Overlord Volumen 15 Capítulo 3 (1/2)




Overlord Volumen 15 novela ligera PDF
Overlord Volumen 15 español
Traductor jpn-ing: Hitori
Traductor ing-esp: Rawi
Corrector: Raruk Berg

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El Duro Trabajo de Aura

Parte 1

La Aldea de los Elfos Oscuros en el Gran Mar de los Árboles.

No era diferente de la Aldea de los Elfos.

Por ejemplo, la raza llamada Elfos Salvajes fue una vez Elfos ordinarios. El cambio de su esfera de vida a la pradera, produjo cambios no sólo a nivel cultural sino también en lo físico, hasta el punto que en la actualidad habían sido reconocidos como una nueva raza.

Así que la razón por la que no se habían producido cambios físicos o mágicos en los Elfos Oscuros, era porque además de ser la misma raza que los Elfos desde un principio, vivían en el mismo entorno. Además, apenas había diferencias en cuanto a la cultura, y su forma de vida se centraba en los Árboles Elfo. Por eso, las clases que obtuvieron fueron, al igual que con los Elfos, principalmente Ranger y Druida.

Sus diferencias eran sólo el color de piel, las formas de repeler animales, y otras costumbres triviales en el mejor de los casos.

En las aldeas de los Elfos Oscuros, utilizaban un repelente contra los animales que producía el efecto de evitarlos mediante el uso de olores. Los Elfos Oscuros aprendieron esta preciosa sabiduría de los Treants, y otros habitantes del bosque donde vivían antes de trasladarse al Gran Mar de Árboles. Plantaban potentes hierbas aromáticas alrededor de la aldea, crearon y esparcieron una droga especial que repelía a los animales y —aunque sus poderes debían dividirse considerablemente entre la duración y el área de efecto— se utilizó magia druídica.

Este método también era eficaz en el Gran Mar de Árboles y, en comparación con las otras aldeas de los Elfos —excluyendo la Capital Real—, las aldeas de los Elfos Oscuros estaban seguras.

Sin embargo, los Elfos desconocían este método. Si se extendiera, disminuiría el efecto de evasión producido por los olores. Las bestias mágicas, así como otros animales, podrían parecer estúpidos, pero en realidad no era así. Por el contrario, si aprendían que había comida al otro lado de ese olor, el nivel de peligro aumentaría. Por esas razones, aunque fueran acogidos por sus parientes, no podrían enseñarles fácilmente este método.

Sin embargo, ese día, los Elfos Oscuros, creyendo en su propia “seguridad”, aprenderían que estaban pisando sobre hielo delgado.

 

El violento rugido se escuchó desde muy lejos.

Esto era algo habitual en el Gran Mar de Árboles. Ya fuera en el resplandor del amanecer o en altas horas de la noche, no había días en los que no se escucharan las voces de los animales.

Además, había especies que, a pesar de tener un cuerpo pequeño, tenían aullidos que sorprenderían a uno. El hecho de escuchar un solo rugido no significaba que algo estuviera sucediendo.

Los aullidos eran ciertamente aterradores. Había diversas especies de bestias mágicas que podían añadir poderes especiales en sus rugidos. Los que los oían quedaban asustados, confundidos, perdían las ganas de luchar y, en ocasiones, había algunos que podían incluso causar fatiga.

Pero si se escuchaba desde la distancia, ni siquiera esa habilidad especial se manifestaría. Un rugido único y lejano no tenía ninguna relación con el peligro, y debería ser un hecho muy típico en el entorno.

Sin embargo, ese día, un hombre Elfo Oscuro llamó a todos para que estuvieran en guardia. La altura del hombre no estaba fuera del rango promedio para un Elfo Oscuro. Sin embargo, sus extremidades largas, delgadas y flexibles —cuyos movimientos eran vivaces pero eficaces— daban la sensación que había un poder oculto en ellas, hacían que el hombre pareciera más grande que su altura real.

Su refrescante aspecto era bien proporcionado e incluso dentro de la aldea, era muy popular entre las damas.

No había nadie entre los Elfos Oscuros, que vivían en el Gran Mar de Árboles, que no conociera a este hombre. Un Ranger de primera clase que había acumulado una gran experiencia, que llevaba el antiguo y honorable apellido de la Casa Blueberry —una de las 13 familias Originarias— que se convirtió en la figura central durante la Gran Migración.

En sus manos, el hombre —Blueberry Egnia— sostenía un arco compuesto al estilo de los Elfo Oscuros, del que sólo había un puñado incluso en esta aldea.

Era un arco que no se permitía utilizar, a menos que se obtuviera una puntuación extremadamente buena en el Torneo de Arquería que se celebraba en la estación en que florecían las flores de Becoa — una vez cada tres años.

Obedeciendo la llamada de Egnia, los soldados Elfos Oscuros se reunieron inmediatamente. Aunque se les llamaba soldados, eran Rangers que no habían salido a cazar, no eran soldados a tiempo completo.

La aldea donde Egnia vivía, era la más grande de los Elfos Oscuros de los alrededores. Sin embargo, solo había unos doscientos habitantes, y ellos no tenían margen de maniobra para colocar guerreros a tiempo completo.

Frente a sus amigos, quienes se habían reunido con miradas desconcertadas en sus rostros, Egnia movió ligeramente las orejas y, concentrándose en los sonidos distantes, anunció con voz rígida

“No hay otra razón por la que deliberadamente los haya reunido a todos. Ese rugido de ahora. Ya lo he oído una vez. Es el rugido de un adulto, uno completamente maduro, Ursus.”

Egnia sintió que todos los reunidos se pusieron inmediatamente tensos.

Era obvio el porqué. Si uno fuera un Elfo Oscuro que viviera en este bosque, incluso si fuera un niño, no habría ninguno que no conociera el nombre de la única bestia mágica a la que más se debía temer — el Ankyloursus.

En los alrededores de esta aldea, había una serie de especies de monstruos cuyo nivel de peligro era alto, pero el Ankyloursus era el que encabezaba la lista.

Tal vez sería posible si se tratara de un cachorro Ursus, pero no era exagerado decir que atacar a un adulto —un adulto plenamente desarrollado— significaba la muerte. Tenía una armadura que repelía incluso las flechas, y una fuerza física que podía atravesar fácilmente a un Elfo Oscuro. Además, como todas sus habilidades físicas eran elevadas, huir de ellos era considerablemente difícil; era un monstruo realmente aterrador.

“… Ciertamente he oído algún tipo de rugido, pero ¿realmente pertenecía a un Ursus? ¿Estás seguro que no lo has oído mal?” Preguntó dudosa una mujer Elfo Oscuro.

Una de las tres Vicemaestras de la cacería, y una experta Ranger que tenía en sus manos un arco compuesto como el de Egnia.

Parecía que incluso ella no podía decir sólo por ese rugido si era o no un Ursus.

Además, un bonito pájaro llamado 'Pájaro Aullador', por ejemplo, podía imitar los rugidos de diversas especies de monstruos. Y había otros animales en este bosque con habilidades similares a esta.

Con ese tipo de animales habitando el bosque, identificar al dueño a partir de un único y lejano aullido, era extremadamente difícil. Su pregunta era razonable. Sin embargo, Egnia era el mejor Ranger de este bosque. Superaba a todos no solo en su habilidad con el arco, sino también en la agudeza de sus sentidos, e incluso en su capacidad para analizar la información que recogiera sus sentidos. La pregunta de ella no era por desconfianza hacia Egnia, provenía de su deseo —más que a medias— de que fuera: “por favor, que esto fuera un error”.

“Es muy desafortunado, pero no hay duda. No importa el tiempo que pase, me es imposible que olvide ese rugido que te pone los pelos de punta — que te hace sentir la abrumadora diferencia de fuerza. Incluso ahora sigue clavado en mis oídos. No es algo que pudiera escuchar mal.”

El siguiente en hablar era el Maestro de Cacería.

Los pilares de la autoridad en la aldea eran el Maestro de Cacería, el Consejo de Ancianos, el Jefe Farmacéutico y el Maestro de Ritos. El Consejo de Ancianos estaba compuesto por tres personas, así que en total eran seis. Lo que significa que él era uno de ellos.

Él no tenía un arco compuesto en sus manos. Su especialidad, en todo caso, era la caza con trampas, pero incluso si se quitaba eso de la ecuación, sus habilidades estaban muy por detrás de las de Egnia. Sea como sea, como Ranger no había duda que era influyente y, aunque era más joven que Egnia, tenía una personalidad fría y tranquila, una persona sin nada que criticar como Maestro de Cacería.

“Un Ursus maduro aullando... ¿podemos confirmar entonces que algo ha entrado en su territorio?”

En la mayoría de los casos, rugía cuando luchaba contra un enemigo fuerte o un miembro hostil de su propia especie. En otros casos, era cuando anunciaba una victoria o declaraba su territorio. O también, cuando se reproducía. Sin embargo, sea cual sea el caso, era muy probable que alguien hubiera entrado en el territorio del Ursus.

Porque, una vez que un Ankyloursus establecía su territorio —el territorio se expandía a medida que su cuerpo crecía— rara vez intentaba cambiarlo. Y también era muy raro que saliera a cazar fuera de él.

Por lo tanto, era razonable pensar que alguien había entrado en su territorio.

Haa... Qué molestia. No sé qué monstruo entró en él, espero que los tontos descuidados que perturbaron la paz acaben como presa del Ursus.”

Los Elfos Oscuros que le rodeaban estaban de acuerdo con la queja del Maestro de Cacería. Egnia dirigió una sonrisa irónica hacia aquellos amigos.

Teniendo en cuenta la naturaleza del Ankyloursus, siempre que no lo provocaran irreflexivamente, era un hecho conocido que podía convertirse en un punto de equilibrio del barrio, en cierto sentido.

“Estaré de acuerdo con esa opinión, pero no sabemos si ya ha entrado en su territorio, ¿no? Cuando escuché el rugido del Ursus en el pasado, fue cuando dos de ellos estaban luchando. Y la pelea esa vez se estaba llevando a cabo fuera de su territorio.”

“Um, disculpe, Egnia-san, tengo una pregunta... Apenas lo escuché, pero ya que lo mencionas, creo que es cierto que un Ursus rugió. Pero, su territorio se encuentra muy lejos de aquí, ¿verdad? Entonces, ¿por qué nos llamó usted a todos aquí?”

“Sí, no sé si le pasó algo al Ursus, pero es un hecho que está ocurriendo alguna situación que lo hace rugir. Tal vez esté cambiando de territorio o, tal vez gobernante del territorio haya cambiado. O tal vez esté sucediendo algo completamente diferente. Por ejemplo... así es.”

Después de tomar un respiro, Egnia continuó y dijo:

“… Por ejemplo, una poderosa bestia mágica que es capaz de escapar del Ursus a pesar de haber perdido, y se dirige hacia aquí. Por lo tanto, deberíamos poner simultáneamente a la aldea en guardia ante cualquier cosa que pueda ocurrir y, aunque fuese mañana, nos dirigiremos en dirección al rugido y echaremos un vistazo al estado del bosque.”

Todos los presentes estuvieron de acuerdo.

Sería problemático que no percibieran rápidamente los cambios en el bosque y compartieran la información. Era extremadamente importante para quienes vivían del recibir las bendiciones del bosque.

“—La caza de hoy se cancela. Quizá lo más seguro sea impedir que nadie ingrese al bosque en absoluto, y menos aún para cazar. Aún tenemos comida, ¿verdad?”

“Estamos bien. Hemos cazado algunas presas enormes últimamente. Pero, aun así, deberíamos decirle al Maestro de Ritos lo que está pasando de inmediato, para que pueda empezar a preparar la fruta. Después de todo, no sabemos cuántos días tomará hasta que terminemos de confirmar si todo es seguro.”

“Después de eso... claro. También deberíamos hablar con los Ancianos sobre eso. Haremos que los Ancianos ideen una forma de difundir la información a todo el mundo, para así evitar que alguien que no sepa lo que está pasando se adentre en el bosque.”

Ante la llamada de atención de Egnia, todos intercambiaron opiniones. Nadie dijo: “Lo estás pensando demasiado”. El bosque trajo bendiciones, pero también arrojó repentinamente desgracias en su camino. Apilar precaución sobre precaución sin pasar por alto el más mínimo mal presagio, era crucial para vivir en el Mar de Árboles.

Debían dar a conocer rápidamente que existía la posibilidad que el orden del bosque se estuviera deteriorando.

“¿Qué debemos hacer con las otras aldeas? ¿Debemos ponernos en contacto con ellos una vez que hayamos comprendido la situación? ¿O debemos decirles rápidamente que nos enfrentamos a este tipo de situación?”

“Puedo intuir que ambas cosas son correctas, pero también creo que podrían ser erróneas... ¿Por qué no dejamos todas las decisiones al respecto a los Ancianos?”

“Oye, espera un momento, deberíamos unificar nuestras opiniones. Si lo presentamos como la opinión de la mayoría, nos será muy útil para ganar la discusión cuando esos viejos pueblerinos de cabeza dura empiecen a proponer que hagamos algo raro.”

“… Llamarles viejos pueblerinos es ir demasiado lejos, Ganen. Ciertamente, pueden ser inflexibles a veces, pero a su manera, los Ancianos tienen mucha experiencia. Solo estamos eligiendo un camino que puede considerarse aún más seguro al beneficiarnos de su sabiduría.”

Uno de los Vicemaestros de Cacería —Plum Ganen— fue reprendido por el Maestro de Cacería.

“Eso—”

Ganen, con la cara roja, intentó empezar a hablar en voz alta, pero su boca fue tapada por la mano de Egnia.

“—Ya fue suficiente con lo que dijiste. Tomando en cuenta el motivo por el que los he convocado a todos, hablen sobre lo que debemos hacer ahora. Sabes muy bien la amenaza que representa un Ursus, ¿verdad?”

Sabiendo que Ganen cerró la boca, Egnia retiró su mano.

Egnia dejó escapar un suspiro interno.

Hemos confirmado que no es incondicionalmente malo oponerse a los Ancianos, pero me gustaría que consideraras el momento y el lugar.

“Así es. Lo que deberíamos priorizar es lo que vamos a hacer con la vigilancia en la aldea, así que dejemos la charla sobre los viejos pedorros para después, ¿okay? Al fin y al cabo, se trata de mucha gente, ¿no?”

“Si vamos a estar todo el día de guardia hoy, deberíamos hacerlo en tres turnos. Pensando en mañana, y para después.”

Estaban más o menos acostumbrados a hacer guardias todo el día y, en caso de tener magia que eliminara la fatiga, tendría algún efecto en las actividades del día siguiente.

Sin embargo, si iban a realizar una investigación hasta acercarse al territorio del Ursus, querrían evitar que sus sentidos se entorpecieran en lo más mínimo.

“Tienes razón. Eso es—”

Oyeron un rugido. Con una expresión tensa en los rostros de todos los presentes, miraron intensamente en la dirección de la que provenía.

“¿No se escuchó muy cerca?”

Una persona puso en palabras la inquietud que todos albergaban. Egnia simplemente asintió una vez en señal de acuerdo.

“Tal y como dijo Egnia hace un momento, ¿no está persiguiendo algo que se adentró en su territorio y luego escapó?”

Los Ankyloursues tenían la tendencia a aferrarse a sus presas. Si un animal que consideraban su presa escapaba, lo perseguirían incluso fuera de su territorio. Perseguirlo mientras rugía era un poco diferente a la imagen que tenían en sus mentes, pero era más comprensible que ser golpeado y expulsado de su territorio.

“Si ese es el caso, mientras el Ursus atrape a su presa —que incluso podría llenar su vientre— entonces, esta aldea podría estar a salvo... Si se trata de una presa que estuviera huyendo, ¿la llevamos lejos de aquí y la matamos a tiros?”

“¡Basta! Eso sólo daría lugar a provocarlo aún más inútilmente. En primer lugar, es muy probable que la presa tenga la capacidad de huir del Ursus tanto como pueda. Si la presa se dirige hacia aquí, al menos deberíamos ahuyentarlo.”

“No, espera. Sería problemático si el Ursus se acercara a las inmediaciones de la aldea. Sería una molestia si considerara este lugar como una zona de alimento. Deberíamos enviar a algunas personas a las afueras de la aldea, y si el Ursus o la presa parecieran dirigirse hacia aquí, lo guiaremos a una dirección diferente.”

Estaba bien que las distintas opiniones volaran unas tras otras, pero no era como si pudieran dedicar mucho tiempo a ello. Realmente no quería entrometerse, pero no pudo evitar hablar. Egnia dio una palmada y atrajo la atención de todos hacia él.

“Sea cual sea la situación, el hecho es que ésta es una situación anormal. Deberíamos ponernos a trabajar inmediatamente. Si el Ursus regresa a su territorio, entonces está bien. Pero si no lo hace... si pierde de vista a la presa incluso después de salir de su territorio…” —Egnia miró a todos— “… y, además, si deja que la presa se escape en las cercanías de la aldea, sería un día muy largo y horrible.”

Todos fruncieron el ceño imaginando lo que ocurriría.

“En primer lugar, es importante pedir la ayuda de todos en la aldea, no sólo de los que estamos aquí. El poder de los Druidas será absolutamente necesario. Luego, el Jefe Farmacéutico probablemente tenga un veneno que incluso afecte a un Ursus.”

Para las bestias mágicas del tipo bestia como el Ursus, en lugar de intentar derrotarlas con ataques físicos, la magia que manipulaba mentes era más efectiva. Incluso contra un oponente que estaba protegido por una piel gruesa, grasa y músculos voluminosos, era posible infligir un daño superior al de los arcos y flechas mediante el uso de la magia —por ejemplo, recibiría daños con sólo tocar las llamas de los Elementales de Fuego que los Druidas pueden invocar— y, otros métodos similares.

Probablemente no ganarían si lucharan directamente contra él, pero si utilizaban magia y otros métodos similares, incluso en el pasado, habían ganado de alguna manera u otra contra una bestia mágica que rivalizaba con un Ursus.

“Pero, reunirnos aquí sólo para discutir cosas no hace más que aumentar nuestra pérdida de tiempo. Deberíamos tomar la iniciativa, pero...” —Egnia miró al Maestro de Cacería— “… ¿Podríamos dejarlo en tus manos?”

Haa…” —El Maestro de Cacería negó con la cabeza a regañadientes— “… Supongo que no se puede evitar en este momento. Muy bien, todos ustedes. Empezando por todos los que tienen habilidades sobresalientes para abajo, solidifiquen las defensas de la aldea. La otra mitad, alerten a todos los habitantes de la aldea. Los que hayan terminado de alertar a la gente, cuidarán a los que no puedan luchar. Beniri, te dejo la división del personal. A continuación, Ganen ve al Farmacéutico en Jefe; y Ovei al Maestro de Ritos, y les informan sobre esto. Yo iré al Consejo de Ancianos. Vamos, ¡ MUÉVETE! ¡MUÉVETE! ¡MUÉVETE!”

Cuando Egnia intentó salir, el Maestro de Cacería le hizo una señal, así que corrió hacia él.

“Llevo mucho tiempo pensando en esto, pero ¿no deberías tú, la persona con las habilidades más destacadas de toda la aldea, tomar el papel de líder?”

“¿No haría todo más problemático si hiciéramos eso? Mi nombre, aunque también se debe a quién es mi familia, también es poco conocido en las otras aldeas.”

“No es sólo un poco,” —ignorando las palabras del Maestro de Cacería, Egnia continuó— “Si se llega a ese punto, el conflicto se extenderá a las otras aldeas más de lo que ya lo ha hecho.”

… Gah, me duele la cabeza... ¿Crees que las cosas cambiarían si los Ancianos se jubilaran un poco, realmente solo un poquito?”

“Eso probablemente nunca sucederá. Después de todo, lo que probablemente ocurriría es que, si se jubilan ahora, querrán jubilarse más en el futuro. Incluso si todos los Ancianos se jubilaran, el problema se extendería a otras aldeas. También se puede decir que las cosas irán mejor para nosotros si los Ancianos continúan siendo obstinados con las cosas.”

“¿Qué podemos hacer para resolver este problema?”

“No hay manera de resolver este problema.”

“Hasta llegar al momento en que se produzca un fallo importante en algún punto, ¿verdad?”

El Maestro de Cacería se quedó en silencio.

“Voy a defender la aldea.”

“See, yo también cuento contigo.”

 

Separándose del Maestro de Cacería, Egnia tomó su posición y, mientras continuaba su vigía en la dirección del rugido, pareció que la información se extendía rápidamente dentro de la aldea. Esto no era solo porque los Rangers estuvieran difundiendo la noticia, fue gracias a un sistema bien desarrollado de entrega de información que utilizaban a diario, producto de ser una aldea con monstruos peligrosos viviendo justo al lado.

Tras no haber pasado ni diez minutos, el Maestro de Ritos había empezado a producir alimentos. Además, el Jefe Farmacéutico ya había enviado a Egnia el potente veneno y su antídoto, por si acaso.

El tiempo transcurrió con ellos en estado de alerta por ahora.

No habían escuchado el rugido del Ursus desde entonces. La tensión de los Rangers que se había reunido a causa de eso, empezó a disminuir. A Egnia le pasaba lo mismo; relajó los hombros y masajeó la rigidez de las manos que sujetaban su arco.

¿El Ursus había atrapado a su presa? ¿O puede que haya regresado a su territorio porque su presa se ha escapado? En ese momento, el Maestro de Cacería estaba a su lado.

“… Sólo para estar seguros, probablemente sea necesario que vayamos rápidamente a investigar su territorio. ¿Puedo contar con usted para eso?”

“—Pensé que esto pasaría. Déjalo en mis manos.”

En su mente, ya estaba pensando en sus movimientos al entrar en su territorio.

Egnia miraba fijamente en dirección a su territorio, como si pudiera percibir la figura del Ursus que debía estar allí en su línea de visión, cuando tuvo la sensación de haber visto alguna cosa grande detrás de los árboles del bosque.

¡Chichii!

Egnia hizo vibrar sus labios y emitió un sonido que era como el piar de un pájaro. Este no era un simple sonido. Este era un sonido especial que Egnia podía emitir a través del dominio de su clase de trabajo, éste indicaría a sus amigos que lo escucharan que se pusieran en guardia. Al hacer esto, los aliados que escucharan este sonido no serían golpeados por un ataque sorpresa y serían capaces de actuar rápido.

El ánimo de empezar a bajar la guardia se volvió a tensar al instante.

Mientras sentía que la atención de todos estaba sobre él, Egnia señaló en la dirección dónde acababa de ver la sombra usando su barbilla y sin apartar los ojos de ella.

Por favor, que sea mi imaginación.

Por favor, que sea mi imaginación, que lo confunda con otra cosa.

Por favor, que sea un malentendido.

Solo había visto la sombra durante un momento. Solo estuvo detrás de la sombra de muchos árboles enormes durante un solo parpadeo hasta donde llegaba su línea de visión. Era muy posible que la hubiera confundido con otra cosa. Sin embargo, al ser un Ranger muy competente, la excelente visión de Egnia traicionaba fácilmente incluso sus propias expectativas.

“… Es el Ankyloursus...”

Pese al volumen de las palabras que alguien había dejado escapar por reflejo — esa voz era aterradora y claramente audible para los oídos de todos los presentes.

Sí, ya era evidente para cualquiera que tuviera ojos para ver.

Una enorme sombra se acercaba lentamente a ellos desde entre los árboles.

Lo que había allí era el Destructor del Gran Mar de Árboles — el Ankyloursus.

Sin embargo—

“He, hey, Blueberry-san. ¿No es... esa... cosa... enorme? ¿Los Ursus son realmente tan grandes?”

Un joven Ranger tragó saliva y preguntó.

Como estaba a cierta distancia y oculto entre los árboles, no podían confirmar definitivamente qué era ese cuerpo. Comparándolo con los árboles circundantes, podían obtener una aproximación. Era demasiado grande. No, era demasiado gigantesco.

“… Sumomo. El Ursus que vi antes no era tan grande. No podría haber crecido tanto. Su tasa de crecimiento es anormalmente rápida, un espécimen anormal... en caso de que no tengamos suerte, lo que estamos tratando aquí es...” —Egnia dijo como si las palabras le fueran exprimidas— “… un Lord.”

El aire tembló con un escalofrío.

Aquellos que se desviaban del tamaño habitual, tenían un pelaje de un color diferente u otros cambios peculiares, y poseían poderes únicos — eran llamados especímenes anormales en esta aldea. Sin embargo, incluso entre ellos había algunos que se elevaban por encima de todos los demás, evolucionando tenazmente, reinando como el pináculo de su especie y, en ocasiones, poseyendo una enorme influencia sobre una extensa región a través de sus habilidades de combate. Por ello, a estos individuos se les otorgaba el título de 'Lord'.

En otras palabras, si el que tenían ante sus ojos era realmente eso, significaba que sería mucho más fuerte que los normales.

Incluso un Ankyloursus ordinario era un oponente preocupante, pero si toda la aldea luchaba junta, probablemente serían capaces de hacerlo retroceder. Sin embargo, si la bestia mágica que tenían ante sus ojos era realmente un “Lord Ursus”, era totalmente inimaginable que quedara algún superviviente.

“¡Imposible! Escuché que hay un Lord, ¡pero debería estar mucho más al norte!” —dijo agitado uno de los Rangers, con la saliva volando de su boca. Sin embargo, controlaron el volumen de su voz para no provocar al Ursus— “¿Qué demonios ha pasado con la Aldea Aju?”

Una aldea formada por los mismos Elfos Oscuros — se habían enterado por rumores que existía un Lord en las cercanías de la Aldea Aju. Los del tipo Lord no eran algo que apareciera con frecuencia. Siendo así, podían considerar que este era el mismo espécimen que el Lord en las cercanías de la Aldea de Aju.

“¿—Han sido todos aniquilados?”

En el caso que un Lord cambiara de territorio, o si empezaba a desplazarse en dirección a esta aldea, alguien de la Aldea Aju debería haber venido a avisarles. Pero nadie había venido. A pesar de ello, el Lord estaba justo allí.

El silencio reinaba este lugar. Si seguían la dirección donde escucharon por primera vez el rugido, allí estaría la Aldea Aju.

… La Aldea de Aju se convirtió en una zona de alimento, los Ursus se enteraron de la comida llamada Elfos Oscuros y se basaron en los olores o algo más para dirigirse hacia allí.

Nadie quería decirlo, pero todos habían llegado a la misma conclusión.

El color de la desesperación se mezclaba con el ambiente tenso.

Aunque hubiera adquirido el gusto por los Elfos Oscuros en la Aldea Aju, no debería saber que aquí había comida fresca.

Había muchos gourmets entre los Ankyloursus. Eran omnívoros, aunque tenían alimentos particulares que preferían comer. Si los Elfos Oscuros satisfacían sus exigentes gustos, debían abandonar esta aldea y, aunque lo hicieran, no significaba que no los persiguiera. Por lo tanto, debían alejarlo y apartarlo de la aldea.

Sin embargo, había un problema.

“No, no podemos afirmar que la Aldea Aju haya sido aniquilada.” —todos los ojos estaban puestos en Egnia— “Como he presenciado en un principio, había un Ursus construyendo su territorio en esta zona. Si el Lord llegó directamente aquí desde la Aldea Aju, habría entrado en el territorio de ese Ursus. Sería extraño no escuchar dos rugidos si eso ocurriera. En otras palabras... el Ursus que originalmente marcó su territorio en esta zona, probablemente creció y se convirtió en un Lord.”

Todavía existía la posibilidad de que fuera el Lord de la Aldea Aju. Si el Lord y el Ursus que marcó su territorio en esta zona era del sexo opuesto, probablemente no habría una pelea. También era posible que, si los dos volvían a toparse, uno de los Ursus —muy probablemente el Lord— no rugiría.

Sin embargo, que la Aldea Aju sobreviviera o no en estas circunstancias, no era importante. Lo que debían pensar en este momento que, si no había forma de cambiar el hecho de que el Lord se dirigía a esta aldea, ¿qué deberían hacer? ¿Cuál sería el mejor movimiento a realizar?

Si ese era el caso—

“—Luchar contra un Lord es un suicidio. No hay más remedio que invocar a los Elementales y huir mientras nos dan algo de tiempo.”

“¡¿Crees que eso es algo que podemos hacer, así como así?! ¡No hay duda de que seremos atacados por esa cosa en el bosque! Más aún, podemos simplemente darle toda la carne almacenada y otros alimentos que quiera, y dejar que llene su barriga.”

“¡Eso es! Los Ursus tienen una disposición similar a la de los osos. Probablemente también les guste la miel. La untaremos también en la carne y la entregaremos—”

En ese momento, reverberó un rugido que parecía hacer temblar la tierra, el aire, el bosque y, el núcleo de sus cuerpos. Ya no podía esconderse en las sombras de los árboles.

El Lord Ankyloursus, que caminaba lentamente, estaba allí.

La respiración de los Elfos Oscuros se volvió rápida y superficial. Las mentes de todos los presentes se quedaron en blanco. Cualquier idea que tuvieran hace un momento se esfumó.

Pudieron saborear la diferencia de poder que había entre sus cuerpos, y ellos se encogieron. No era como si ese rugido de hace un momento tuviera un efecto especial que indujera al miedo u otros efectos mentales.

Se trataba simple y fatalmente, una reacción suya debido a que los Elfos Oscuros comprendían la diferencia de sus posiciones como seres vivos. En otras palabras, significaba que la diferencia de poder era tan grande y hasta tal punto, que los Elfos Oscuros eran simplemente seres impotentes que serían pisoteados.

—Esto es malo.

Casi todos los Elfos Oscuros estaban convencidos de la tragedia que les esperaba, y estaban sometidos a la resignación. Sin embargo, aún era demasiado pronto para aceptarlo.

“—¡¡MUÉVETE!!”

Era un grito para reprenderse y despertarse a sí mismo.

“Mueh, mueh, muévete, ¡¿dices?! ¡¿Y qué demonios podemos hacer?!”

“¡¿Cómo mierda voy a saberlo?!”

Egnia respondió a la chillona pregunta de la mujer Elfo Oscuro con unas breves palabras que pendían en el aire como si fuera un machete.

“Co, ¿cómo diablos vas a saberlo?”

“Sólo estás arremetiendo...”

“¡Puedes co— ¡No! ¡¿Cómo es posible que incluso yo entendería o sabría algo sobre qué hacer en este tipo de situación?! ¡Aun así, tenemos que movernos! ¡¿Qué podemos hacer estando todos encogidos así?! Por lo menos esas ideas de hace un momento eran—”

¿También era su objetivo aterrorizarlos? El paso del Lord Ursus era sorprendentemente lento.

Este tenía la cabeza hacia abajo, tratando de captar el aroma de los Elfos Oscuros de entre las flores que estaban plantadas alrededor de la aldea. Por alguna razón, la palabra “penoso” le venía bien a esa figura, y daba la impresión de que era realmente miserable. ¿Estaba herido? Si no lo estaba, ¿estaba enfermo o incluso afectado por algún tipo de veneno? Saltaron esas esperanzadoras observaciones, pero, sin duda, eso era solo una especie de escapismo mientras descendían a una especie de situación extrema.

¿Le disparamos? No hay que pensar en provocar su ira, ya no. Es seguro que viene hacia aquí. Entonces, deberíamos hacer el primer movimiento... los arcos pueden herirle. Además, todo el mundo probablemente se ha preparado para lo peor. Si puedo llamar su atención, y luego moverme para poder separarlo de la aldea... espera... También existe una forma diferente de hacerlo...

“… Es aceite.”

Cuando Egnia murmuró eso, aparecieron por un momento miradas de desconcierto en los Rangers que le rodeaban, pero al instante captaron sus intenciones.

“¡Eso es! ¡Podemos rociarlo con aceite y prenderle fuego usando un Elemental de Fuego!”

“Tiene un cuerpo enorme. Le será difícil evitar el aceite.”

“¡Invocaremos Elementales de Agua al mismo tiempo para asegurarnos de que las llamas no se extiendan!”

No había mucho aceite en la aldea. No es que fuera difícil de conseguir. Dado que sus usos eran limitados, era uno de los bienes que no almacenaban a propósito.

Gritando: “Voy a ir”, uno de los Elfos Oscuros salió corriendo, dirigiéndose al centro de la aldea. Probablemente tenía la intención de avisar a uno de los Druidas que debía estar en el almacén. Sería malo que estuvieran convirtiendo todo su poder mágico en comida, sin saber el estado actual de las cosas.

En ese momento, el rugido del Lord Ursus hizo temblar el aire. El mismo de hace un momento que les hizo sentir la abrumadora diferencia de poder, pero los Elfos Oscuros ahora mismo se habían recompuesto y ya no se estremecerían.

“¡¿Qué está haciendo?!” Gritó con curiosidad uno de los Elfos Oscuros. No era solo Egnia, todos los Rangers allí presentes se preguntaban lo mismo.

Debido a la naturaleza de Ankyloursus, debió haber atacado inmediatamente en el momento en que los viera, pero no hubo señales de hacerlo. Era como si no tuviera ninguna motivación— no, cuando se trataba de un Lord, probablemente tenía muchos objetivos alternos.

Cuando examinaban la situación, esta vez el Lord Ursus se levantó y rugió.

El hecho de hacerse ver grande e intimidar a su oponente, era una acción que las bestias salvajes hacían a menudo. Sin embargo, lo que no entendían era, ¿por qué no atacaba?

Dado que no era una simple bestia, sino una bestia mágica, el Lord Ursus era un ser bastante inteligente. Aunque él había confirmado visualmente que estaban allí y que definitivamente eran seres débiles, ¿por qué los amenazaba, a pesar de todo?

En primer lugar, ¿tenían algún significado esos repetidos rugidos de hace un momento?

“Oye, ¿tal vez esto sea una práctica de caza para sus crías?”

Si era eso lo que significaba ese extraño comportamiento, era posible y, además, Egnia estuvo mentalmente de acuerdo con la voz de quien lo decía.

El padre llevaba al niño cuando salía de cacería, el niño aprendía observando la cacería del padre y aprendía las habilidades para capturar cualquier tipo de presa. Hubo muchos casos en los que, si no hacía esto y abandonaba el nido sin adquirir ninguna habilidad de caza, moría de inmediato. El misterioso comportamiento del Lord Ursus, podría ser que estuviera tratando de enseñar a su hijo, que lo observaba desde algún lugar, sobre el alimento conocido como 'Elfos Oscuros'.

“Si se trata de eso, entonces, considerando el futuro, ¿no deberíamos inculcarle al cachorro que los Elfos Oscuros son una cantera dura que puede hacerle daño? Será un verdadero dolor si nos recuerdan como una simple comida.”

“¿No se volverá loco el Lord si matamos a su cachorro?

“Si se trata de una cría no se dejará engañar... ¿por la carne untada con miel? Si se trata de una práctica de caza, probablemente solo comerá carnada viva. Pero vale la pena probarlo, ¿no?”

De repente, el Lord Ursus movió la nariz y empezó a correr en dirección a los Elfos Oscuros.

El aspecto abatido de hace un momento, había desaparecido. Curiosamente, no podían sentir una intención asesina inminente. Pero, había algo diferente. Egnia lanzó una mirada detrás del Lord Ursus sólo por un instante. Tuvo la sensación que tenía el comportamiento característico de una bestia que estaba siendo dirigida—

—Es imposible que ese fuera el caso. En primer lugar, no debería haber ningún ser que pudiera dirigir a un Lord Ursus.

“Qué demonios... No entiendo qué está pasando aquí.”

No era solo Egnia, muchos de sus amigos también estaban confundidos.

No podían leer en absoluto qué acciones iba a realizar el Lord Ankyloursus. Tal vez fuera un error tratar de entender a la bestia mágica que era el rey del bosque, pero este era el primer enemigo contra el cual su experiencia e intuición como Ranger había sido inútil hasta ahora.

Sin embargo, aún con esa confusión, cruzaron una de las pasarelas y retrocedieron. Era un hecho innegable que el Lord Ursus corría hacia ellos. Si tardaban lo más mínimo en actuar, se convertirían en su presa.

El Lord Ursus, que ahora había llegado a la base del Árbol Elfo —donde ya no quedaba nadie— se levantó.

Era gigantesco.

Un tamaño que alcanzaba más que suficiente la altura de las pasarelas.

Y balanceó uno de sus enormes brazos.

El ataque sacudió violentamente el Árbol Elfo, y su tronco se abrió como si hubiera explotado.

Las pasarelas que conectaban los árboles se doblaron, y los Elfos Oscuros se aferraron desesperadamente a los costados para no salir disparados.

La corteza de un Árbol Elfo se había hecho especialmente fuerte. Se trataba de un árbol especialmente fabricado, que había sido criado mediante la aceleración de su crecimiento usando magia en él muchas veces y dándole grandes cantidades de alimento para que creciera grande y grueso. El árbol gigante que tenía la robustez para simplemente repeler cualquier monstruo que lo atacara, había sido reducido a este estado en solo un instante. Esta era la prueba, más que nada, que la fuerza física del Lord Ursus superaba con creces a la de cualquier otro monstruo que hubiera llegado a esta aldea hasta el momento.

“Maldito monstruo...”

“Podría decirse que es tan poderoso como lo imaginábamos, pero, aun así... qué espantoso es realmente...”

“—No es el momento para impresionarse. ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué podemos hacer para que haya el menor número de víctimas?”

Por un único golpe, los que habían perdido las ganas de luchar refunfuñaron.

Eso también era inevitable, después de todo, fueron testigos de primera mano del único golpe que ellos mismos jamás podrían igualar, en el que incluso el simple hecho de ser rozado significaba la muerte.

Desde hacía un rato, el Lord Ursus había estado atacando al mismo Árbol Elfo como si hubiera perdido la cabeza.

Era un comportamiento excesivamente anormal, pero no daba la sensación de haber perdido el control y haberse vuelto loco por culpa de la magia. Era el tipo de movimiento que hacía pensar que guardaba algún tipo de rencor especial contra los Árboles Elfo. Y a veces, se detenía y echaba una rápida mirada a Egnia y a los otros Elfos Oscuros antes de volver a atacar al árbol una vez más.

No parece que esto sea enseñar a un cachorro a conseguir comida... no...

No había señales de un cachorro en ningún lugar alrededor del Lord Ursus.

Egnia miró el carcaj que colgaba de su cintura y las flechas que había en su interior.

¿Algún Elfo Oscuro llegó a atacarlo, sólo para fastidiarlo? ¿Es por eso que le guarda rencor a los Árboles Elfo?

Los Elfos Oscuros eran los únicos que pensaban que el propio Árbol Elfo no tenía ningún olor, pero no era necesariamente cierto que los monstruos con un excelente sentido del olfato —como el Ankyloursus— no lo notaran. Pero si ese era el caso, entonces, si abandonaban esta aldea podrían estar a salvo por el momento.

No, no puedo imaginar que las cosas vayan tan bien. Tendría hambre después de pasar cierto tiempo enfurecido... y podría venir tras nosotros rastreando nuestros olores. Después de todo, deberíamos darle la carne untada con miel y rezar para que eso sea suficiente para satisfacerlo. Pero, lo que me preocupa es que a veces se pueda asomar a nosotros... como si pareciera estar observándonos.

Después de todo, el Lord Ursus lanzaba ocasionalmente una mirada parpadeante hacia ellos y, cada vez que lo hacía, atacaba al Árbol Elfo.

“¿Podría ser... que su objetivo sea mantenernos inmovilizados aquí?”

“Entonces, ¿un espécimen diferente lo está siguiendo hasta la aldea desde otra dirección? ... ¿Es necesario hacer ese tipo de cosas? ¿Un 'Lord Ursus'?”

“Lo sería si su objetivo fuera expulsarnos de la aldea, ¿no es así? Tal vez haya otro Ursus esperando para emboscarnos en el lugar al que escapemos, o algo así.”

“Nunca he oído hablar de Ursus cazando juntos... pero, si no es eso, entonces, no tiene sentido, huh. ¿Entonces no tenemos otra opción que todos huyan en todas las direcciones? ¿Y si cada persona lleva carne o algún otro alimento con ellos, seguramente se tranquilizará mientras esté comiendo la comida entonces?”

“¿—Es realmente nuestra única opción?”

“No me mires así. No es como si fuéramos a abandonar la aldea. No pasará nada si volvemos una vez que el Ursus se haya ido.”

Hubo quienes se consolaron, pero no podían imaginar que las cosas fueran tan bien.

Eso se debía a los sonidos crujientes que el Lord Ursus estaba haciendo mientras talaba el Árbol Elfo. ¿Podría estar queriendo convertirlo en parte de su territorio?

Si ese era el caso, entonces, no había otra forma que Egnia y los demás Elfos Oscuros dejaran todo atrás y abandonaran la aldea.

A través de los efectos de la magia, el crecimiento de un Árbol Elfo era increíblemente rápido. Pero, aunque hubiera crecido tanto como hasta ahora, esto no podía lograrse de la noche a la mañana. Para los Elfos Oscuros, que convivían con los Árboles Elfos, perder a uno de ellos era igual a que les robaran todo. ¿Cuántos sacrificios tendrían que hacer si no se les permitía absorber a las otras aldeas hasta que pudieran volver a criar un gran Árbol Elfo?

“Okay. Abandonemos la aldea mientras le damos carne untada con miel al Ursus” —todos asintieron a las palabras del Maestro de Cacería— “Por el momento, Sumomo y Prune prepararán la carne untada con miel. Los demás se quedarán aquí y llamarán la atención del Lord Ursus para que no se adentre en la aldea.”

Los dos jóvenes Rangers salieron corriendo hacia el centro de la aldea.

El Lord 'Ursus, que ya había despedazado un Árbol Elfo y pasado al siguiente, dejó de repente de blandir sus garras.

Antes que Egnia y los demás pudieran pensar: “¿Qué está haciendo?”, el Lord Ursus comenzó a moverse.

En dirección al centro de la aldea.

“¡¡Detente!!”

Egnia sacó inmediatamente dos flechas de su carcaj y apuntó. En el borde de su visión, vio que sus amigos sostenían sus arcos, listos para disparar.

Simultáneamente, activó una habilidad y disparó las dos flechas.

Ambas flechas impactaron en el enorme cuerpo del Lord Ursus— y ambas fueron repelidas.

Seguidamente, muchas flechas volaron hacia él.

Todas las flechas que salieron volando impactaron la cara o patas delanteras del Lord Ursus, pero fueron repelidas; e incluso si no habían impactado, atravesaron el suelo o árboles justo delante de él.

Tampoco es que hubieran fallado. Incluso estando en movimiento, su cuerpo era demasiado grande. Resultaría muy difícil fallar.

La finalidad de las flechas lanzadas no era para causarle daño.

Era para atraer la atención de su enemigo y ganar algo de tiempo.

Sin embargo, el Lord Ursus no se detuvo ni un instante. Lo único que hizo fue echar una mirada furtiva hacia ellos.

“¡¿Qué demonios?!”

—Nuestro oponente se encuentra en la cima del ecosistema, ¿verdad? ¿Qué demonios está sucediendo para que ignore completamente el ataque de seres de rango inferiores como nosotros? ¿Acaso no ve a los débiles como débiles? Se comporta como si tuviera algún objetivo... ¿ha atacado antes una aldea de Elfos Oscuros en algún otro lugar? ¿Sabe que los niños y otras personas débiles están en el centro de la aldea? ¿Así que intenta deducir su ubicación intimidándonos? Quizás sea porque aprendió este tipo de caza cuando era débil, así que, en lugar de ignorarnos, el Lord Ursus apunta a los objetivos más débiles.

Fue precisamente porque este tipo de caza había tenido éxito en el pasado que volvería a hacer lo mismo, por lo que tenía mucho sentido. Eso sería cierto incluso si se hubiera convertido en uno de esos seres que se enorgullecían de su propia fuerza conocidos como Lords.

Teniendo en cuenta eso, entonces, probablemente atacó repetidamente a los Árboles Elfos para reunir a los que podían luchar a su alrededor, o algún otro objetivo similar. Cuando se pensaba así, las contradicciones de esos extraños comportamientos desaparecían y todo tenía sentido.

E incluso, eso podía estar basado por una experiencia exitosa en una cacería anterior que había salido bien. Sea como sea, en el momento en que lo habían adivinado, solo había una cosa que Egnia y los demás podían hacer al respecto.

No permitir que el Lord Ursus se dirigiera hacia el centro de la aldea, donde deberían estar los niños y los demás.

“¡Tras él!”

El Maestro de Cacería ni siquiera tuvo que decir nada. Todos saltaron de la pasarela y corrieron a toda velocidad por el suelo.

Para correr por las pasarelas suspendidos entre los Árboles Elfo, había que dar pequeños pero inevitables desvíos. Era extremadamente peligroso correr en un lugar donde las zarpas del Lord Ursus podían alcanzarlos fácilmente, pero no tenían otra opción que hacerlo. Además—

—Es porque, incluso si el Lord Ursus se diera la vuelta y empezara a atacarlos, todavía podrían ganar algo de tiempo.

Parecía difícil para el Lord Ursus —que tenía un enorme cuerpo— correr a través de las hileras de los Árboles Elfo; e incluso si había una brecha abrumadora en sus habilidades para correr, no tendría ventaja sobre ellos al correr a través de la aldea. Por el contrario, Egnia, que se enorgullecía de poseer las habilidades físicas más sobresalientes entre los Elfos Oscuros, logró acortar la distancia entre los dos.

Pudo oír gritos procedentes en la dirección a la que se dirigían.

No era de alguien que estaba siendo atacado.

Se debía a que incluso la gente del centro de la aldea, había visto la figura del Lord Ursus.

¡Maldita sea!

Había un lugar llamado la Plaza en el centro de la aldea, pero no se encontraba en el suelo. Era un lugar parecido a una bandeja de madera que colgaba en el aire, y se sostenía gracias a las pasarelas que se extendían desde los árboles.

Cuando el Lord Ursus llegó a la plaza, se levantó. Al extender esos dos gruesos y aterradores brazos, volvió a rugir.

Era más fuerte que los de hace un rato, tenía fuerza más que suficiente para hacer que todos los presentes se congelaran en el lugar. La Plaza estaba separada del suelo por el momento, pero el enorme cuerpo del Lord Ursus podía alcanzarla fácilmente.

El rugido que hacía sentir la diferencia de estatus como ser vivo, y ese armazón masivo que aterrorizaba a todos los que lo veían. La combinación de ambas cosas le daba un poder de combate que dejaba petrificada a un sinfín de personas — tanto a los Rangers novatos como a los niños.

Egnia arrojó a un lado el arco compuesto de estilo Elfo Oscuro, y dejó libres ambas manos.

Estos arcos eran los tesoros de los Elfos Oscuros. Los materiales con los que se fabricaban no eran de este bosque, sino que habían sido extraídos de la tierra en la que una vez vivieron. Había pocas piezas de repuesto para repararlos, y nunca podrían volver a fabricarse. Probablemente, los ancianos le reprenderían por tratar uno con tanta rudeza. Sin embargo, no tenía tiempo para guardarlo cuidadosamente.

“UoOOO.”

Egnia gritó para subir su propia moral, y saltó sobre el Lord Ursus en un intento de apartar su atención de la multitud. Cuando se aferró a aquel enorme cuerpo, utilizó el duro y rugoso cuero como asidero para trepar por él como si estuviera corriendo por su espalda.

“—GoO”

El Lord Ursus se enfureció, retorciendo su cuerpo para tratar de apartar a Egnia.

En un instante, el cuerpo de Egnia sobresalió del fondo, y parecía que iba a ser arrastrado y enviado a volar por la fuerza centrífuga, pero de alguna manera se las arregló para resistir. Pudo alcanzar así la parte posterior de su cabeza. La furia del Lord Ursus se hizo aún más violenta.

Era obvio el porqué. Incluso un Elfo Oscuro probablemente actuaría de la misma manera si una abeja estuviera zumbando alrededor de su cuello.

Egnia se acercó al cuello del Lord, como si estuviera pegado a él, y soportó desesperadamente para no caer.

Era extraño que no se revolcara por el suelo, ni le arañara con aquellas terroríficas garras, pero fue buena suerte para Egnia, y debía agradecerlo.

“¡¿Qué demonios estás haciendo?! ¡Corre!”

No quería hacer ningún ruido, pero no se podía evitar. De hecho, los movimientos del Lord Ursus parecían volverse más intensos en respuesta a su voz. Las flechas salieron volando como si quisieran obstaculizarlo. Si fuera alguien con un brazo hábil, incluso en esta situación, Egnia casi nunca sería impactado.

Sin embargo, ni siquiera uno de los disparos de Egnia había atravesado una parte de su piel. No había ninguna señal que las flechas estuvieran hiriendo al Lord Ursus. Si no podían ni siquiera arañarlo, entonces, ni siquiera las flechas recubiertas de veneno tendrían ningún efecto.

Egnia puso fuerza en sus dos manos. No había manera que se separara del Lord Ursus, ahora mismo.

Transcurrió lo que parecía una cantidad de tiempo anormalmente larga, y el movimiento del Lord Ursus se hizo un poco más lento. Seguramente, el seguir enfurecido lo había desgastado un poco. Sin embargo, su oponente era un Lord. Su resistencia no debería entrar en la categoría del sentido común. No había duda que se recuperaría de inmediato y volvería a hacer estragos.

Las manos de Egnia estaban entumecidas. Probablemente no sería capaz de resistir el siguiente.

Esta— era su última oportunidad.

Llevó una mano a su cintura y sacó la daga que tenía allí.

Y luego, de un tirón, se elevó hasta quedar a una distancia que le permitiera alcanzar las partes del Lord Ursus que parecían vulnerables — los ojos y la nariz. Había partes, como el cuello, que no tenían armadura. Sin embargo, bajo el denso pelaje de esos lugares había una piel gruesa. No confiaba en poder causarle ningún daño con la daga que sostenía.

En ese momento, el cuerpo de Egnia flotó suavemente hacia arriba. En el instante en que soltó una mano, el Lord Ursus sacudió violentamente su cuerpo. Aunque en el mejor de los casos había sido capaz de aferrarse usando el pleno dominio de las facultades de su cuerpo, no había forma de que pudiera soportarlo en su postura actual con una mano sin sujetar.

Su campo de visión giraba en círculos, y podía oír gritos procedentes de algún lugar.

Mier—

En cuanto se dio cuenta de lo que ocurría, tiró inmediatamente su daga y llevó su mano a la cintura. Lo que sacó fue una pequeña bolsa de cuero.

Él se estampó contra el suelo. El impacto había expulsado el aire de sus pulmones y, por un instante, cayó en una insuficiencia respiratoria.

Sin embargo, aunque había dolor, la impaciencia que bullía en su interior era más fuerte que eso.

Egnia, que estaba tirado en el suelo, clavó sus ojos al Lord Ursus que tenía frente él, y lo miró fijamente.

No podía moverse.

Su cuerpo estaba petrificado por la presión que ejercía el Lord Ursus que estaba ante sus ojos.

Sabía que todo acabaría si hacía un movimiento en falso.

El aliento expulsado por el Lord Ursus llegó a él. Que tuviera un olor tan indebidamente agradable fue una sorpresa— no, no estaba a ese nivel, estaba más bien en el rango asombroso.

Egnia sintió que iba a reírse.

No había que pensar ni dudar. Ya se había preparado para lo peor.

Adelante. Te dejaré comer mi carne junto a esto.

Ser devorado por el Lord Ursus era lo peor que podía pasar. Porque recordaría el sabor del Elfo Oscuro.

Sin embargo, ¿qué pasaría si no le gustara el sabor de los Elfos Oscuros?

Aflojó la cuerda, que rodeaba la abertura, de la bolsa de cuero que sujetaba con fuerza.

Era el veneno que le habían dado de antemano. Si tenía en cuenta el tamaño del Lord Ursus, era muy poco.

Sin embargo, aunque no fuera un veneno mortal, sería capaz de mostrarle el sabor de ese veneno.

Cuando abriera esa gran boca y lo mordiera, ambos brazos le lanzarían las bolsas llenas de veneno.

Todo acabaría si es que atacaba con sus garras.

Si fuera mordido, no terminaría solo con sus brazos.

Egnia se había preparado para esto.

No, lo había decidido desde hacía mucho tiempo.

Vivía y moría por el bien de esta aldea.

El motivo por el que era más fuerte que los demás, era definitivamente, todo para este día.

Ahora ven y tómalo. Los Elfos Oscuros de esta aldea son lo suficientemente asquerosos como para hacerte querer vomitar.

El Lord Ursus apartó la mirada de él.

¡¿—Qué demonios está haciendo?!

El Lord Ursus, rugiendo una vez, balanceó su cola y sus brazos. Luego repitió los ataques a los Árboles Elfo de los alrededores, como si estuviera descargando su ira contra algo. Era casi como si ni siquiera pudiera ver a Egnia, pero no había forma de que eso fuera posible. Porque sintió que realmente habían intercambiado miradas.

“¡Egnia! ¡Deprisa!”

Incapaz de asimilar la situación, el confundido Egnia notó de repente la voz de uno de sus amigos Ranger.

Estaba preparado para ser devorado, pero no era como si quisiera ser devorado por elección propia.

¿Acaso serían capaces de escapar? El Lord Ursus parecía no tener ningún interés en ellos, pero sabía que dirigía su mirada hacia ellos. Se preguntó qué podría estar buscando.

¿Es huir— la respuesta correcta?

No tenía ni idea. Su oponente no transmitía ni una pizca de sus intenciones.

Cuando Egnia había alcanzado las alturas de la confusión, una flecha que pasó volando de repente, impactó en el Árbol Elfo justo delante de la bestia mágica.

«Kooooooooon», el estridente sonido, que fue suficiente para poner la piel de gallina, resonó claramente y se extendió como una onda. Todos los Elfos Oscuros —incluso el Lord Ursus— dejaron de moverse, todo a su alrededor quedó en completo silencio, como si alguien hubiera arrojado agua fría sobre todo.

Dentro de ese silencio, resonó una hermosa voz.

“Uh... ya fue suficiente de tu parte”, el mundo entero brilló.

La figura que apareció de repente por detrás de Egnia, era un niño Elfo Oscuro. Sin embargo, no era residente de esta aldea. Parecía que podía ser un niño o una niña extremadamente bonita. No, si se fijaba bien, era una niña escandalosamente bonita. A pesar de sí mismo—

“Lin, qué linda...”, dejó escapar Egnia.

¿Cómo era posible que una chica fuera tan bonita? Era una belleza que superaba con creces a la del rocío de la mañana cuando se convertía en gotas de agua y caía de las hojas, alcanzadas por la luz del amanecer, y brillaban como joyas.

Fue como si pareciera que estuviera emitiendo una luz cegadora desde su interior. Esta era probablemente la causa de que el mundo pareciera brillar en ese momento.

Además, era como si el brillo de la vida estuviera envuelto en un olor que provenía de sus movimientos.

La nariz de Egnia se movía pese a sí misma.

Si pudiera llevar a sus pulmones, aunque sólo fuera una pizca de ese aroma, conseguiría que éste llenara todo su cuerpo a través de la sangre que circulaba por él.

¿Qué era esta fragancia? Era como si todas y cada una de sus células bailaran de alegría.

En las manos de esa chica de belleza inigualable — llevaba guantes, por lo que no poder ver esos dedos, era frustrante…

“Cómo—”

—Sujetaba un arco asombrosamente exquisito. Esa maravillosa manufactura no era definitivamente sólo para exhibirla, contenía más poder que cualquier otro arco que Egnia hubiera visto, por lo que su intuición como Ranger le gritaba.

Pero, ¿a quién le importaba todo eso?

El desequilibrio de la chica, por tener un arco desproporcionado para ese cuerpo, se convirtió en uno de los factores que aumentaron su ternura de nuevo.

Todo en ella era encantador.

Ella era resplandeciente.

“Hey, monstruo. Vamos, vete de aquí. No dejaré que ejerzas más violencia de la que ya has hecho.”

Qué linda.

Demasiado linda.

Súper linda.

Sin duda debió haberla escuchado hace un momento, pero en ese instante, ese hermoso rostro había captado su atención y no recordaba haber escuchado su voz. Sin embargo, esta vez su cerebro respondía correctamente a su voz.

Se repetía una y otra vez en su cabeza como si fuera un estribillo. Y cada vez que lo hacía, estaba al borde de que se le pusiera la piel de gallina.

Con un chasquido, aquella chica de belleza inigualable apuntó con un dedo al Lord Ursus.

¿Por qué, se preguntó, no apuntaba ese dedo hacia él?

Era frustrante.

Era lamentable.

Era triste que esos hermosos ojos no lo percibieran.

“Gurururuu.”

El Lord Ursus gruñó.

Ese no era un gruñido destinado a intimidar a la presa. Fue un gruñido de temor.

El Lord Ursus desconfiaba de esa chica de belleza inigualable.

Naturalmente.

Quienquiera que fuera, cuando una chica de belleza inigualable a este grado apareciera ante sus ojos, se encogería. Pensarían que tal vez fuera una diosa.

Por supuesto, podría haber quienes creyeran que las bestias mágicas no podían tener ese tipo de sentido estético. Sin embargo, esa forma de pensar era demasiado tonta.

Egnia lo negó rotundamente.

Tenía motivos para negarlo.

Las bestias mágicas que poseían extraordinarios poderes eran hermosas. Si es así, paradójicamente, no sería nada extraño que esta chica de belleza inigualable poseyera un poder absoluto.

Así es. No habría nada extraño en ello.

En el instante en que el Lord Ursus emitió una señal de que iba a intentar moverse — Egnia abrió mucho los ojos, sorprendido.

La chica de belleza inigualable ya tenía una flecha tensada en su arco.

Desde que la chica de belleza inigualable se había revelado, Egnia no le quitó los ojos de encima ni un instante. Incluso un parpadeo habría sido un sacrilegio, y no debería hacerlo ni una sola vez. Sin embargo, una flecha ya estaba tensada en su arco.

No, no era extraño.

Se trataba de una chica de una belleza inigualable que parecía que el propio mundo la había creado. Siendo así, no había duda de que fuera muy capaz.

Egnia tenía esa convicción.

Un destello de luz pasó junto a él—

“¡GwoOO!”

—gritó el Lord Ursus.

No le importó hacia dónde se dirigía la flecha. Más importante que eso, no quería apartar sus ojos de aquella chica de belleza inigualable ni un instante.

“¡¿,■■■?! ¡¿■■■■■■■■?!”

“¡■■■!”

“¡¿■■■■■■?!”

Las bocas a su alrededor decían algo.

Era molesto.

¡Cállense! No podré escuchar a esa chica de belleza inigualable cuando diga algo.

Desde el punto de vista de Egnia, que intentaba distinguir la voz de la chica de belleza inigualable, todo era un ruido excesivo.

Los pasos del Lord Ursus se desvanecían en la distancia.

“¡¿?! ¿¡■■■■■■■■■■■■■■■■■■!?”

¡He dicho que se callen! ¿Cómo vas a compensar si no puedo entender lo que dice esta chica por culpa de ustedes?

“… ¿Estás bien?”

La chica de belleza inigualable le estaba hablando a él.

A él, a él mismo. Y no a nadie más.

A él, a él mismo.

Egnia estaba petrificado por la emoción, y no podía emitir ninguna palabra. Incapaz de pensar, no sabía qué debía decir. Incluso le costaba respirar. Aun así, adoptar este tipo de actitud era absolutamente irrespetuoso.

A pesar de ello, haciendo acopio de toda la energía de su cuerpo, Egnia exprimió la respuesta más acorde.

“Kew, vsh, bo.”

“… ¿Hm?... ¿Eh?... ¿Qué fue eso?”

La chica de belleza inigualable le miró dubitativa. Esa expresión también era impensablemente encantadora. No, él estaba seguro que, si se trataba de ella, cualquier expresión sería bonita.

“Mis, mis disculpas. Parece que Egnia está confundido por su temor al Lord Ursus.”

“Hmmm.”

Eso era todo lo que dijo la chica de belleza inigualable con voz llana, en respuesta a las palabras del Maestro de Cacería. Y allí, Egnia, que por fin había recuperado un poco de cordura, se sonrojó ante su propia metedura de pata.

“¡Shi! 'ucion, obh'ado!”

“¿...? Oh, 'gracias por disparar esa flecha', es lo que estás diciendo, ¿no?”

Los Rangers que los rodeaban probablemente también recordaron lo primero que debían decir a aquella chica de belleza inigualable. Cuando bajaron de los árboles, luchando por ser los primeros en hablar, bajaron la cabeza hacia esa chica de belleza inigualable y expresaron su gratitud.

“See. De nada.”

No.

Eso no era correcto.

Él no le estaba dando las gracias por haberle salvado. Tenía que darle las gracias por aparecer ante él, aquí.

“¡Shi!”

“… ¿Estás seguro que estás realmente bien? ¿Te golpeaste muy fuerte la cabeza cuando saliste volando? ¿No deberías hacerte revisar por un Clérigo?... ¿O sería un Druida en este lugar? Esa bestia mágica podría tener algún tipo de habilidad especial.”

“Tienes razón. Parece que Egnia se golpeó fuerte la cabeza, así que sería mejor llevarlo.”

Fue llevado en una camilla hecha con dos palos de madera y una cuerda. No tenía ningún dolor de cuando había sido enviado a volar, pero era totalmente plausible que la razón por la que no sintiera ningún dolor, fuera solo por la emoción de ver a la chica de belleza inigualable. Las personas eran capaces de olvidarse de su propio dolor y actuar en situaciones extremas. Siendo ese el caso, sería razonable que no sintiera ningún dolor si una chica de belleza inigualable estuviera frente a él.

A decir verdad, quería acompañarla. Quería respirar el mismo aire de ella aquí mismo. Sin embargo, si realmente estuviera herido, la chica de belleza inigualable se preocuparía por él. Como era tan linda, era sabido que hasta su corazón era bondadoso. Así que esa era una situación que debía evitarse.

Como resultado de que su razón le persuadía desesperadamente que aquel era su propio deseo, Egnia decidió dejarse llevar obedientemente.

Al seguir la vista de espaldas de la chica de belleza inigualable, que hablaba con el Maestro de Cacería, Egnia pensó.

… ¿Qué es este violento latido en mi corazón...? ¿Podría ser...? ¡Amor!

Egnia Blueberry. A los 254 años de edad, fue su primer amor.


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