Overlord Volumen 15, Capítulo 3 Parte 4

Overlord Volumen 15 Capítulo Parte 4novela ligera en español.
Raruk Berg

Overlord novela ligera vol. 15
Overlord vol. 15 novela ligera
Traducción jpn-ing: Hitori
Traducción ing-esp: Rawi
Corrección: Raruk Berg
Info! Esta traducción es una versión de revisada y corregida versión 3.5.

Overlord Volumen 15: La Semielfa Godkin | Parte 1

Capítulo 3: El Duro Trabajo de Aura

Overlord volumen 15 capítulo 3

Parte 4

Es un sueño.

Estoy soñando.

Sé que esto es un sueño.

¿Cómo era que se llamaba?

See, claro. Un sueño lúcido.

Un sueño en el que eres consciente de que estás soñando.

Soy una niña que está tirada en el sueño.

Y— fui enviada a volar.

No duele. Sí. No duele porque se trata de un sueño.

Sin embargo, duele.

Mi rostro palpita de dolor. Probablemente tenga un corte dentro de la boca por el impacto.

Dentro, hay un sabor lleno a sangre.

Puedo sentir el sabor a pesar que es un sueño.

Es extraño.

Me pregunto si esto es realmente un sueño.

Una mano apareció en mi vista.

Es una mano pequeña cubierta de suciedad.

Así que, es un sueño después de todo.

Mis manos ahora ya no son tan pequeñas.

Me siento aliviada.

Esto es sólo un sueño.

Mi visión se movió.

—¡No! No quiero pararme. Sin embargo, me puse de pie.

Me puse de pie de nuevo, recogiendo el palo que había dejado caer.

Mi madre está de pie frente a mí.

Está inexpresiva. Es como si llevara una máscara. Me mira con ojos fríos.

Tiene un palo en la mano, para golpearme hasta que no pudiera seguir de pie.

Y entonces, la blandió.

Mi yo actual podía soportarlo, pero era imposible para mí en ese momento.

En el momento en que empecé a sentir dolor, salí volando por los aires.

Un dolor intenso recorrió mi cuerpo después de caer al suelo.

Mi vista se nubló.

Fue por las lágrimas.

De repente, me pregunté cuánto tiempo había pasado desde la última vez que lloré.

Mis ojos se movieron una vez más.

Mamá está diciendo algo.

Veo el palo tirado en el suelo que en algún momento mis manos dejaron caer.

Probablemente mamá me dijo que me pusiera de pie.

Sin embargo, no puedo.

Es muy doloroso y difícil.

Probablemente le respondí algo respecto a eso mientras lloraba.

La expresión de mamá no cambió, pero levantó lentamente el palo y adoptó una postura, como si quisiera que yo la viera hacer eso.

Oigo una voz.

Al mover los ojos, veo a una mujer regordeta que corre hacia nosotras.

Es una persona que nos ayudaba en las tareas domésticas. Hacía una comida deliciosa.

Es la tía Nazaire.

Sus tortillas húmedas eran excelentes. Eran mis favoritas. Su cocina era el sabor de mis recuerdos, y también, el estándar por el que juzgo otras comidas.

Por desgracia, ella ya ha fallecido. Si voy a soñar de todos modos, prefiero soñar con su comida en lugar de entrenar con mi madre.

Más adelante, me enteré que se supone que las madres debían cocinar, pero no tengo ningún recuerdo de haber probado la comida de mi madre. Sin embargo, recuerdo que alguien dijo que probablemente estaba muy ocupada con mi entrenamiento.

Entonces acepté aquella explicación porque era ignorante.

Pero ahora —tras convertirme en una adulta— puedo decir con seguridad que era un error.

Ni siquiera tengo muchos recuerdos de comer con mi madre. La mayoría de mis recuerdos eran de mí comiendo sola.


“Buenos días...”


Los colores retornaron al mundo. ¿Acaso me voy a despertar? Deberían haberme despertado antes.

No es como si lo hubiera olvidado.

Sí, puedo entenderlo.

Mi madre me odiaba.

Probablemente, la niña fruto de su violación le resultaba muy desagradable.

Por eso, mi madre nunca celebró mi cumpleaños.

Jamás recibí palabras de aliento de ella.

Como, “Gracias”.

O, “Felicidades”.

O, “¡¿No es genial!?”.

Ni siquiera palabras tan comunes.

En primer lugar — ¿alguna vez mi madre me llamó por mi nombre?

Me pregunto quién me puso mi nombre.

Pero, si realmente me odiaba, debió haberme matado.

Podría haberlo hecho fácilmente.

Pero no me mató.

Así que, es lógico que no me odiara.

Quizás no sea más que una lamentable esperanza mía.

“Por favor, espere, Faine-sama. Ella es todavía una niña. Es malo continuar su entrenamiento en este estado.”

La tía Nazaire no retrocede incluso después de recibir la mirada de mi madre.

Recordando, la tía Nazaire tampoco era una persona ordinaria. 

“E-ella necesitará descansar pronto. Prepararé bebidas...”

“Ella está bien.”

“Atenderé sus heridas mientras Faine-sama toma un refresco así que...” 

“Ella está bien.”

Todas mis heridas se curaron con un movimiento de la mano de mi madre.

El dolor también desapareció.

“Estás bien, ¿verdad?”

Madre acercó su rostro hacia a mí.

Un par de ojos de cristal y un rostro carente de toda expresión. Es repulsivo.

“… Sí... Me siento bien.”

“Así es.” —madre se dio la vuelta hacia la tía Nazaire— “… ¿Estás satisfecha? Todavía está bien, y de todos modos ya es lo suficientemente fuerte como para resistir la resurrección. ¿Lo ves? No hay ningún problema.” 

“… Sí. Entendido...”


“—Buenos días... Disculpe, ¿está Zesshi-sama ahí?”

Escuchó débilmente la voz tímida de una mujer. Esta no era una voz dentro de su sueño. Provenía de la realidad.

Su consciencia se abrió paso a través de la superficie.

Pudo ver el techo. Era su propia habitación. En la habitación había la presencia de una persona, además de ella. Quizás, era porque no estaba completamente despierta, pero no pudo sentir ninguna hostilidad por parte de la persona.

“Si voy a soñar de todos modos, al menos déjame soñar con algo mágico...” —susurró ella. Suspiró y se frotó los ojos. Al sentir algo húmedo entre sus dedos, notó que había llorado en algún momento.— “… Me acabo de despertar justo ahora. ¿Puedes esperar un minuto?”

¡Hiyeeee! ¡Por favor, no se preocupe por una persona tan humilde como yo! Esperaré el tiempo que sea necesario, así que por favor tómese su tiempo.”

No dijo ni una sola cosa amenazante a la mujer, pero ésta estaba extremadamente asustada. Con ganas de volver a suspirar, Zesshi se levantó de la cama y se puso un abrigo que colgaba de una silla cercana.

Supo quién había venido a su habitación a partir de su voz.

Zesshi sintió que no necesitaba tomarse su tiempo para vestirse, ya que la visitante era una compañera de su mismo sexo, y sería de mala educación hacerla esperar en la habitación de al lado hasta que se vistiera por completo. 

Cuando abrió la puerta de la habitación contigua y entró, encontró a la visitante de pie como si no supiera cómo reaccionar.

“—Siento haberte hecho esperar. Habría estado bien que tomaras asiento.”

“No, no, no tuve que esperar mucho en absoluto. Dicho esto, jejeje. Siento haber perturbado el descanso de Zesshi-sama. Me alegraría que me perdonara.”

Se inclinó servilmente con una sonrisa amistosa en su rostro. También —probablemente de forma inconsciente— comenzó a frotarse las manos. Para ser una de las cartas de triunfo de la Teocracia — la 11ma Escaño de la Escritura Negra, con el título de “Magia Infinita” y que había alcanzado el reino de los Héroes — este comportamiento era demasiado patético.

“Entonces, ¿no quieres tomar asiento?”

“No, no, no, no. Eso no es necesario. Volveré inmediatamente después de dar el mensaje, así que algo como sentarse en el sofá de Zesshi-sama...”

Ella agitó sus manos de manera nerviosa.

No tenías que rechazarme con tanta vehemencia, pensó Zesshi.

“No pasará nada sólo porque tomes asiento, y no es que me vaya a enfadar, ¿sabes? No, realmente no lo haré... no tienes que ser tan abyecta... ¿acaso no somos compañeras?”

Al escuchar eso, una sonrisa servil apareció en el rostro de la mujer.

Ehehehe, me disculpo que Zesshi-sama tenga que llamar compañera a un gusano como yo.”

“No, en realidad no tienes que ir tan lejos... Verás. Entre las personas con las que he tratado, entre los miembros de la Escritura Negra con los que he tenido simulaciones de batalla, tú eres el más servil, ¿sabes? … Y pensar que antes eras tan engreída.”

La Escritura Negra era un grupo de Héroes. Por lo tanto, de vez en cuando algunos recién llegados se mostraban demasiado orgullosos de sí mismos. Uno de los deberes de Zesshi era, doblegarlos. Por lo tanto, aunque los miembros de la Escritura Negra eran sus compañeros, ella sólo estaba familiarizada con los tipos arrogantes.

Dicho esto, se trataba de algo que hacía a todos los miembros de la Escritura Negra que se volvían arrogantes, así que no es que esta mujer fuera una excepción. Incluso el Capitán, al que disciplinó con más dureza que a esta mujer —incluso, a veces se arrepentía de haber sido demasiado dura con el Capitán— lo trataba ahora con normalidad. Sin embargo, solo esta mujer actuaba de esta manera.

Quizá el simple hecho de haber sido disciplinada ya era demasiado para esta mujer.

Debería tener en cuenta cosas como la personalidad la próxima vez...

“Es malo ser arrogante, pero ¿no podrías al menos actuar con un poco más de confianza?”

Heh, eheheh. No puedo hacer tal cosa ante Zesshi-sama.”

Empezó a frotarse las manos con más intensidad.

Zesshi pensó que no había hecho nada que la hiciera llegar tan lejos.

Ella solo avanzó mientras recibía la magia directamente de la mujer, se subió sobre ella, y la golpeó en la cara con toda la intención —y como se suponía que era un entrenamiento— tuvo cuidado de no matarla mientras la golpeaba hasta convertirla en papilla.

Zesshi había visto como ella no reconocía su derrota, lanzando sus hechizos incluso cuando estaba inmovilizada, por lo que la admiraba como alguien con agallas. Desde entonces, incluso había aprendido a lanzar hechizos mientras soportaba el dolor. Era alguien con ganas de superarse.

Zesshi sintió un poco de tristeza al ver a una persona de la que tenía una gran opinión actuando así ante ella.

“… Y entonces, ¿qué sucede hoy? Aunque tengo una idea de lo que se trata.”

“C-cierto. Como era de esperar de...”

“—Aah, basta de halagos.”

“Ah, s-sí. Ya que el ejército de subyugación contra los Elfos comenzó a avanzar cada vez más, se me encomendó de informar a Zesshi-sama para que iniciara con sus preparativos para salir.”

“Ya veo…”

El rostro de la mujer se crispó al ver que Zesshi sonreía. Eso no podía ser porque estuviera poniendo una cara de temor. Estaba sonriendo como de costumbre.

“Me pregunto si por fin podré quitarme uno de los huesos atascados en mi garganta.”

Overlord, Zesshi Zetsumei

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