Overlord Volumen 16: La Semielfa Godkin | Parte 2
Overlord Volumen 16 español |
Traductor jpn-ing: HitoriTraductor ing-esp: RawiCorrector: Raruk Berg
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Una Vida en la Aldea
Parte 3
Después de haber enviado a Aura y
a Mare a jugar, y tras haber terminado de guardar sus cosas, Ainz se apoyó en
la pared, mirando distraídamente al techo mientras echaba un vistazo al pequeño
bloc de notas que tenía en la mano.
No tenía nada que hacer.
Como no tenían mucho equipaje, no
tardó mucho en ordenar todo. Solo tenía que consultar con aquellos dos sobre
cómo organizar el interior cuando volvieran.
Pensó que alguien vendría a verlo
de inmediato, pero, a pesar de todo, aún no había venido nadie.
Ainz bajó la mirada al bloc de
notas que tenía en la mano.
En él, estaban escritas las
posibles situaciones que podrían darse tras su llegada a la aldea y cómo
afrontarlas. Sin embargo, el hecho que nadie viniera a verle no era algo que él
hubiera imaginado que ocurriera.
Tuvo que reconocer que habían
aparecido de repente lagunas en los escenarios que había pensado.
No le sorprendió, porque, al fin
y al cabo, él no era más que una persona común y corriente, así que pensó que
esa era la magnitud de su capacidad de planificación. Lo importante era, cómo
iba a recuperarse de esto.
Inmediatamente pensó en dos
caminos principales. Uno, era mantener la calma y la compostura permaneciendo
en su sitio; el otro, era actuar por voluntad propia.
Ainz eligió el primero. Eligió el
camino en el que podía evitar pasar por encima de ellos por error.
Durante un rato, Ainz no hizo
nada en absoluto. En el momento en que empezó a pensar con preocupación que,
después de todo, tal vez había elegido el camino equivocado, finalmente se
acercó una mujer Elfo Oscuro que asomó bruscamente su cabeza desde la entrada. Los
habitantes de esta aldea solían ser lo suficientemente cercanos como para hacer
esto. Cuando ella finalmente hizo contacto visual con Ainz, se mostró un poco
sorprendida.
Ainz se sintió un poco incómodo
allí.
¿Sería realmente tan sorprendente
la presencia de Ainz allí?
No, ¿es apropiado ese tipo de reacción cuando uno mira dentro de la casa de
una persona —aunque solo la estamos tomando prestada— y hace contacto visual
con la persona que está dentro? Aunque,
considerando el sentido del distanciamiento en las relaciones interpersonales
de los Elfos Oscuros, tengo el presentimiento que esto es un poco diferente...
Como si estuviera saludando a
Ainz, la mujer inclinó cabeza una vez, dirigió su mirada hacia el suelo, entró
en la habitación y colocó el plato que había traído en el suelo.
Los Elfos Oscuros llevaban
zapatos incluso estando dentro de los Árboles Elfo, por lo que tenía algunas
reticencias personales respecto a que la bandeja de comida estuviera colocada
en el suelo. Dicho esto, teniendo en cuenta que los Elfos Oscuros solían
sentarse en el suelo a la hora de comer —hasta donde Ainz había visto, menos de
la mitad de las personas aquí usaban una mesa—, quizá esto fuera lo más
natural.
Y había un punto que le
preocupaba más que eso.
La distancia entre ellos no era
tan grande. Si ella tuviera la intención de entregárselo, podría hacerlo
caminando unos pasos hacia adelante. A pesar de eso, ella se limitó a colocar
el plato en el suelo en silencio. Además, desde que asomó la cabeza por primera
vez, no habían establecido contacto visual ni una sola vez.
Incluso Ainz entendió el porqué.
Ella no tenía intención de hablar
con él.
Sin embargo —hostilidad,
desprecio, odio—, no pudo sentir ningún tipo de emoción negativa procedente de
ella. Incluso cuando dejó el plato, tenía un comportamiento educado. Era más
razonable pensar que sólo era ese tipo
de mujer (del tipo que no se le daba bien hablar con la gente).
No, además de eso, debería considerar la posibilidad de que ella esté en
guardia. ‘Un adulto con el mismo nivel de poder que Aura ha llegado a la
aldea’. Al no saber cuál es mi origen, sería natural que estuviera en guardia,
especialmente si se trata del sexo opuesto. Sin embargo, la razón por la que
traje souvenirs y estuve actuando de esta forma, fue para que ellos no pensaran
de mí de esa manera... esto es malo... estoy un poco perplejo acerca de cómo
lidiar con esto.
No sabía si ella tenía hijos o
no, pero sería problemático que las mujeres de esta aldea — especialmente las
madres— se pusieran a decir cosas como: “no
te juntes con esos gemelos”, a sus propios hijos.
Habría niños que ignorarían lo
que dijeran sus padres, pero también habría niños que les harían caso.
Ainz, absorto en sus
pensamientos, desistió la idea de encontrar inmediatamente una respuesta a este
problema.
A fin de cuentas, sin conocer la disposición normal de esta mujer, por
muchas suposiciones que haga sobre los sentimientos o el porte —que se supone
que transmiten sus acciones— nunca llegaría a una respuesta.
Ella dejó el plato que trajo, se
inclinó y salió del Árbol Elfo. Por supuesto, Ainz también bajó la cabeza al
mismo tiempo.
“Uff”, con la mirada fija en
aquel espacio donde ya no había nadie, Ainz dejó escapar un suspiro.
No le preguntó.
No podía preguntarle directamente
a qué se debía esa actitud. Sea como sea, aunque no hubiera hecho ese tipo de
pregunta, había otras cosas de las que quería preguntar y hablar con ella. Sin
embargo, cómo decirlo, ya que había sentido que había un claro muro entre
ellos, dudó.
No estaría mal tener la
expectativa a que, si bien ella tuvo ese tipo de actitud, la próxima persona
que encontrara podría mostrar una actitud mucho más diferente.
No tenía ninguna duda que eso
daría mejores resultados en lugar de forzar una conversación con una persona
que había levantado un muro a su alrededor.
Eso era lo que pensó Ainz, pero,
al mirar el plato de comida que la mujer Elfo Oscuro había dejado en el suelo,
recordó su época como Suzuki Satoru.
¡—No! ¡Si es ahora, entonces no es demasiado tarde! Antes de permitir que
esto se convierta en un problema para más tarde, debo ocuparme de ello ahora
mismo.
Lo mismo ocurría en una empresa.
Para evitar que un error se
detecte de forma tardía, los daños se minimizan si el error se comunica
inmediatamente al jefe. Porque, incluso si uno mismo pensara que se trata de un
gran error, en ocasiones resultaba no serlo tanto después de todo. Sin embargo,
el daño resultaría mayor cuanto más tiempo pasara.
Así es. Había algunas cosas de
las que debía hablar con los Elfos Oscuros más pronto que tarde.
Ainz salió corriendo
frenéticamente del Árbol Elfo.
De inmediato divisó la espalda de
la mujer Elfo Oscuro. Dado que los Elfos Oscuros —y los Elfos también— tenían
un sentido auditivo mucho mejor que el de los humanos, ella probablemente oyó
el sonido que hacía Ainz al salir corriendo del Árbol Elfo — ya que se había
dado la vuelta.
¿Se debió a que fue muy oportuno
al llamarla? Estaba muy sorprendida, lo cual se notaba en su voz.
“Entonces, sobre la fiesta de
bienvenida—”
“—Por favor, habla con los
ancianos sobre eso”, respondió ella, hablando algo rápido para disimularlo.
Era una actitud que hacía
sospechar que ocultaba algo, algo que no quería decir. El primer pensamiento
que le vino de repente a la mente fue— que debía ser una sorpresa.
O mejor dicho, eso era lo único
que se le ocurrió.
Desde luego, una fiesta sorpresa
de bienvenida le parecía un poco extraña, pero tal vez era una costumbre de los
Elfos Oscuros, así que debía tener especial cuidado en ignorarla.
“Ya veo... No sé cómo lo llaman
en esta aldea, pero ahora mismo estoy en el Kayoukazen de la Luna de Luto.”
“¿El Kayoukazen de la Luna de
Luto es? ...”
“Sí, ¿lo conoces?”
Por supuesto, se trataba de un
ritual y un nombre que él había inventado. Sus expectativas de que ella no
conociera nada al respecto fueron traicionadas por las siguientes palabras.
“Oh, ah, no, eso es... Eso, es en
algún lugar, ¡cierto! Tengo la sensación de haber escuchado esa palabra en
algún otro lugar antes... o tal vez no.”
“¿Qué?” Ainz entró en pánico.
¿Podría haber existido alguna palabra similar en esta aldea? Sería malo si ese
fuera el caso. Lo peor sería que fuera el nombre de algún ritual maligno. No
sabía cómo disimularlo.
Sin embargo, dado que las
palabras “Luna de Luto” por sí mismas encerraban también el significado del mes
de la fecha de la muerte de un ser querido, ese significado debía habérsele
transmitido. Incluso si la palabra “Kayoukazen”, una palabra acuñada por Ainz,
se parecía a algo de la lengua vernácula de los Elfos Oscuros, aún debía tener
muchas excusas para usar.
Por cierto, la razón por la que
Ainz conocía las palabras “Luna de Luto” no fue porque las aprendió en la
empresa para la que trabajaba, sino porque era el nombre de una habilidad en
YGGDRASIL. Preguntándose qué significaba, lo había buscado.
“¿E-es eso cierto? N-no, es
cierto, ¿verdad? Todos somos Elfos Oscuros, ¿no? Por casualidad podríamos
coincidir con algunas palabras, ¿verdad? Aunque no sabrás si los significados
son los mismos a menos que intentes preguntar.”
“Ciertamente es así, ¿verdad? ¡Y
además! Aunque me parece recordar que lo he oído antes, no puedo asegurar que
sean el mismo 'Kayoukazen'.”
Mientras Ainz y la mujer hablaban
rápidamente de ida y vuelta, cada uno mostraba una sonrisa como si sus rostros
estuvieran tensos. Por supuesto, como el rostro de Ainz era una ilusión, su
expresión apenas cambió.
“Ya que este mes es la época en
la que rezo por la tranquilidad de los muertos, quisiera evitar ir a lugares
demasiado alegres, como una fiesta, por el momento. Por supuesto, ya que
imagino que esta aldea tiene sus propias reglas, si usted insiste absolutamente,
participaré. Sin embargo, me gustaría que prescindiera de cualquier comida y
bebida para mí.”
“Sí, estamos en el mes en que se
reza por la tranquilidad de los muertos, ¿no es así? Así que no comerás ni
beberás. Lo entiendo.”
Mientras pensaba: “¡sí, lo ha entendido!”, Ainz movió la
cabeza de arriba a abajo.
“Me gustaría hablar de esto con
los ancianos, pero ¿le importaría decirme qué camino debo seguir?”
“¡S-si ese es el caso, entonces
se lo transmitiré a los ancianos!”
“¿Qué? Ya veo... ¡Muchas gracias!
Bueno, entonces, ¡gracias por ser tan comprensiva!”
Ainz no dijo cosas como “cuando
hablábamos hace un rato, parecía que me decías que fuera a decírselo yo mismo”,
tampoco lo comprobó porque la propuesta de ella le convenía. Simplemente iba a
creer en su palabra.
Lo único que le quedaba, era
salir de allí antes que ella dijera que había cambiado de opinión o que no iba
a hacerlo después de todo.
Ainz se despidió bruscamente de
la mujer, quien se sintió desconcertada por la repentina y enérgica insistencia
de Ainz, y luego volvió a caminar hacia el Árbol Elfo.
Mientras se sentía aliviado de
que ella no le hubiera pedido que se detuviera —la había ignorado con todas sus
fuerzas—, Ainz regresó a su vivienda prestada y recogió la bandeja que ella
había colocado en el suelo.
Su peso era considerable, aunque
desde la perspectiva de Ainz seguía siendo bastante ligero. No parecía una
cantidad de comida que los tres pudieran terminar de comer.
Se trataba, sin duda, de las
comidas de la mañana y de la noche: dos comidas para tres personas, un total de
seis raciones. Al considerar esto, le parecía natural que hubiera esta
cantidad, pero también tenía la sensación de que seguía siendo demasiado. Sin
embargo, esto se debía a que Suzuki Satoru nunca había puesto tanto empeño en
sus comidas. Además, desde que se convirtió en Ainz, tenía un cuerpo que no
podía comer. Por lo que esto podría ser sólo un montón de comida basada en su
intuición.
Quizás haya que ingerir muchas calorías cuando se vive en un lugar como
este. De todos modos, no existe una dieta totalmente equilibrada desde el punto
de vista nutricional.
Su comida consistía en carne
cocida —que parecía haber sido solo asada <a la parrilla>— y fruta seca.
Estaba adornada con lo que parecía una ensalada de algún tipo de hojas picadas.
En la ensalada, había lo que parecían ser orugas trituradas y una variedad de frutos
secos para acompañar. Por cierto, también había un plato de diversas orugas
asadas —unas grandes— y otros bichos.
La valoración que hizo Aura de
ellos fue que, “no estaba muy bueno”. Además, debido a la falta de variación en
los sabores e ingredientes, parecía que uno se cansaría rápidamente de él.
Sea como sea, había despertado su
curiosidad.
¿Qué tipo de sabores se
extenderían en su boca?
Como los insectos estaban llenos
de proteínas, Suzuki Satoru solía comer a menudo los que tenían sabor a
barbacoa. Sin embargo, nunca había comido este tipo de orugas gordas, enteras y
asadas.
Pensando que era un poco
desafortunado que su cuerpo no pudiera comer, Ainz colocó el plato en un
estante de la habitación de abajo. Finalmente, comenzó a pensar en lo que
debería hacer a partir de ahora.
Dado que los Elfos Oscuros no tienen el concepto de almuerzo, la hora de
juego de los niños debería continuar por un tiempo— probablemente.
Si los niños fueran considerados
parte de la fuerza laboral, sus horas de juego podrían estar controladas hasta
cierto punto, pero había mucha gente a la que le constaba que Ainz había
soltado una o dos palabras a los niños sobre su deseo de que jugaran con los
gemelos. Siendo este el caso, los adultos probablemente dejarían a los niños
jugar a tiempo completo, al menos por hoy.
Es decir, había muchas
posibilidades que ni Aura ni Mare volvieran pronto. En ese caso, Ainz decidió
que aprovecharía el tiempo para dedicar a sus propios intereses.
Aunque haya utilizado「Perfecto Incognoscible」y haya caminado —bueno, volado— por la aldea, nunca
antes se había mostrado en público y había paseado. Incluso podría descubrir
algo nuevo. La última razón, fue que había algunos lugares en las que pensó que
le gustaría visitar.
Además, hice algunos preparativos por si acaso.
A diferencia del bloc de notas
que había estado mirando hacía un rato, esta vez sacó de la nada un cuaderno de
notas adecuado —de su Inventario de Ítems— y se propuso intentar memorizar las
distintas cosas que había escrito en él.
Lo que había anotado en él, era
el método de producción de una poción que empleaba varias hierbas medicinales y
minerales.
Por desgracia, tratándose del
cerebro de Ainz, sólo podía recordar dos o tres tipos de brebajes en el mejor
de los casos. Sin embargo, aunque el cerebro de Ainz no era nada extraordinario,
tampoco se podía decir que fuera la causa de todos sus problemas. Ello se debía
a que el proceso de mezcla era bastante detallado —aunque obviamente así sería—
y, además, era un tanto difícil de memorizar para una persona que carecía por
completo de conocimientos básicos y de interés en la elaboración de los
mencionados brebajes.
Mientras Ainz murmuraba y repetía
el proceso de mezcla una y otra vez, guardó el cuaderno en su inventario, salió
por segunda vez al exterior y comenzó a caminar por la aldea.
Algunos Elfos Oscuros
reconocieron a Ainz y dirigían una mirada hacia él. No era como si lo
estuvieran observando, lo que residía en la mirada de aquellas personas que
normalmente paseaban por la aldea era curiosidad e interés.
Aunque sería peligroso que una
persona pudiera ver a través de su ilusión, afortunadamente, no había ninguna
señal sobre la presencia de una persona que poseyera tal habilidad en esta
aldea. No, de haber existido, habría surgido un gran alboroto al llegar a la
aldea.
Aunque había aldeanos que sentían
curiosidad y mostraban interés, nadie se acercó a hablar con él.
En esta clase de aldea aislada,
seguramente mantendrían distancias con los forasteros, como era de esperar. No,
ni siquiera Ainz —no, ni siquiera Suzuki Satoru— intentaría acercarse y hablar
con un desconocido sólo por estar en las oficinas de la empresa. Por el contrario,
si alguien se acercara y hablara con esa persona, sería lógico pensar que
sospechaban de él por algo.
En primer lugar, Ainz no se
sintió marginado.
Los gemelos eran los
protagonistas esta vez, ahora mismo Ainz no era más que un insignificante personaje
secundario en esta obra. El problema radicaba en enfatizar demasiado ese tipo
de papel secundario. Sin embargo, probablemente no tardaría demasiado en
aparecer la necesidad de llamar la atención sobre su presencia, hasta cierto
punto. De todos modos, tenía la intención de seguir ese curso de acción para
reducir el papel de héroe de Aura a una simple niña cuando llegara el momento.
Un Elfo Oscuro que se encontraba
frente a él, caminaba en su dirección.
De vez en cuando dirigía su
mirada hacia Ainz, pero no era más que una mirada que se dirige a una persona
con la que se cruza.
Perfecto. Usemos eso como parte de mi disfraz.
Gracias al uso de「Perfecto Incognoscible」, conocía la disposición general de la aldea, pero
ellos habían determinado que era la primera vez que el tío de Aura venía aquí. Probablemente
parecería sospechoso si caminara como si estuviera demasiado familiarizado con
el lugar. Por supuesto, en tal caso podría inventar un sinfín de excusas. Por
ejemplo, que Aura se lo había dicho, etc. Sin embargo, inventar excusas
intencionalmente y parecer sospechoso ante ellos, eran dos actos problemáticos.
De ninguna manera haría algo que
aumentara su desconfianza hacia él, y si ese fuera el caso—
“Ah, disculpe.”
“Ah, sí. ¿Puedo ayudarle en algo?”
Sólo tenía que preguntar a uno de
los Elfos Oscuros que estaban por aquí.
“Sí. Me enteré por mi sobrina,
pero según tengo entendido, hay un brillante farmacéutico cuyo cargo es
Farmacéutico en Jefe de esta aldea, ¿no? Me gustaría hacerle una visita, así
que ¿podrías indicarme la dirección de su Árbol Elfo?”
Respondieron a la pregunta de
Ainz con sinceridad, sin ningún tipo de recelo ni disimulo.
Ainz agradeció al Elfo Oscuro y
se dirigió en la dirección que le habían indicado — al Árbol Elfo que Ainz ya
conocía.
Por el camino, vio a un Elfo
Oscuro con las manos extendidas hacia el suelo debajo de un árbol.
Preguntándose qué estaba
haciendo, Ainz se detuvo. Mientras observaba, la tierra se abultó, empezó a
moverse y un bulto de tierra subió por el tronco como si fuera un Slime.
Se parecía al hechizo「Ola de Tierra」que usa Mare, pero era diferente en varios sentidos de
la palabra.
Ya sea la Magia Doméstica o la
magia del tipo divino de los Druidas, no era la magia de YGGDRASIL, sino
probablemente algo que habían desarrollado a lo largo de sus vidas.
El terrón de tierra se ajustó a
la manipulación del hombre sin demora y subió a la copa del árbol, que Ainz no
podía ver desde donde estaba.
Posiblemente era la tierra que
los Elfos Oscuros utilizaban en sus huertos domésticos.
Los Elfos Oscuros tenían huertos
que empleaban macetas construidas en el interior o en la parte superior de los
árboles. Aunque las propias macetas estaban hechas de los árboles, se había
preguntado cómo habían transportado la tierra hasta ellas, y ésta parecía ser
la respuesta.
Ainz estaba satisfecho de haber
podido ver algo interesante, y una vez más se dirigió hacia su destino.
Este Árbol Elfo al que se dirigía
era bastante imponente y grueso. Posiblemente fuera el más grueso de la aldea.
Como era de esperar de la casa del Farmacéutico en Jefe, un hombre influyente
en la aldea.
Y, además, había una gran
distancia entre éste y los demás Árboles Elfo que lo rodeaban.
Probablemente el objetivo era
evitar cualquier daño a los que lo rodeaban, incluso si se producían sustancias
tóxicas durante el proceso de preparación de una mezcla.
Incluso si se tratara de
farmacéuticos de alto nivel —con sistemas inmunológicos consecuentemente
mejorados— que pudieran resistir los venenos que se producían, no
necesariamente era el caso de los niños, los enfermos u otro tipo de personas
sin ese tipo de resistencia serían capaces de soportarlo.
Y tal vez, además de eso—
Podría ser también para evitar el robo de información.
Desde la perspectiva de Ainz, él podía
realmente simpatizar con la idea de monopolizar la información. Tanto en el
sentido de proteger los intereses propios como en el de querer evitar los
problemas que causaría su robo.
Todo el mundo sabía que un
medicamento podía convertirse en un veneno si se equivocaba en la dosis.
Entonces, ¿podría la persona que
robara intencionadamente esa información fabricar un medicamento adecuado?
Probablemente no. Si apareciera en el mercado una imitación inferior y
surgieran víctimas de ella, entonces se sospecharía incluso del farmacéutico
que creó originalmente el medicamento.
En resumen, se trataba de eso.
“—Hola, ¿le importa que entre?”
Ainz llamó al interior del Árbol Elfo.
No hubo respuesta.
Golpeó el tronco del Árbol Elfo y
llamó una vez más.
Al agudizar su audición, pudo oír
el sonido de algo que se frotaba y raspaba.
“Si me disculpan la intromisión.”
Ainz entró por voluntad propia.
Entonces, enseguida divisó la espalda de un Elfo Oscuro ligeramente regordete.
Aunque podría deberse a la falta de ejercicio, este tipo de físico era
probablemente el resultado de haber recibido comida acorde con el hecho de
tener un trabajo prominente y de alto estatus. En primer lugar, quizás era
seguro asumir que no se trataba de un aprendiz, sino que era el amo de esta
casa — el Farmacéutico en Jefe.
Sentado en el suelo y de espaldas
en dirección a un escritorio de poca altura, el farmacéutico giraba su brazo
con toda tranquilidad.
Sobre el escritorio había un mortero ordinario, un mortero Yagen[1] y otras herramientas rudimentarias. Los potes de las estanterías probablemente contenían hierbas medicinales en su interior. Del techo colgaban hierbas y plantas que parecían ser medicinales.
El olor a medicinas amargas y a
hierba verde se mezcló e inundó la cavidad nasal de Ainz, recordándole a Nfirea
y al taller de su abuela.
Los Elfos Oscuros poseían un
sentido auditivo mucho mayor que el de los humanos. Sea como sea, sólo era
ligeramente mejor comparado con el de los humanos, de modo que Ainz no tenía
forma de discernir si el Farmacéutico en Jefe se había dado cuenta, pero se
atrevía a ignorarlo, o si no se había fijado en él porque estaba muy
concentrado en su trabajo.
Ainz lo llamó una vez más.
“Disculpe. ¿Tiene un momento?”
En ese momento, el Farmacéutico
en Jefe detuvo por primera vez su mano que rechinaba y miró por encima del
hombro, enviando a Ainz una mirada de reproche y frunciendo el ceño.
“Tú— ah, ya veo. Esa tela para
ocultar el rostro. Si no me equivoco, eres el hombre del mismo lugar que la
chica que vino aquí hace un rato. Un lanzador de magia de tipo arcano, ¿verdad?”
“Sí, así es. Parece que ya está
bien informado sobre mí.”
Cuando Ainz intentó quitarse la
tela, el Farmacéutico en Jefe habló.
“—Eso no será necesario. Es la
costumbre de tu tribu, ¿verdad? No es necesario que me muestres tu rostro. De
todos modos, no es que me importe tu aspecto. Estás bien como estás ahora.
Acepto tu saludo. —Bien. Entonces, si ya has terminado aquí, por favor, vete a
casa. Estoy ocupado.”
Refunfuñando, eso fue todo lo que
dijo. Como si hubiera perdido el interés, su mirada volvió al escritorio.
Parecía que había un borde grueso alrededor de esa actitud hosca. A pesar de
ello, Ainz se sintió aliviado.
Este tipo de personas llevaba su
corazón en la mano y hablaba con franqueza. Si directamente dijeran: “me estás
molestando, así que lárgate” para deshacerse de él, a partir de ahí, aunque
Ainz hiciera gala de sus habilidades como vendedor, sería extremadamente
difícil que se fijaran en él.
Sin embargo, él no había dicho
nada de eso. En otras palabras, significaba que aún había margen para conseguir
que escuchara lo que Ainz tenía que decir.
Mientras observaba la espalda del
Farmacéutico en Jefe , agarando el mortero y la maja, Ainz le hizo una
pregunta.
“¿Qué es lo que estás haciendo
ahora mismo?”
“¿Qué te importa?”
Había cierta dureza en sus
palabras. No tenía tiempo para conversaciones inútiles.
“¿—Es eso cierto?” —Contestó
Ainz. Tras dejar pasar un breve tiempo, preguntó— “… En primer lugar, me
gustaría preguntar sobre qué hierbas medicinales utilizas para tratar el dolor
de estómago en esta aldea. ¿Es la cáscara de kiine <corteza>? ¿O es la
raíz de Kandiane?”
De repente, la mano del
Farmacéutico en Jefe se detuvo. Al igual que hacía un rato, torció el cuello y
miró por encima del hombro para observar a Ainz por segunda vez.
“¿Podrías esperar un poco?”
“Sí, por supuesto.”
El Farmacéutico en Jefe dio la
espalda de nuevo a Ainz y empezó a machacar una vez más. Sin embargo, incluso
de espaldas, Ainz pudo notar que su actitud había cambiado un poco.
Parecía que los principios
básicos del arte de la comunicación del vendedor —buscar un tema compartido,
como los intereses o la ciudad natal, con la persona con la que se está
hablando— de su época, como Suzuki Satoru, habían sido útiles.
Hipotéticamente, considerando la
diferencia entre un vendedor con quien no tiene nada en común y alguien con los
mismos intereses. Si el contenido de lo que venden —su aspecto, el precio, los
plazos de entrega, el pago, etc.— fueran todos iguales, entonces, un contacto
comercial elegiría normalmente por este último.
Dado que el Farmacéutico en Jefe
parecía ser una persona apasionada por su trabajo, intuyó que el tema de los
medicamentos sería el más adecuado para ganar su favor.
“Sólo estaba... haciéndolo ahora
mismo. El kiine no suele crecer por aquí. Por eso... usamos hojas de Azen. Como
debes saber, cuando se trituran las hojas de Azen, su eficacia se desvanece
rápidamente. Pero también es problemático si la velocidad de la trituración es
demasiado rápida y terminan por calentarse.” —Cuando terminó de machacarlas lo
suficiente, vertió un líquido pegajoso en el mortero.— “Este líquido es una
secreción que proviene del corte del árbol Nere. Al mezclarlo con esto, no
habrá ningún cambio en la eficacia. Dicho esto, es necesario dar un paso más
porque usarlo así disminuye su eficacia.”
El Farmacéutico en Jefe una vez
más volteó hacia Ainz y lo escudriñó sin reservas de pies a cabeza. Entonces,
su nariz se movió como si estuviera oliendo algo, tras lo cual frunció el ceño.
“… No hay ningún olor. Oye,
enséñame las manos.”
Ainz hizo lo que le dijo y le
mostró las manos. Como Ainz sabía más o menos lo que quería decir, le mostró el
dorso de las manos — los dedos. Por el momento, el Farmacéutico Jefe es incapaz
de tocarle debido a la distancia que les separa, Ainz pensó en qué hacer si el
Farmacéutico en Jefe se le acercaba y buscó las palabras adecuadas para
explicarlo.
“El olor a las plantas machacadas
— si eres farmacéutico, aquel olor que naturalmente se impregnaría en tu
cuerpo, el residuo que mancharía tus dedos, no está ahí. He oído que eres un
lanzador de magia de tipo arcano, pero... ¿significa esto que realizas las
técnicas de los farmacéuticos de alguna otra manera?”
Ya que había planeado visitar
este lugar, pudo haber machacado algunas hierbas medicinales e impregnar su
cuerpo con su aroma de antemano y así ganar la confianza del Farmacéutico en
Jefe. Además, como las manos de Ainz sólo eran ilusiones, era posible
convertirlas en manos que el Farmacéutico en Jefe aprobara.
Sin embargo, hubo dos razones por
las que Ainz no hizo esas cosas.
La primera, fue porque la familia
Bareare no era así. Ciertamente, aquel olor emanaba mientras trabajaban, por lo
que el olor que impregnaba su taller y su ropa de trabajo era muy intenso.
Sin embargo, no es que estuvieran
constantemente impregnados con ese olor. En todo caso, Nfirea y el resto
parecían estar muy preocupados únicamente por desodorizarse. Por supuesto,
podría ser sólo la familia Bareare, pero a la hora de fingir la identidad de
uno, sus palabras y acciones resultarían más naturales al usar a una persona real
como referencia. Uno podría terminar sin tener que preocuparse de cada palabra
o comentario y crear mentiras.
La otra razón, se debía a que
Ainz era totalmente ignorante en materia de hierbas medicinales.
Aunque se impregnara con los
olores, cambiara el color de sus dedos y asumiera la identidad de un aprendiz
de farmacéutico, probablemente sería descubierto cuando el Farmacéutico en Jefe
le preguntara por la dosificación, ya que no sería capaz de dar una respuesta
directa.
Si se sospechara que es un fraude
total a partir de esa pequeña rasgadura en su disfraz, entonces sus actividades
en esta aldea no darían ningún fruto.
“No, eso no es del todo correcto.
Mi maestro también practica la Alquimia, no fue más que un poco de los
conocimientos que me habían enseñado.”
En consecuencia, el personaje de
Ainz apuntaba al último momento posible para evitar que descubrieran sus
mentiras, y así evitar que surgieran contradicciones de lo que había dicho
antes.
“… Hmph. Así que es eso.”
Ainz percibió inmediatamente que
el Farmacéutico en Jefe había perdido el interés en él.
Esto no podía evitarse. También
se podría decir que era exactamente como él había imaginado.
Por eso, había preparado una
carta de triunfo más para atraer su interés. Ainz se acercó al Farmacéutico en
Jefe hasta colocarse junto a él, que estaba de nuevo frente a su escritorio.
Ainz colocó su carta de triunfo entre las cosas que había encima del
escritorio.
“… Esta es una poción que
contiene un poder curativo que fue traída de cierto lugar.”
La poción en el frasco de cristal
—que fue hecha en E-Rantel y no tenía ni una pizca de refinamiento— era una de
las pociones que la familia Bereare hizo en el proceso de creación de la poción
curativa roja. La poción roja ya estaba terminada —ahora, están concentrando su
energía en desarrollar una versión que utilice soluciones alquímicas o hierbas
baratas— así que, contrariamente a lo esperado, esta poción era más rara en la
actualidad.
“Esto es... ¿púrpura?” —El
Farmacéutico en Jefe agarró la botella— “El envase no es de color... La razón
por la que no es azul... ¿hay algo mezclado en él?”
El Farmacéutico en Jefe levantó
la botella y la agitó mientras miraba el fondo.
“Hay un pequeño, en realidad sólo
un ligero depósito en el fondo... ¿Sí...?” Murmuró para sí mismo.
“¿Puedo?”
“Adelante.”
En el momento en que Ainz le
concedió el permiso, el Farmacéutico en Jefe abrió la tapa del frasco y, sin
dudarlo, se cortó ligeramente la mano con un cuchillo. A continuación, salpicó
la poción sobre ese pequeño corte.
Era una cantidad considerable.
Había utilizado aproximadamente la mitad del frasco.
El corte se cerró —no se podría
decir que fue instantáneo— a una velocidad visible.
“Eso es rápido... ni siquiera
pude calcular el tiempo que tardó... Las hierbas medicinales y los reactivos
mágicos utilizados para su elaboración... ¿están en este sedimento?”
Seguro que habla mucho consigo mismo, huh... O, mejor dicho, ese cuchillo,
¿no era el que estaba usando para cortar algo hasta hace un momento? Y encima
fue capaz de usarlo de esa manera... ¿No se suponía que el efecto no se
activaría si no se usaba por completo, independientemente de la herida? No,
probablemente se debía a que, en una situación extrema, como en medio de un
combate, no se podría tener en cuenta cosas como la profundidad de la herida
para calcular la cantidad a utilizar, ¿verdad?
El Farmacéutico en Jefe lamió
toda la poción que cubría su mano y luego la olió.
“¿Huelo a Azen...?” —Pareció
darse cuenta que se trataba de otra cosa más rápido de lo que Ainz pudo lanzar
una respuesta— “¿No es eso...? ¿Es el olor de mi propia mano... inodoro e
insípido... para ocultar?”
… ¿Ocultar qué?
“No…” —el Farmacéutico en Jefe
giró la cabeza y fijó su mirada en Ainz— “¿Todas las medicinas curativas de la
ciudad son de este color?”
“Eso es incorrecto. Escuché que
se extendió allí a través del rey no-muerto que gobierna E-Rantel. No conozco
todos los detalles de cómo surgió pero, bueno, es valiosa. De hecho, la poción
curativa común que circula es de color azul.”
El Farmacéutico en Jefe soltó un
fuerte suspiro.
“¿Un rey no-muerto? ... No, ese
no es el problema, supongo... aunque también tengo la sensación de que sí es un
problema, bueno, está... ¿bien? Mm. Entonces, ¿no le importaría que me quedara
con esto?”
El Farmacéutico en Jefe señaló el
frasco al que le quedaba aproximadamente la mitad de su contenido.
“Dependiendo de las condiciones.”
—Al confirmar que el Farmacéutico en Jefe esperaba lo que venía a continuación,
Ainz continuó— “El precio es la información. Si se trata de usted, que ha
desempeñado el papel de farmacéutico en este Mar de Árboles, creo que posee
conocimientos que sólo pueden encontrarse aquí. Creo que las cosas se
equilibrarían si fuera a cambio de esa información, pero... ¿qué dices?”
Tras el silencio que reinó sobre
ellos durante un rato, el Farmacéutico en Jefe abrió la boca.
“… ¿Con qué fin quieres utilizar
esos conocimientos?”
Si Ainz recordó la actitud del
Farmacéutico en Jefe de hace un rato, tenía una idea aproximada de la respuesta
con la que estaría satisfecho. Probablemente serían las palabras “apuntar a lo más alto como farmacéutico”,
“quiero ser un farmacéutico aún más
grande de lo que soy ahora”, etc. Sin embargo, Ainz no podía decir eso.
“No es que tenga ningún propósito
concreto en mente. Mientras pueda hacerme con esa información, quizá pueda
utilizarla en algún negocio en el futuro y mi sed de conocimiento quedará
satisfecha.”
Tal y como había predicho Ainz,
el Farmacéutico en Jefe parecía un poco enfadado.
“… ¿Para eso lo quieres?”
“Como he dicho hace un momento,
soy un lanzador de magia arcana. Me enorgullezco de que esas habilidades sean
extremadamente altas, pero mis habilidades como alquimista son inexistentes y
mi maestro me dijo que no tenía ningún talento en ese campo. Por lo tanto, no
tengo la menor intención de vivir como farmacéutico. Sin embargo, la
información es otra cosa. La información es poder, y un arma. Aquellos que la
poseen y aquellos que no son completamente diferentes. Por último, la deuda de
gratitud que tendría sería mayor.”
“¿—Deuda de gratitud?”
“Sí. Como no tengo intención de
convertirme en farmacéutico, debería ser reacio a enseñarme sus secretos,
¿tengo razón?” —Sin esperar la respuesta del Farmacéutico en Jefe, Ainz
continuó.— “Si ese es el caso, entonces, la única pregunta que queda es: ¿puedes
ofrecerme a cambio información de igual valor que la poción curativa
desconocida, algo extremadamente raro? Así, la diferencia en este intercambio
se convertiría en una deuda de gratitud.”
“Puede que termines aceptando
información sobre mezclas o plantas triviales, ¿sabes? Y entonces podría
declarar que no he contraído ninguna deuda. O bien, ¿puedo afirmar que el
precio que he pagado ha sido más elevado, y que eres tú quien estará en deuda
conmigo?”
“Incluso así no me importa,
¿sabes?”
El Farmacéutico en Jefe puso una
cara como si dijera: “¿qué?”.
“Hay dos deméritos que recibes al
hacer eso. La primera, es que no puedes mentirte a ti mismo. Se quedará en ti
el sentimiento de culpa que obtendrías al cambiar una información inútil por
algo realmente valioso, ¿verdad?”
“Hoo.”
“Y una más. Serías valorado como
una persona descarada y sin escrúpulos. Si hubiera una próxima vez, se tendría
en cuenta nuestra asociación pasada. Y, si hablara de esto en la ciudad, ¿cómo
se sentirían los demás —los farmacéuticos cuyos conocimientos son mayores que
los míos— al respecto, qué pensarían de ti?”
“—Ya veo. El conocimiento de los
salvajes de la frontera sería evaluado sólo a ese nivel, y los Elfos Oscuros
que viven en este bosque —y sus farmacéuticos también— serán el blanco de las
burlas, huh. ¿Me evaluarían como un farmacéutico que ni siquiera puede
discernir el valor de la medicina que se les entregó? ¿Se me consideraría un
farmacéutico que no tiene conocimientos que puedan equilibrar el oficio? O, ¿se
me juzgaría como un farmacéutico codicioso que no puede llevar a cabo el
negocio de forma justa?”
“Aunque también podrían alabarte
por comprar un ítem caro a un precio más bajo.”
“… ¿Es así como piensan los
farmacéuticos de la ciudad? ¿Tratan de no pagar el precio adecuado por las
cosas que se les ofrecen?”
“Después de todo, en la ciudad
viven todo tipo de personas. No puedo asegurar que no haya gente obsesionada
con los beneficios a corto plazo y que no tenga previsión. Pues bien, ese tipo
de personas desaparecerán pronto porque no se les volverá a dar una segunda
oportunidad. Por el contrario, son aquellos comerciantes quienes atienden a los
clientes primerizos los que tendrán una oportunidad de éxito. Como dice el
refrán, 'Hay que perder la mosca para
pescar la trucha'.”
“Je-je-je.” —se rio de forma divertida el Farmacéutico en Jefe. Fue
la primera vez que sonrió desde que Ainz llegó al lugar— “Realmente eres un
hablador suave, ¿no es así? Seguro que hablas mucho.”
Ainz soltó un pequeño suspiro de
alivio. Pensó que el Farmacéutico en Jefe sería un Elfo Oscuro mucho más
emocional.
Dicho sin rodeos, para un
vendedor muy mediocre, los clientes que exponían sus emociones al aire libre
presentaban muchos, muchos problemas. En cuanto a la personalidad, el tipo de
personas que daban prioridad a sus propios sentimientos sobre los méritos y
deméritos de una acción, incluso tras habérselos explicado, eran bastante
problemáticas. Ainz recordó haber oído que, en la mayoría de los casos, ése era
el tipo de personas que decidían las especificaciones un día y volvían a decir
que las cambiaran al día siguiente.
Al parecer, se pensaba que si uno
era un vendedor de primera categoría, ese tipo de clientes sería pan comido una
vez que pusieran un pie en la entrada, pero para Ainz — desde la perspectiva de
un vendedor promedio como Suzuki Satoru— no eran alguien con quien quisiera
hacer negocios.
“Es la primera vez que me lo
dicen.”
Realmente nunca se lo habían
dicho.
“¿Será que todo el mundo pensaba
en ti de esa manera y simplemente no lo decía en voz alta?”
A diferencia de hacía un momento,
el Farmacéutico en Jefe parecía estar de buen humor.
“¿Es eso cierto? Aunque yo mismo
no lo creo.”
“Je-je-je— Entonces, en lo que respecta a los conocimientos que
equilibrarán el valor de esta poción, no hay nada que pueda ofrecer, excepto
las medicinas secretas que conozco. ¿Cuánto tiempo piensas quedarte en esta
aldea?”
“No es que lo haya decidido
definitivamente, pero pienso dejar esta aldea en unos días. Quizá unos siete
días como máximo.”
Los labios del Farmacéutico en
Jefe se curvaron en una sonrisa.
“Ya veo... En ese caso...”
Pasaron unos instantes mientras
seguía en silencio tal y como estaba. Ainz no dijo nada.
“Por el momento, si sólo
disponemos de tan poco tiempo, sería imposible enseñarte mis medicinas
secretas. Para las medicinas que se consideran secretas, debes captar los
cambios mínimos —los cambios en los ingredientes necesarios según la estación
del año— para reconocerlas a través del olor, el tacto, y finalmente, es
necesario modificar cuidadosamente las dosis que se utiliza. Hablando claro,
quiero que te quedes aquí durante medio año para que pueda introducir esos
cambios en tus cinco sentidos.”
Ainz quiso decir: “sólo tienes
que escribirlos en una hoja de papel”, pero si lo hacía, el Farmacéutico en
Jefe podría disgustarse, así que optó no decirlo.
“Por lo tanto, no te importa si
no se trata de medicinas secretas —aunque no sé si equilibrarán la balanza
desde el punto de vista del valor— sino de medicinas que se consideran raras.
¿No te importa que te enseñe el procedimiento para mezclarlos, su prescripción
y otros conocimientos sobre ellos?”
“No, eso no será un problema. Lo
dejaré en tus manos.”
“Muy bien entonces— a partir de
hoy, haré que te quedes aquí y yo te enseñaré. Ya que no tenemos mucho tiempo.
Voy a grabarlo a la fuerza en tu cabeza.”
“¿—Qué?”
Eso era un problema. Eso era
absolutamente un problema.
Quería reducir el peligro que su
ilusión representaba si fuera descubierta, aunque fuese un poco. Además de eso,
su cuerpo no necesitaba comer, dormir, o incluso ir al baño. Por muy bien que
actuara, era seguro que le considerarían anormal y le descubrirían.
“Mis disculpas, pero mi sobrina y
sobrino están aquí conmigo, así que debo rechazar esa petición. No me importa
que reduzca el número de medicinas que me enseñe, así que, ¿estaría dispuesto a
comprometerse? Porque voy a memorizarlo correctamente.”
“… Sólo será transmisión oral. No
permitiré ni un solo registro de ellas.”
“Eso es un...”
Ainz se quedó pensativo y
titubeo.
No tenía confianza en poder
memorizar todo, incluso con instrucciones.
Ciertamente, para YGGDRASIL, el
juego en el que volcó todo lo que tenía, recordar la gran cantidad de
información que contenía no era la menor dificultad. Sin embargo, si se le preguntaba
si podía recordar información que no le interesaba, como en esta situación,
tendría que negar con la cabeza.
En general, si uno lo viera desde
la perspectiva de un jefe, ¿no se preocuparía si tuviera subordinados que sólo
escucharan lo que se decía y no tomaran ninguna nota?
Probablemente, el Farmacéutico en
Jefe interpretó de forma diferente el silencio de Suzuki Satoru — un adulto
trabajador que consideraba tales cosas. Y abrió la boca.
“Parece que estás insatisfecho.
Pero, ¿sabes qué? Ni siquiera diré que quiero conocer el proceso de producción
de tu poción. Te ahorraré eso.”
“Que me digan que no tome nota de
ni un solo registro es un poco preocupante... No confío en mi propia capacidad
de recordar cosas. Por lo tanto, ¿me permite tomar sólo algunas notas para
poder recordarlas?”
“¡Qué demonios estás diciendo!”
—dijo el Farmacéutico en Jefe, con un escupitajo saliendo de su boca— “¡Voy a
hacer que tu cuerpo lo recuerde! ¡Como aprendiz de farmacéutico, estás
recibiendo instrucciones para que puedas saber inmediatamente cuánto pesa la
cantidad de lo que tienes en tus manos en este momento!”
Era difícil responder con un:
“No, no puedo hacer algo así”. Si ese fuera el caso, ¿tal vez tendría que
mentir?
No tenía intención de hacer caso
a la idea de: “No hay que decir mentiras”. Incluso, había momentos para las
mentiras blancas. Quizá él debería decir que, en este caso, no debería decir
una mentira con mala intención.
—Esto es tan problemático.
Por el desarrollo de la
conversación, parecía que se convertiría en un aprendiz y recibiría instrucción
especial aquí, pero la razón por la que había venido a ver a un farmacéutico,
era únicamente por una pequeña corazonada de que podría obtener información si
había alguna disponible. Había considerado —si lograba obtener, aunque sea un
fragmento de la medicina herbaria de los Elfos Oscuros y averiguar si era más
avanzada que la del Reino Hechicero— la posibilidad de importarla de alguna
manera, como si se enviaran aprendices técnicos.
Como parte de ese plan, ellos
traerían la tecnología que aprendieran y la investigarían en busca de productos
farmacéuticos. No es que el propio Ainz quisiera rogar que le instruyeran sobre
el tema.
Francamente, dijo que el precio
era la información, pero incluso si fuera en forma de llevarse un solo frasco
de una poción fabricada aquí que tuviera valor, y entregárselo a Nfirea, no
habría habido ningún problema— bueno, tal vez sólo uno pequeño. No había duda
que, si se trataba de él, podría analizarlo y decir de qué tipo de hierbas
medicinales estaba elaborado y más.
Hmmm. ¿Quizás la manera en que hice nuestro primer contacto fuera un poco
errónea? Sin embargo... esa era la única manera de atraer su interés... Incluso
se podría decir que las cosas se desarrollaron así de bien porque yo tenía eso.
Tampoco es que, pensando en la posibilidad de que incluso la medicina que
recibimos no pueda ser analizada, todo sería un desperdicio total, pero...
Ahora bien, ¿qué hago?
“¿Cuál es el problema?”
No parecía que a Ainz le fuera a
dar mucho tiempo para pensar. En ese caso, como siempre, no dejaría las cosas
al azar.
“… Ciertamente, mi maestro
también dijo: 'Para que tu cuerpo lo
recuerde'.”
El Farmacéutico en Jefe asintió
con la cabeza innumerables veces mientras murmuraba débilmente: Exactamente, obviamente, los farmacéuticos
de la ciudad también lo entienden.
“Sin embargo, con el mismo
espíritu, también dijo esto: 'Toma las
notas adecuadas porque eres un estúpido. Así no me harás repetir las mismas
cosas una y otra vez'.”
“… ¿Qué?” —Los ojos del Farmacéutico
Jefe se abrieron de par en par, levantando las cejas en señal de preocupación,
y preguntó— “… Estu...pi...do, ¿dices?”
“Sí, eso es lo que me dijo mi
maestro.”
“Y-ya veo... No, no, los maestros
son estrictos con sus discípulos. No creo que lo dijera en serio, ¿sabes? Mira,
lo que estabas hablando hace un momento estaba bien razonado y se formó para
sellar mis rutas de escape. Definitivamente no era algo que alguien estúpido
pudiera hacer.”
Me están consolando...
Parecía que también era lo mismo
para los Elfos Oscuros, que no sabían qué decir cuando la otra parte misma
declaraba: “Soy estúpido”. Debido a que el mundo en el que vivían no era
amable, Ainz había pensado que sería expulsado, pero no parecía ser el caso.
Tenía sentimientos complicados al
respecto, pero lo único que podía hacer era sacar provecho de esto. Ainz
respondió.
“No, estoy seguro que hay algo
malo en mí. Mi capacidad de recordar cosas es débil.”
“Y-ya veo...”
Ainz lo afirmó con seguridad y,
además, el Farmacéutico en Jefe desvió la mirada como si le hubieran empujado
la cabeza hacia un lado.
Ambos guardaron silencio.
Era muy posible que el
Farmacéutico en Jefe dijera que de ninguna manera podía enseñar cosas que se
convirtieran en veneno si las dosificaciones eran erróneas para alguien como
él.
Sin embargo— “Lo entiendo”, una
voz que parecía haber aceptado algo se filtró de repente del Farmacéutico en
Jefe.
Cuando Ainz se preguntó qué era
lo que había “entendido”, el Farmacéutico en Jefe mostró una expresión parecida
a la admiración, pero solo por un instante. Como inmediatamente volvió a su
habitual expresión de antes, fue un cambio momentáneo que podía inducir a
pensar que se trataba de un engaño de la vista. Definitivamente no era la
imaginación de Ainz.
En su cabeza, Ainz se preparó
ligeramente. No sabía qué era, pero parecía que algo dentro del Farmacéutico en
Jefe había resonado con lo que había dicho.
Ainz sintió que podía ver a un
demonio, al que conocía muy bien, sonriendo detrás del Farmacéutico en Jefe.
… ¿Qué demonios acabo de imaginar? Eso sería muy raro, ¿no?
“… Si es así, entonces no se
puede evitar. Siete días como máximo, lo que significa que existe la
posibilidad de que abandones esta aldea incluso antes, ¿verdad? Repetir las
mismas explicaciones de nuevo significa desperdiciar aún más nuestro tiempo.
Asegúrate de quemar esos documentos cuando los hayas recordado bien, ¿okay?”
No sabía qué había provocado el
cambio de actitud del Farmacéutico en Jefe. Mientras mantenía la guardia alta,
Ainz respondió como lo haría normalmente.
“Sí, lo prometo.”
“Entonces, lo entiendes. De
acuerdo con tu petición, te enseñaré una mezcla algo difícil. Mi instrucción
será estricta, pero no llorarás por ello, ¿verdad?”
Ainz no recordaba nada sobre una
petición, pero incluso dejando eso de lado por el momento, esto era lo único
que probablemente debía decir para empezar.
“No, por favor, enséñame con
suavidad.”
El Farmacéutico en Jefe abrió la
boca haciendo un chasquido, y luego puso una cara como si hubiera tragado un
bicho amargo.
No es que Ainz tuviera opiniones
negativas sobre la instrucción estricta. Sin embargo, entre lo estricto y lo
suave, él era el tipo de persona que elegiría lo segundo.
“Tienes un poco de valor...”
“No, pero me gustaría que no me
golpearas con un palo caliente o algo así...”
“¿T-tu maestro hace cosas así?”
“No, no hace cosas así, pero...”
“¡Ni siquiera yo haría algo así,
de acuerdo!”
“Estaría muy contento si no lo
hicieras.”
Cuando Ainz se encogió de hombros
como si estuviera bromeando, el Farmacéutico en Jefe puso una cara de disgusto.
“Haa. Creo que entiendo un poco tu personalidad. Aunque también me
da un poco de pena tu maestro. Vamos, que te voy a enseñar de inmediato. A continuación,
voy a citar los nombres de varias medicinas y sus efectos. Si son de los que
conoces será inútil... no, no se puede decir que sean inútiles... Supongo que
no sería tan malo en el sentido de que aprenderás sobre la diferencia de los
ingredientes usados y más. Bueno, de todos modos, dime cuáles quieres que te
enseñe.”
“Muchas gracias. Sin embargo,
antes de eso, una pregunta... ¿Te parece bien un acuerdo verbal?”
Si él dijera, firmar un contrato
o lanzar algún hechizo, tal vez sería mejor que simplemente hiciera como si
todo lo que habían hablado hasta ahora no hubiera sucedido.
“No me importa. La confianza es
importante, ¿no? Quién sabe, tal vez lo que pongas por escrito se pase de mano
en mano y llegue hasta mí. Lo único que pasará entonces es que te despreciaré.
'Así que ésta es la clase de gente que son los farmacéuticos de la ciudad', es
lo que diré.”
“Ya veo, lo entiendo. También es
una gran pérdida para mí si la evaluación de los farmacéuticos de la ciudad se
redujera. Prometo absolutamente no ponerlas por escrito y dejar que se
distribuyan.”
✧☠︎✧
Viendo la espalda del hombre hasta que dejó de estar a la vista, el Farmacéutico en Jefe dejó escapar una suave carcajada.
¿Cuánto tiempo había pasado desde
la última vez que se había despedido de alguien? Puede que fuera la primera vez
desde que obtuvo el estatus de Farmacéutico en Jefe en esta aldea.
… Es un hombre sorprendentemente astuto. ¿Hay mucha gente como él en esa
ciudad?
No podía ser. No, si ese fuera el
caso, sería una historia loca.
Escuché que el número de habitantes de la ciudad es mayor que el de todos
los Elfos Oscuros que viven en este bosque. Ese hombre debería contarse entre
los de mayor rango. Un hombre con esas ideas era común en la ciudad, habría que
estar atento a los detalles para no dejarse engañar, ¿no es así?
Aquel hombre se humillaba a sí
mismo como un fracasado y demás, pero si eso fuera cierto, no abriría la boca
de esa manera. Y más aún si consideraba el flujo de la conversación y la
información que se le había dado, él nunca iría por un camino de tontos.
Si eso era así, ¿por qué se había
empeñado en anotar en un papel las enseñanzas del Farmacéutico en Jefe? ¿Quizá
no pensaba que el Farmacéutico en Jefe, que se había enfadado por eso,
rechazaría enseñarle?
Sin embargo, la razón por la que
el Farmacéutico en Jefe tuvo la idea de que él tenía algún tipo de objetivo,
fue porque comenzó a decir cosas como que su memoria era mala, o a llamarse a
sí mismo estúpido.
Todas las cosas que le enseñaron
las pudo escribir en secreto en un papel más tarde. A pesar de ello, tuvo la
necesidad de declarar que iba a tomar notas delante del Farmacéutico en Jefe
hasta ponerlo de mal humor.
En otras palabras—
—No lo capté de inmediato, pero lo que ese hombre quería transmitirme eran
probablemente dos cosas. Una, era que él “no oculta nada”.
Por supuesto, no podía confiar en
él así como así. Puede ser que, aunque el hombre le mostrara algo verdadero,
podría estar ocultando algo más detrás de esa verdad. Desgraciadamente, no
podía confiar tanto en un hombre que había conocido hoy por primera vez. Sin
embargo, el hecho de que dijera: “No voy
a ocultar nada y, por lo tanto, dejaré mis pensamientos al descubierto ante ti”,
tenía un gran significado para la posible construcción de una relación de
confianza entre ellos.
Y finalmente, la otra razón que nunca pudo decir en voz alta, fue
probablemente el pedir que se le enseñara un nivel de mezcla apropiadamente
difícil incluso dada su falta de tiempo. Uno al nivel de no poder recordar
definitivamente sin importar cuántas veces lo viera.
Él, que ni siquiera era un
farmacéutico especializado, intentaba aprender mezclas de alto nivel de
dificultad lo cual era algo descabellado. Además, casi todas las mezclas
difíciles utilizaban sólo hierbas medicinales preciosas. Quizá fuera por esa
razón por la que él mismo no podía hacer un pedido directo.
En otras palabras, era un hombre
que conocía la vergüenza.
Sin embargo, el Farmacéutico en
Jefe no creía que el segundo significado fuera realmente un problema.
Originalmente, basándose en las
condiciones del intercambio de esa medicina desconocida —que él pensaba que
estaba relacionada con la de la leyenda— había considerado que era correcto
ofrecer sus medicinas secretas.
Las medicinas secretas de los Elfos
Oscuros se dividían en tres grandes categorías.
La primera, consistía en las
medicinas que podían elaborarse mediante complicados procedimientos de mezcla.
La segunda, consistía en
medicinas elaboradas con hierbas medicinales extremadamente raras.
La tercera, consistía en drogas
peligrosas que tenían una eficacia excesivamente potente.
Esas eran las tres categorías.
Había declarado la primera, como
la razón por la que no podía transmitirle las medicinas secretas, pero
consideró enseñarle las medicinas que estaban en la segunda categoría.
Podría ser que las hierbas
medicinales, que eran raras en esta región, pudieran ser abundantes en la
ciudad o en cualquier otro lugar, eso era lo que ocurría a menudo con las
hierbas medicinales. Sin embargo, si dijera eso, no les conduciría a ninguna
parte. O mejor dicho, como los de la primera categoría eran imposibles de
enseñarle y no había forma que le enseñara las drogas peligrosas de la tercera
categoría, su respuesta ya estaba decidida.
Y en este caso, también había
pensado que habría un beneficio para él mismo, podría ofrecer los ingredientes
que rara vez se encontraban aquí, y que eran muy apreciados incluso en la
ciudad, a un precio adecuado al mismo tiempo.
Si regresaba a la ciudad y difundía
las medicinas que se le habían confiado, estas se convertían en materiales
preciosos como resultado, entonces, los habitantes de la ciudad podrían venir
aquí a las aldeas de los Elfos Oscuros para hacer negocios y tratar de
obtenerlas. Cuando vio la poción púrpura, supo que el uso medicinal de la
ciudad estaba en un nivel adecuadamente alto. Al tener la oportunidad de
obtener ese material y ese conocimiento, incluso al Farmacéutico en Jefe no le
pareció tan malo.
Sólo con la llegada de ese
hombre, no sabía si daría lugar o no a interacciones entre la aldea y la ciudad
en el futuro. Sin embargo, aunque le dijera que debería aceptar la petición
basándose en esa perspectiva práctica, no cabía duda que el Farmacéutico en
Jefe habría estado totalmente en desacuerdo con ese sentimiento. Si hubiese
tenido una personalidad que pudiera ser influenciada por alguna conversación
racional sobre los méritos y deméritos, los aldeanos probablemente no
murmurarían la palabra “obstinado” a su alrededor, y probablemente no estaría
sin esposa a su edad. No es que no se preocupara por ello mientras fuera
estimado por sus amigos farmacéuticos, pero, por el momento, aún no se había
planteado el intentar un cambio en sí mismo.
Ese hombre hablaba sobre
ganancias y pérdidas. Si esto hubiera ocurrido antes, habría sido una discusión
que no podría soportar. Sin embargo, se trataba de sus ganancias y pérdidas
como farmacéutico, curiosamente. Si en algún lugar lejano se burlaran de sus
esfuerzos como farmacéutico, no tendría forma de saberlo. No tenía forma de
saberlo, pero si se le preguntara si le parecía bien, su respuesta sería:
“Absolutamente no”.
Dado que había percibido valor en
lo que aquel hombre había ofrecido, no podía relajarse si no le devolvía algo
de igual o mayor valor.
Sintió que aquel hombre era realmente un buen conversador, porque había atacado simultáneamente desde los dos frentes, del logos[2] y el pathos.
Normalmente, quien enseñaba tenía
una posición superior, mientras que el que recibía la enseñanza tenía una posición
inferior.
Sin embargo, esta vez no fue así.
El precio de esa poción era la
enseñanza. Es más, el hombre había tomado la postura de dejar a su criterio si
le enseñaba o no. En este punto, se podría decir que sus posiciones eran
iguales.
Y ese hombre pasó inmediatamente
a decir que iba a tomar notas para desatar hostilidad.
Si la otra parte no oculta nada— y actúa de una manera que pueda ganarse mi
confianza, entonces yo también debería adoptar una actitud para que ese hombre
confíe en mí. Sin embargo—
Ese era un problema muy
diferente.
Mientras volvía a la mesa, el
Farmacéutico en Jefe contrajo su rostro.
No creo poder hacer algo así.
El propio Farmacéutico en Jefe
sabía que era malo en llevarse bien con los demás.
Incluso recordando las veces que
les había transmitido sus conocimientos a los aldeanos, podía declarar que no había
sido un buen maestro.
Lanzando un vistazo a las hojas
secas, que eran un tipo de narcótico, que estaban en el estante de hierbas
medicinales, el Farmacéutico en Jefe sacudió la cabeza. Aquella cosa estaba
destinada a aliviar el dolor y también podía utilizarse para eliminar el
estrés. Sin embargo, no era muy apropiado que un educador lo usara.
“No puedo hacer nada más que
intentar lo mejor, huh.”
El Farmacéutico en Jefe murmuró.
Pero, bueno, parece que la actuación no era su fuerte. Llegar a mirarme tan
fijamente que hasta se olvidó de parpadear... ¿significa que está tan
interesado en mí? Jejeje... parecía más joven que yo por su aspecto, pero
ciertamente es joven... supongo que tiene un lado bastante lindo después de
todo, ¿huh?
Parte 4
Ainz, Aura y Mare estaban
comiendo por la mañana.
Por supuesto, como Ainz no podía
comer, en realidad eran solo Aura y Mare los que comían. No eran solo los
platos —que resaltaban los sabores de los ingredientes— los que los Elfos
Oscuros les habían proporcionado.
También había cosas de Nazarick
que Ainz había puesto en su inventario y traído aquí con ellos.
Después de cada bocado de los
platos que los Elfos Oscuros les habían proporcionado, Aura y Mare escribían
sus impresiones sobre el mismo en el papel que tenían al lado, luego las
mostrarían a los intelectuales de las distintas razas de E-Rantel y las
investigarían.
Sin embargo, de momento no habían
hecho ni un solo descubrimiento sorprendente — incluyendo cosas de valor
monetario. No sabían qué pasaría con su relación con esta aldea en adelante,
pero no parecía haber ningún material que pudiera servir de base para
establecer relaciones comerciales beneficiosas.
La razón por la que Aura y Mare
estaban anotando sus impresiones respecto a la comida después de cada bocado,
era que, cuando les preguntaran sobre ella, incluso Ainz pudiera responder.
Sin embargo, sólo había un
problema: al estar acostumbrados a la comida de Nazarick, los refinados
paladares de Aura y Mare no tenían buenas impresiones de la cocina de los Elfos
Oscuros. Pero los únicos que podían decir “no sabe bien” a las personas que la
preparaban, serían personas que no tenían en cuenta los sentimientos de los
demás, personas que querían empeorar su relación. En otras palabras, y por el
bien del argumento, los niños.
Por lo tanto, la comida tardaba
mucho tiempo en terminarse.
Tomaban un bocado, lo masticaban,
levantaban las cejas y luego escribían sus sinceras impresiones; después, Ainz
hojeaba el cuaderno en el que habían escrito, fruncía las cejas y finalmente
escribía una impresión más halagadora. Escribir cada vez “los ingredientes son
frescos” difícilmente podría considerarse una impresión adecuada. Por eso, era
necesario cambiar las palabras, aunque fuera un poco.
Cuando terminaron de escribir sus
impresiones —que eran tan minuciosas que, si tuvieran un diccionario de
sinónimos a la mano, habrían empezado a hojearlo de inmediato— Aura y Mare
estaban agotados. Parecían haber participado en un concurso de comida.
Precisamente porque sabía lo duro
que había sido su trabajo, Ainz les dijo: “gracias por su duro trabajo”.
Al oír la voz de Ainz, los dos
pusieron el rostro rígido.
“Nah, este tipo de cosas no son
nada... ¡ya sabes, tío!”
“C-correcto. P-porque comimos y
escribimos nuestras impresiones.”
No, era tal y como había dicho
Mare. Sin embargo, no había manera que pudiera decir cosas como “sí, tienes razón” o “exactamente”, ya que él poseía un
cuerpo que no podía comer. El duro trabajo que ellos habían realizado, fue por
el bien de Ainz desde el principio.
Incluso si esos dos, que eran
niños, dieran sus sinceras impresiones, no sería — probablemente— un problema
tan grande. El único para el que habría sido un gran problema sería para Ainz.
Si Ainz fuera capaz de comer, no tendría que haber hecho que ellos se devanaran
tanto los sesos.
Nunca sería suficiente, no
importaba cuántas veces les diera las gracias. Aunque, si declarara su gratitud
una y otra vez, los dos probablemente se sentirían agobiados por él.
Por eso, Ainz no dijo nada más y
les preguntó sus impresiones sobre la comida.
Aquellas sinceras impresiones
eran las mismas para ambos, siempre eran las mismas. Dicho esto, tenía que
saberlo por si acaso.
“Quizá deberíamos haberles
ofrecido comida bien condimentada desde un principio y decirles que comemos
este tipo de comida. Si lo hubiéramos hecho, podrían haber intentado preparar
el mismo tipo de plato.”
“Puede que hayan... ¿puede que lo
hayan hecho?” —mientras ladeaba la cabeza desconcertada por sus propias
palabras, Aura continuó— “Sólo espolvorear la sal sobre la carne cuando se asa
es sencillo y no es una mala idea, pero quizás su método para preservar la
frescura no sea perfecto. El sabor de la carne persiste en la boca... ¿verdad?
Creo que hay personas que incluso dirían que está bien, pero a mí no me gusta
mucho, ¿sabes?”
Había transcurrido bastante
tiempo desde que ella llegó a esta aldea, pero la forma de hablar de Aura
seguía siendo incoherente después de todo.
“E-estoy de acuerdo. Es un poco extraño[3].”
“Ya veo.”
“Las verduras no están nada mal,
pero no tienen mucha dulzura en ella y la amargura o la acidez serían las
primeras cosas que se notarían. Podría recomendarle a la gente que le gusta ese
tipo de cosas, pero... Me pregunto, ¿no podrían hacer condimentos a base de
fruta?”
“Quiero un poco de aderezo.”
“Ya veo.”
Después de todo, era lo mismo de
siempre.
“Entonces, lo siento, pero,
¿podrían mostrarme lo que escribieron?”
Cuando vio lo que ellos habían
escrito, comprendió lo mucho que habían trabajado para elogiar la comida.
Realmente aprecio su duro trabajo, Ainz bajó la cabeza hacia los dos en su mente.
Tras ojearlo brevemente —tampoco
es que hubiera mucho— y tratar desesperadamente de recordarlo todo, Ainz les
devolvió el cuaderno. Con esto, sus preparativos matutinos habían terminado.
Lo siguiente que debía hacer era
dirigirse a la oficina.
“¡Muy bien! Ya es hora, así que
voy a salir. Creo que hoy también llegaré tarde a casa, así que ¿podrían
adelantarse y comer sin mí?”
Los dos respondieron al unísono.
Justo entonces, Ainz notó que Aura parecía tener algo que quería decir.
“¿Qué pasa, Aura? ¿Hay algo que
te preocupa?”
“Oh, se, err, see, así es tío.
Hoy también irá a aprender a preparar medicinas, ¿verdad?”
“Así es, exactamente. Hoy me
enseñará a preparar medicina que es un tanto más difícil. Usé「Gate」para ir y
preguntarle a Nfirea sobre el nombre de la medicina, pero me dijo que ni
siquiera él lo sabía. De verdad, habría sido más rápido si pudiéramos usar「Mensaje」pero...” —Ainz
dejó escapar un suspiro— “Bueno, si consideramos que los enemigos de Nazarick
podrían estar usándola, tal vez sea mejor dejarlos como están.”
“¿—Está realmente bien hacer
eso?”
Al cambiar el tono de voz de
Aura, Ainz también cambió el suyo para coincidir.
Si esta era una pregunta que ella
hacía como Guardiana de Piso, entonces, también era necesario que Ainz respondiera
como gobernante de Nazarick.
“No lo sé... Pero, no tengo
intención de hacer esa medicina, porque si las hierbas medicinales que requiere
también existen en YGGDRASIL, fracasaré por completo.”
Lo mismo ocurría en el ámbito de
la cocina.
Como Ainz no tenía la habilidad
requerida, no podía usar hierbas medicinales, reactivos alquímicos u otras
cosas para hacer medicina en YGGDRASIL. Pero, utilizando la tecnología de este
mundo y las hierbas medicinales exclusivas de este, podía fabricar medicinas.
Por lo tanto, cuando recibía instrucciones del farmacéutico, tenía que
preguntar primero qué tipo de hierbas medicinales se estaban utilizando.
Sin embargo—
“—Realmente hay muchos misterios,
huh. No puedo utilizar las hierbas medicinales de YGGDRASIL, pero ¿qué pasaría
si se cultivaran en la tierra de este mundo? ¿Serían juzgadas como propias de
este mundo? ¿O no funcionaría?”
“P-probablemente, umm, lo
segundo, creo.”
“Probablemente tengas razón.
Entonces, ¿qué pasaría si su eficacia disminuyera? ¿No es cierto que la
eficacia de cualquier hierba medicinal que se cultive en un campo hecho por el
hombre, disminuye? Según Nfirea, la razón por la que no se hacen campos de
hierbas medicinales en E-Rantel y otros lugares, es debido al suelo, o a la
insuficiencia de nutrientes. Dijo que los efectos eran débiles. Sin embargo,
parece que esa es la razón por la que él estaba realizando experimentos
haciendo un campo de hierbas medicinales en medio de ese bosque.”
“Sí, parece que ese es el caso.
Era pequeño, pero había uno en el bosque. También había un montón de troncos
con hongos creciendo en ellos, así como algunos con musgo creciendo también.
Recuerdo haber visto ese tipo de cosas cuando las comprobé en secreto.
Realmente es muy difícil acercarse en secreto a esa aldea...”, dijo Aura con
seriedad.
Los Goblins bajo el control de
Enri montaban guardia en una amplia zona alrededor de Villa Carne. En
particular, parecía haber un ser llamado Goblin Trampero. A diferencia de las
trampas de tipo daño, las trampas de tipo alarma colocadas por el Goblin
Trampero eran más difíciles de descubrir.
“Pero, en caso de que no haya
suficientes nutrientes, entonces creo que sólo tenemos que usar ítems y hacer
que Mare trabaje duro en ellos...”
Al recibir las miradas de los
dos, Mare se encogió.
“Uh, bueno, v-verás, no creo que
sea algo que no pueda hacer, pero pienso que lo que re- realmente puede ser
necesario son los nutrientes en la tierra... P-por supuesto, lo hago en secreto
por la noche en el jardín de hierbas medicinales del Gremio de Aventureros de
E- Rantel, pero también tengo la sensación que no sirve de mucho...”
Aunque pueden parecer iguales,
cuando intentaron hacer pociones con las hierbas medicinales del campo del
gremio, se produjo un resultado preocupante — había indicios de que el efecto
era ligeramente inferior.
¿Fue porque había una
sobreabundancia de nutrientes por lo que hacía Mare? ¿Una coincidencia?
¿Faltaba algo más? ¿Existía una magia adecuada para el cultivo de hierbas
medicinales? Como había muchos elementos que podían ser la causa del problema,
aún no habían obtenido una respuesta.
“Aunque hayan pasado varios años
desde que llegamos a este mundo, realmente hay muchas cosas que aún no
comprendemos, huh.”
“Sí.”
“S-sí.”
Cada vez que su banco de conocimientos
crecía, cada vez que descubrían una cosa que no entendían, los misterios de
este mundo crecían como si estuvieran conectados. Ainz no sabía si se podía
decir que eran afortunados o no, pero la única cuestión que quedaba por
resolver era si tenían una alta prioridad; como resultado, se acumularon las
cosas que no habían investigado y las dejaron para más adelante.
Si pudieran dejárselo en manos de
los sirvientes o los monstruos invocados, podrían resolverlos rápidamente,
pero, por desgracia, los sirvientes y los monstruos invocados no podían hacer
una parte de los experimentos.
Ainz había considerado que, como
mínimo, los experimentos debían ser realizados por seres que hubieran sido
creados de la misma manera que los NPCs o Jugadores. Sin embargo, si ese fuera
el caso, incluso si Ainz —un Jugador— y un NPC tuvieran que hacer las mismas
cosas, podría haber diferencias en los resultados. Si creía que era necesario
investigar algo, necesitarían tener a Ainz, un NPC y un subordinado — tres
personas realizando el mismo experimento.
“Si hacemos este tipo de
experimento de cultivo, podría estar bien dejarlo en manos de la gente que
hemos puesto bajo nuestro control, pero los experimentos importantes y demás no
pueden confiarse a quienes podrían convertirse en nuestros enemigos potenciales
en este mundo. Y si ese fuera el caso, significaría que sólo deben ser
ejecutados por aquellos que provienen de Nazarick... pero no tenemos esa clase
de libertad de acción en términos de personal. Es algo problemático.”
Entonces, eso significa que mientras estamos en guardia a fin de que las
tecnologías de otros países no hagan avances, sólo mejoraremos la tecnología en
Nazarick para beneficiarnos, huh.
Fue problemático, pero—
—No cabe duda de que, si lo dejara en manos de Albedo o Demiurge, ellos
podrían encargarse de una manera u otra. Esos dos son inteligentes, después de
todo.
O más bien, por tratarse de esos
dos, existía la posibilidad de que ya lo estuvieran abordando, así que podría
ser una preocupación innecesaria por su parte. Por el momento, probablemente
sólo tenía que plantear la problemática.
Al igual que la última vez, lo único que tendría que hacer es crear un
monstruo invocado, anotarlo y echarlo en el buzón de sugerencias.
Si hacía eso, podría evitar el
peligro que pareciera que: “¿Recién se da
cuenta ahora de eso?”
¡—Ups!
“—Demonios. ¡Ya es hora! Bueno,
me voy entonces.”
Más rápido de lo que pudo ver a
los dos asintiendo, Ainz salió volando de su Árbol Elfo prestado.
Como era de esperar, no había
forma que llegara tarde. Incluso en su anterior vida laboral, no había llegado
tarde ni una sola vez por muy absorto que estuviera en YGGDRASIL, por ejemplo.
Deprisa, Deprisa.
Una luz brilló en el rostro de
Ainz.
Los rayos solares que caían a
través de los ligeros resquicios que dejaban las gruesas ramas de los árboles,
le indicaban que hoy volvería a hacer buen tiempo.
Cuando el sonido de los pasos de
su amo dejó de ser audible para Aura, ésta finalmente habló.
“De alguna manera, Ai...haaa.”
Aura suspiró. Cuando estaba a
solas con Mare, le resultaba imposible seguir actuando. Esto era malo. En ese
punto, Mare no estaba actuando realmente como lo hacía.
Eso es un poco injusto, ¿no?, Aura le dirigió una mirada de reproche.
“¿Eh? Err, ¿q-qué pasa o-onee-chan?”
“¿Hm? Nada en absoluto. No es
nada, ¿okay?”, no era como si algo fuera a cambiar por descargar su ira contra
él. Aura recobró el control de sí misma y dijo lo que intentaba decir hace un
momento.
“El tío parecía que de alguna
manera se estaba divirtiendo, ¿no es así?”
Mare asintió con la cabeza.
Para Aura, ese punto era algo que
realmente no entendía muy bien. “Hnnngh”, gimió ella.
Ladeó su cabeza mientras hacía
una pregunta.
“En todo caso, desde que llegamos
a esta aldea, él ha estado yendo a la casa del Farmacéutico en Jefe todos los
días, pero me pregunto si tiene algún valor llegar tan lejos.”
“Me pregunto... P-pero, ¿sabes?
Ya que incluso yo no puedo lanzar hechizos druídicos que hagan uso de estos
árboles, tal vez ellos también hayan desarrollado productos farmacéuticos de
forma independiente, ¿verdad?”
“Ya que ese inteligente tío
nuestro lo considera interesante, podría serlo, pero... en este tipo de aldea
rural, resulta un poco difícil de creer, ¿no es así? En primer lugar, la magia
que hace uso de estos árboles, ¿no es estrictamente la que no se puede
utilizar?”
“Hmmm... ¿Será que? Si se tratara
de otra persona, uh, podría ser capaz de usarlo, pero, pero tengo la sensación
que es como la magia doméstica en mi caso. Probablemente sea magia élfica que
se desarrolló de forma independiente en este mundo... Pero, aun así, si el tío
va allí todos los días, sería absolutamente valioso justo por eso, ¿verdad?”
Era un argumento sólido que la
dejó sin palabras.
“Bueno, supongo que probablemente
sea eso.” —Aura miró al techo y luego volvió a mirar a Mare.— “Entonces, me
pregunto por qué el tío parece divertirse todos los días.”
“S-seguramente es eso, cierto.
Me-me pregunto si se está divirtiendo al obtener nuevos conocimientos —
información. Ya que el tío realmente valora la información.”
“Aah, ahora entiendo. El tío es
así, ¿no? Probablemente esa es la razón por la que todo se mueve según sus
planes, ¿verdad?”
No se trataba simplemente de que
fuera inteligente. Ese mismo apego a la información, lo que podría llamarse una
sed de ella, probablemente estaba relacionado con su sabiduría para ver a
través de todo.
Recordaba haber escuchado de Demiurge que él había fijado su visión mil[4] años hacia adelante, pero al ver la actitud de su amo, no tuvo más remedio que aceptar que era efectivamente cierto.
De los labios de Aura, se filtró
un suspiro de profundo respeto y admiración.
Como se esperaba de la gran
persona que había reunido a los Seres Supremos.
Para Aura, Bukubukuchagama era la
más grande de los Seres Supremos. Ainz quedaba en segundo lugar para ella
superando a Peroroncino; Ankoro Mocchi Mochi y Yamaiko, quedaban empatadas en
un lejano cuarto lugar. El resto de los Seres Supremos eran todos lo que fuera.
En el caso de Mare, sus tres primeros eran los mismos, pero todos los demás
estaban igualados.
“Como se esperaba del tío. Al
contrario de eso...” —El rostro de Aura se mostró sombrío.— “… En lo que
respecta a nosotros.”
Mare también tenía la misma
mirada sombría.
“S-sí. La información especial,
la información que parece buscar el tío, no conseguimos ni una pizca de ella...
y aun así, lo estamos haciendo de nuevo, ¿no?”
“Ya no se puede evitar, ¿verdad?
Incluso yo detesto volver a jugar a Las Casitas, pero entonces, ¿qué otra
opción tenemos si dijéramos que queremos jugar a una cosa diferente? No hay
forma de que perdamos, y si lo hacemos a propósito sería una molestia que
pensaran que nos estamos burlando de ellos, ¿no es así? Así que, por el
momento, eso significa que sería mejor para nosotros llevarnos bien con ellos.”
Los dos guardaron silencio.
Tal y como estaban las cosas,
volverían a jugar a Las Casitas. Sin embargo, no tenían la excusa perfecta para
negarse a jugarlo, ni tampoco tenían una idea alternativa para un juego que
jugar. Si no hubiera sido una orden de un Ser Supremo, podrían haber dicho que
no se sentían bien y haberlos evitado, pero no podían hacer eso.
“… Por el momento, sabemos que
mis habilidades como Domadora no funciona con los Elfos Oscuros, pero eso puede
ser una información que nadie ha verificado hasta ahora.” —al ver aparecer una
sonrisa amarga en el rostro de Mare, ella continuó— “Por cierto, los Elfos
Oscuros de nivel 100 están incluidos en eso.”
Al recordar algo, Mare puso cara
de disgusto.
✧☠︎✧
Bajo la luz del sol que se filtraba por los espacios de los árboles, Ainz caminaba por una pasarela que colgaba de un árbol.
De vez en cuando, veía a un Elfo
Oscuro que lo saludaba. No sólo eso, sino que el Elfo Oscuro que caminaba hacia
él desde la dirección opuesta le hablaba con una sonrisa.
“¿Se dirige de nuevo hoy a la
casa del Farmacéutico en Jefe, Fior-san?”
“Sí, así es”, respondió Ainz con
suavidad.
En un principio, este nombre
falso no le había parecido bien, pero, aunque sólo habían pasado unos días, ya
se había acostumbrado por completo a él.
“Es vergonzoso, pero mi falta de
talento está haciendo que mi maestro temporal se tome mucho tiempo y esfuerzo
para enseñarme.”
“Posee maravillosos talentos como
lanzador de magia arcana, Fior-san. Pero aun así, resultaría aún más
sorprendente si también tuviera talento como farmacéutico. Ocurre lo mismo al
no haber nadie que destaque como Ranger y como Druida.”
En una ocasión, Ainz había matado
a una bestia mágica —una Pitón Hipnotizador Gigante que se había acercado a la
aldea— utilizando magia. Este hecho le hizo ganarse el profundo respeto de los
Elfos Oscuros de la aldea.
Y lo mismo ocurría con la gente
que se acercaba a hablar con él, y la que le saludaba. El respeto que se
escondía en todos ellos era evidente.
“Me siento mejor al oírte decir
eso. Me encantaría seguir hablando contigo así, pero no es que pueda hacer
esperar a mi maestro temporal, así que, si me disculpas en este momento.”
“Lo siento mucho. Soy yo quien
debe disculparse por detenerte cuando tienes tanta prisa.”
Intercambiando “no, no, soy yo
quien...” y otras galanterías sociales, Ainz comenzó a caminar. Finalmente,
llegó al laboratorio que había visitado con frecuencia estos últimos días.
Mientras gritaba “Siento llegar
tarde”, entró en el Árbol Elfo.
No es que haya llegado tarde. Más
bien, en esta aldea, la única forma de medir el paso del tiempo era la
intuición individual. Por eso, aparte de los cazadores, tenían un sentido del
tiempo poco preciso y casi nunca hacían promesas basadas en él. Aun así, tenían
un sentido aproximado del mismo. Por lo tanto, no era como si se hubiera
especificado que Ainz debía venir absolutamente en este momento.
Pero incluso así, como había
llegado un poco más tarde de lo habitual, él lo dijo como una forma de
cortesía.
De hecho—
“—Sin embargo, no es realmente
tarde...” Una voz le respondió desde el interior.
En la familiar sala de trabajo,
el Farmacéutico en Jefe —con movimientos de mano poco familiares— colocó
lentamente, muy lentamente, las hierbas medicinales trituradas en un cuenco,
sin girarse para mirarlo.
Ainz, al tomar asiento a su lado,
cogió el cuenco lleno y lo colocó sobre la balanza. En el lado opuesto había
pesas que habían sido colocadas en la balanza.
Desgraciadamente, la primera vez
no se equilibraron, así que Ainz repitió la tarea de cambiar las pesas en
varias ocasiones hasta que finalmente se igualaron. Después, Ainz anotó la masa
de las pesas en la pila de papel que había preparado.
“Por supuesto, favor continúe.”
El Farmacéutico en Jefe, que
había estado observando irritado a Ainz colocar las pesas, cogió el cuenco con
las hierbas medicinales de forma brusca y las transfirió a otro recipiente. Lo
hacía con cuidado, pero era imposible que sacara todas las hierbas medicinales
molidas del cuenco. Un ligero rastro de hierbas medicinales, así como el jugo
de haberlas triturado, permanecían en el cuenco.
Al ver eso con una expresión
irritada en su rostro, el Farmacéutico en Jefe trató de transferirlas una vez
más usando una espátula.
De haber tenido algo así como una
de goma, podría haber sido capaz de rasparlas de forma limpia, pero
desgraciadamente se trataba de una espátula de madera. Pudo sacar la mayor
parte, pero todavía quedaban restos en el cuenco.
“¡Ugghh! ¡¡¡Esto es un dolor de
cabeza!!!”, gritó el Farmacéutico en Jefe mientras se rascaba la cabeza con
frustración.
Sin duda era una actitud que no
había mostrado a Ainz cuando se conocieron. En los pocos días que llevaba
instruyendo a Ainz, se había abierto a él y ahora mostraba sin tapujos su
enfado ante el método propuesto por Ainz, reaccionando de forma exagerada. En
otras palabras, su reacción conllevaba la idea de que debían “dejar ya esta forma de hacer las cosas”.
“Por favor, tenga paciencia,
maestro temporal.”
El farmacéutico en jefe giró
hacia Ainz con una expresión agria en el rostro.
Quizá si se tratara de una mujer
o de un niño, habría surgido en él una emoción diferente. Sin embargo, incluso
si un hombre —un miembro adulto de la sociedad— mostrara ese tipo de actitud,
Ainz no hubiera pensado nada en particular, aunque fuera guapo, por ejemplo.
“… No me obligues a hacer algo
que es tan molesto. Aprendiz temporal.”
“No, te dije la razón antes, ¿no?
Y tú aceptaste, ¿no es así? No fue como si te obligara a hacerlo, ¿verdad?”
“… En ese momento pensé que lo
que decías tenía lógica, ya que es imposible que algo como un Gigante esté en
esta aldea. Sin embargo, lo pensé mientras dormía, y hacer que lo recordaras en
tu cabeza sigue siendo importante después de todo. ¿Por qué no puedes medirlo
bien tú mismo más adelante, cuando hayas vuelto a la ciudad?”
Quizá estaba perdiendo
rápidamente su confianza, pero la voz del Farmacéutico en Jefe se fue apagando
paulatinamente.
Mientras tanto, Ainz chasqueó
mentalmente la lengua. Así que se ha dado
cuenta, huh.
No sabía si el acto del
Farmacéutico en Jefe de darse cuenta de eso
había sido rápido o lento, pero había preferido que siguiera engañado.
La razón por la que colocaban las
hierbas medicinales en un cuenco, fue porque el Farmacéutico en Jefe trató de
hacer que Ainz lo recordara usando sus manos y su lengua antes.
Si solo fueran sus manos, aún
podría engañarle si Ainz se esforzaba en manipular su ilusión. Sin embargo,
saborear las cosas estaba completamente descartado. Incluso si se le dijera que
“entiende el adormecimiento al ponerlo en su lengua”, sería imposible de
cualquier manera para el Ainz sin lengua. Pero, no había manera que le dijera
eso al Farmacéutico en Jefe.
Por lo tanto, se inventó una
excusa. “Así como hay Gigantes y otras razas enormes en mi ciudad, también hay
razas como los Enanos, que son más pequeños que nosotros. No tengo confianza en
que la misma cantidad de medicina pueda curar a ese tipo de personas. Por eso,
quiero medir correctamente las dosis de hierbas medicinales utilizadas para una
sola persona de la medicina que estás preparando para mí, y entonces podría
preparar la medicina para cada raza teniendo en cuenta su peso corporal y otras
cosas.”
Para el Farmacéutico en Jefe,
especializado en el tratamiento de Elfos Oscuros, esas fueron las palabras que
le hicieron pensar que ciertamente era una preocupación válida.
También Ainz no lo veía como una
total mentira. Sin embargo, también comprendió que tampoco era la verdad.
Esto se debía a que, en todo
caso, la lógica de Ainz era razonable en su mundo original, pero quizás no lo
era tanto en éste.
En este mundo, existía una ley
física diferente — la magia. Si ese fuera el caso, entonces, cosas como las
pociones, que tenían un pie en la magia, podrían sin duda desviarse del sentido
común del viejo mundo que Ainz conocía.
De hecho, incluso una pequeña
cantidad de poción curaba las heridas de un gigante del mismo modo que lo hacía
para las razas más pequeñas.
Por supuesto, debido a que la
cantidad máxima de HP difería entre un humano ordinario y un Gigante de
Escarcha, el nivel de recuperación parecería ser diferente. Sin embargo, en
realidad eran iguales. Por supuesto, como no había llevado sus experimentos tan
lejos, esto era solo una suposición. Esto se basaba en el conocimiento de Ainz
sobre YGGDRASIL, que era lo más parecido a las leyes de este mundo. Por lo
tanto, no significaba que no hubiera ninguna posibilidad de que el contenido de
lo que decía coincidiera.
Pensándolo bien, quizá hubiera sido mejor que desde el principio dijera que
tengo un trastorno del gusto.
Si lo hubiese hecho, no tendría
este problema ahora. Dicho esto, si hubiese dicho ese tipo de mentira,
probablemente terminaría soportando alguna otra carga.
… Aunque me arrepienta ahora mismo, no puedo hacer nada al respecto. En
este momento lo que necesito es algo con lo que pueda engañarlo, algo que él
acepte... pero no se me ocurre nada. Fue un fracaso de mi parte pensar que lo
había engañado bien y no pensar en excusas adicionales.
Ainz movió su rostro ilusorio y
cerró lentamente los ojos. Como sólo era una ilusión, su campo de visión
permaneció como estaba, sin cambios.
Desde que aquellos dos le habían
dicho: “tu cara está inmóvil, como si
llevaras una máscara”, había estado cerrando los ojos intencionadamente de
vez en cuando. Como las partes de su cara que no quedaban ocultas por la tela
eran los ojos y las cejas —los lugares donde las expresiones eran más
visibles—, el propio Ainz no se había dado cuenta que resultaría un poco
inquietante si enfocaba su visión en un punto y no moviera ni un centímetro de
él.
Por eso, bajo la supervisión de
los gemelos, practicó y practicó. Ahora, si lo hacía conscientemente así —el
proceso de cambiar su expresión era torpe, y no podía hacerlo
inconscientemente—; había mejorado sus habilidades lo suficiente como para que
pareciera que había cerrado los ojos.
¿Qué reacción había tenido ante
el silencio de Ainz? El Farmacéutico en Jefe continuó.
“Además, hacer este tipo de cosas
es... ¡así es! La productividad disminuye, eso es lo que significa. ¡¡¡Que la
cantidad de medicamentos que puedo hacer en un día disminuya es una gran
pérdida para esta aldea!!!”
Era un argumento sólido.
Como había varios druidas en la
aldea, aunque eran de una posición inferior, generalmente podían curar heridas
de urgencia. Sin embargo, aquellos que necesitaban las medicinas del
farmacéutico eran los cazadores y otros que pasaban su tiempo fuera de la aldea
— donde los druidas no se encontraban.
Si un druida acompañaba a los
cazadores, podría ayudarles cuando estuvieran heridos. Sin embargo, en los
terrenos de caza propiamente dichos, un druida que no fuera bueno en el sigilo
sería una carga para ellos. Desde la perspectiva de alguien sin muchos
conocimientos de caza como Ainz, éste consideraría decir: “¿por qué no crean un campamento base y tienen a los druidas en espera
allí?”, pero esta aldea tenía sus propias reglas. En la mayoría de los
casos, ese tipo de cosas surgían de los resultados del ensayo y error. En este
Mar de Árboles no conocían esa práctica, y no había forma de que él pudiera
decírselo en su posición de forastero.
“En primer lugar, ¿quién puede
afirmar que no hay alteraciones en las hierbas medicinales cuando se colocan en
este envase, verdad?”
Estas balanzas y platillos eran
antiguos que utilizaba la familia Bareare, quienes, hasta donde Ainz sabía,
eran los alquimistas más destacados de este mundo. Puesto que incluso ellos
utilizaban algo así, probablemente no debía haber ningún problema con ellos.
Por supuesto, Ainz ya se lo había dicho. Le dijo que eran cosas que había
recibido de su maestro, así que no debería haber ningún problema.
Pero, aun así, el Farmacéutico en
Jefe insistió: “¿Ese maestro tuyo usaba los mismos tipos de hierbas
medicinales? No puedes afirmar que no haya habido cambios en estas hierbas
medicinales, ¿verdad?” Cuando le preguntó eso a Ainz, le fue difícil dar una respuesta.
De hecho, tendría que preguntar cómo podrían haber cambiado.
“Hasta aquí, con respecto a eso,
dije antes que se cree que no hay diferencias.”
“Has dicho se cree, ¿cierto? Eso no es una garantía, ¿verdad? En otras
palabras, ni siquiera tú mismo tienes la convicción de que eso no vaya a
ocurrir en absoluto — lo que significa que no estás seguro, ¿verdad? ¿Estás de
acuerdo con eso? La medicina a veces puede perjudicar a las personas. Podría
transformarse en algo que dañe a la gente debido a las alteraciones causadas al
colocarlo en este plato, ¿verdad?”
“… En primer lugar, creo que eso
no ocurrirá.”
“Por supuesto, eso puede ser
cierto. Sin embargo, para investigar si es verdad, tendrás que preparar todas
las medicinas y confirmarlo, ¿no es así? En primer lugar, cuando se investigue,
en caso de haber un cambio mínimo, es posible no saber inmediatamente que se ha
alterado. Luego, cuando hayan pasado unos días o semanas, podría cambiar
significativamente. Si se utilizara en una persona que estuviera en estado
crítico, una vida que podría haberse salvado cambiaría a una que no se pudo
debido a esa pequeña alteración, ¿no es así?”
Un argumento sólido, una vez más.
“Podría”, mientras argumentaba
contra esa hipótesis, Ainz no tenía ninguna prueba que le permitiera declarar
que estaba absolutamente equivocado. Por lo tanto, le era imposible ganar la
discusión.
Y, además, los conocimientos de
Ainz no eran más que una fina capa. Esto era malo. No podía inventar una
historia hipotética basada en sus conocimientos como farmacéutico. Si alguien
de la familia Bareare estuviera aquí, sin duda podría refutarlo inmediatamente.
Sin embargo, no podía retroceder
aquí.
Teniendo en cuenta la posibilidad
que se le instruya para recordar con la lengua, realmente no podía retroceder.
“Si ese es el caso, por favor,
hágalo así, maestro temporal. Llevaré los datos a la ciudad, y tal y como me
dijo el maestro temporal, prepararé todas las medicinas e investigaré los
distintos efectos.”
Antes que el Farmacéutico en Jefe
pudiera pronunciar una palabra, Ainz lanzó su declaración. Permitir a un
oponente la oportunidad de contraatacar era el acto de un tonto. Por cierto,
como Ainz era un tonto, recibía constantemente el contraataque de su oponente —
se preguntó si eso era lo que llamaban fuego
amigo. Especialmente por parte de Demiurge.
“El número de farmacéuticos en la
ciudad no tiene la misma proporción como lo es aquí. Si consiguiera su
colaboración, sería capaz de fabricar una gran cantidad de medicamentos de
golpe, ¿no es así? Además, puesto que hay varias razas viviendo allí, para
investigar si alguien puede usarlas sin problemas, también debo pedir prestada
la sabiduría de los farmacéuticos de esas diversas razas, ¿no es así?”
El Farmacéutico en Jefe parecía
estar un poco incómodo. Que las recetas de las medicinas heredadas de la propia
tribu —ya sea secreto o de otro tipo— se extiendan a mucha gente no sería algo
agradable, ¿verdad? Ainz estaba de acuerdo con eso. Más que proteger un interés
personal, dar conocimientos a seres que podrían convertirse en tus enemigos era
una auténtica estupidez.
De hecho, tampoco Ainz tenía la
intención seria de hacer eso. Sólo eran unas palabras apropiadas que tejió para
engañarlo.
Sus amigos también se lo habían
enseñado a Ainz.
Era precisamente porque los
frutos del conocimiento eran monopolizados que tenían valor.
“Como parece que no tiene ninguna
objeción, maestro temporal, si quiere, continúe.”
Tras recibir el contraataque de
Ainz, el Farmacéutico en Jefe levantó la voz en lo que parecía un desacuerdo.
Sin embargo, parecía que no se le había ocurrido una forma decisiva de lanzar
su propio contraataque. Dejando caer los hombros, empezó de nuevo a poner
hierbas medicinales en el plato.
Sus movimientos eran rápidos.
Para Ainz sería difícil tomar notas mientras completaba sus propias tareas de
esta manera.
Al parecer, eso era exactamente
lo que pretendía su oponente.
Aunque el trabajo del
Farmacéutico en Jefe estaba terminado, si Ainz no terminaba el suyo, no había
duda que le haría un comentario sarcástico o algo por el estilo. Más que ser su
intento de decir: “Démonos prisa y
terminemos este desagradable trabajo”, en la mente de Ainz no cabía duda
que esta era su venganza por haber sido derrotado en su discusión.
¡No me subestimes!
Ciertamente, no había forma que
él pudiera ganar contra el Farmacéutico en Jefe, que había pasado muchos años
fabricando medicamentos, en términos de velocidad. Sin embargo, también había
pasado los últimos días junto a él repitiendo la misma tarea sencilla una y
otra vez. Desde el principio, no tenía intención de admitir la derrota.
¡Uooooooooooo!, mientras su
espíritu de combate ardía en su corazón, Ainz también empezó frenéticamente su
trabajo.
Capitalizó toda su experiencia
hasta el momento para hallar al instante las pesas que se adecuaban al plato de
hierbas medicinales que le entregaron. A falta de tiempo para tomar notas, se
limitó a machacar la información en su cabeza. Ainz jamás podría decir que
tenía una mente aguda, pero eso no significaba que su capacidad para recordar
cosas fuera inexistente.
Conforme aumentaba la velocidad
de Ainz, el Farmacéutico en Jefe se movía aún más rápido.
Ambos estaban absortos en sus
tareas, como si estuvieran compitiendo entre sí — si un tercero con la cabeza
fría estuviera allí, sin duda habría lanzado una o dos bromas.
Sin embargo... esto es interesante.
Mientras Ainz recordaba cómo
preparar la medicina, pensó en sus efectos.
El efecto de esta medicina es muy débil. Sin embargo, si la medicina y ese
método se usan simultáneamente, ¿quizás tengan una sinergia inesperada…?
Para los Jugadores de YGGDRASIL,
utilizar la absurda cantidad de datos del juego para idear nuevas tácticas era
una de las cosas más divertidas que podían hacer. Ainz —no, Suzuki Satoru— no
era una excepción.
Utilizar las tecnologías de este
mundo para crear medicinas que no existían en YGGDRASIL, revelaba la
posibilidad oculta de poder utilizarlas en nuevas tácticas de batalla.
Usar ítems mágicos en lugar de magia para compensar sus puntos débiles...
No, hacer eso tomaría tiempo. Algo que se puede hacer en un periodo de tiempo
mucho más corto...
En la práctica, probablemente
tendría que verificar si había o no alguna sinergia entre ellas. Aun así, para
Ainz era emocionante la perspectiva de adquirir una nueva táctica.
Ya tengo una conexión... Si dijera algo, probablemente me enseñaría un
montón de cosas más...
La razón por la que no lo había
hecho era porque hasta ahora, Ainz había dedicado todo su tiempo libre a
estudiar algo mucho más diferente. Había dejado la adquisición de la tecnología
de este mundo a Titus y a todos los demás.
Sinceramente, gestionar una organización —un estado— es imposible para mí.
En lugar de hacer eso, ¿no sería mejor para mí estar en una posición de
investigación tecnológica después de todo? Además, disfruto más con esto.
Pensó una vez más en lo que había
sentido vagamente desde el principio, cuando comenzó a aprender sobre las
medicinas aquí.
Si Suzuki Satoru tuviera una
mente sobresaliente —aunque Ainz no la tenía— habría aprendido bien las dos
cosas. Sin embargo, ese no era el caso. A pesar de ello, había dividido sus
esfuerzos en un campo en el que él mismo no era bueno, incluso se podría decir
que había sido una pérdida de tiempo.
Hasta ahora, estaba pensando en huir del trabajo... No. La gente tiene
áreas para las que es más adecuada. Cuando regrese a Nazarick... trataré de
pedir un traslado de departamento a Albedo... Pero, eso... ¿no sería una
traición a la fe de los NPCs que tienen en mí? Como Maestro de Gremio y la persona
que se autodenomina “Ainz Ooal Gown”, ¿es lo correcto? Me pregunto... qué
dirían todos... ¡Ah!
Cuando las manos del Farmacéutico
en Jefe se detuvieron repentinamente, la competencia y los pensamientos de Ainz
llegaron a un abrupto final.
El Farmacéutico en Jefe se dio la
vuelta — hacia la entrada.
Parecía que Ainz iba a esbozar
una sonrisa de victoria en su rostro, pero inmediatamente lo enmendó y miró en
la misma dirección. No parecía que hubiera nadie. En ese caso, trató de
agudizar el oído.
Tenía la sensación de que algo
sucedía a lo lejos. Sin embargo, había indicios de que aquel ruido no procedía
de una emergencia — como si un monstruo estuviera atacando la aldea o alguien
estuviera herido.
“Ustedes fueron los últimos en
venir de la ciudad, ¿verdad?”
“¿Huh? Oh, sí. No he oído que
viniera nadie más que nosotros. … ¿Podría ser...?”
“Sí, es cierto. Cuando alguien
viene a esta aldea es así, supongo. Se trata también de un forastero... No
habría este tipo de reacción si se tratara de uno de los Elfos Oscuros de por
aquí... Suponiendo eso, ¿tal vez vino un Elfo?”
¿O tal vez era alguien de
Nazarick?
No, pensó Ainz. Si querían
contactar con Ainz, tenían「Mensaje」y otros métodos para hacerlo. Resultaba difícil
imaginar que hubiera venido alguien de Nazarick. Sin embargo, si la otra parte
era un Elfo, entonces sólo se le ocurrió un tipo de persona.
“¿Podría ser un vendedor
ambulante?”
“Podría ser... Aunque también
tengo la sensación que se trata de algo un tanto diferente. Probablemente no
tenga nada que ver con nosotros. Si ha pasado algo, alguien debería venir
enseguida.”
El Farmacéutico en Jefe respondió
como si tratara de convencerse a sí mismo que era cierto, y giró de nuevo hacia
el escritorio.
“Lo más importante es que sigamos
con nuestro trabajo. Puede que tu maestro también te lo haya enseñado, pero al
mezclar, hay tipos de medicamentos cuya eficacia puede deteriorarse con el paso
del tiempo.”
Su trabajo progresaba mucho más
lento que hace un rato, pero pronto se verían obligados a interrumpirlo. Uno de
los Elfos Oscuros de la aldea se apresuró a entrar completamente sin aliento.
“¡Mango-sa—!”, la voz del Elfo
Oscuro que había entrado repentinamente perdió su vigor al ver a Ainz.
“Oh, —Fior-san. Perdóneme por
interrumpir su trabajo.”
No había ningún aldeano que no
supiera que Ainz había estado rondando la casa del Farmacéutico en Jefe para
buscar su instrucción. Sin embargo, algo había sucedido y parecía haberlo
olvidado debido a su impaciencia.
“… Así que hay una disculpa para
mi aprendiz temporal, pero no una para mí. ¿Qué demonios es esto?”
El Farmacéutico en Jefe murmuró,
pero seguramente no lo decía en serio. Tenía una cara de insatisfacción, pero
en cierto modo también parecía la de un niño travieso.
“¡Oh! Lo siento, Mango-san.
Siento haberte molestado.”
Mango Gilena — ese era el nombre
del Farmacéutico en Jefe.
El Elfo Oscuro que se había
disculpado con él no dejaba de mirar a Ainz; parecía que no iba a tocar el
tema.
“Aah, si se trata de algo que no
debo escuchar, entonces ¿qué tal si salgo fuera?”
“No, en realidad no es nada de
eso. Pero, verás. … Mango-san. Un Elfo vino a la aldea hace un rato, y dijo que
el país de los humanos fuera del bosque está atacando muy cerca.”
Cuando dijo eso, miró a Ainz una
vez más.
“Ya veo, si ese es el caso, no
significa que el país en el que vivo sea el que atacó. Pienso que es,
probablemente, un país llamado la Teocracia — un país que está cerca del mío.
Escuché historias sobre ellos atacando el País de los Elfos antes.”
Una expresión de alivio apareció en el rostro del Elfo Oscuro.
“Y el Elfo vino a decirnos que nos aseguráramos de enviar tropas desde esta aldea. Ese Elfo también ha de informar a las otras aldeas por lo que ya ha dejado la aldea, sin embargo, parece que los Ancianos quieren tener una reunión sobre lo que debemos hacer a partir de ahora.”
Notas
- ↑ Hitori: Yagen (薬研) es un tipo de mortero y maja que se utiliza para machacar ingredientes para la medicina herbal en Japón.
- ↑ Rawi: Logos, en inglés es la forma de apelar al razonamiento de la audiencia, construyendo argumentos lógicos. El pathos apela a las emociones y sentimientos de la audiencia. Como no tenía traducción al español, lo dejé así.
- ↑ Rawi: En la versión inglesa, se usa la palabra “gamey” que cuando se usa para describir carne, significa que ésta tiene un sabor extraño, ni bueno ni malo, pero un sabor que no es típico de la carne. Al no tener una traducción en español como tal, decidí traducirlo como “extraño”.
- ↑ Hitori: Es 千年 en japonés, por lo que Aura probablemente recordaba mal o es un error de Maru. | Rawi: Fue mencionado en el Volumen 11, eran 10,000 años, no 1,000. A eso se refiere Hitori sobre si es un error de Maru o si Aura lo recordaba mal.