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Overlord vol. 13 novela ligera |
Traducción jpn-ing: NigelTraducción ing-esp: RawiCorrección: . . .
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Esta traducción es la versión 2.3 traducido por Rawi. Se sacará una versión en el futuro.
Overlord Volumen 13: La Paladín del Reino Santo | Parte II
Capítulo 6: Artillera y Arquera
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Parte 3
… Aquí."
"Sí."
Después de haber alcanzado el nivel más alto de la torre, Shizu y Neia intercambiaron miradas. Solo había una puerta aquí. Eso significaba que, sin duda, era su objetivo.
Asintieron la una a la otra y luego patearon la puerta.
Hacía tiempo que habían abandonado cualquier idea de una entrada encubierta. Después de todo, acababan de pelear una gran batalla con el Vah Un. Dicho esto, las dos se apoyaron en el umbral de la puerta, por si alguien les atacaba en el instante en que se abría.
Sin embargo, su cautela había sido en vano. Por lo tanto, ambas saltaron a la habitación al mismo tiempo. Neia apretó los dientes contra el dolor de su hombro y fue a la izquierda, mientras que Shizu fue a la derecha y ambas se cubrieron entre sí.
Lo primero que vieron, fue una gran cama con dosel. Quizás sus adornos de encaje alguna vez habían sido blancos, pero la edad las había ennegrecido. La habitación también contenía un simple vestidor y muebles de tamaño humano como un armario y otras piezas. Estos muebles de estilo noble eran viejos y estaban dañados y no parecían antigüedades, sino bienes usados.
Una rápida mirada a través de la habitación reveló que no había semi-humanos.
Shizu levantó la barbilla para hacerle una señal a Neia y esta se acercó silenciosamente al gabinete antes de abrir sus puertas. Por supuesto, Neia lo abrió desde fuera y se mantuvo fuera de su camino en caso de que algo ocurriera, mientras que Shizu apuntó con la pistola mágica al interior del gabinete.
"…Aquí no."
Después de eso, las dos miraron a la cama.
Después de comprobar que no hubiera nada debajo, se acercaron a la cama.
Parte de ella estaba abultada.
Neia miró a Shizu antes de asentir con la cabeza para demostrar que entendía y luego levantó la manta.
Había un trozo de carne lustrosa de color púrpura. No, sería mejor decir que era un gusano enorme. Tenía unos 90 centímetros de largo y no tenía manos, sino pies rechonchos.
Shizu le apuntó con el cañón sin dudarlo y Neia la llamó a toda prisa.
"¡Espera! ¡Ese es el objetivo que nos enviaron a rescatar, el príncipe de los Zerns!"
"…¿Esto?"
Eso fue lo que el enviado de Zern le dijo a Neia. Sin embargo, podía entender las dudas de Shizu, porque Neia había pensado algo como "qué rayos" cuando el Zern le había dado la descripción del príncipe Zern.
Los Zern eran una especie de semi-humanos cuya realeza era muy diferente a la de otros individuos de su especie. Además de eso, también deberían ser sexualmente dimórficos.
"—Er, ¿puedes oírnos, príncipe Zern-sama?"
"Mm. Habla. Parece que no eres mi comida."
Parecía un adolescente. Neia sintió curiosidad por saber de dónde provenía su voz y lo examinó, tras lo cual vio que su boca de gusano se abría y se cerraba.
"Así es. Nos han pedido que te rescatemos. Empecemos por sacarte de aquí."
Él seguía siendo un príncipe, incluso si se veía así, así que, ella tenía que acatar las reglas de etiqueta. Además, necesitaría la ayuda de su raza para encontrar al Rey Hechicero. Por lo tanto, ella lo trataría bien por ahora, en vez de ofenderlo.
"¿Fue una petición de mis compañeros? ¿Quién te pidió que hicieras esto?"
"Era un Zern llamado Beebeebee. ¿Lo conoces?"
"¿Beebeebee dices? Ah, ¿ella, entonces? Hm... Pero, si dejo este lugar, Jaldabaoth... -sama se enfadará. Esto pondrá en peligro al pueblo Zern y particularmente al rey."
"Aunque no estoy muy segura de los detalles, parece que el rey ha fallecido, así que, debemos rescatarte al menos. Por eso los Zerns nos hicieron esta petición."
"¡¿Qué?!"
Era imposible para una humana como Neia leer las expresiones del príncipe Zern, que no podía ser otra cosa que un gigantesco gusano. Sin embargo, podía sentir claramente el profundo dolor en su voz.
"Oh, mi padre estaba... ya veo. Ese bastardo de Jaldabaoth... En ese caso, ¿puedes sacarme a salvo de aquí?"
"Los subordinados de Su Alteza nos guiarán fuera, así que, creo que estará bien."
"Ya veo... oh héroes humanos, que han llegado hasta aquí para ayudarme, tengo una petición descarada para ustedes. ¿Pueden fingir que me llevaron por la fuerza mientras me resistía?"
Esa petición era probablemente por si acaso.
"Entiendo. Fingiremos que es así."
"Muchas gracias."
El príncipe levantó la cabeza. Aunque parecía un gusano levantando la cabeza, así fue probablemente como su especie expresaba su gratitud.
Neia envolvió al príncipe en las sábanas como un bebé — si hubiera sido un bebé, se habría asustado hasta las lágrimas; ella ya había experimentado eso dos veces — y lo cargó en su espalda.
Ató firmemente la manta alrededor de su pecho, para que no se aflojara ni siquiera cuando se movía vigorosamente.
El peso en su hombro hizo que Neia sufriera. Se limpió el sudor de la frente y usó la magia del collar.
Sus heridas sanaron instantáneamente. Ahora estaría bien, aunque tuviera que correr con el príncipe de espaldas.
"¿Te sientes bien? Si te duele, por favor, dímelo de inmediato."
"No, no estoy incómodo... pero hueles estupendo. Me da hambre."
Escuchar esas palabras pronunciadas cerca de su cuello hizo temblar a Neia.
"…¿Qué comen los Zerns?"
Shizu hizo una pregunta que Neia no quería plantearse.
"Los preciosos fluidos corporales de las criaturas andantes, vivas o muertas."
"…Me enfadaré si le haces algo raro a mi kouhai."
"No hay necesidad de preocuparse. No tengo suficiente hambre para hacer algo así a los héroes que vinieron a rescatarme. Aunque no se me ha permitido salir ni una sola vez desde el día en que me trajeron aquí, al menos se ocuparon de alimentarme."
Si ella supiera bien de qué se trataba, probablemente lo habría dejado caer como una tonelada de ladrillos, así que, Neia se tapó las orejas a toda prisa. Afortunadamente, Shizu no preguntó más.
"…Muy bien, vamos."
"De acuerdo."
"Por favor, hazlo."
Después de ese breve intercambio, las dos... tres, empezaron a moverse. No había tiempo que perder en charlas ociosas durante una infiltración clandestina.
Afortunadamente, lograron volver al almacén sin incidentes. Fue entonces cuando Shizu levantó la mano para detenerlos.
"…Hay gente dentro."
"Te los dejaré a ti."
Shizu preparó su pistola mágica y abrió a la fuerza la puerta. Entonces, ella se detuvo. Shizu miró hacia atrás.
"…No estoy segura de quiénes son. Zerns. Muchos de ellos."
Deberían ser el equipo de recuperación. Específicamente, fueron los Zerns que trajeron a Neia y Shizu aquí.
Probablemente habían llegado primero porque Neia y Shizu habían llegado más tarde de lo que habían dicho.
Después de entrar en la habitación, los cinco Zerns de adentro se giraron como uno hacia ellos. La visión de estos heteromorfos con rostros ilegibles haciendo la misma cosa juntos, generó una sensación dentro de Neia que era miedo o repugnancia.
Neia desabrochó las sábanas de su espalda y reveló al príncipe Zern en su interior.
"¡Ohhh! ¡Es el Príncipe!"
Era Beebeebee. Neia no habría podido distinguirlos si no hubieran hablado. Sin embargo, si eran tan diferentes entre sí como el príncipe lo era de ellos, puede que ni siquiera hubiera sido capaz de decir si eran compañeros del Zern.
"Oh, huevos míos. He oído que mi padre ha fallecido. Sé que él, Jaldabaoth, no tiene la intención de cumplir su palabra. Pero, ¿a dónde huiremos después de traicionar a Jaldabaoth? Él ya ha conquistado nuestras tierras e instalado sus demonios de confianza como sus gobernantes... ¿no estamos destruyéndonos a nosotros mismos al elegir rebelarnos?"
"Su Alteza tiene razón al preocuparse. Pero, para él, los Zern no son diferentes del ganado. Nuestro héroe, Boobeebee, llegó un poco tarde a una reunión con él, pero eso se consideró razón suficiente para que le arrancaran la carne del hombro."
"¡¿Qué?! ¡¿Has dicho Boobeebee?!"
El estremecimiento del príncipe le dijo a Neia que el Zern debía haber tenido bastante estatus.
"Una vez que todo haya terminado, ¿encontrarán los Zern un lugar bajo el gobierno de Jaldabaoth? Hemos determinado que la respuesta es no. Mi Príncipe, no hay tiempo, guardemos estas palabras para—"
"—Tontos. ¿Podemos dejar esa pregunta para cuando escapemos? Este es el punto de inflexión. Una vez que lo crucemos, debemos seguir nuestro curso hasta el final. Ahora es el único momento en que podemos volver atrás. Decidme, una vez que volvamos a nuestra colmena, una vez que volvamos a nuestras colinas, ¿cómo pensáis seguir viviendo?"
"Esta... esta tierra es vasta. Seguramente habrá un lugar donde podamos escondernos."
"¿Eso crees? ¿Pretendes que la especie camine por el camino de la destrucción por esta fugaz y vacilante oportunidad? Dame una solución más concreta y práctica."
"En ese caso, no todo el mundo está al servicio de Jaldabaoth, podríamos formar una resistencia..."
"Tonto. Eso solo llamará la atención de Jaldabaoth. Un enjambre de hormigas llama más la atención que una sola hormiga."
Beebeebee se quedó callado mientras el príncipe rechazaba todas y cada una de las propuestas. Sería malo que esto continuara. Neia y los demás habían llevado a cabo esta peligrosa operación hasta este punto. Si el príncipe hubiera dicho "Al fin y al cabo, no podemos hacerlo", sus esfuerzos habrían sido en vano.
Fue entonces cuando a Neia se le ocurrió algo para calmar las preocupaciones del príncipe.
"Ah, en ese caso, ¿por qué no hacemos que los Zerns vayan al Reino Hechicero?"
"¿El Reino Hechicero? ¿Qué es eso?"
No eran solo los Zerns, sino también Shizu quienes la miraban.
"Sí. Es el país donde reside Momon. Es el héroe que una vez expulsó a Jaldabaoth en el Reino."
Neia sintió que los Zerns la miraban fijamente, pero no sabía las implicaciones de su apariencia. ¿Cómo podrían los humanos entender las expresiones de un Zern?
"¿Es cierto lo que dices?"
Esa sola frase fue suficiente para que Neia entendiera por qué los Zerns se habían callado. Dudaban de la verdad de las palabras de Neia. Pero eso era de esperar. Cuanto mejor conocía uno el poder de Jaldabaoth, más difícil era creer que alguien pudiera derrotarlo.
"Lo digo en serio. Aprendí esto a través de canales confiables. Verdad... ¿Shizu-san?"
"…Ella tiene razón. Neia dice la verdad."
"Además..." —esta era la parte crucial. Neia se animó internamente— "…Si vais al Reino Hechicero, estoy segura de que os aceptarán como refugiados."
"Refugiados, dices..."
Había amargura en la voz del príncipe.
"Pero si puede darnos información sobre el Rey Hechicero del Reino Hechicero, estoy seguro de que no será menospreciado ni siquiera cuando vaya allí."
"Espera, espera. ¿Por qué se alegrarían de oír hablar de su propio rey?"
"Ah, sí. Ahora mismo... ah... La ubicación del Rey Hechicero no está clara..."
"¿No es eso muy malo? En el peor de los casos, podría estar muerto, ¿no es cierto?"
"Un momento, por favor. Su Majestad no puede estar muerto. Hay evidencia concreta y la estamos verificando ahora."
Neia les contó cómo el Rey Hechicero pudo haber caído a las colinas donde vivían los semi-humanos, así que ella quiso usar su fuerza para buscarlo. El príncipe se quedó callado.
No va a funcionar, pensó Neia, pero como ya había hecho su propuesta, no pudo decir nada más. La pelota estaba ahora en el campo.
Además, aunque no puedan prestar asistencia directa, al menos deberían poder proporcionar conocimientos, como habían prometido.
"…Ya veo. Si les hacemos un favor... ¿pero seremos aceptados como semi-humanos? El Reino Hechicero es una nación de humanos, ¿no?"
"No, no lo es. El Reino Hechicero es una nación gobernada por un no-muerto."
"¡¿Un no-muerto?!"
Tanto el príncipe como los Zerns que lo rodeaban exclamaron como uno solo.
"¡¿Nos estás diciendo que vayamos a un lugar tan peligroso?!"
Todas las razas albergaban un fuerte odio hacia los no-muertos. Incluso Neia había sido así antes de que llegara a entender al Rey Hechicero. Al darse cuenta de que la gente que la precedía era como había sido no hace mucho tiempo, se conmovió profundamente.
"Un momento, por favor. El Reino Hechicero puede ser gobernado por un no-muerto, pero su gran gobernante es un rey de mente abierta y noble y, personalmente, he sido testigo de la coexistencia pacífica de los humanos con los semi-humanos dentro del país."
"En realidad estás llamando grandioso a un no-muerto, no puedo creer que los humanos sean tan..."
"Silencio. Neia-dono, me disculpo si mis súbditos la han ofendido. Sin embargo, ¿es el Rey Hechicero tan grande como dices que es?"
"Sí."
Neia levantó el pecho y respondió así a la pregunta del príncipe.
"...No podemos leer las expresiones de los seres humanos. Pero entiendo que alguien tan valiente como tú, que se ha adentrado en las profundidades de las líneas enemigas para efectuar un audaz rescate, debe estar diciéndolo con una confianza inquebrantable. Entonces no creeré en el Rey Hechicero no-muerto. ¡Creeré en ti, que crees en el Rey Hechicero! Por favor, díselo a él."
"¡Ohhhhh!" gritaron los Zerns de alegría.
"Parece que hemos tomado una decisión. En ese caso, ruego que huyas al Reino Hechicero con toda prontitud, mi príncipe. Desafortunadamente, hay muy malas noticias y es que uno de los demonios de confianza de Jaldabaoth vendrá pronto. Pensé que pasarían unos días más antes de que llegara... pero será malo si nos encuentran. Muy bien, vamos."
Como especie, los Zerns estaban compuestos principalmente de hembras, con muy pocos machos. Más o menos solo el rey y el príncipe cayeron en esta última categoría. Si los machos de una tribu fueran exterminados — aunque había casos en que las hembras podían cambiar de sexo — la tribu se pondría en el camino de la extinción.
Por lo tanto, el príncipe necesitaba huir a un lugar absolutamente seguro, el Reino Hechicero, que era la razón por la que habían tenido la discusión anterior.
"¿El demonio de confianza de Jaldabaoth? ¿Él viene?"
Había una palabra que los Zerns habían dicho que no podía ignorar.
"¿No los has visto? Tiene tres demonios de confianza a su lado y uno de ellos vendrá aquí."
"…Tenemos que derrotarlo aquí."
Cuando escuchó las palabras de Shizu, el príncipe — que había sido dejado en el suelo — repentinamente se levantó.
"¡¿Estás loca?! Vosotros dos debéis ser muy fuertes para haber podido rescatarme, pero, aun así, ¡nunca seréis capaces de derrotarlo!"
La etiqueta de "fuerte" solo se aplicaba a Shizu, pero Neia no pudo encontrar una oportunidad de intervenir y, por lo tanto, no pudo aclarar las cosas.
"…Dicen que se teletransporta entre muchas ciudades... Venir aquí es una rara oportunidad. Si la perdemos, no tendremos otra."
"Eso es verdad..."
"¡Mi príncipe!"
"Cálmate y piénsalo. Si podemos matar a uno de los ayudantes de Jaldabaoth, su cadena de mando caerá en el caos y será más difícil para ellos encontrarnos a nosotros, que no nos dirigimos a las colinas, sino al Reino Hechicero... entonces, ¿es posible derrotarlo?"
"…No lo sé. Pero esta es la única oportunidad."
"Entonces tomémosla. Nos arriesgaremos con la fuerza que permitió que vosotras dos matarais al Vah Un" —dijo el Príncipe. Se había sorprendido mucho cuando vio el cadáver del semi-humano en el camino de regreso— "Escuchad bien, todos. ¡A partir de ahora, ayudaremos a las dos a derrotar al malvado subalterno de Jaldabaoth!"
"¡Sí!"
"Hay dos humanos y seis de nosotros. Hasta hace poco, los ocho éramos enemigos mutuos, pero ahora somos compañeros de armas. Así como en las canciones heroicas."
¿Eh? Sorprendida, Neia volvió a comprobar el número de Zern presentes y después de ver que no se había equivocado, se apresuró a hablar.
"Espera, por favor, espera. No necesitas involucrarte en esto, mi príncipe. Después de todo, ¡hemos venido aquí para protegerte!"
Además, ¿qué podría hacer este príncipe en combate? Por muy amable que se quisiera interpretar sus intenciones, seguía siendo un gusano gigante que se arrastraba por el suelo. Honestamente, sería menos problemático si simplemente los siguiera como un VIP.
"Ya veo, así que, para ti, tu misión se ha terminado desde que me ayudaste a escapar. Ya veo, ya veo. Sin embargo, con mi ayuda, debería ser más fácil derrotar al secuaz de Jaldabaoth. No, debo decir que, sin mí, será muy difícil para ti derrotarlo, incluso si son las heroínas que derrotaron al Vah Un."
Shizu fue el que derrotó al Vah Un. Neia no tuvo nada que ver. Aun así, el príncipe todavía la consideraba una heroína, lo que la hacía sentir muy avergonzada.
"Entonces, ¿quieres decir que podemos hacerlo si tomamos prestada la fuerza de los Zerns?"
El príncipe hizo un ruido extraño.
"No, no, grandes héroes. No es de esa manera. Puedo lanzar hechizos espirituales del cuarto nivel."
"¿El cuarto nivel?"
Neia se sorprendió. El cuarto nivel de magia era un reino que solo los genios apenas podían alcanzar después de mucho trabajo duro. En el Reino Santo, las únicas personas que podían lanzar tales hechizos, eran la Suma Sacerdotisa Kelart Custodio y la Reina Santa Calca Bessarez.
Neia miró a un lado, pensando que Shizu estaría tan sorprendida como ella, pero la cara de Shizu estaba tan vacía como siempre.
Ella era una doncella demonio con una dificultad de 150 después de todo, tales cosas ni siquiera la perturbaron...
"A… ah… ¿todos los Zerns son tan poderosos como tú?"
El príncipe hizo otro sonido extraño y se estremeció como un pez atrapado.
"Soy especial..."
"Precisamente. Por eso es el Príncipe."
Después de escuchar la orgullosa voz del Zern, Neia meditó — Tiene sentido… Y recordó el contenido de las clases que había tomado una vez.
Eso es correcto. Las realezas de algunas especies son mucho más poderosos que los plebeyos, tanto que parecen una especie totalmente diferente...
"Dicho esto, tengo debilidades... es decir, soy muy lento."
Bueno, eso también es cierto, pensó Neia. Eso era obvio de un vistazo.
"Si alguien se me acerca, me matarán sin la oportunidad de defenderme. Por lo tanto, ¿puedo molestarte para que me lleves? Puedo lanzar hechizos en respuesta a las señales."
"Ya veo. Entiendo lo que deseas. Sin embargo, ¿podrían los Zern — es decir, sus guardias reales — llevarlo también?"
"A diferencia de nuestro príncipe, nos especializamos en combate cuerpo a cuerpo. Y creo que vosotras dos peleáis a distancia."
"Eso es verdad... hm. Sería mejor que Shizu o yo lo lleváramos... no, dejemos eso a un lado por ahora. Sería malo que lleváramos al príncipe y terminara muriendo."
"…Neia. Llevar al Príncipe es importante... Por eso sugirió venir con nosotras."
"Fufufu. De hecho, lo es. Digo, ¿sabes algo de él? ¿Ese demonio en forma de árbol marchito que se decora a sí mismo con cabezas?"
"…Hay varios demonios así. Sombreros, Coronas, Círculos y Corolas."
Shizu contó los cuatro tipos con sus dedos.
"…Creo que el demonio secuaz debe ser uno de ellos. Pero... si nos encontramos con un Sombrero de Seda, deberíamos huir. Ni siquiera yo podría ganar contra uno."
"¡¿Así que lo sabías?!"
Neia se sorprendió y, entonces, ese sentimiento fue reemplazado por la ira. Cuando se habían preparado para la misión, Shizu había dicho que no sabía mucho sobre los demonios esbirros.
¿Así que era mentira?
Esto se debía a que, si ella estaba tratando de mantener información sobre el ejército de Jaldabaoth desde el Reino Santo, significaría que Shizu nunca había estado bajo el control del Rey Hechicero desde el principio. También significaba que la existencia de Shizu no probaba nada sobre la seguridad del Rey Hechicero.
"...¡Confié en ti! ¡Y al final me has mentido desde el principio!"
Atrapada en sus emociones, Neia tomó a Shizu por los hombros. Usó mucha fuerza, pero la doncella demonio no parecía herida. No fue porque Shizu no tuviera emociones, sino porque esa cantidad de fuerza no era nada para ella.
El insoportable pesar y resentimiento hizo que Neia quisiera llorar. Ella había pensado que había forjado un vínculo con Shizu, pero, al final resultó ser nada más que una hazmerreír. Neia no pudo evitar burlarse de sí misma.
La cara de Shizu estaba tan en blanco como siempre. Sin embargo, hubo un cambio sutil que solo Neia podía leer.
Era angustia, contemplación, o quizás... remordimiento.
"…Lo siento."
Shizu exprimió esas palabras después de un largo silencio. Apenas calificaba como una disculpa — de hecho, solo servía para avivar las llamas de su ira. Pero, ahora mismo, Shizu parecía extrañamente indefensa y, verla así, ayudó a Neia a recuperar un poco de su compostura.
Cuidadosamente, como si estuviera haciendo algo que nunca antes había intentado, Shizu continuó en silencio.
"…Si hubieras sabido lo fuerte que era el demonio secuaz, tú y los otros podríais haber tenido miedo y no haber llevado a cabo la operación. Pero, por el bien de la victoria de Ainz-sama... debemos ganar esta batalla. Por eso mentí."
Cada palabra que decía había sido cuidadosamente considerada antes de ser puesta en una declaración sincera y agonizante. Pero esas palabras también contenían una fe genuina e inamovible.
Neia no sabía cómo ver a través de sus mentiras. Sin mencionar que era un demonio, no, incluso si no fuera un demonio, Neia no sería capaz de decir si una chica con la cara en blanco como ella estaba diciendo la verdad.
Sin embargo, incluso si ella estaba dándole información a Jaldabaoth como espía, o tratando de derribar el Reino Santo desde el interior, las acciones de Shizu hasta ahora no estaban a la altura de esas motivaciones. Debería haber actuado con más sensatez.
Y más que nada, Neia quería creer en Shizu. Parte de eso, se debió a que su existencia era una señal de que el Rey Hechicero estaba vivo, pero, también, porque la misteriosa conexión que tenía con Shizu era insustituible para Neia.
"…Está bien. Te creo. Pero, por favor, no me menosprecies más. Con gusto caminaría a través de océanos de fuego y escalaría montañas de espadas por Su Majestad."
Shizu parecía visiblemente aliviada. Como era de esperar, no podía haber sido una espía. En cuanto al por qué, es evidente que ella no era apta para ello. Mientras pensaba eso, una sonrisa natural y no forzada volvió a la cara de Neia.
"Muy bien, muy bien, ¿podemos volver al tema anterior? Si sabes tanto sobre ellos, ¿puedes contarnos sobre las habilidades de ese demonio?"
"Todos estos demonios poseen las mismas habilidades, pero no son muy fuertes en sus formas básicas. Sin embargo, el problema surge cuando estos demonios son capaces de obtener las cabezas de criaturas inteligentes... particularmente las de lanzadores de magia."
Según Shizu, los demonios de ese tipo podrían equiparse con las cabezas de los lanzadores de magia y usar los poderes de los dueños de las cabezas. Los Sombreros de Seda podrían usar cuatro cabezas a la vez, las Coronas tres, los Círculos dos y las Corolas una. Su nivel de amenaza aumentaba exponencialmente si lograban obtener las cabezas de lanzadores de magia excepcionales.
"Por muy buena que sea la cabeza de un Corola, solo puede usar hechizos de hasta tercer nivel. Los Sombreros de Seda, por otro lado, pueden usar hasta hechizos del décimo nivel..."
"¡Espera!"
"¡Imposible!
Tanto el príncipe como Neia interrumpieron a Shizu.
Neia y el príncipe intercambiaron miradas. Aunque Neia no podía leer la cara del príncipe, estaba segura de que estaba pensando lo mismo que ella.
"…Después de ti."
"Umu... er, ¿dijiste décimo nivel? ¿No son los hechizos de quinto nivel el nivel más alto de la magia?"
Fue como dijo el príncipe. Neia había oído que este era el límite de la magia. La razón por la que sentía que el Rey Hechicero podía usar hechizos de sexto nivel, también provenía de eso.
En respuesta a la pregunta del príncipe, Shizu agitó la cabeza como si dijera "Haa, ¿qué voy a hacer contigo".
"…El décimo nivel es el más alto nivel de magia. El hechizo que Jaldabaoth usó para llamar a los meteoritos del cielo, también pertenece a ese nivel."
"¿Cómo, cómo es posible...? ¿Eh? ¡De ninguna manera! No me digas, Su Majestad, quién estaba con Jaldabaoth..."
Cuando la impactante verdad golpeó a Neia, el príncipe también estaba temblando de miedo.
"¿El décimo nivel? No. No puede ser, ¿verdad? El décimo nivel... ¿Podría ser verdad...? Y pensar que estaba tan orgulloso de mí mismo y de mi cuarto nivel..."
No, el cuarto nivel ya era muy poderoso. Habría estado justificado en ser arrogante. Había muy pocos lanzadores de magia que podían alcanzar ese nivel.
"Shizu... Me gustaría comprobar algo, pero... ¿puede Su Majestad usar hechizos del décimo nivel... también?"
"...Por supuesto."
"¿Por qué hiciste esa estúpida pregunta?" El tono de Shizu parece implicarlo. Sonaba como si estuviera poniendo los ojos en blanco. Podría haber sido la primera vez que Neia había discernido tan claramente los sentimientos de Shizu.
El príncipe, que también era un lanzador de magia, estaba temblando por la tremenda conmoción.
"¿Hah? ¿Hah? Así que el rey de la tierra a la que estamos huyendo, el Rey Hechicero, ¿es un ser no-muerto tan poderoso? ¿El dominio del décimo nivel significa que es el doble de poderoso que yo?"
"…Haaaa." Shizu suspiró profundamente.
"Su Majestad."
"¿Eh?"
"…Llámalo Su Majestad."
"Ah, sí, sí. Su Majestad es verdaderamente poderoso."
Cuando uno pensaba tranquilamente en ello, Shizu había sido bastante brusca con el príncipe de toda una tribu, pero como Shizu hablaba de los hechos, Neia reconoció tácitamente sus acciones al expresar su acuerdo.
"Ciertamente, Príncipe-sama. ¡Su Majestad es increíblemente poderoso!"
"Ah, sí."
"…Príncipe. ¡Si pudieras ayudar a alguien tan poderoso, estaría en deuda contigo!"
"¡Tienes toda la razón! Entonces, le daremos a su propuesta anterior de buscar a Su Majestad en las colinas... ¡nuestro más completo apoyo!"
Neia apretó los puños con emoción.
"Muchas gracias, Príncipe-sama. Ahora bien, Shizu, ¿podrías continuar con lo que acabas de decir?"
"…¿Sobre lo poderoso que es Ainz-sama?"
"Estábamos hablando del secuaz de Jaldabaoth. Ah, también me gustaría oír hablar del Rey Hechicero... ¿podrías contarme más después de que volvamos sanos y salvos?"
"…Hm. Los demonios con múltiples cabezas equipadas pueden usarlas todas a la vez y lanzar múltiples hechizos a la vez, pero hay varias condiciones. Primero, cada cabeza solo puede usar dos hechizos a la vez. Además, hay un límite en la cantidad de niveles de hechizos que se pueden lanzar a la vez. Por ejemplo, los Sombreros de Seda pueden lanzar un máximo aproximado de 15 niveles al mismo tiempo..."
"—¡¡¿15 niveles?!! ¡¿Los hechizos suben hasta un máximo de 15 niveles?!"
"…No llegan tan alto. La suma de los niveles de los hechizos puede ser de hasta 15."
El príncipe se retorció aliviado ante la respuesta de Shizu.
El hecho de que Neia pudiera adivinar un poco cómo se sentía el príncipe a través de sus acciones, empezó a asustarla.
"…Sigamos adelante. Lo importante es cuántas cabezas puede equipar ese demonio a la vez."
"Dos. Una es una cabeza semi-humana y la otra es la cabeza de un humano como vosotras."
Neia tenía un mal presentimiento sobre esto. Jaldabaoth había estado reteniendo un cuerpo humano en ese entonces. ¿No le había faltado la mitad superior?
"¿Cómo era esa cabeza humana, Príncipe-sama?"
"Desafortunadamente, no puedo distinguir entre individuos de especies que no sean las mías. Ah, sé lo de la otra cabeza. Perteneció a la reina de los pandex, conocida como la Gran Madre."
Neia quería preguntar más sobre los pandex y la Gran Madre, pero Neia tenía cosas más urgentes que necesitaba aprender.
"Me gustaría preguntar por el humano. ¿De qué color era su pelo?"
"¿Por pelo, quieres decir el pelo de la cabeza? Era de color negro claro."
"¿Negro? Entonces, ¿no pertenece a alguien del Reino Santo?"
El corazón de Neia estaba algo tranquilo. Por un momento, se había preguntado si la cabeza pertenecía a la Reina Santa. Ahora que se había demostrado que su suposición era errónea, sintió un profundo alivio. Al mismo tiempo, Neia señaló que esto podría ser una pista para otro acertijo.
Había oído que los humanos del sur generalmente tenían el pelo negro. Así que, eso es todo, pensó Neia. ¿Será que Jaldabaoth había venido de allí? Se preguntó.
Para el Reino Santo, el sur no era una tierra gobernada por humanos. Menos de la mitad de la población era humana y muchos de ellos tenían sangre de otras especies y ese número aumentaba constantemente. Según lo que Neia sabía, solo el Reino Santo, el Imperio y el Reino estaban gobernados por la realeza humana. La Alianza Ciudades-Estado y la Teocracia no tenían familias reales.
Por eso, ninguna noticia de Jaldabaoth había llegado a estos países dominados por los humanos.
"…Por cierto, los demonios multicabezas no pueden usar las habilidades de cabezas que no pertenecen a los lanzadores de magia. No ganan las habilidades de los guerreros equipando la cabeza de un guerrero. Eso es porque hay otros demonios con esas habilidades."
"En ese caso, mi Príncipe-sama. ¿Puedes contarnos un poco sobre la Gran Madre?"
"Muy bien. Me parece algo lógico. Los pandex son una especie que se alimenta de musgo y se parecen a nosotros."
En otras palabras, parecían gusanos.
Neia sintió una punzada de repulsión al pensar en un demonio que se adornaba con la cabeza de gusanos.
"...¿Era la Gran Madre también una lanzadora de magia espiritual?"
"Así es. Yo uso el principio Yin de los Cinco Elementos, pero la Gran Madre era lo opuesto; ella usaba el principio Yang de los Cinco Elementos. Yin y Yang son dos extremos y los hechizos de uno pueden resistir o dificultar los del otro."
"…Ya veo." —asintió Shizu— "Dejarlo venir con nosotros mejoraría nuestras posibilidades."
"Mm. Me alegro de que lo entiendas. Personalmente, estoy muy descontento de que un demonio esté usando la cabeza de la Gran Madre. Ciertamente. Ella fue mi primer amor, después de todo."
"¡Mi Príncipe!"
"¡Qué estás diciendo! ¡Cómo pudiste enamorarte de una hembra de otra especie!"
"¡Ahhh! ¡Eso fue un enamoramiento infantil! ¡Ahora es diferente!"
Aunque sonaba como un tema dulce como la sacarina, todo lo que ella sentía sobre el primer amor de un gusano, era asco total.
"En ese caso, asumiendo que nuestro enemigo es un Círculo que puede equipar dos cabezas a la vez, ¿De qué nivel son los hechizos que puede lanzar?"
"...Lo máximo es el nivel seis. Por cierto, las Coronas pueden lanzar hasta el nivel diez."
"Entonces, si utilizo hechizos de cuarto nivel, solo podrá lanzar hechizos del segundo nivel con la otra cabeza. Por supuesto, eso es simplemente anular a ese bastardo, así que tenemos que esforzarnos más en ello..."
"...Lo siguiente es esa cabeza humana. Sabemos muy poco al respecto. ¿Neia?"
"Lo siento. Lamento decir que no conozco a la persona de pelo negro. Aun así, estoy bastante sorprendida. Pensé que te meterías de lleno en la pelea, ya que eres Shizu."
"…Ainz-sama dijo que recolectar información es muy importante."
"Ahh, como se esperaba de Su Majestad. ¡Qué excelente idea!"
Mientras Neia decía esto, Shizu le extendió la mano y Neia inmediatamente la agarró y la sacudió.
"…Buena chica. Si fueras bonita, te pondría una pegatina. Tal vez algo peludo."
"...¿Una pegatina? Ah, ya me has puesto una, así que no necesito tener otra. Por favor, pégala en otra persona que te guste."
"…Mm. Eres la primera persona a la que no le gustan mis calcomanías."
"¡¿Eh?!"
Neia exclamó sorprendida cuando Shizu dijo que ella era la primera. Después de eso, inmediatamente se dio cuenta de que quizás ella — como demonio — no había tenido muchos tratos con humanos. No, era posible que otros la hubiesen despreciado en sus corazones, pero no se hubiesen atrevido a decirlo, debido a su miedo a ella como demonio. Mientras ella quería burlarse de ella por ello, Neia no podía hacer nada como estropear la diversión de alguien que era leal al mismo ser supremo que ella. Así, Neia simplemente lo dejó pasar con una sonrisa amarga.
"…De hecho, los humanos no tienen pieles como nosotros los Zerns. Por eso viven en casas como estas. ¿Por qué no cavar hoyos como nosotros?"
"Príncipe, nos estamos desviando del tema. No tenemos mucho tiempo, tenemos que lidiar con esto antes de que los humanos ataquen esta ciudad."
"…Mm. En conclusión, el príncipe también irá."
Nadie se pronunció en contra. O, mejor dicho, Neia había sido la única que había expresado abiertamente su opinión contraria.
"En cuanto a nuestras tácticas, nos encargaremos de la primera línea, pero ¿qué debemos hacer si hay guardias que nos bloquean? Permitir que un lanzador de magia enemigo se mueva libremente es muy peligroso."
"…Lo enfrentaré en combate cuerpo a cuerpo."
Nadie le preguntó si podía hacerlo. Ella era una de las integrantes del equipo que podía derrotar al guardián Vah Un, aunque todo eso era trabajo de Shizu, o eso quería decirles. Nadie dudaba de las habilidades de Shizu.
"Muy bien. Entonces, vamos a movernos. Antes de acercarnos al demonio, colócanos en los barriles y muévenos. Si les dices que le llevas comida al demonio secuaz por orden suya, podremos acercarnos a él."
Por "nosotros", el príncipe se refería a sí mismo, Neia y Shizu. Mientras los tres permanecieran sin ser detectados, podrían continuar manteniendo su engaño, la traición de los Zerns no había sido detectada. Esta era una táctica que solo podía ponerse en práctica ahora.
Una vez más, Shizu y Neia se escondieron dentro de los barriles que habían utilizado para entrar en la ciudad.
"Shizu-san. Somos muy afortunadas."
Shizu sacó su cabeza del barril.
"...¿Por qué es eso?"
"Mira. Todo va bien para nosotras. Gracias a la traición de los Zerns, logramos salvar al príncipe, e incluso el secuaz de Jaldabaoth está aquí. Si lo derrotamos, habremos logrado un gran logro. De esa manera, nadie podrá hablar mal de nosotras nunca más. También podremos reunir fácilmente un equipo de rescate para encontrar a Su Majestad."
"Todo fue una coincidencia."
Neia fue derrotada por el tono algo duro de Shizu.
"¿Eh? Ah, ¿eso está mal? Tuvimos suerte porque fue una coincidencia, bueno, tuvimos tanto éxito porque Su Majestad te hizo su mujer, así que, supongo que, en ese sentido, no es realmente una coincidencia."
"La mujer de Ainz-sama..."
"Ah, tal vez mujer no era la palabra correcta, ¿eh?"
"…No me importa. Neia."
"¿Eh?"
"…Me gustas mucho. No me pareces bonita, pero no me importaría darte otra pegatina."
Le dolía un poco que la llamaran "no bonita" una y otra vez y mientras lo pensaba, Neia dijo, "no importa" y se metió de nuevo en su barril.