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| Overlord vol. 13 novela ligera |
Traducción jpn-ing: NigelTraducción ing-esp: RawiCorrección: . . .
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Esta traducción es la versión 2.3 traducido por Rawi. Se sacará una versión en el futuro.
Overlord Volumen 13: La Paladín del Reino Santo | Parte II
Capítulo 6: Artillera y Arquera
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Parte 1
Después de salir de la habitación de Caspond, el primer lugar al que fue Neia, fue al campo de tiro con arco. Los subordinados de Neia habían estado esperando allí y rápidamente se le acercaron.
Mientras sus compañeros decían "¿cómo ha ido el encuentro, señorita Baraja?" y "siempre estamos listos para ir" y otras cosas por el estilo, Neia les habló del encuentro.
Les contó todo lo que había pasado — lo que se había dicho y las conclusiones a las que habían llegado.
La mayoría de ellos cazaban para ganarse la vida y todos ellos eran excelentes hombres al aire libre. Ni siquiera ellos pudieron evitar asentir con la cabeza al escuchar la conclusión de Caspond. No había duda de que, buscar en las Colinas sería extremadamente difícil.
Siendo este el caso, no podrían cubrir una gran área con una brigada de búsqueda en tan poco tiempo. Sin embargo, podrían llevar a cabo una simple búsqueda dentro del Reino Santo — dirigiéndose hacia el este desde aquí hasta la línea principal de defensa. Como no estaba claro dónde había caído el Rey Hechicero, podría estar dentro de las fronteras del Reino Santo.
Varias personas expertas en técnicas de ranger se adelantaron.
Neia también quería participar, pero prácticamente no tenía habilidades de ranger, así que solo se interpondría en el camino si los acompañaba.
Esta era una operación para rescatar a un rey justo que había tendido una mano para salvar a la gente de otro país. Como su escudera, no poder ir parecía desleal, lo cual, destrozó el corazón de Neia.
Tenía ganas de gritar como lo había hecho antes con Remedios, pero nada resultaría de ello, aunque lo hiciera.
Neia les dijo a todos que habían recibido el permiso de Caspond para buscar dentro de las fronteras del Reino Santo, pero que ella misma no podía participar.
"Déjenoslo a nosotros, señorita Baraja."
"Ahhh. Mantendremos los ojos abiertos mientras buscamos a nuestro gran benefactor, Su Majestad. ¡No nos perderemos ni una pista!"
"Muy bien, chicos. Una vez que el Príncipe dé su permiso, ¡contaré con todos!"
Neia se inclinó profundamente ante ellos.
"Señorita Baraja, ¿qué haremos el resto de nosotros? ¿Cómo podemos serle útiles al Rey Hechicero?"
Mientras todos la miraban con celo en los ojos, Neia se llenó de alegría.
Incluso después de presenciar esa visión, nadie sintió que el Rey Hechicero estaba muerto.
¡Así es! ¿Cómo podría estar muerto Su Majestad? Estoy segura, estoy segura de que debe estar esperando a que lo rescatemos... Creo.
Neia no podía imaginar un escenario donde ese ser supremo esperaría a que esta gente lo rescatara. Por lo que ella sabía, probablemente lo encontrarían sorbiendo elegantemente una copa de buen vino frente a un montón de cadáveres de semi-humanos.
"¡Está bien! ¡Entonces, todos los que se vayan empezarán a aprender, porque la debilidad es un pecado!"
De hecho, eso era todo lo que Neia podía hacer ahora. Tenía que ser lo suficientemente fuerte para ser útil la próxima vez. Si ella y su gente hubiesen sido lo suficientemente fuertes, el honrado Rey Hechicero no habría acabado así.
"¡Ohhhhh!"
Su enérgica respuesta resonó en voz alta. Eso se debía a que todos entendieron lo que Neia quiso decir cuando dijo "el Rey Hechicero es justicia y la debilidad es pecado". No mucha gente estaba de acuerdo con esas palabras cuando se formó esta unidad, pero después de mezclarse con ellas, más gente llegó a entenderlas.
"¡Entonces, iré a ver al Príncipe!"
♦ ♦ ♦
Después de hablar directamente con Caspond, al grupo de búsqueda se le concedió rápidamente el permiso para salir. Se habían embarcado el mismo día y habían pasado tres días desde entonces.
Si bien las cosas podrían haberse vuelto problemáticas si los miembros del grupo de búsqueda no hubieran estado de acuerdo, el hecho es que todos ellos habían sido elegidos porque estaban de acuerdo con la propuesta de Neia y, por lo tanto, se habían ido sin demora.
Aunque los rumores de recuperar Kalinsha habían circulado por la ciudad durante estos tres días, el Ejército de Liberación no había hecho ningún movimiento y simplemente había dejado pasar el tiempo sin rumbo. La excepción era Neia y el creciente número de personas que habían llegado a aceptar al Rey Hechicero como justicia — que se aplicaron diligentemente a su entrenamiento.
Neia soltó una flecha en el blanco — con una expresión aburrida y de irritación en su cara.
Su ansiedad e ira probablemente habían hecho que sus manos se resbalasen, porque la flecha se incrustó un poco fuera del centro del objetivo.
Normalmente, alguien habría venido a regañar ligeramente a Neia, pero nadie se atrevió a dirigirse a Neia ahora.
La razón de eso, fue por la cara de Neia.
Su ansiedad por no poder hacer nada por el Rey Hechicero y la falta de sueño debido a la falta de noticias, significaba que el área alrededor de sus ojos estaba hinchada y descolorida, lo que hacía que su cara se volviera aterradora cuando se tenían en cuenta las arrugas entre sus cejas también. Debido a que normalmente ocultaba su rostro con su visera, causó un gran impacto en los demás cuando se la quitó.
Mientras los subordinados de Neia entendían profundamente cómo se sentía, nadie se atrevía a acercarse a ella.
—Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad, Su Majestad.
Esas palabras daban vueltas y vueltas en la cabeza de Neia.
"—Ahh, sinceramente."
Los hombros de todos los que estaban alrededor de Neia, que tiraban de las cuerdas de sus arcos hacia atrás, temblaban al escuchar esas silenciosas palabras.
—Majestad. No. Necesito calmarme. Tranquilízate. ¡Solo han pasado tres días! ¡Solo la región oriental del Reino Santo es lo bastante grande tal como es! No quieres asustar a los demás, ¿verdad?
Neia se quitó la visera — y escuchó algo así como un grito ahogado de alguien que por casualidad había mirado hacia su lado — luego se masajeó ligeramente las sienes mientras trataba de relajar su rígida cara.
En ese momento, Neia oyó dos pasos que corrían hacia el campo de tiro con arco. Dado el tintineo metálico de las ropas, no eran milicianos que habían venido aquí a entrenar. Los paladines llevaban armadura de placas de metal, por lo que no podían ser ellos. Probablemente eran soldados de mayor rango, o colegas escuderos.
"¡Escudera Neia Baraja!
Cuando Neia se giró para mirar a la gente que había irrumpido, los dos hombres que habían aparecido, simultáneamente dieron un paso atrás y gritaron.
"¿Qué? ¿Qué está pasando? ¡¿Ha pasado algo?!"
¿No erais vosotros los que teníais algo que decir? pensó Neia mientras respondía.
"Ahh, ha pasado un tiempo. Esa es la reacción habitual... no, ¿tal vez es un poco más que la reacción habitual?"
Estas dos personas también eran escuderos y habían sido entrenados junto a Neia. Dicho esto, ella no sabía casi nada de sus personalidades ya que apenas les había hablado, pero, al menos aún recordaba sus nombres y rostros.
Si Neia los conocía, entonces, ellos también deben conocer a Neia. Eso significaría que deberían haber estado acostumbrados a los ojos asesinos de Neia. Aun así, el hecho de que hubieran reaccionado de esta manera, mostró lo aterradora que era ahora la cara de Neia.
Hablando de eso, Neia recordó que ellos también habían sido liberados de los campos de prisioneros.
"Ah, sí. Normalmente no me veo así... como si odiara al mundo entero... creo. ¿No soy así normalmente?"
Neia se frotó la cara y pensó que tal vez no debería quitarse la visera.
"… Ah, lo siento. Parece que algo está pasando, ¿puedes decírmelo?"
"Ah, no, el príncipe Caspond te está buscando. Por favor, repórtese con él de inmediato."
"¿El Príncipe?"
¿Por qué la estaba buscando? Ella tenía algunas ideas, pero no sabía cuál era la correcta, así que, todo lo que podía hacer, era rezar para que él la buscara por una buena razón.
"Entiendo. Por favor, dile que iré enseguida."
Sin embargo, no parecía como si se fueran, incluso después de que ella hubiera dado su respuesta. Eso desconcertó a Neia.
"¿Qué pasa? ¿Hay algo más?"
"No, es un poco... bueno, no es tu cara, pero tal vez es el aire a tu alrededor... Parece que el aire a tu alrededor ha cambiado. Sé que no puedo expresarlo muy bien con palabras..."
"Bueno, me alegraría si fuera un buen cambio... pero todos hemos cambiado. Todos hemos pasado por mucho."
"Ahh, sí. Tienes toda la razón. Es justo lo que dijiste, Baraja."
Los dos sonrieron cansados. Ella no sabía si se lo habían creído. Dijeron "volveremos a hablar en otro momento" y se fueron.
Neia les contó a sus subordinados que la miraban sobre su reunión con Caspond y luego se fue.
Caspond aún permanecía en el mismo edificio que antes, pero ahora estaba en una habitación diferente.
Esto se debió a que Jaldabaoth había hecho un enorme agujero en la pared de la habitación anterior cuando apareció.
Nadie la detuvo de camino a la habitación, ni siquiera con el visor puesto, y llegó a la habitación sin problemas.
Durante este tiempo, nadie le había pedido que dejara el arco en su espalda. No se sabía si era porque confiaban en ella, o porque eran conscientes del hecho de que el arco había sido tomado prestado del Rey Hechicero.
"Príncipe Caspond-denka, soy la escudera Neia Baraja reportando. "
Caspond estaba sentado dentro de la habitación y dos paladines estaban a su lado — Remedios y Gustav. Neia se arrodilló inmediatamente.
"Me alegro de que hayas venido. Te hemos estado esperando. Ahh. Está bien. No te preocupes, solo levántate. "
Neia se puso en pie como se le había pedido y luego preguntó.
"Me disculpo por haberlos hecho esperar. ¿Puedo conocer sus órdenes?"
"Antes de eso, quítese el objeto que le cubre la cara, escudera Neia Baraja.
Esas palabras, de hecho, vinieron de Gustav. El sentido común indicaba que debería haberlo hecho.
"¡Sí! Por favor, perdóname. "
Después de que Neia se quitó el visor, los ojos de Gustav se abrieron un poco.
"…Ah, ¿no te encuentras bien? ¿Quieres que los sacerdotes te examinen? "
"No, aún no me siento tan mal." —Como las explicaciones eran problemáticas, Neia decidió seguir adelante— "Ahora, ¿puedo preguntar qué ocurre?"
"Sobre eso... bueno, hay una persona más que se unirá a este grupo además de nosotros cuatro. Está por llegar, así que, no te sorprendas demasiado, ¿de acuerdo?"
Podía ver una mirada de disgusto en la cara de Remedios por el rabillo del ojo. Si podía hacer que la cara de la Capitana pareciera disgustada, entonces, estaba probablemente relacionada con Jaldabaoth. Y entonces, la palabra "doncella demonio" vino de repente a la mente de Neia.
Después de escuchar la orden de Caspond, Gustav abrió una puerta lateral y habló con la persona que estaba dentro.
Y entonces, un heteromorfo surgió ante ellos. Neia sabía qué especie era.
Era un Zern.
Aunque era una especie con un caparazón brillante, su apariencia no era ofensiva. Sin embargo, había un leve y casi imperceptible olor a derramamiento de sangre que lo rodeaba.
¿Qué hace aquí un semi-humano como ese? se preguntó Neia. Caspond pareció darse cuenta de esto y habló.
"Es un embajador."
Así que, el enviado de Jaldabaoth está aquí, ¿es eso? Neia inconscientemente dejó ver su hostilidad y el Zern tembló como si estuviera a la defensiva.
"Espere, escudera Baraja. Parece que se equivoca un poco. No es el enviado de Jaldabaoth. Es todo lo contrario. Es un enviado de los seres que planean rebelarse contra Jaldabaoth.
"¿Eh?"
Neia no pudo evitar exclamar sorprendida. Caspond parecía haber esperado esa respuesta, y se rió.
"Pareces sorprendida. Bueno, eso es de esperar. Seguramente no esperabas que nadie se revelara contra la subyugación de los semi-humanos por parte de Jaldabaoth, ¿verdad? Sin embargo, hay gente así. Según el enviado-dono, no todos los semi-humanos sirven a Jaldabaoth de todo corazón. Por ejemplo, estos Zerns. Hay otras especies como ellos que no tienen otra opción que servir a Jaldabaoth porque su clase dominante — su familia real — fue tomada como rehén. Lo que quieren, es rescatar a esos rehenes."
"Precisamente."
Neia nunca antes había oído esa voz femenina y la asustó. Miró por el interior de la habitación. Finalmente, justo cuando estaba a punto de irse "de ninguna manera", sus ojos aterrizaron en el Zern. Esa voz habría sonado perfectamente bien viniendo de un ser humano.
¿De qué parte de su asqueroso y espantoso cuerpo salió su voz humana?
¿Era una habilidad especial de los Zern, o era una especie de poder mágico?
"La ciudad que vosotros, los humanos, llamáis Kalinsha, que está a cuatro o cinco días de viaje al suroeste, tiene a alguien importante para nosotros. Te pedimos que lo salves. "
Neia evocó un mapa del Reino Santo en su cabeza.
De sus palabras anteriores, la ciudad de la que hablaba el Zern, era, en realidad, Kalinsha. Por supuesto, estaba más cerca del suroeste que del sureste y se preguntaba si viajar allí llevaría realmente cinco días, pero todo lo demás, estaba dentro de los márgenes de error.
Sin embargo, había una cosa que ella no entendía. ¿Por qué le estaban contando esto a Neia?
Sin embargo, antes de que Neia pudiera contemplar las razones de ello, Caspond dijo algo sorprendente.
"Por eso hemos decidido aliarnos con ellos para luchar contra Jaldabaoth, señorita Baraja."
¿Ehhh? Neia no pudo evitar dudar de sus oídos. ¿Podrían confiar en una especie como el Zern, monstruos que ni siquiera tenían rasgos faciales para leer?
"Mientras nos veíamos obligados a inclinarnos ante el poder de Jaldabaoth e invadir este lugar como parte de su ejército, recibimos noticias de que nuestro rey, que estaba siendo retenido como rehén en las colinas de Abelion, fue asesinado por demonios. En cuanto al otro, el príncipe que está prisionero como símbolo de nuestra sumisión... ahora que el rey anterior ha sido asesinado, es nuestro nuevo rey. Si lo rescatas, te ayudaremos."
¿Lo mataron porque no necesitaban dos rehenes? ¿O había una razón más demoníaca para el asesinato? Aunque ella no podía leer tan profundamente en los asuntos, parecía que lo importante era que su rey había sido asesinado.
"Dicho esto, nos estamos preparando para llevar a nuestro nuevo rey a un lugar al que Jaldabaoth no pueda llegar, así que, nuestra guardia real más fuerte no podrá ayudaros. Sin embargo, los otros tres mil de nuestros guerreros que trajo Jaldabaoth, lucharán a vuestro lado. Nuestra especie no se extinguirá mientras haya un rey y una hembra soltera, así que, podéis usar a esos guerreros como queráis. No habrá problemas, aunque los maten a todos."
"Así es como es. También conoces las condiciones que he establecido para triunfar contra Jaldabaoth. En lugar de reducir el número de semi-humanos con el combate, sufriremos menos pérdidas si los persuadimos de que se retiren de su lado. Además, nos han proporcionado información importante y hemos acabado de verificarla."
Caspond sonrió y luego continuó.
"Por lo que sabemos, esta noticia no es una trampa de Jaldabaoth. Al contrario, esto es algo que podemos usar para tratar con los Zerns. Si Jaldabaoth lo descubre, serán purgados y su príncipe — el nuevo rey — también será asesinado. "
Eso es lo que te pasará si nos traicionas, Caspond estaba intentando amenazar al Zern.
Aunque era natural que alguien en una alta posición pensara así, el hecho de que Caspond pudiera describir despiadadamente tal desarrollo asustó un poco a Neia.
Sin embargo, una vez que la calma volvió al corazón de Neia, una pregunta hirvió dentro de ella. Y eso era, ¿por qué la había traído aquí para escuchar sus planes? Si quería que Neia participara en el rescate, todo lo que tendría que hacer, era darle una orden. Era cierto que Neia era ahora comandante de unidad, pero, al final, era solo una escudera que era algo hábil con el arco. No había necesidad de explicarle la operación con tanto detalle. Y no solo eso—
… Ah, no me digas que todavía me consideran como la escudera de Su Majestad. Quiero decir, ya estoy a mitad de camino de ser una ciudadana del Reino Hechicero, ¿verdad? Ellos probablemente pensarán que el Rey Hechicero también estaría escuchando esto bajo circunstancias normales. O, tal vez quieren que se lo explique al Rey Hechicero cuando lo volvamos a ver.
Eso fue todo. Neia seguía siendo la escudera del Rey Hechicero.
Neia infló el pecho y Caspond se sorprendió un poco por el repentino cambio de actitud.
"Ahora entonces. En cuanto al rescate del príncipe Zern, hemos tomado la decisión de que, rescatarlo durante el caos del ataque a Kalinsha, será muy difícil."
"De hecho." —el Zern siguió las palabras de Caspond— "Déjenme decirles dónde está retenido el príncipe. Vice-capitán, espero que me ayude a aclarar los detalles."
El Zern se lanzó a su explicación con el apoyo de Gustav.
En primer lugar, la gran ciudad de Kalinsha ocupaba la cima de una colina. Estaba bajo la administración directa de la familia real y estaba protegida por gruesos muros. Al oeste, cerca de su punto más alto, estaba el Castillo Kalinsha.
La intención era mantener a raya a los semi-humanos en caso de que se rompiera la línea de defensa y, al mismo tiempo, estaba cerca de una importante ruta comercial que conducía al sur. Por lo tanto, fue construida con más robustez que cualquier otra ciudad del Reino Santo.
Además, el castillo de Kalinsha, poco utilizado, fue construido de forma muy sólida para resistir los asedios.
El príncipe Zern encarcelado se encontraba en una de las torres del castillo. Ya que estaba en la parte más interna de las torres que estaban destinadas a las últimas defensas, se podría decir que era el lugar más difícil para infiltrarse en Kalinsha.
Ni siquiera tenía ventanas para protegerse de los ataques aéreos y no se podía acceder a ella sin pasar por una pasarela aérea.
Esta torre estaba ahora habitada por poderosos guardianes — raza de ogros que usaban agua conocida como Vah Uns. A los Zerns no se les permitía acercarse a ella, ya que, si lo hacían, su príncipe sufriría las consecuencias.
Sin embargo, siempre y cuando su traición no fuera expuesta, si los guardias vieran humanos — que no estuvieran relacionados con los Zerns — no le harían daño al príncipe. De hecho, protegerían al príncipe en su lugar. A eso se referían al tomar prestada la fuerza de los humanos.
"Pero, una vez que la batalla comience, si el príncipe todavía estuviera encarcelado, no tendríamos más remedio que matar a los humanos. Ya que todos nuestros compañeros que fueron traídos a esta tierra están presentes..."
Las palabras del Zern empezaron a perder coherencia, pero todos entendieron su significado.
Sería demasiado tarde para entonces.
Había valor en rescatar al príncipe porque los Zerns eran enemigos de la humanidad. Si los Zerns fueran aniquilados, entonces, no habría necesidad de rescatar al príncipe.
"Será demasiado tarde para enviar refuerzos cuando empiece la batalla. Por lo tanto, la manera más segura y efectiva de rescatar al príncipe, es enviar un grupo de guerreros de élite que se muevan tan sigilosamente como sea posible. Escudera Neia Baraja, me gustaría que usted comandara esta operación."
"No puedo. Es imposible para mí."
Neia le respondió a Caspond inmediatamente.
Normalmente, contradecir al príncipe — que era su comandante supremo — no sería tolerado, tanto en términos de disciplina militar como de convenciones sociales, pero, al mismo tiempo, ese orden era verdaderamente ridícula. Era simplemente demasiado, no importa cómo lo vieras.
"Sabía que dirías eso. Sin embargo, señorita Baraja, este asunto también es de gran beneficio para usted." —Caspond entrecerró los ojos— "Nos proporcionarán conocimiento sobre las colinas e introducirán guías confiables allí."
Neia tragó saliva.
Se mordió el labio, tratando desesperadamente de controlar sus emociones.
"...¿Cuánta confianza podemos poner en esas palabras?"
"Una vez que rescaten al príncipe, los Zerns responderán levantándose en rebelión desde el interior, en cuyo momento, retomar Kalinsha será mucho más sencillo. Ciertamente es mejor que un asedio convencional y podremos tomar más prisioneros semi-humanos. Los Zerns también dicen que preguntarán por ahí para ver qué prisioneros tienen el conocimiento que usted desea."
"No estoy muy seguro de los detalles…" —añadió el Zern a las palabras de Caspond— "Parece que deseas viajar a las Colinas Abelion. Si rescatas a nuestro príncipe ileso, toda nuestra especie estará en deuda contigo. ¿Quién se negaría a compartir lo que sabe con un benefactor? Además, ese conocimiento no es nada especial."
Su argumento era totalmente irrefutable.
Rechazarlos significaría ser desleal con Su Majestad. Si dejo que se me escape de las manos la oportunidad de ser útil a Su Majestad porque tengo miedo...
Después de considerar el asunto con calma, sintió que esta era su mejor oportunidad. Sin embargo, no tenía intención de suicidarse.
"¿Quién más irá a la misión para rescatar al príncipe?"
Neia miró a Remedios, que había guardado silencio todo este tiempo.
"No voy a ir. No tengo habilidades para infiltraciones."
Si dices eso, entonces, ¿qué hay de mí? Pensó Neia y luego miró en silencio a Caspond.
"…Le pedí que fuera contigo varias veces, pero se negó. Por lo tanto, estarás acompañada por esa cautiva... no, esa colaboradora."
"Hmph. La cautiva bastará."
"…Capitana."
"No importa. Vice-capitán Montagnés, ¿puede traerla?"
Montagnés salió de la habitación con un "sí". Al mismo tiempo, el embajador de los Zern también abandonó la sala. Parecía que no quería que gente sin conexión se enterara de su verdadera identidad.
Gustav regresó en poco tiempo, pero no solo. Tenía con él a una chica envuelta en capas y capas de cadenas, una chica que Neia nunca había visto antes. Parecía bastante pequeña y delicada. Dada su apariencia, parecía ser más joven que Neia.
Llevaba una bufanda verde oscuro y amarillo arena en un complejo diseño, así como un extraño traje de doncella.
Sus rasgos faciales eran exquisitos, e incluso el parche que cubría uno de sus ojos no disminuía su belleza.
Neia, de repente recordó lo que Evileye había dicho y, aunque estaba bastante segura de quién era esta persona, decidió preguntar por si acaso.
"Mi Príncipe, ¿quién es ella?"
"...¿No lo has adivinado ya? Es una de las doncellas demonio que aparecieron en esta ciudad."
Neia se puso tensa. Ella lo había adivinado, pero, aun así, se asustó. Ella tenía una dificultad de 150. En otras palabras, era un monstruo entre monstruos. Un ser que la humanidad no podía vencer, ahora estaba ante sus ojos.
Sin embargo, Neia también sintió algo más que la sorprendió.
Era el hecho de que todavía podía sentir un odio tan intenso por un monstruo incomparable ante sus ojos.
¿Cómo podía aferrarse a esas emociones cuando se enfrentaba a una criatura que la superaba tan tremendamente? ¿Era porque este demonio no irradiaba un aura de miedo, o era por su lealtad al Rey Hechicero?
Independientemente de lo que fuera — Neia hundió su odio por la doncella demonio en las profundidades de su corazón y no dejó que se notara.
Si fuera descuidada, empezaría a reprocharla por ser una de las razones por las que un monarca tan destacado como el Rey Hechicero perdió ante Jaldabaoth.
Sin embargo, mientras Remedios tenía la mano en la empuñadura de su espada sagrada, Caspond y Gustav no parecían estar haciendo nada especial por su parte.
Por lo tanto, Neia pudo concluir que no representaba ningún peligro inmediato. De lo contrario, nunca le permitirían quedarse en la misma habitación que el príncipe.
"…Chica asesina. No tengas miedo. Ahora mismo no estoy bajo el poder de Jaldabaoth, sino de Ainz-sama. No voy a atacar."
"No te creo."
¿Ainz-sama…? Esa declaracion llenó de disgusto a Neia, como si estuviera tratando de rechazar el hecho de que se hubiera dicho. Sin embargo, la doncella demonio le contestó en un tono monótono sin inflexión.
"...No tienes que creerme. Es simplemente la verdad."
"Señorita Baraja. Parece que Su Majestad, de alguna manera, se las arregló para usurpar el control sobre ella de Jaldabaoth durante la batalla."
Los ojos de Neia se abrieron como platos.
¿Había conseguido llevar a cabo una táctica no letal como tomar el control de ella mientras luchaba contra múltiples oponentes — Jaldabaoth y las sirvientas demonio?
Neia no sabía mucho de magia y no sabía lo difícil que era. Si uno necesitara un ejemplo, sería como si se intentara arrebatar la armadura a un oponente muy poderoso en medio del combate.
Si ese era el caso, entonces, debe haber sido una maniobra increíblemente difícil que solo el Rey Hechicero podía llevar a cabo.
Neia llegó a respetar cada vez más al Rey Hechicero.
Sin embargo, ahora tenía dos preguntas.
Ella quería creer que, si el Rey Hechicero lo había hecho, entonces, todo estaría bien y ella podría aceptar ese hecho. Pero, ¿estaba realmente bajo el control del Rey Hechicero? Esa fue la primera pregunta. ¿Podría ser que en realidad no trabajaba para el Rey Hechicero, sino que actuaba bajo las órdenes de Jaldabaoth para fingir que estaba bajo su control?
Y entonces, la otra pregunta fue...
"Entiendo que eres leal al Rey Hechicero. Pero, ¿por qué estás aquí? ¿Es por tus cadenas? "
"…No es así."
La criada demonio empezó a ejercer su fuerza y las gruesas cadenas emitieron un desagradable crujido.
"¡Deja de hacer eso!"
Mientras Remedios gritaba a tiempo con una ola de intención asesina, el sonido se detuvo.
"…Incluso yo podría romper cadenas ordinarias como estas."
"Entonces, ¿por qué? ¿Por qué no has dejado este lugar y te has ido al lado de Su Majestad?"
Ella había preguntado porque esperaba que los instintos demoníacos o las habilidades de un demonio atado la llevaran al Rey Hechicero. La doncella demonio contestó rotundamente.
"…Porque es una orden. La última orden que recibí de él fue para ayudarte. Así que, haré lo mejor que pueda mientras no signifique mi muerte. "
"¡¿Eh?!"
Neia estaba aturdida.
… El Rey Hechicero vino a este país para tomar el control de las doncellas. Vino para obtener a las doncellas demonio, un tremendo poder de combate que podría hacer aún más fuerte al Reino Hechicero. En ese caso, su primera orden para la doncella demonio, debería haber sido que volviera al Reino Hechicero. Pero, en vez de eso, Su Majestad... Qué persona tan amable es... ¿Hay algún rey ahí fuera que sea tan compasivo con la gente de otro país? No, no puede ser, solo el Rey Hechicero es una excepción. ¡Su Majestad es realmente justicia! ¡Qué asombroso! ¡Tenía razón todo el tiempo!
Neia se obligó a evitar que el agua se le saliera de los ojos.
"En ese caso, ¿a qué se refiere 'siempre y cuando no signifique mi muerte'?"
"…Si me pides que luche contra Jaldabaoth, me negaré. Será muy difícil escapar si me enfrento a él."
Ya veo…, Neia lo entendió. Caspond ya había verificado la verdad de todo lo que había dicho. Por eso la habían traído aquí.
"Así que este demonio vendrá conmigo."
"Así es. Mientras pensaba en enviarla al Reino Hechicero como una embajadora, comparado con eso— ah… bueno, una vez que eso termine y obtengamos información que podamos intercambiar, ah, planeaba que se uniera al grupo de búsqueda que estamos enviando. Eso es porque es peligroso... Esas personas que elegiste no han encontrado nada todavía, así que, podemos estar seguros de que aterrizó en las colinas."
No sabía por qué las instrucciones de Caspond eran tan vagas.
Miró fijamente a la cara de la doncella y vio que no había cambiado. No parecía preocupada.
Por supuesto, esta doncella demonio podría no saber lo que le había pasado al Rey Hechicero y probablemente no podría imaginar que el Rey Hechicero estaba en territorio peligroso. Sin embargo, su cara en blanco todavía hacía a Neia muy infeliz.
Y lo que es más importante, ¿podría dejar que un demonio así usara un término tan familiar como "Ainz-sama"?
No, ¡por supuesto que no! Neia estaba molesta. Ni siquiera ella se había dirigido a él de una manera tan íntima.
"—¿Señorita Baraja?
"¡Ah, sí!
¡Oh, no! La cara de Neia estaba un poco roja. Aparentemente se había olvidado de sí misma debido a su desagrado por la doncella demonio.
"¿Cuál es el problema? ¿Algo te molesta?"
"¡Ah, no! Han pasado solo tres días desde que comenzó la búsqueda, así que, creo que puede ser un poco precipitado concluir que cayó allí..."
"Ya veo. Eso tiene sentido. Sin embargo, ¿no sería mejor estar preparado para todo?"
"Eso es verdad."
"Muy bien. En ese caso, Doncella Demonio. Es la tercera vez que hablo contigo. El día que te encontramos, ayer y ahora."
La doncella no dijo nada y miró a Caspond.
"Si te pidiera que fueras a cierta gran ciudad a rescatar a alguien encarcelado allí, ¿nos ayudarías?"
"…Es como dije ayer. Lo haré."
"Ahh, bien, lo entiendo. Entonces, me disculpo por esto, pero ¿le importaría volver a su habitación? Vice-capitán Montagnés, por favor acompáñela."
Él llevó a la doncella demonio lejos y ellos empezaron a hablar de nuevo una vez que Gustav regresó.
"Señorita Baraja. Aunque no sé si necesito decirte todo esto, poseer esta información podría significar la diferencia entre el éxito y el fracaso cuando te infiltres en Kalinsha. Por lo tanto, te contaré algunas cosas. La primera se refiere a Jaldabaoth."
Caspond le contó lo que habían aprendido de la doncella demonio.
Parecía que sabía poco de Jaldabaoth, prácticamente nada, de hecho. Ni siquiera sabía qué habilidades, ataques o debilidades tenía. Además, no sabía lo que Jaldabaoth estaba haciendo ahora ni cuál era su objetivo.
Sin embargo, ella había dicho que necesitaría mucho tiempo para recuperarse si estaba gravemente herido. Era como si llevara más tiempo rellenar un recipiente más grande cuando el nivel del agua en su interior disminuyera.
Y así, después de informarse sobre Jaldabaoth, los semi-humanos y los otros demonios, Neia le hizo a Caspond la pregunta cuya respuesta quería saber más que nada.
"¿Hasta dónde podemos confiar en ella?"
"No podemos. Deberíamos matarla para estar seguros."
Esta respuesta fue proporcionada por Remedios.
Neia resistió la tentación de preguntar si ella podía vencer a un demonio de dificultad 150, pero, en lugar de eso, decidió escuchar el juicio de Caspond.
"Me cuesta confiar en ella. Este podría ser uno de los planes de Jaldabaoth. Podría ser una espía enviada por si aparece alguien como Momon, alguien que pueda luchar contra Jaldabaoth."
Por eso le habían pedido al embajador de los Zerns que se fuera antes de traer a la doncella demonio y hablaron indirectamente delante de ella.
"Te lo dije, ¿verdad? Sería mejor matarla. Así habrá una cosa menos de qué preocuparse."
"Ya veo, capitana Custodio. Esa es una opción. Sin embargo, es muy probable que la doncella demonio esté bajo el control del Rey Hechicero. Esto se debe a que no ha estado diciendo falsa información sobre Jaldabaoth, simplemente ha respondido que no lo sabe. Sin embargo, ¿por qué no pregunta por el Rey Hechicero... hmm? Aun así, accediste a entregarle a él los derechos de las doncellas demonios, ¿no? Ya que hiciste eso, una vez que sepan que la matamos, considerarán a nuestro país incapaz de cumplir sus promesas, ¿sabes? Una vez que eso ocurra, es posible que nadie más quiera ayudarnos sin importar lo que le pase a nuestro país."
"Ya ha sido asesinado por Jaldabaoth, ¿no?"
Las palabras de Remedios hicieron que Neia mirara hacia abajo mientras luchaba por contener su ira. Gracias a Remedios, sintió que había adquirido la capacidad de manejar mejor sus emociones.
"No podemos estar seguros de eso. Es por eso que siento que necesitamos probarla y usarla durante el rescate del príncipe. Si ella nos traiciona y filtra la información, entonces, solo los Zern serán eliminados, lo que reducirá el número de semi-humanos. También podremos atrapar a la rata que hay entre nosotros. Estos son los dos méritos de esta opción. Y, por supuesto, si tenemos éxito, podemos simplemente celebrar."
Por favor, no se olvide de la vida de la persona que llevará a cabo la infiltración, refunfuñó Neia en su corazón.
"¿Le preguntaste a la doncella demonio sobre sus propias debilidades? Si nos traiciona en el camino, ¿no sería mejor tener alguna forma de tratar con ella?"
"No preguntamos por nada de eso."
Caspond sonrió amargamente. Neia hizo lo mismo.
Incluso si se lo dijera, no habría forma de determinar si estaba diciendo la verdad. No lo podían decir con la mirada y obviamente no podían demostrarlo.
"Bueno, no somos nosotros los que la controlamos. Al final, solo nos está ayudando porque el Rey Hechicero se lo ordenó."
Gustav seguía con lo mismo, pero, en realidad, tanto Caspond como Neia ya se habían dado cuenta. Probablemente solo había una persona presente que no entendía la situación.
"Así que, los infiltrados seremos yo y la doncella demonio. ¿Ha sido seleccionado alguien más?"
"En ese punto, si no tienen a nadie más a quien recomendar, entonces vosotras dos iréis solas."
Por un momento, Neia miró a Caspond porque pensó que estaba bromeando, pero su cara estaba seria.
"Permítanme añadir algo más a las palabras del Príncipe, pero, sin duda alguna, una infiltración es mejor que sea manejada por un número muy pequeño de personas, ¿No lo cree? Si la gente se interpusiera, sería una muy mala idea, por eso no tenemos a nadie que proponer."
Aunque la explicación de Gustav fue lo suficientemente convincente, Neia sabía que esa no era la única razón.
Fue por la situación de Neia Baraja.
Todo estaría bien si esta operación de rescate saliera bien. Si fallaba, todo lo que perderían, sería una escudera entrometida que se había acercado al Rey Hechicero y a uno de los lacayos del Rey Hechicero. Además, perderían poco, aunque la doncella los traicionara. Era perfecto.
En ese caso— ¿fue mentira cuando dijeron que le habían pedido a Remedios que fuera con ella? También era posible que no fuera así y solo estaban tratando de minimizar sus pérdidas.
Neia exhaló. No podía haber otra respuesta. Esta fue una buena oportunidad para mostrar su lealtad al Rey Hechicero.
"Entiendo. Ella y yo..." —pensó que probablemente era una mujer— "…Viajaré a su lado. Viajaremos juntas."
"Oh, ya veo. Entonces, contamos contigo."
"¡Sí!"
"Entonces, el vice-capitán Montagnés le dibujará un mapa de la ciudad. Prepárate antes de irte. Además, evita el combate si algún demonio cercano a Jaldabaoth está presente."
Según la información de la doncella demonio y del Zern, Jaldabaoth era servido por tres grandes demonios. Estos tres demonios eran...
El gobernante de las Colinas Abelion, donde vivían los semi-humanos.
El mariscal de la invasión del Reino Santo del Sur.
Y el encargado de tres grandes ciudades, que se teletransportaba entre Kalinsha, Rimun y Prart.
Eso parecía ser.
Por lo tanto, si no tenía suerte, el gran demonio a cargo de las ciudades, estaría presente.
El gran demonio a cargo de las ciudades, aparentemente no tenía cabeza y su cuerpo era como un árbol marchito. Medía dos metros y no tenía alas ni cola. Tenía las manos arañadas y su delgado cuerpo poseía una fuerza inimaginable. Además, carecía de cabeza, pero todavía era capaz de sentir su entorno, e incluso podía leer.
Como demonio, tenía una fisiología realmente diabólica.
Por cierto, la capital de Hoburns estaba aparentemente bajo el mando directo de Jaldabaoth y no el de sus ayudantes.
"¿Puedo saber quién es más fuerte entre él y la doncella demonio?"
"Según las propias palabras de la doncella, ella no lo sabe."
Quería ver la habilidad de combate de la doncella demonio solo una vez. En particular, quería saber qué armas usaba y qué habilidades especiales tenía. Si ella no lo sabía, podrían sufrir una derrota inesperada.
"Los tres grandes demonios son tanto generales como señores. Probablemente, siente que los semi-humanos no son aptos para el trabajo intelectual, por lo que parece haber establecido una estructura de poder dictatorial. Por lo tanto, los grandes demonios manejan gran parte de la administración y no han nombrado ningún sucesor o sustituto. Si puedes derrotarlos, serás capaz de asestar un golpe devastador a la Alianza Semi-humana."
"Eso cumpliría las condiciones de victoria que ha establecido, mi Príncipe."
"Aunque Jaldabaoth podría actuar en persona una vez que sus heridas se hayan recuperado... Ahora mismo, no creo que se obligue a salir al campo. Sin embargo, si puedes tomar las extremidades, entonces, la victoria estará cerca, aunque no aplastes la cabeza. Dicho esto, tu principal prioridad ahora, es el rescate, así que, evita el combate si puedes."
"Entendido."
"En ese caso... ¿cuándo empezará la misión de rescate?"
"Planeaba partir lo antes posible. Sin embargo, me gustaría hablar con la doncella demonio antes de eso."
"Ya veo. Entonces, ¿qué tal dentro de dos días?"
Neia contestó afirmativamente y recibió permiso para encontrarse con la doncella demonio. Después de eso, salió de la habitación.
Aunque tenía una pesada carga que soportar, su paso era enérgico y su rostro estaba lleno de determinación. Las llamas de la locura que venían de la pérdida de su propósito, recibieron recientemente una nueva dirección y se convirtieron en una luz cegadora que iluminaba su camino.
Aún había algo que ella podía hacer y su camino llevaba a Su Majestad. Cuando ella lo veía así, incluso viajar con un demonio peligroso no era nada.
♦ ♦ ♦
La doncella demonio vivía en una casa de tamaño medio con jardín. Debería haber pertenecido a un rico residente de la ciudad. Durante la salvaje toma de posesión de esta ciudad, parte de las hermosas decoraciones habían sido destruidas y las estatuas que deberían haber estado allí, habían sido destrozadas. Aun así, la casa estaba intacta y no parecía que el aire frío de fuera se filtrara.
Aun así, hasta una casa barata y rudimentaria podría jactarse de eso. Cada abertura que se podía considerar como una ventana, había sido sellada herméticamente, como si quien lo hubiera hecho estuviera decidido a no dejar que el aire entrara o saliera. Olía a paranoia.
En general, esto era una jaula, o algún tipo de espacio cerrado. Era un lugar para alguien que era teóricamente un esbirro de un ser no-muerto o un demonio, pero también un lugar para el subordinado de un héroe que había venido a salvar el Reino Santo. Era un lugar que mezclaba muchos propósitos, así como un sentido de inminente crisis y aversión.
Mientras ella quería preguntarle qué podía hacer con varios lazos de cadena a su alrededor, el Rey Hechicero no la había presentado oficialmente, por lo que no podían tratar cortésmente a esta doncella demonio.
El muro alrededor de la casa, había sido reparado apresuradamente, pero no tenía una puerta con cerradura. ¿Se lo habían llevado porque no había suficiente acero para todos? En su lugar, había un puesto de guardia construido a toda prisa que parecía una cabaña temporal.
El hombre que estaba allí, era un hombre totalmente armado y de aspecto poderoso, era el paladín que había sido nombrado comandante de este lugar. Neia le entregó el pergamino que Caspond le había preparado.
El paladín lo escudriñó rápidamente y luego le devolvió el pergamino mientras le entregaba un candelabro encendido.
Era de día, pero las ventanas bloqueadas impedían el paso de la luz. Ya que la doncella tampoco necesitaba luz, el interior estaba muy oscuro.
Neia entró por la puerta y miró alrededor del desolado jardín antes de dirigirse hacia la casa. Mientras caminaba sobre un camino de ladrillos destrozados hacia la puerta principal, Neia respiró profundo.
Ella usó la campana de la puerta, pero no hubo respuesta. Neia dudó y luego probó con la manija de la puerta. Estaba abierta. Abrió la puerta y miró hacia el oscuro interior. No había sonido desde dentro y era tan silencioso como un mausoleo.
Se decidió y luego entró. No había luz dentro, ni sirvientes. No había nada en esta casa más que Neia y un demonio con una dificultad de 150.
El sudor goteaba en su espalda. La vela que ella sostenía temblaba inestablemente. Todo lo que estaba fuera del pequeño círculo de iluminación de la vela, parecía haber sido absorbido por la oscuridad.
"¡Soy Neia Baraja! ¡Estoy aquí para verte! ¿Dónde estás?"
Neia le gritó a la oscuridad, pero la oscuridad no respondió.
¿Estaba durmiendo?
Gritó de nuevo, más fuerte que ahora, pero no hubo respuesta.
Neia juntó su determinación y se adelantó.
Este era un edificio de dos pisos. Tenía muchas habitaciones y comprobarlas todas llevaría bastante tiempo. Aun así, incluso sin hacer eso, Neia podría ser capaz de captar algo con su aguda audición.
Empezó por el primer piso.
Mientras Neia reunía su coraje y daba un paso adelante...
"—Uwah."
Alguien la llamó desde el costado y una cara apareció en la luz.
"¡Aiieeeeeee!"
Sus hombros temblaron, e inconscientemente se apartó de la cara que apareció.
Golpeó una pared con un ruido sordo.
No podía haber olvidado esa cara. Había aparecido junto a ella como si hubiese pasado a través de las paredes.
"…Se sintió sorprendentemente bien."
Vio a la doncella demonio a través de sus ojos llorosos. Vio a la aterrorizada Neia con expresión en blanco en su cara.
"Maldito demonio..."
Se quejó Neia.
¿Acaso la Corona de Voluntad de Hierro fue incapaz de prevenir el sentimiento de sorpresa? Su corazón latía como un tambor y parecía como si fuera a estallar. Si ese era el objetivo del demonio...
No, no puede ser...
"...¿Por qué viniste aquí?"
"Vine a preguntarte algo. Dentro de dos días, quiero que nosotras dos..." —probablemente sería demasiado peligroso explicar la operación en detalle ya que no sabía hasta qué punto podía confiar en ella— "…Vayamos a una misión juntas."
"…Entendido."
"Así que, creo que sería bueno si pudiéramos compartir lo que sabemos y discutir lo que podemos hacer..."
"…Compartir información es importante. Entendido."
El que realmente comparta o no información dependerá de la próxima discusión.
"…Está bien, entonces, ven por aquí."
La doncella demonio se movió con pasos rápidos, como si no le importara la falta de luz. Parecería que el paladín que había conocido antes decía la verdad.
Mientras Neia la seguía, estudió la espalda de la doncella demonio.
Era una chica hermosa cuyas extremidades esbeltas y rostro bonito evocaban un deseo protector en los demás.
Aun así, todo le pareció una farsa a Neia, que sabía la verdad sobre ella.
Las cadenas con las que había sido adornada en las habitaciones de Caspond no se veían por ningún lado. Sin embargo, las cadenas no tenían sentido para empezar. Este demonio fue construido con la forma de una chica humana. Su verdadera identidad era un monstruo que podía superar a los Dragones.
Mientras consideraba que incluso una pequeña palmadita podría ser su muerte, su estómago empezó a dolerle.
"Soy muy frágil, así que, por favor, sé gentil conmigo."
Al oír a Neia murmurar esas palabras reflexivamente, la doncella demonio se detuvo en su lugar, luego se dio la vuelta y dijo "entendido". Incluso los ojos de Neia no podían ver ningún cambio en su expresión. No saber lo que pensaba la ponía un poco incómoda.
De esta manera, llegaron a la sala de recepción.
Solo había una vela para la iluminación.
"…Siéntate" señaló hacia la silla y Neia se sentó.
"…Bebidas."
De repente sacó una botella de líquido marrón. Era como cuando el Rey Hechicero sacaba objetos.
Mientras Neia observaba sorprendida, abrió la tapa e insertó una pajita. Estaba hecho de un material extraño que parecía suave y duro al mismo tiempo.
Ella esperaba que ese líquido fangoso no fuera veneno. Sería muy angustiante si accidentalmente olvidara que es dañino para los humanos.
Sin embargo, si realmente era una subordinada del rey Hechicero, entonces, no podría negarse. Neia se envalentonó y movió la lengua.
Tomó un sorbo de ella y agitó su lengua.
No era tan amargo como ella esperaba.
¡¿Es dulce?! ¡Qué es esto!
Neia tomó un trago tras otro. Mientras que era pegajoso y necesitaba un poco de esfuerzo para succionar, era fresco, refrescante y delicioso.
"…Con sabor a chocolate. Las calorías son un poco altas... alrededor de 2.000. Pero no te preocupes. Comer buena comida y engordar es una ambición muy querida por las mujeres, según cierta gran persona."
El cambio de tono hizo que Neia volviera a mirarse a la cara, pero, aun así, era inexpresiva.
Las palabras "gran persona" le hicieron pensar en el Rey Hechicero, pero Neia tenía la sensación de que se refería a otra persona.
"...¿Quieres otro?"
"¿Puedo?"
La doncella demonio probablemente sabía que sería una pena terminarlo de una vez y sacó otra botella.
Neia también era una niña — aunque los orcos se habían preguntado si era una mujer — y era difícil para ella buscar algo que la hiciera engordar. Sin embargo, esta bebida estaba en un recipiente pequeño, lo que significaba que no contenía gran cantidad. Comer demasiado de cualquier cosa le haría engordar, así que, todo lo que tenía que hacer, era comer menos en la cena para cancelarlo.
No tengo idea de lo que son estas calorías o cuánto hacen dos mil de ellas, pero ella dijo que era un poco, así que debería estar bien.
Era una dulzura que era completamente diferente de la de las frutas o la miel. Esta vez, ella saborearía el sabor antes de bebérselo.
Ella tomó un sorbo—
"No, no vine por esto. Vine a hablar."
"…Mm."
La doncella demonio chupó la pajita y bebió de la misma manera que Neia, mientras sus ojos indicaban a Neia que continuara.
"Bueno, primero, si tienes un nombre, ¿podrías decírmelo? Soy Neia Baraja, pero puedes llamarme como quieras."
Según Blue Rose, cada doncella demonio era completamente diferente de las demás en términos de apariencia y equipamiento. De hecho, las doncellas demonios que había visto detrás de Jaldabaoth en la habitación de Caspond, eran completamente diferentes a esta. Quizás había diferentes nombres para diferentes tipos de doncellas demonio, como Goblins y Hobgoblins.
Aunque puede que no haya necesidad de conocer su nombre individual y racial, si realmente era una subordinada del Rey Hechicero, entonces, como escudera, solo sería cortés tratarla con la debida cortesía.
"…Fuhaa~ Shizu está bien. Te llamaré Neia."
"Shizu, ¿verdad?"
Neia esperaba que la llamaran "humana", así que, se sorprendió un poco.
¿El nombre personal de la doncella es Shizu? ¿O Shizu es el nombre de su raza? Bueno, ambos están bien para mí...
"¿Es ese tu nombre personal?"
"...¿Nombre personal? Una excelente pregunta. Sí. Nombre personal."
"Ah, perdóname. No entiendo tan bien a los demonios..."
"…Mm. Demonios... eh. Esto... mm."
Shizu parecía estar murmurando. Neia podía oírlo todo, pero, como estaba hablando sola, decidió no advertirla sobre esto.
"Muy bien, Shizu. ¿Qué puedes hacer? Además, había varias doncellas, ¿por qué te eligió el Rey Hechicero?"
"…Soy muy buena en ataques a distancia. También porque yo era la MVP[1] — la mejor."
"¿La mejor? Ahh, ¿es eso? Así que, en ese momento eras la oponente más problemática, ¿es eso?"
Shizu se rio. Dicho esto, su cara no parecía cambiar. Sin embargo, Neia tenía ojos agudos y lo entendió después de observarla cuidadosamente.
Hubo un cambio muy leve en su expresión — parecía orgullosa.
Al mismo tiempo, Neia se relajó. Parecería que no había sido fácilmente controlada porque era la más débil.
"Yo también puedo usar armas a distancia, pero a su vez no soy buena en combate cuerpo a cuerpo... Así que no tenemos a nadie que nos proteja."
Shizu sorbió su bebida en silencio.
"¿Tienes alguna idea?"
"...¿Qué es lo que vamos a hacer?"
"Me infiltraré en una ciudad y rescataré a un VIP."
Todavía no podía mencionar la palabra "Zern".
"…Entonces, necesitamos la habilidad de movernos sigilosamente. Es mejor no tener un tanque llamativo."
"Sí, así es."
"...¿Puedes moverte en silencio, Neia?"
"He tenido algo de entrenamiento, así que, probablemente estoy mejor que antes. Sin embargo, no estoy completamente segura de mí misma."
"...¿Puedes usar hechizos como「Invisibilidad」o cosas mágicas como esas?"
Neia agitó la cabeza.
"…Ya veo. Trabaja duro entonces."
"Sí. Trabajaré duro. Entonces..."
¿Ella realmente podía confiar en Shizu, podía creer que estaba bajo el control del Rey Hechicero?
Si Shizu seguía siendo una subordinada de Jaldabaoth y se hacía pasar por subordinada del Rey Hechicero para espiarlos, entonces, hablarle de él sería muy malo. Sin embargo, era muy probable que el Rey Hechicero le arrebatara a Jaldabaoth el control sobre ella. En ese caso, no confiar lo suficiente en ella sería tirar por la borda su mejor arma.
Y así, nerviosa y vacilante, habló.
"En este lugar, tengo el deber de ser la escudera del Rey Hechicero."
Los rasgos esculpidos de Shizu no se movieron.
"… Me enteré. Dijo que tenías ojos despiadados. Y también que te prestó un arco forjado con runas. Muéstramelo."
Las alarmas sonaron en un rincón de su mente — Jaldabaoth también parecía muy interesado en ello. Aun así, si Shizu realmente estuviera al servicio del Rey Hechicero, no podría negarse.
Neia entregó su arco y Shizu se lo llevó. Sin embargo, solo la miró brevemente antes de devolvérsela a Neia.
"Esto es muy bueno. Deberías dejar que mucha gente lo vea."
Ella dijo la frase con calma, así que, parecía como si estuviera recitando algo. Sin embargo, probablemente estaba imaginando cosas porque Shizu no miraba el arco con interés. Después de todo, ella había hablado así desde que la vio por primera vez.
"Gracias. Ah, sí, sobre lo que pasa después de la misión..."
Shizu extendió una mano para interrumpir a Neia.
"Deberías dejar que mucha gente lo vea."
¿Por qué está tan obsesionada con esto? Shizu probablemente notó el desconcierto en la cara de Neia, y continuó:
"Te prestó una excelente arma forjada con runas. Que se corra la voz de la grandeza de Ainz-sama."
La palabra "Ainz" hizo que Neia se estremeciera. Dejar esto claro para ella era su máxima prioridad.
"—Su Majestad."
Neia sintió por la cara en blanco de Shizu que no había sido lo suficientemente clara y añadió.
"Es ʹSu Majestadʹ. Llamarlo Ainz-sama es demasiada confianza, ¿no crees?"
Esta vez, fue Shizu a quien le tembló un poco la cara. No, de un vistazo su cara aún estaba en blanco, pero Neia estaba segura de que su expresión había cambiado.
"No es demasiado familiar."
"No, lo es. Normalmente, no te dirigirías a él por su nombre, sino por su título. Acabas de ponerte a su servicio y aún no le has sido útil... ¿Qué pasa con tu cara?"
"Nada. Sin embargo, quiero llamarlo Ainz-sama y no Su Majestad."
¿Era la expresión que se podía ver vagamente más allá de esa máscara en blanco una mirada de lástima, o estaba cantando su victoria? Ni siquiera Neia lo entendió, pero eso la enfureció. Esta recién llegada de piel gruesa había aparecido de la nada y, el hecho de que tratara de acercarse a la persona que tanto veneraba, la hacía muy infeliz.
Neia decidió no fingir más. Mientras ella quería actuar como escudera y tratar con ella educadamente como una persona del Reino Santo, ella decidió dejarlo. No importaba si se trataba de un monstruo que no conocía a nadie igual en el pasado o en el presente, tenía que dejar una cosa clara.
"Alguien como tú..."
"Ainz Ooal Gown-sama me dijo que lo hiciera... 'Llámame Ainz-sama', dijo."
"¿Eh?"
"Así que, lo llamaré Ainz-sama. Lo. Llamaré. Así."
Lo que dio a entender fue "yo puedo hacerlo y tú no". El cuerpo de Neia se estremeció.
No, ella era un demonio que el Rey Hechicero había atado a su servicio con magia. Tal vez era natural que llegara tan lejos.
"No, no puede ser. Tú, debes estar mintiendo. Mientes como lo haría un demonio. ¿Cómo podría haberlo explicado con tanto detalle en una situación como esa?"
Shizu agitó la cabeza, como si dijera, "qué pena".
"Es una pena, pero también es cierto. Bueno, sé que debes estar sorprendida. Lo entiendo muy bien. Aun así, ahí es donde te encuentras ahora. Pero, si trabajas para Ainz-sama, algún día también podrás llamarlo Ainz-sama. Dedícate a ello."
"—Shizu."
"…Neia. Es el deber de un predecesor enseñar a aquellos que vienen después de ellos."
Aunque esa era una frase bastante buena, ¿acaso Shizu no había llegado después de ella? Pero el hecho de que pudiese llamarlo Ainz-sama la hacía sentir que quizás ella era superior después de todo. Fue un poco difícil de aceptar, pero, por el momento...
"Quiero darte las gracias."
"…No lo menciones. Hay que mostrar bondad a los que conocen la grandeza de Ainz-sama."
Los ojos de Neia se abrieron de par en par, sorprendida. Ella solo había estado unida a él durante tan poco tiempo, así que, ¿cómo se había ganado tanto respeto? No, eso simplemente demostró lo grande que era el Rey Hechicero.
"Sí, así es. Sé muy bien lo grande que es Su Majestad."
Después de que Neia contestó, las dos se miraron durante un rato.
Shizu fue la primera en actuar.
Ella extendió con destreza su mano derecha. Neia respondió al instante y sin dudarlo.
Mientras que a Neia le molestaba el hecho de que Shizu no se hubiera quitado el guante, las dos se dieron la mano en la mesa.
Dado lo mucho que venera al Rey Hechicero, parece que realmente está bajo el control de Su Majestad. Si no, no le habría llamado Ainz-sama, sino que le habría llamado Su Majestad como yo, por lo que no sonaría extraña.
¿Estaba siendo ingenua? Sin embargo, en este punto, Neia estaba muy confiada en su creencia. Comprendió que la lealtad de Shizu era genuina. Así como los dientes de dos ruedas dentadas encajaban, ellas podían entenderse porque eran compañeras adoradoras del mismo dios.
"…Hablando de eso, es fácil llevarse bien contigo. Como ser humano, tienes un futuro brillante, Neia."
"Tengo sentimientos muy contradictorios acerca de llevarme bien con un demonio. Hablamos así porque dices la verdad sobre lo grande que es Su Majestad."
"Hm hm" Shizu asintió.
"…Aunque siento que no importa lo que le pase a Neia, te traeré de vuelta a salvo a este país. Lo prometo."
"Gracias."
La gratitud de Neia fue honesta y directa. El grado de dificultad de Shizu era de 150. Estaba a un nivel en el que hasta Blue Rose tendrían dificultades para ganar contra ella. Era justo estar agradecida por la protección de semejante demonio. Esto era doblemente cierto si ella era súbdita del Rey Hechicero. Aunque, había una cosa que tenía que aclarar con ella.
"...¿Puedes jurarlo en nombre del Rey Hechicero?"
Shizu levantó la mano, como si hubiera sido llamada por un profesor.
"Esto lo juro en el nombre del Supremo, Ainz Ooal Gown-sama... Sin embargo, si Neia muere y es resucitada, eso todavía cuenta como mantener mi palabra, ¿verdad?"
"¿'A salvo...'? No, creo que eso es un poco diferente..."
Las dos se miraron.
Para Neia, había una gran diferencia entre "a salvo" y "volver a la vida después de morir". Sin embargo, eso estaba apenas dentro de los límites de lo que ella podía comprometerse.
"Si no te conviertes en un demonio o en una no-muerto, pero vuelves a la vida como humana, eso debería contar..."
"…Eso debería estar bien …Muy bien."
Hubo un ligero cambio en la voz de Shizu, que había estado en un tono monótono todo este tiempo. Parecía que ahora estaba motivada.
"…Aunque no eres bonita, esto es para ti."
Shizu sacó algo y se puso al lado de Neia. Luego presionó con fuerza algo en la frente de Neia.
"¡¿Eh?! ¡¿Qué?! ¡¿Qué es esto?!"
Asustada por esa inexplicable acción, intentó desesperadamente quitársela, pero no pudo. Estaba tan apretado que no se movía. Fue muy aterrador.
"¡Qué es esto! ¡Eh! ¡Espera! ¡Tengo miedo!"
"…Está bien. No te dolerá y no da miedo. Mira."
Shizu le mostró algo con el número "1" y un extraño diseño — podría haber sido una letra — en él. Estaba hecho de una especie de papel que brillaba con un lustre aterrador y el que tenía en la cabeza era igualmente resbaladizo. Había oído hablar de los talismanes, ¿así que era una especie de talismán usado como medio mágico para ese arte? Pase lo que pase, no pudo haber regalado un objeto tan trivial como este, así que debe ser algún tipo de ítem mágico. Eso fue lo que provocó un escalofrío en la columna vertebral de Neia. ¿Podría ser que no fuera capaz de quitárselo por el resto de su vida?
"¿Por qué tuviste que pegármelo en la frente? ¿No hay mejores lugares para ponerlo?"
"…Mm, como una hermana pequeña."
"¡¿Eh?!"
Aunque había oído algo bastante impactante, había algo más importante que hacer.
"De todos modos, quítame esto. ¡Al menos pégala en mi ropa o en otro lugar!"
"…No se puede evitar, entonces."
Shizu sacó una pequeña botella y puso una gota de algo en la frente de Neia. Después de eso, el objeto apretado se despegó fácilmente, como si nunca se hubiera adherido. Ella lo recogió, lo miró y vio que era el mismo que el que Shizu le había mostrado antes.
"…Pegatina. Hay que pegarlo en algún lugar obvio.
Parecía que tendría que pegarlo. Llevarle la contraria a Shizu no serviría de nada, así que, Neia hizo lo que se le dijo.
"Sí..."
"...¿Hemos terminado?"
"¿Eh? Ah, no, después de esto, quería hablar de encontrar a Su Majestad, ah, no, para recibirlo de vuelta..."
"…Yo también iré. … Necesitamos mucha preparación. Después de que todo esto haya terminado."
"¿En serio?"
"…Lo prometo. Pero espero que podamos hacer tiempo para terminar el mapa de las colinas de los semi-humanos. "
"Eso es verdad. Eh, ¿semi-humanos?"
Un momento después de que ella estuviera de acuerdo, una pregunta apareció repentinamente en su corazón. Ahora mismo, ella no le había dicho nada. Aun así, ¿por qué de repente había usado la palabra "semi-humano"?
¿Podría ser...? ¿Ella escuchó acerca de su aterrizaje en las colinas por parte del príncipe Caspond?
"...¿Qué pasa?"
"Er, um... lo tengo. Hablaré con mis superiores."
"...Encantada de conocerte, Neia."
"El placer es todo mío, Shizu."
Aunque todavía estaba un poco molesta por la pegatina de hace un momento, Neia extendió la mano y Shizu respondió. Las dos se volvieron a dar la mano.
"No creerás que Su Majestad está muerto después de todo, ¿verdad, Shizu?"
Los ojos de Shizu se abrieron de par en par.
"...¿Qué acabas de decir?"
"En realidad, Su Majestad cayó hacia el este y luego no volvió a contactarnos... Ya que Su Majestad puede lanzar hechizos de teletransportación, el hecho de que aún no haya vuelto, me hace pensar que algo le pasó... Así que... ¿Y si...? ¿Su Majestad...?"
Dolía demasiado hablar más. Ella dudó, porque, si lo decía, podría hacerse realidad.
A esto, Shizu respondió con lo que probablemente fue una sorpresa.
"…Está bien. No está muerto. Mi atadura es la prueba. ¿Hm? ... ¿Por qué lloras?"
Sus lágrimas fluían por sí solas.
El Rey Hechicero estaba realmente vivo.
Ella realmente creía que él no estaba muerto. Pero a veces, el desasosiego que repentinamente surgía en su mente, la dejaba incapaz de dormir. Mucha gente le había dicho a Neia que el Rey Hechicero estaba bien, pero todas sonaban como si solo estuvieran tratando de consolarla, de tratar de mantener sus propias preocupaciones a raya y no porque realmente lo creyeran.
Pero, en ese momento, alguien le había dicho eso con absoluta confianza y certeza. Eso y el hecho de que Shizu era la prueba de que el Rey Hechicero estaba vivo. Eso le permitió a Neia relajarse, al fin.
Fue el alivio, como el de una niña perdida que encontró a sus padres, lo que hizo llorar a Neia.
Shizu produjo un trozo de tela que fue impreso con el mismo diseño que su bufanda — probablemente era un pañuelo — y cubrió la cara de Neia con él. Y luego, ella lo frotó con fuerza. Ella no era tan violenta como inexperta, pero el lugar donde le frotaba le dolía mucho.
Shizu sacó el pañuelo y el moco de Neia se estiró en un puente.
"…Tienes mocos. …Estoy súper sorprendida."
Después de escuchar la voz claramente impactada de Shizu, hubo una mirada indescriptible en la cara de Neia.
Por lo tanto, sacó un pañuelo de su propio bolsillo y rompió el puente del moco.
"…Lo lavaré."
"…Mm."
Notas
- ↑ En la versión en inglés era MVP, que en inglés significa "Most Valuable Player" que en español sería "Jugador Más Valioso".