Aunque también tengo la sensación que se trata de algo un tanto diferente. Probablemente no tenga nada que ver con nosotros. Si ha pasado algo, alguien debería venir enseguida.”

El Farmacéutico en Jefe respondió como si tratara de convencerse a sí mismo que era cierto, y giró de nuevo hacia el escritorio.

“Lo más importante es que sigamos con nuestro trabajo. Puede que tu maestro también te lo haya enseñado, pero al mezclar, hay tipos de medicamentos cuya eficacia puede deteriorarse con el paso del tiempo.”

Su trabajo progresaba mucho más lento que hace un rato, pero pronto se verían obligados a interrumpirlo. Uno de los Elfos Oscuros de la aldea se apresuró a entrar completamente sin aliento.

“¡Mango-sa—!”, la voz del Elfo Oscuro que había entrado repentinamente perdió su vigor al ver a Ainz.

“Oh, —Fior-san. Perdóneme por interrumpir su trabajo.”

No había ningún aldeano que no supiera que Ainz había estado rondando la casa del Farmacéutico en Jefe para buscar su instrucción. Sin embargo, algo había sucedido y parecía haberlo olvidado debido a su impaciencia.

“… Así que hay una disculpa para mi aprendiz temporal, pero no una para mí. ¿Qué demonios es esto?”

El Farmacéutico en Jefe murmuró, pero seguramente no lo decía en serio. Tenía una cara de insatisfacción, pero en cierto modo también parecía la de un niño travieso.

“¡Oh! Lo siento, Mango-san. Siento haberte molestado.”

Mango Gilena — ese era el nombre del Farmacéutico en Jefe.

El Elfo Oscuro que se había disculpado con él no dejaba de mirar a Ainz; parecía que no iba a tocar el tema.

“Aah, si se trata de algo que no debo escuchar, entonces ¿qué tal si salgo fuera?”

“No, en realidad no es nada de eso. Pero, verás. … Mango-san. Un Elfo vino a la aldea hace un rato, y dijo que el país de los humanos fuera del bosque está atacando muy cerca.”

Cuando dijo eso, miró a Ainz una vez más.

“Ya veo, si ese es el caso, no significa que el país en el que vivo sea el que atacó. Pienso que es, probablemente, un país llamado la Teocracia — un país que está cerca del mío. Escuché historias sobre ellos atacando el País de los Elfos antes.”

Una expresión de alivio apareció en el rostro del Elfo Oscuro.

“Y el Elfo vino a decirnos que nos aseguráramos de enviar tropas desde esta aldea. Ese Elfo también ha de informar a las otras aldeas por lo que ya ha dejado la aldea, sin embargo, parece que los Ancianos quieren tener una reunión sobre lo que debemos hacer a partir de ahora.”




Notas

  1. Hitori: Yagen (薬研) es un tipo de mortero y maja que se utiliza para machacar ingredientes para la medicina herbal en Japón.
  2. Rawi: Logos, en inglés es la forma de apelar al razonamiento de la audiencia, construyendo argumentos lógicos. El pathos apela a las emociones y sentimientos de la audiencia. Como no tenía traducción al español, lo dejé así.
  3. Rawi: En la versión inglesa, se usa la palabra “gamey” que cuando se usa para describir carne, significa que ésta tiene un sabor extraño, ni bueno ni malo, pero un sabor que no es típico de la carne. Al no tener una traducción en español como tal, decidí traducirlo como “extraño”.
  4. Hitori: Es 千年 en japonés, por lo que Aura probablemente recordaba mal o es un error de Maru. | Rawi: Fue mencionado en el Volumen 11, eran 10,000 años, no 1,000. A eso se refiere Hitori sobre si es un error de Maru o si Aura lo recordaba mal.
Artículo Anterior Artículo Siguiente